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El derrumbe del Yo. Cuando el traumatismo toma dimensión colectiva

Editorial Revista Topía #99 Noviembre/2023

Podemos afirmar que hoy vivimos un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío. Este mundo es una capa que se ha adherido a nuestro cuerpo sin permiso y que produce efectos cuyos síntomas se expresan en el triunfo de la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada sobre las pulsiones de vida, el Eros.

La historia de la humanidad es la historia de la  relación del sujeto con la comunidad y no la del Yo individual

Ese reclamo indoblegable

“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”

Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?

La psicología positiva, la felicidad y el capitalismo

El año 2000 traía un nuevo tipo de terror en el mundo. Un imprevisto en la programación de las computadoras hizo que las grandes empresas de internet anticiparan un posible colapso mundial, por una cuestión insospechada y aparentemente nimia, internet podía desplomarse. En consecuencia, toda la información acumulada corría el riesgo de desaparecer en los primeros segundos del nuevo siglo. Al posible tsunami se lo caracterizó como Y2K. La causa era que los programadores no agregaron la centuria en el fechado. Para las máquinas el año 2000 no existía. Por ello el nuevo siglo venía con una bomba dentro de los sistemas de internet, nadie sabía cómo leerían los programas el pasaje del año 1999 al 2000. Un nuevo tipo de fin del mundo acechaba. Por eso, se recomendaba no prender las computadoras el 1 de enero de 2000. Finalmente, poco efecto tuvo el que parecía ser el tsunami que arrasaría toda la información mundial acumulada en la red. Con medidas urgentes y atinadas de las empresas tecnológicas, la nueva biblioteca de Alejandría sobrevivió indemne, fue un fuego fatuo.

La psicología positiva se lanza a barrer con los conocimientos psicológicos previos, entabla una cruzada contra el malestar y las enfermedades mentales pregonando que el bienestar y la felicidad son los antídotos que esta sociedad global necesita

Gramática del poder: la vida mentirosa de las palabras

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común” es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desi-gualación, y construimos un “común”. 

El desamparo en la cultura podría ser la versión actual de aquel texto freudiano acerca de la cultura y su malestar, una versión que permite dimensionar mejor tantos estados de derrumbe subjetivo con los que trabajamos día a día y con los que convivimos

Las venas rotas de Sal. Una elegía para Francisca

Cuenta Francisca que al Santuario del Salar volvieron los capangas,
Dizque son los de aquí con los de allá. Hay nuevos gringos y otros que ni conocemos por su forma de hablar. Vinieron con máquinas pesadas para explotar el litio de nuestro Salar. Y nada para acá, más tienen, más quieren y quieren más. Nos rompen las venitas de nuestra sagrada mamá, revientan las aguas de vida y a los críos, ya sin mamar, volvieron los capangas, volvieron otra vez, con máquinas, quebrantan el suelo sagrado y otras chiquitas en el cielo con ojos de mal.

¿Y nuestra muerte a quién le importa?

El suicidio puede ser definido de distintas maneras, perspectivas e ideologías. Es poner fin a la vida, apagar la angustia, pero, sobre todo, debe entenderse como una problemática de la salud mental del contexto donde se desarrolle la persona y principalmente de los recursos simbólicos con los que cuenta.
Este año, en el mes de febrero, se viralizó una noticia del Estado Español, dos adolescentes se tiraron por una ventana y en el acto murió uno de ellos. Dos menores, acoso escolar, transexualidad, inmigración e información que llega a cuentagotas o transgiversadas fueron el foco de atención que luego se desvaneció en el aire o, mejor dicho, en la red de redes.

La victimización y la falta de aceptación están relacionadas con el comportamiento suicida entre jóvenes y adultos transgénero, y con pensamientos e intentos suicidas entre jóvenes transgénero

De cómo nos construimos los varones… y por qué la deconstrucción es una ilusión

Este es un adelanto exclusivo de un capítulo del libro La construcción de los varones. Contra el patriarcado y otras desigualdades que será publicado por la Editorial Topía próximamente.
La deconstrucción ha devenido parte del lenguaje cotidiano de las luchas dentro de las cuestiones de género. Alejada de sus orígenes derridianos, es una moneda de corrección política que circula. Se vuelve un mandato superyoico con límites indefinidos. Su proliferación borra la memoria de luchas contra el patriarcado.

La crisis del patriarcado implica una crisis en el aparato cultural, esto derivará necesariamente en una crisis de los varones ya que esto mueve toda la corposubjetividad

La biología no es destino, la identidad se construye

Se cumplen 54 años del levantamiento de Stonewall y con motivo de rememorar la lucha de las travestis, trans, maricas y lesbianas que pelearon por su libertad, hablaremos de los cambios que generaron, los tabúes que rompieron y qué exigencias siguen vigentes para la construcción de la identidad.
Con motivo del día internacional de la visibilidad Trans (en inglés TDoV) que fue celebrado el pasado 31 de marzo, Transgender Europe (TGEU) publicó su Informe sobre el Observatorio de Personas Trans en el que actualizó los datos sobre discriminación y homicidios ocurridos a nivel global en el último año.

La fábrica de la identidad

A continuación, publicamos el capítulo 3 de un próximo libro del antropólogo francés, quien es conocido por los lectores de nuestra revista: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. “Signes d’identité” fue publicado por primera vez en Francia en abril de 2002. Carlos Trosman es quien lo tradujo y también nos envió un fragmento de la carta que le escribió David Le Breton en ocasión de enviarle el archivo corregido para esta primera traducción del libro al español: “He reelaborado enormemente el texto para actualizarlo con muchos datos que no existían cuando el libro salió hace veinte años. Verás que a menudo he cambiado cosas, matizado otras, añadido elementos que no existían entonces. Así que en realidad es un libro nuevo, mucho más en contacto con la actualidad.”

Las rupturas sociales, generacionales y culturales vuelven al mundo más confuso, más incierto.

Fracasar y olvidar

Reflexiones sobre el comienzo del año 2023

A comienzos del año 2023 surge el recuerdo de aquel otro año 23, de crisis hace cien años, en el que abruptamente se hacen reconocibles alternativas políticas contrarias para el posterior desarrollo de la república alemana de posguerra. Después del fracaso del aislado “levantamiento de Hamburgo” de los comunistas y la destitución del gobierno del frente de unidad del PCA y PSA en Sajonia a manos de las fuerzas armadas en las últimas semanas de octubre, fracasa también en Múnich, el 8 y 9 de noviembre de 1923, el intento de Hitler y Ludendorff de tomar el poder en Bavaria y (según el modelo de Mussolini) organizar una “marcha a Berlín”. Una década después, el PCA estaba prohibido y Hitler, junto con sus unidades paramilitares (la SA y la SS), con apoyo de las fuerzas armadas y la industria y la bendición de los partidos burgueses, estaba en el poder desde finales de enero. 

La historia del año 1923 en Alemania es de particular interés, porque en ese momento otra vez, por un par de semanas o meses, fulguró (y se perdió) la posibilidad de un desarrollo completamente diferente para Alemania, Rusia y Europa.

Sobre el Cuerpo Alien. Spinoza y lo indefinible como posibilidad

Pensar Spinoza. Pensar su obra magna. Una ética demostrada según el orden geométrico. Sólo con tomar su título, esa frase larga que muchos editores decidieron sintetizar en un sólo significante “Ética”, ya podemos hablar, debatir, y soltar ríos de tinta en la problematización de lo que allí parece emerger. Ludwig Wittgenstein dijo una vez, quizá un poco en serio, un poco en broma, a pesar de su carácter hosco, que “si un hombre pudiera escribir un libro de ética que realmente fuera un libro de ética, este libro destruiría, como una explosión, todos los demás libros del mundo.” Pues bien, o Wittgenstein estaba equivocado en su sarcasmo especulativo, o la Ética de Spinoza no es ese libro. O quizá, por qué no, una tercera posibilidad: Wittgenstein tenía razón y no puede existir un libro preciso, exacto y detallado sobre la felicidad, sobre la mejor vida posible en un sentido estricto, a la vez que Spinoza nunca tuvo la intención de escribir un texto objetivo que cumpliera con dicha precisión. Tal posición me parece más concisa.

¿Qué es entonces esto que denomino cuerpo alien? Podría decir que se trata de una subversión, o más bien, de una postura que rompe una lanza en favor de la capacidad de los cuerpos de escapar, desde un punto de vista cualitativo, a aquello que la mente pretende definir de ellos

La verdad… ¿y nada más que la verdad?

De cómo Spinoza nos legó, hace cuatro siglos -y entendemos que sin saberlo- una epistemología para comprender lo que pasa con el discurso político en las redes sociales.

“Nada de lo que tiene de positivo una idea falsa es suprimido por la presencia de lo verdadero, en cuanto verdadero.”

Cualquier intento por relativizar el valor de la verdad -o de lo verdadero, como más modestamente propone Baruch de Spinoza desde las páginas de su Ética demostrada según el orden geométrico, escrito entre 1666 y 1675- merece, como por una especie de acto reflejo, al menos nuestra sospecha.

En tiempos de la llamada posverdad, esta idea spinoziana de que con la verdad no alcanza, parece poner bajo seria amenaza algunos de los más caros presupuestos de nuestra cultura racional y nuestro principio de realidad, y tiene incluso resonancias morales y éticas

La infelicidad de nuestro tiempo

Hace un siglo, Sigmund Freud retomó una discusión clásica, que se remonta a los tiempos de Aristóteles, sobre la felicidad. ¿Qué significa ser feliz y cómo se logra? Polemizaron los viejos filósofos sobre si era más feliz el hombre (siempre el hombre, las mujeres no interesaban demasiado) cuando cumplía con sus deseos más placenteros o cuando lo hacía con sus deberes más elevados, éticos o religiosos.

Un aspecto tenían en común, estos puntos de vista en apariencia tan distintos: se trataba de conductas individuales, que dependían de cada uno de ellos y no del contexto social en que vivieran. Y, por supuesto, estuvo históricamente condicionada y se refleja en el arte y la literatura de cada época. En Roma la felicidad era la riqueza y el poder y la capacidad de mostrar lujos inverosímiles, como sedas que hacían el larguísimo camino desde China hasta Italia, o el ser propietario de las vidas de miles de seres humanos y mostrarlo en palacios y estatuas. Pero, ¿son felices los altruistas o los egoístas? ¿Los que siguen los deseos de la sociedad o los propios?

¿Qué significa ser feliz y cómo se logra? Polemizaron los viejos filósofos sobre si era más feliz el hombre (siempre el hombre, las mujeres no interesaban demasiado) cuando cumplía con sus deseos más placenteros o cuando lo hacía con sus deberes más elevados, éticos o religiosos

La estafa con la sangre

En esta hibridación entre tecnología y magia de la cultura actual se promueve la creencia de que los límites no existen, que Silicon Valley tiene la capacidad de llevarnos a soluciones que parecen dispuestas por los dioses. Después de todo, nuestra manera de pensar, de imaginar, de amar, de comunicarnos ha sido modificada por sus arrolladoras invenciones. No quedan afuera de las mismas ni el espacio exterior, ni la guerra. Esta última, estamos viendo, se vuelve más y más cibernética. Algo así como: “con drones y ejércitos de hackers hábiles le complicamos la vida a cualquiera”.

La innovación tecnológica aparece como un criterio de verdad absoluta, nada es imposible y los desarrolladores tienen esa aura de inefabilidad que los protege como a una casta sacerdotal

La situación represiva en Argentina 2022

María del Carmen Verdú es abogada y militante antirrepresiva desde fines de los ‘80. Es integrante fundadora de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). Escribió el libro Represión en Democracia, de la “primavera alfonsinista” al “gobierno de los DDHH” (Buenos Aires, Herramienta, 2009). La CORREPI es una organización antirrepresiva, autogestiva, que se define anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal. Se fundó en 1992. Como relata Verdú: “militamos hace más de 30 años contra toda forma de represión estatal (gatillo fácil, torturas, detenciones arbitrarias, muertes en lugares de detención, femicidios de uniforme), contra la criminalización de la protesta y el conflicto social y por la libertad de presxs políticxs.” En este texto aborda una faceta de nuestra era del malestar actual: la situación de la continua represión estatal y las necesarias luchas que se llevan adelante.

Desde el inicio de la pandemia se ampliaron las facultades y recursos de las fuerzas represivas con la excusa de “hacer cumplir las medidas sanitarias”, en lugar de garantizarlo con suficientes medidas sociales y asistenciales universales

La precarización del Yo

Editorial Revista Topía #93 noviembre/2021

El capitalismo tardío fue constituyendo lo que llamamos una corposubjetividad construida en la precariedad de la relación con uno mismo (intrasubjetividad), con los otros (intersubjetividad) y con la cultura (transubjetividad). La subjetividad da cuenta de un cuerpo construido en el anudamiento de los espacios psíquico, orgánico y cultural que adecuan nuestra forma de vivir. Por ello no reducimos la subjetividad al aparato psíquico, sino a las formas singulares en que se conforma este anudamiento los cuales van a determinar los procesos de corposubjetivación.

En este sentido, la precariedad corposubjetiva de los sujetos es uno de los síntomas estructurales del capitalismo tardío

La insoportable (pero histórica) precariedad del ser

Hay que hacerse cargo: según lo ha mostrado la biología o la etología, pero también ciertas ramas de las llamadas humanidades (la arqueología, la antropología tanto física como cultural, la prehistoria, etcétera), el ser humano -es decir, parlante, sexuado, mortal- es un ente extremadamente precario. Al contrario de lo que sucede con otras especies animales, su nacimiento es siempre prematuro, inmaduro, excesivamente anticipado. Su carácter social -al cual muchos, idealistamente, le atribuyen una originalidad congénita- no es, pues, una “excepción”; o bien, si lo es, lo es en tanto respuesta a su insuficiencia. Por lo tanto, desde su propio nacimiento y durante muchos años, su precariedad tiene como contrapartida necesaria una situación estructural de dependencia: cada ser naciente, precario recién iniciado, requiere el soporte de algún/os Otro(s), precarios con mayor experiencia, simplemente para sobrevivir: para que su precariedad no retroceda nuevamente hacia la Nada. Una de las definiciones posibles de la palabra sociedad, entonces, es que se trata de una estructura sumamente compleja de articulaciones entre precariedades “desiguales y combinadas”.

Cada ser naciente, precario recién iniciado, requiere el soporte de algún/os Otro(s), precarios con mayor experiencia, simplemente para sobrevivir

Precariedad subjetiva y pandemia

Precariedad es un término utilizado sobre todo para condiciones laborales que implican inseguridad e incertidumbre. En las actuales condiciones que genera la combinación de pandemia y recesión económica mundial el sentido del término precariedad abarca a amplias capas de la población que estamos amenazadas no solamente por el virus, sino por la incertidumbre e inseguridad laboral y económica. Enfrentar esta difícil situación requiere de un esfuerzo cotidiano y de la conservación de un equilibrio emocional que permita afrontar ese desafío. Y hay quienes carecen de esa fuerza y equilibrio y caen en diversas situaciones de afectación psíquica.

La precariedad abarca a amplias capas de la población que estamos amenazadas no solamente por el virus, sino por la incertidumbre e inseguridad laboral y económica

Plantarse contra la precariedad de la vida

Columna

“Señor, señora no sea indiferente, que matan a travestis en la cara de la gente”, es una canción que se sintió durante toda la marea verde y que volvió a resonar por estos días. La gran mayoría de la población conformada por mujeres, identidades feminizadas, niñas, niños y adolescentes empeoró sustancialmente su situación con la pandemia, más el arrastre de la crisis económica de los últimos años del macrismo; y particularmente impactó en la población travesti y trans. La precariedad se ve en los índices de violencia y muerte.

“No somos esclavas”: luchas de las trabajadoras contra la precariedad en pandemia

Llevamos casi dos años en un mundo conmocionado por la pandemia. Esta crisis dejó a la vista las contradicciones de un sistema que no puede garantizar ni la salud ni la vida de millones de personas, porque prioriza las ganancias de unos pocos. Tan solo en el último año, 100 millones de seres humanos cayeron en la pobreza, mientras que las 500 personas más ricas del planeta obtuvieron el mayor crecimiento de su patrimonio en una década. Al mismo tiempo que las multinacionales farmacéuticas hicieron fabulosos negocios con las vacunas, ha crecido la precariedad de la vida y ha aumentado la carga de los trabajos domésticos para las mujeres en los hogares. No es el virus, es el capitalismo patriarcal y racista.

Tan solo en el último año, 100 millones de seres humanos cayeron en la pobreza, mientras que las 500 personas más ricas del planeta obtuvieron el mayor crecimiento de su patrimonio en una década

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