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SIN FRENOS. Las condiciones de salud de lxs trabajadorxs

 

Lo ocurrido este 22 de febrero en la estación de Once, el choque de un tren con el andén por problemas en los frenos de una formación que  había estado sin uso y salía recientemente del taller, nos encuentra en un duelo colectivo, de esos que se suman a otros previsibles, evitables y sangrientos que afectan a la clase que debe trabajar para vivir (usuarixs y trabajadores del sector ferroviario). Imprescindible como la solidaridad con las personas afectadas trágicamente, es en este caso reflexionar acerca de las circunstancias previas a que se produjeran las muertes, heridas y traumatismos de tantas personas, en tanto hecho de magnitud sanitaria, o sea, desde el punto de vista de la salud; la cual no puede ni debería reducirse a los halagos por el operativo de la emergencia.

Salud-enfermedad es en cambio, la expresión colectiva y singular, de la desigualdad social, de las formas de dominación, sumisión y lucha, es decir, del modo de vida y las condiciones resultantes del proceso de trabajo inmerso en el modo de producción.   

El contexto de las privatizaciones y faltas en los controles por parte del estado son las evidencias, como se ha dicho, de la persistencia de políticas que moldearon la organización del trabajo arrasando con los derechos de orden público, salud, educación, comunicaciones, transportes, entre otros, en aras del lucro económico y la corrosiva moral capitalista. El estado de las formaciones ferroviarias es tanto otra evidencia de lo mismo cuánto de las condiciones de trabajo. Es decir, lo que se presenta en términos de acontecimiento “siniestro” o accidental irrumpiendo en un momento dado, proviene de una continuidad en el cotidiano laboral, que cuenta entre sus manifestaciones las numerosos denuncias realizadas por las organizaciones gremiales, y resistencias sancionadas por la empresa –cualquier empresa- , y que transita de manera silenciosa en los cuerpos y padecimientos de las personas que día a día se ocupan de dar el servicio, también constatadas en las investigaciones sobre salud, algunas de  las cuáles hemos realizado junto a lxs trabajadores del sector. Así como para el guarda es el vagón del tren, las boleterías son el espacio de choque con las múltiples violencias y a veces sin freno, son receptáculo de las quejas justas e impulsivas y las demoras inexplicadas por los responsables; de los riesgos de robos y persecuciones policiales, de espacios inadecuados y posiciones inconvenientes del puesto de trabajo.

Son también las condiciones que injurian el cuerpo expuesto a la intemperie  de quienes hacen el mantenimiento de vías y señalizaciones a las que suelen tener que terminar “atando con alambre”. Las vías además de ser uno de los territorios que soportan el conflicto de clase, la lucha franca del piquete luego reprimido o perseguido que nos recuerda a Mariano Ferreira,  son también al mismo tiempo, uno de esos lugares que encuentran aquellas personas que deciden poner fin a su vida. La salud de lxs trabajadores de mantenimiento y maquinistas está atravesada por estas situaciones en que se juega su subjetividad. Son las maneras en las que la salud de los trabajadores lleva la marca de lo que Marx llamó alienación, la vuelta en contra de sí, por parte de su objeto de trabajo, de los otros, o de sus fines, la producción de desrealización del sujeto  en el proceso de producción de valorización del capital . Y se defienden.

Para defenderse, para defendernos lxs trabajadores ponemos en marcha, según el concepto propuesto por C. Dejours, estrategias defensivas –prácticas e ideológicas- que las hay más y menos ‘saludables’. Nos reunimos, debatimos, compartimos una asamblea, una charla, una comida, luchamos juntos, nos recreamos, de formas grupales o individuales. En muchos casos la enfermedad se cursa en el trabajo con la clásica medicación, la automedicación y el consumo de sustancias, entre ellas el alcohol es muy frecuente en trabajos de riesgo como la construcción y la minería, precisa y lamentablemente por su acción anestesiante. Constituyen, estos procedimientos y síntomas, las condiciones de salud o perfiles de salud enfermedad laboral que varían según los tipos de trabajo. Por eso este campo, el de la salud laboral debería ser tenido muy en cuenta, pero por el contrario, carece por completo de atención o está orientado a la rentabilidad empresarial. Por lo tanto, así como reconocemos que son deficitarias las condiciones de infraestructura y recursos materiales, debemos contar entre los déficits a las condiciones de salud en que deben trabajar los sujetos llamados no casualmente, “recursos” (humanos).

La forma ideológica habitual de restar potencia a lxs trabajadores y profundizar la alienación, consiste en despolitizar la interpretación de los sucesos; y la práctica de esta despolitización es la de impedir los espacios de democracia para que lxs trabajadores puedan ejercer el derecho a decidir opinar y controlar cómo, para qué, y en qué condiciones se debe y se puede trabajar.

Recientemente, a propósito de las causas del siniestro, la versión oficial intenta dirigir las miradas hacia el “freno” pero del maquinista, si estaba despierto, dormido, adormecido o alcoholizado,  pero al hacerlo no pretende otra cosa que desplazar y judicializar como culpa individual el problema de funcionamiento  estructural, una estrategia ofensiva, que toma algo usual en los trabajos de servicio, la ideología defensiva, aquella a la que se recurre para soportar las inclemencias laborales, así  por ejemplo solemos oír cómo, para una enfermera, la muerte de un paciente se traduce en el enunciado “se me murió un paciente”. Pero son muchas las pruebas del saber que lxs trabajadores ponen en práctica para que en medio de estructuras e infraestructuras insuficientes por demás, la mayoría de las veces sigamos “sobreviviendo” y al mismo tiempo los cromañones continúen  “sin freno”  como el lucro subsidiado desde el poder.

Bibliografía 

Dejours, C.: (1998): De la psicopatología a la psicodinámica del trabajo. En “Organización del trabajo y salud” PIETTE-Conicet , Ed. Lumen, Buenos Aires.

Marx, C.: (1939): El trabajo alienado. En “Qué es la dialéctica” Ed. América. México

PROSAFE Estudio sobre los efectos del suicidio en maquinistas

Lenta, M; Pérez Chávez, K.(2007): Trabajadores ferroviarios y sus condiciones de salud. Identidad, intersubjetividad, memoria y praxis. “Anuario de Investigaciones de Psicología. XIV Jornadas de Investigación”. Publicaciones Facultad de Psicología. Buenos Aires.

………………………………….. (2011): Trabajo, praxis y salud. En “Epistemes y prácticas de Psicología Preventiva”,. G. Zaldúa Coord. Ed. Eudeba,  Buenos Aires.

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Articulo publicado en
Febrero / 2013

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