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Una oportunidad a la palabra...

 
La grupalidad y sus dispositivos. Trabajo premiado en el Tercer Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos realizado por la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo

Área Psicología Social
Eje: La grupalidad y sus dispositivos
Autores:  Lic. Ariel Aviar, Lic. Cecilia Berra y Lic. Mara Nazar

Una oportunidad a la palabra...

Retomando lo que decíamos en el pronunciamiento del grupo “Encuentro de Miradas y Voces”, un grupo de trabajadores / as de salud mental de la ciudad de Córdoba,  “en los últimos años, las personas, solas o a través de grupos o de organizaciones sociales, produjeron permanentemente acciones de resistencia...Nos interesaba detenernos y hablar de esas micro e invisibles/ in visibilizadas acciones en innumerables situaciones, de su “impotente” existencia y que finalmente confluyeron en esta eclosión social,  porque es desde esta reconstrucción de manera casi imperceptible de lazos y redes  de donde saldrá la fuerza suficiente para construir un proyecto  planificado desde un “nosotros””.

Como pertenecíamos a diferentes lugares de inserción profesional, hospitales, centros de salud, dispensarios, escuelas, organizaciones de base, ámbitos universitarios, etc. nuestra estrategia fue crear espacios de discusión y reflexión sobre nuestras prácticas.

Uno de los lugares que queremos compartir es el Taller Permanente sobre Salud Mental y Desempleo

El Taller permanente en salud mental y desempleo se desarrolla en el marco del programa  Espacios grupales para personas con problemas de empleo. Se partía de un diagnóstico situacional inicial que se podría resumir en los siguientes ítem:

Aumento explosivo de la demanda en salud mental, cambios en el perfil tradicional.

Importante presencia de factores socioeconómicos como desencadenantes de los síntomas (sobre los cuales los técnicos en Salud Mental no tienen posibilidades de intervención).

Oferta de servicios cuantitativamente insuficiente; dificultad para obtener prestaciones psicoterapéuticas; prescripción de psicofármacos.

Este fue el contexto en el cual surgió la propuesta de promover la diversificación de las opciones de respuesta  institucional ( Hospital Neuropsiquiatrico Provincial ) con una estrategia que complemente las modalidades de intervención disponibles, generando una oferta mas amplia.

La propuesta se estructuró en dos líneas de desarrollo: por un lado, aumentar la comprensión de los procesos macro sociales críticos que inciden en la subjetividad y los efectos que en ella producen; por otro, desarrollar una estrategia de intervención que amplíe y diversifique la posibilidad de respuesta de los servicios de salud mental.

Nuestros ejes orientadores de las acciones fueron:

Sostener la necesidad de “desmedicalizar” las prestaciones.

Proponer una estrategia colectiva, potenciando el encuentro y produciendo intercambios en todos los ámbitos.

Promover la multiplicación de la experiencia, acercándola a espacios sociales diversos.

En relación a esta última línea de acción atendimos la demanda del Centro de Salud del docente Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba para desarrollar un grupo de encuentro con personas afectadas por el desempleo.

Pensamos el espacio colectivo como el modo predilecto de abordar una problemática que se funda en lo social. La ruptura de los lazos que producen los procesos actuales de exclusión constituye uno de los hechos más traumáticos, y por lo tanto de mayor padecimiento para la población.

La propuesta apuntó a darle una oportunidad a la palabra y el encuentro, a través de la metodología de taller. El dispositivo implementado consistió en un grupo de encuentro* en el que participaron espontáneamente las personas que se sintieron convocadas por el tema- problema propuesto.

El grupo de encuentro constituye una estrategia colectiva, basada fundamentalmente en el efecto protector del apoyo social y dirigida básicamente a grupos vulnerables. Se sustenta en el principio de intercambio a través de procesos de ayuda mutua. Su propósito es favorecer la interacción entre personas que comparten una situación problemática, con una orientación positiva, que fomente la construcción y reconstrucción de fuerzas y competencias.

La experiencia grupal se desarrolló a través de un taller abierto y permanente, con reuniones semanales de una hora y media de duración.

A estos encuentros asistieron afiliados a UEPC, ya sea interesados espontáneamente en la propuesta, u orientados por profesionales del Centro de Salud. No hubo criterios de exclusión, sólo debía darse la posibilidad de incorporarse al encuadre de trabajo propuesto.

Si bien el objetivo no consistía en ofrecer trabajo ni disponer de grandes soluciones a los problemas trabajamos para evitar el desaliento. Partíamos del supuesto de que era necesario multiplicar las oportunidades de intercambio para reforzar vínculos a través de relaciones de confianza. El sentirse acompañado ayuda a fortalecerse y a ampliar las posibilidades de enfrentar las consecuencias del desempleo.

Promovimos el encuentro y estimulamos el intercambio de opiniones, ideas, comentarios, experiencias, afectos, etc.

A toda persona que se acercaba por primera vez le sugeríamos que dé “otra oportunidad” al grupo, proponiéndole que regrese al menos una vez más aunque sienta que no encontró aquí lo que necesite. Adherimos a la expresión que afirma “apertura y paciencia rinden frutos altamente beneficiosos en el plano humano”. Es saludable hablar y escuchar, para ello hicimos que la palabra circule sin que nadie se adueñe de ella, respetando las diferencias que posibilitan y sostienen el encuentro, desarrollando la tolerancia.

La propuesta de trabajo tuvo como objetivo general poner un tope al sufrimiento y a la angustia

Sostenemos que el grupo da contención para que los sujetos puedan armar sus propias estrategias, algunas serán colectivas y otras individuales.

Nuestro encuadre fue flexible y claro, lo que nos permitió leer el producto y el acontecer del grupo. Tanto para leer la singularidad, donde cada uno es uno, pero estamos todos juntos para algo.

Modalidad de funcionamiento:

Investigamos las dificultades y potencialidades de cada uno, que se representan, se recrean, se vuelven a experimentar en el aquí y ahora del grupo.

Privilegiamos el cómo: cómo lo viven, cómo lo sienten, cómo lo imaginan, cómo les resuena, modo privilegiado para dar lugar a la escena asociada, que permite focalizar en el conflicto nuclear.

Así se abrían diversas versiones, se reconocían distintas visiones, se registraban diferentes perspectivas, ritmos, intensidades. 

Conflictos, dolores que eran explorados al nivel de cada protagonista y amplificado, desglosado, desmenuzado, en esta multiplicación de historias que se entrecruzaban.

Nos planteábamos crear un acontecimiento que permitiera salir de la pasividad, del dolor y de la parálisis.

Abriendo la posibilidad de percibir los sentimientos y sensaciones en juego.

Las técnicas elegidas para lograr ese objetivo fueron, entre otras:

 pápelo grafo, discusiones grupales, lectura de material gráfico, historias de vida, trayectoria laboral

Sosteníamos que una persona es más saludable en relación con lo que puede transformar,  saliendo de los lugares rígidos y estereotipados, por ejemplo salir del lugar de la “víctima” y de “la queja”.

Con el fin de compartir lo producido grupalmente: tomaremos como material de análisis a los registros de las reuniones. Incluyendo no sólo al discurso, lo que el grupo dice, sino también los cambios relacionales vinculares entre los participantes, la apropiación del espacio y su auto percepción.

Ejes temáticos del proceso

En las primeras reuniones las líneas de sentido eran pares antitéticos: esperanza / desesperanza, estar desempleado/ ser desempleado, independencia / dependencia, aislado / acompañado, lo negativo / lo positivo de la situación.

En ese momento el grupo demandaba contención, información y orientación. Nuestra propuesta ante esto era crear las condiciones para que se construyera un espacio de ayuda mutua que favoreciera la reflexión.

“No somos los únicos” “nos ayudamos entre todos” iban dando cuenta del clima de confianza existente que permitió el desahogo de sentimientos negativos tales como “sentirse culpable, inútil, fracasado, defraudado y en soledad”.

Nuestra propuesta consistió en desarrollar un camino hacia la armonía entre pensamiento, sentimiento y acción. Ya que según la lectura de la realidad que hagamos imaginamos soluciones o respuestas a los problemas.

Analizamos lo contradictorio de la situación, enunciados con estos pares de sentido en tensión, se elaboraron pérdidas, se definió al desempleo como funcional al mercado. Pudiendo hacer jugar variables del contexto más allá de la historia personal de cada uno.

Tanta racionalidad no impidió movilizar fantasmas, depositando el malestar en figuras mágicas  “karma” “mano negra” “cruz” “fue una fuerte explosión”

Otro momento que da cuenta de lo anterior fue cuando el grupo fantaseó con la idea de irse a “algún lugar”. Y colectivamente complejizaron este argumento diciendo “es diferente irse libre o atado” “yo me fui y cuesta más, te vas atada…”

Por eso el desempleo sirvió para pensarse en relación a sus otros vínculos afectivos, tales como la pareja, familia, etc.

Pudieron cuestionar los lugares asignados socialmente  en relación al género, se cuestionó al hombre proveedor y a la mujer dependiente.

Surgieron lazos solidarios entre los integrantes del grupo aportando con ideas a la problemática particular de cada uno. Esto se visualiza cuando en una reunión se manifiesta “es más fácil ayudar que ayudarse”

A los discursos unívocos como “esa es la bronca, tenemos mucho para dar y en este momento no estamos dando nada” el grupo propone revisar la idea de “todo o nada”

A lo largo del proceso el grupo se preguntaba ¿Cómo pasar del sentimiento de no tener un lugar en el mundo a construir uno?

En relación a ello se historizaron sus prácticas laborales, con el objetivo de identificar sus capacidades y los diversos aprendizajes adquiridos, las competencias, no sólo desde una visión técnica sino incluyendo las habilidades sociales necesarias para una adecuada integración e inclusión en la sociedad.

En otra instancia analizamos desde una perspectiva dialéctica, por un lado, las vicisitudes que trae aparejado el desempleo, como así también, aun en situaciones criticas, las condiciones contradictorias que provoca el empleo como por ejemplo la alineación, el  disciplinamiento, y la enajenación (sobre adaptación). Reconociendo aun en estas circunstancias los recursos saludables, como momento de oportunidad para el encuentro.

Finalizando el proceso se podía escuchar “uno habla nadie lo censura” “Es un desahogo estar entre amigos” “lo positivo de escuchar las experiencias de los demás” “Me voy aliviado”.

Frases, gestos,  cambios en sus fisonomías, llegar antes del horario, quedarse conversando entre ellos al terminar la reunión.  Indicadores que fuimos tomando y que nos señalaban que el dispositivo iba cumpliendo con nuestras expectativas de corroborar que el espacio grupal es un lugar potencial, es lo intermediario que permite pensar el pasaje de una significación a otra. Lo intermediario como creador que establece vínculo y articulación, continuidad en lo discontinuo, acepta la ambivalencia, crea, transforma y agrupa.

El desarrollo del grupo transcurrió en cuatro meses, con la participación de doce personas, de diferentes edades y de ambos sexos.

La modalidad del encuadre permitió que la concurrencia de los participantes se diera de manera discontinua  lo que significa que los integrantes del grupo asistieran cuando lo consideraran oportuno según sus necesidades e inquietudes, de todos modos no el  al grupo concurrían  entre cinco y siete personas. Un hecho que debemos mencionar es que no hubo participación de nuevos integrantes lo cual creemos se relacione tal vez con algún disfuncionamiento como el tipo de difusión o la cultura de los espacios cerrados.

Ante estos resultados la institución leyó que la etapa estaba cumplida.

Si nos ubicáramos solamente bajo la lógica de los resultados sería difícil reconocer la riqueza y las potencialidades de este tipo de estrategias.

Es por eso que al transmitir esta experiencia ponemos en tensión a la misma.

                                                                                  Miradas y Voces

Bibliografía:

Edelman, Lucila:  Crisis social y grupos, 2003, Argentina

Kaes, René:          Realidad psíquica y sufrimiento en las instituciones, Capítulo 1.

Kordon, Diana, Edelman, Lucila:  Desarrollos sobre grupalidad, Capítulo IV Fantasía y Grupo, Argentina

Souto, Marta:  Lo grupal y las formaciones grupales, 1993, Argentina

Ventrici Graciela: Instituir en superfluidad: Condiciones actuales del acto instituyente, 2003, Argentina

Burijovich, J ; Berra,C ; D’ Lucca, A : Talleres de capacitación de “ Promotores de Salud Mental y Desempleo”           

                                                           Hospital Neuropsiquiatrico Provincial Córdoba. Año 2002.     

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Articulo publicado en
Septiembre / 2009

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