Imaginémonos esta situación, por cierto usual: una asamblea, digamos, en Palermo. Un vecino dice algo políticamente identificable, no importa la propuesta. La pregunta surge inmediata de otro, otros. “¿Vos a quien representás?”. No es una pregunta que busca saber la fuente de la propuesta. Sino desautorizarla a partir de descubrirla. La representación remite al referente.