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LA CAÍDA

 

Resumen

Se tomarán tres niveles de análisis: intrasubjetivo; grupal/ institucional o intersubjetivo y político social o macro social.

Se hipotetiza entonces que ciertos tipos de estructura que se dan en el nivel social e institucional también se constituyen en el plano intrasubjetivo. La internalización en el plano intrasubjetivo se concretiza en las instituciones.

Son a su vez, en forma dialéctica, los procesos de génesis y consecuente estructuración que están “en la cabeza de la gente” -entre otras variables- los que posibilitan complejos acontecimientos de orden social y modalidades especificas de vinculación, observables en las instituciones y grupos

La emergencia de estos fenómenos es posible bajo determinadas condiciones materiales objetivas, fundamentalmente económicas y también del contexto histórico. Los acontecimientos sociales adquieren formas diversas de acuerdo con el contexto histórico y los modos de producción, que son los que varían.

 

 

Me mato porque Stalin no sabe nada del amor,

me mato porque el pueblo tampoco puede con mis versos.

Maiacovsky

 

INTRODUCCIÓN

Partiendo de la película alemana “La caída” que narra los últimos días del nazismo en Alemania en abril de 1945 -hechos descriptos por la que fue la secretaria de Hitler, Traudl Junge- intentaré analizar la génesis y la estructura de ciertos fenómenos que sustentan y subyacen a acontecimientos de índole grupal y social.

Se hipotetiza entonces que ciertos tipos de estructura que se dan en el nivel social e institucional también se constituyen en el plano intrasubjetivo. La internalización en el plano intrasubjetivo se concretiza en las instituciones; entre ellas, la familia, que opera como transmisora y reproductora de la ideología dominante. Se internalizan de ese modo modelos de cómo se debe amar, se debe pensar, se debe sentir. Así es como “somos hablados” por la ideología.

Se postula que es en el ámbito institucional, en el marco de las relaciones cara a cara que dichas estructuras toman forma en el plano intrasubjetivo.

Son a su vez, en forma dialéctica, los procesos de génesis y consecuente estructuración que están “en la cabeza de la gente” entre otras variables los que posibilitan complejos acontecimientos de orden social y modalidades específicas de vinculación observables en las instituciones y grupos.

La emergencia de estos fenómenos está posibilitada por condiciones materiales objetivas, fundamentalmente económicas y también del contexto histórico. Los acontecimientos sociales adquieren formas diversas de acuerdo con el contexto histórico y los modos de producción, que son los que varían.

 

Tres niveles de análisis: intrasubjetivo; grupal, institucional o intersubjetivo y político- social.

Se tratarán de diferenciar tres niveles de análisis: Un nivel estaría dado por lo histórico- social donde se pueden aplicar los principios fundamentales del materialismo dialéctico como eje organizador. Las barbaries del siglo pasado (ejemplo paradigmático, el del nazismo) y las que viene anunciando este siglo (barbarie en las extremas condiciones de los pueblos sometidos que lleva a sus habitantes a inmolarse en acciones suicidas), ameritan ser vistas también a la luz de otras teorías para su posible comprensión.

Otro nivel de análisis estaría dado por el campo de lo intra psicológico destacando que el psiquismo humano se conforma y se expresa con los otros significativos .

Un tercer nivel de análisis estaría constituido por el terreno donde se juega lo intersubjetivo, es decir, los grupos y las instituciones, tanto permanentes (familia, escuela, hospitales, etc.) como transitorias.

Estos niveles de análisis están íntimamente imbricados, ¿Cómo pensar la subjetividad, sin analizar los grupos e instituciones donde ésta se construye? ¿Cómo pensar las instituciones sin analizar las variables políticas, históricas y sociales que las determinan? ¿Cómo pensar fenómenos sociales sin analizar las características subjetivas que les sirven de soporte?

 

Psicología de las masas.

Como se constituye el fenómeno de masas: Los procesos de identificación e idealización.

Se sugiere que algunas categorías utilizadas por la teoría psicoanalítica para el análisis de los fenómenos de masa y para explicar la formación del aparato psíquico, pueden ser útiles, también, para la comprensión de acontecimientos histórico-sociales complejos.

Cuando se realiza este tipo de análisis se corre el riesgo de -extrapolando constructos de una teoría y aplicando los mismos en un ámbito diferente- caer en las deformaciones propias que se conocen con el nombre de “psicologismo”.

Cabe recordar que una teoría describe y explica un recorte de objeto parcial y que, por ende, no puede explicar la realidad toda.

Ha habido muchos intentos fallidos en este sentido; ejemplo de ello son las posiciones dogmáticas en que han derivado análisis desde la perspectiva del materialismo dialéctico.

Paradójicamente algunas corrientes que han pretendido relacionar el psicoanálisis con el marxismo terminaron resignando principios fundamentales del segundo.

En este punto se torna fundamental retomar “los textos sociales” de Freud.

Para Freud “la masa está formada por dos lugares” (este fenómeno puede darse incluso en una sola persona): el lugar del hipnotizador -líder, padre, amante- colocado en el lugar del ideal, única persona centro de interés y el lugar del hipnotizado –masa, niño, enamorado- que cree, confía y no efectúa crítica alguna.

Estos lugares están mediatizados por lo que Freud llama “el poder mágico de la palabra” , palabras que hacen posible la sugestibilidad.

-¿Cuál es el proceso por el cual se une la masa con su líder y se cohesionan los miembros de la masa entre sí?- se pregunta Freud.

Los integrantes de la masa reemplazan su ideal del yo por el ideal de la masa o sea el líder, de este modo se unen los miembros de la masa entre sí por identificación.

El surgimiento del lazo libidinal existente entre el líder y la masa cohesiona los individuos.

Ensalzando al líder aumenta la distancia entre el ideal y el yo, disminuyendo la confianza de los individuos para dirigir su propio destino.

Las masas creen en las palabras del líder, carecen de poder de crítica. Freud dice que “la existencia de numerosos lazos afectivos explica la falta de independencia e iniciativa del individuo” .

La función del ideal es ejercer la crítica, el ejercicio de la prueba de la realidad . “No es de extrañar que el yo considere como real una percepción cuando la instancia psicológica encargada de la prueba de realidad se pronuncia por la realidad misma” .

Por otra parte, la credulidad tendría su fundamento en que las ilusiones ahorran displacer, al menos momentáneamente y hasta que sobreviene la decepción.

La restricción del narcisismo de los individuos que forman masa hace que se piensen iguales entre sí tolerando las diferencias. Pero ¿dónde aparece la intolerancia? En un grupo presentado como exterior, ajeno. Podría asimilarse entonces lo extranjero a lo amenazante, a lo enemigo.

También Freud nos plantea en “Consideraciones sobre la guerra y la muerte” que se puede cohesionar mayor numero de gente con la condición que sobren otros en quienes descargar los golpes, satisfaciendo de esta manera las tendencias hostiles. Lo que él llama “narcisismo de las pequeñas diferencias”.

El film mencionado desnuda la conformación y el posterior desvanecimiento del fenómeno de masas descrito magistralmente por Freud.

“ La caída” como fenómeno humano muestra la caída del lugar del ideal en el que fue colocado el líder por la masa toda, proceso que posibilita la identificación de los miembros de la masa entre sí y que trae como consecuencia la conformación de un todo homogéneo, la ilusión de la desaparición de las diferencias, la falta de espíritu crítico y de pensamiento independiente.

Esta posición aparece esbozada en las palabras de la secretaria al inicio de la película: “Habrá sido mi error haber dicho a todo que sí”.

Las distintas reacciones de los individuos ante la evidencia de la pérdida de la guerra desnuda la aparición de las diferencias en ese todo ilusoriamente homogéneo. Esto no es mas que la prueba que la realidad objetiva se impone por sobre la propaganda y por sobre las ilusiones.

Desnuda asimismo la sensación de que si el ideal cae ya no hay por qué vivir, se suceden múltiples suicidios en los cuales las identificaciones se vislumbran por la elección de la misma modalidad de suicidio.

Los procesos de masificación con la puesta en juego de los mecanismos de idealización e identificación cristalizan en un tipo de estructura en la cual el líder ocupa el lugar del todo y sus subordinados por contrapartida el lugar de nada. La clásica ideología que se expresa en los términos: “ El líder es todo para nosotros, podemos dar la vida por él”.

A su vez, estos sectores someten a otros a la condición de ser nada y ellos se erigen así mismos en todo, dueños de la vida y de la muerte.

Esta forma deja, podría decirse que como efecto de su propia estructura, algún sector excluido; es así como líder y seguidores conforman un núcleo homogéneo a condición de dejar por fuera algún sector que pasará a ser el enemigo, el excluido, el perseguido.

Las diferencias imposibles de soslayar son, de este modo, clasificadas y ubicadas.

No es difícil ver en la constitución y transformación de los grupos pequeños, cómo se manifiestan estos fenómenos. Un grupo puede desarrollar sus tareas con un accionar y métodos democráticos, las opiniones de todos serán tenidas en cuenta, habrá debate, el/los jefe/s ocuparan el lugar de la coordinación.

En determinado momento -en relación con condiciones materiales que en general tienen que ver con ajuste, reducción o deterioro de las condiciones materiales, presión de estructuras institucionales y/o la necesidad de sostener privilegios o lugares de poder- comienzan a generarse transformaciones.

Es así como algunos integrantes comienzan “ a decir a todo que si”, se ha perdido la capacidad de crítica, en un proceso que se realimenta entre “el jefe y su séquito de acólitos” se conforma un grupo homogéneo. Las diferencias comienzan a ser acalladas porque a los que piensan diferente del grupo ya no les resulta tan fácil expresarse, también, porque el disenso es censurado por los mismos integrantes del grupo. Los que ocupan este lugar de “exterioridad” permanecerán en el grupo a costa de acallar sus opiniones o se marcharán.

Entonces, se podrá concluir que en el fenómeno de masas hay una génesis que la constituye y una estructura a la que se adviene. Los mecanismos que se ponen en juego son los de identificación e idealización.

En sus manifestaciones más extremas esa génesis cristaliza en estructuras del tipo de TODO / NADA, ADENTRO / AFUERA, ambas complementarias entre sí.

 

Algunos procesos que conforman el aparato psíquico . Un mecanismo de defensa, la identificación con el opresor.

Cuando Freud analiza el ejército y la iglesia como masas institucionalizadas, nos cuenta de un jefe que ama a todos por igual, sustituto del padre.

En “El yo y el ello” explica cómo se da en el individuo la búsqueda de un padre sustituto: “Cuando niños hemos conocido, admirado y temido a tales seres elevados y luego los hemos acogido en nosotros mismos (ideal del yo o súper-yo)... En el curso del desarrollo queda transferido a los maestros y a aquellas personas que ejercen autoridad sobre el sujeto, el papel del padre...”

El padre de la modernidad ha sido un padre autoritario. Las masas de la modernidad se han constituido colocando en el lugar del ideal a este padre de la horda; a los sustitutos paternos les fue atribuida la característica del autoritarismo.

 

Es interesante destacar como se posiciona Friedrich Engels con respecto al tema de “la autoridad”.

En debate con el anarquismo postula los siguientes conceptos: en primer término define la autoridad como imposición de la voluntad de otro a la nuestra, por lo tanto presupone subordinación y se pregunta si hay modo de prescindir de ella y si podemos crear otro régimen social en el cual esta autoridad ya no tenga sentido. Explica que el modo de producción capitalista conforma masas y poblaciones que requieren de la organización para finalmente preguntarse si es posible la organización sin autoridad y si cambiado el sistema la autoridad desapareciese o cambiaría de forma.

La organización de la producción podrá resolverse por representantes o por el voto de la mayoría mas la voluntad de alguien siempre tendrá que subordinarse, asevera.

Concluye que “ cierta autoridad aunque delegada y por ende cierta subordinación son cosas que independientemente de toda organización social nos son impuestas por las condiciones materiales...” y que las condiciones materiales de producción capitalista tienden a aumentar el campo de esta autoridad.

Éste, como tantos otros debates fue planteado en su momento. De cualquier modo Engels, con la finalidad de oponerse a la posición antiautoritaria del anarquismo diluye la diferencia entre la necesidad de organización para convivir y el autoritarismo y cuál seria la forma de no caer en este último, situación a la que se arribó con el estalinismo.

El modo de producción capitalista crea masas y constituye poblaciones sentando las condiciones materiales que hacen posible la pérdida de la individualidad.

La organización que surge de la delegación elegida o la toma de desiciones en asamblea son los métodos que frenan el autoritarismo, el surgimiento de “padres de la horda”.

Podríamos preguntarnos qué variables confluyen para que en determinado momento estos métodos se abandonen y lleguen al liderazgo figuras nefastas que se imponen a la masa toda.

Probablemente se tendrían que analizar la confluencia de las condiciones materiales y los complejos procesos psicosociales en juego.

Anna Freud describe en “ El yo y los mecanismos de defensa ” el mecanismo de defensa de identificación con el agresor .

Se observa en los juegos cómo el niño se identifica con el objeto temido a los fines de transformar la angustia en seguridad.

Dice Anna Freud “ El niño introyecta alguna característica de la persona u objeto que le produce angustia”... ”Al ejecutar el papel del agresor, asumiendo sus atributos o imitando sus agresiones, el niño simultáneamente se transforma de persona amenazada en la que amenaza” Se trata -como Freud analizó en “ Mas allá del principio del placer”- de hacer activamente lo sufrido en forma pasiva.

Será ésta una etapa intermedia en el desarrollo normal del super-yo, internalizando las críticas provenientes del mundo externo que aún no es autocrítica.

Disociada de la propia conducta “el yo” dirige la agresión hacia el exterior y proyecta la propia culpa siendo intolerante con el mundo externo antes que severo consigo mismo.

 

El ámbito institucional donde se constituye la subjetividad, donde lo intersubjetivo se torna intrasubjetivo es el lugar priviligiado para ver cómo la estructura institucional determina el accionar de sus miembros y cómo los mismos elementos ubicados en otra estructura manifiestan conductas diferentes.

Se recordará entre otros tantos, el “caso Carrasco”, soldado del mismo nombre asesinado con la participación del grupo del que formaba parte, hecho que marcó el fin del servicio militar obligatorio en la República Argentina.

Las agresiones de algunos miembros contra otro fue la forma de hacer sufrir activamente lo vivido en forma pasiva. Así “la identificación con el agresor” prevalece como mecanismo de defensa operando para evitar el miedo y la angustia.

Un fenómeno similar ocurre entre sectores y clases que poseen intereses enfrentados. Los sectores oprimidos pierden su independencia, su conciencia de clase, diluyen sus intereses y se asimilan a la ideología dominante, la internalizan como propia y la defienden muchas veces hasta el punto de ver amenazada la propia supervivencia.

De este modo, la ideología, con su aspecto encubridor y los discursos dominantes, estos últimos con su faz productora de subjetividad, se presentan como el único discurso posible que intenta diluir las diferentes realidades de clase.

 

Conclusión:

Los fenómenos descriptos, tanto en su génesis y conformación como en su estructura, son específicamente humanos, al menos, producto de los procesos culturales e históricos que la especie ha desarrollado y a la vez la ha constituido.

Forman parte del individuo, se manifiestan en los pequeños grupos y constituyen los fenómenos de masa.

Se manifiestan en su aspecto positivo (enamoramiento) así como también, en los episodios más nefastos de la historia.

Freud recurrió al concepto de “neurosis colectivas difíciles de contrastar por afectar a la masa toda” y pone sus esperanzas en que la cultura pueda frenar el instinto de agresión y autodestrucción.

Múltiples y complejas variables intervienen para que se vire a este estado de “neurosis colectivas”.

Los textos sociales de Freud ayudan a comprender algunas variables psicológicas que intervienen en los fenómenos humanos; por ejemplo la conformación de estos “ dos lugares: el del hipnotizador y el del hipnotizado” y el peligro que conlleva ubicarse en “ el lugar del que cree, confía y no efectúa crítica alguna ”. Como en otros órdenes también, aquí se trata de una cuestión de grado, dentro de este tipo de fenómenos, se podría indagar en qué momento y bajo qué condiciones la individualidad se diluye hasta el punto de transformarse en “nada”, en concurrencia a otorgar poder a figuras que se transformarán a su debido tiempo en “nuestros propios verdugos”.

Estas ilusiones ocultan la realidad, o en otros términos, construyen una realidad con acuerdo a los deseos propios.

Hay un momento constitutivo para algunos complejos procesos históricos en los que se juegan intereses de clases contrapuestos y hay una lucha en el terreno simbólico que es decisiva antes de que un sector se adueñe del poder con la fuerza de las armas.

Mas las ilusiones tarde o temprano caen y la realidad se impone con todas sus fuerzas, la mas de las veces, cuando esto sucede ya es tarde.

 

El signo distintivo de las neurosis es que la libido pierde la vinculación con los objetos reales y se dirige en introversión hacia la fantasía. Dice Freud en Lo Siniestro: “Lo que también domina la vida psíquica de los neuróticos es la exageración de la vida psíquica frente a la material”

Tal vez, un signo distintivo de las neurosis colectivas radique en la pérdida de la apreciación de la realidad objetiva que, en el plano social, no se debe entender sino como “realidades de clase con intereses contrapuestos” y en la construcción de ilusiones que tarde o temprano caerán producto de las contradicciones que la misma realidad impone.

En la dialéctica entre el sujeto que conoce y el objeto conocido “ son los hechos prácticos los que dan la respuesta definitiva”.

Otro punto de confluencia para pensar “las neurosis colectivas” estaría dado por la estructuración del tipo: adentro / afuera, todo / nada.

En episodios históricos extremos -como el nazismo- se manifiesta este tipo de estructuración: el líder es todo, sus seguidores son nada, a su vez éstos transforman en nada a los sectores considerados enemigos.

Hay un grupo de privilegiados y los sectores que quedan por fuera de este grupo considerado humano son convertidos en enemigos, inferiores, no-humanos.

 

Describe Freud cómo se conforman las instancias del aparato psíquico a partir de procesos intersubjetivos: el desarrollo del yo, la constitución del súper-yo a partir de la internalización de las figuras paternas y la posterior sustitución de las mismas en personas que ejercen autoridad. La sumisión y complacencia del niño ante “tales seres elevados” vuelve entonces a actualizarse.

En “El malestar en la cultura” se explica que los límites entre el yo y el mundo exterior no son inmutables, dando como ejemplo de la pérdida de límites el estado de enamoramiento y ciertos estados patológicos en los que sentimientos, percepciones y pensamientos aparecen como extraños y no pertenecientes al yo. El lactante no diferencia su yo del mundo exterior.

Para evitar el displacer y el dolor tiende a expulsar de sí cuanto sea desagradable, creando un yo placiente, enfrentado con un no-yo exterior, ajeno y amenazante.

En “Introducción al Narcisismo” se analiza el interjuego existente entre la líbido del yo y la líbido objetal . -“La libido objetal nos parece alcanzar su máximo desarrollo en el amor, el cual se nos presenta como una disolución de la propia personalidad en favor de la carga de objeto...” - explica Freud.

En “El Malestar en la Cultura” analiza la génesis del llamado sentimiento oceánico y atribuye su origen a la indiferenciación inicial entre el yo y el mundo exterior. Este “ser-uno-con-el-todo” operaria como forma de “refutar el peligro que el yo reconoce amenazante en el mundo exterior”.

Indefensión infantil que busca el amparo paterno ante un exterior vivenciado como hostil.

Para Freud: Interior placiente/ exterior amenazante; desamparo infantil/ búsqueda de poderosas figuras paternas sustitutas.

 

Acontecimientos siniestros como el nazismo son parte de nuestra “humanidad” en el sentido de que algo de lo humano que nos constituye los sustentan. Mas esta “humana cara siniestra” sólo puede tomar forma asentada en determinadas condiciones materiales que son de extrema necesidad, de incertidumbre, de competencia por los mercados.

Es así que el film La caída no ha hecho mas que retratar nuestra siniestra cara humana. Siniestra por ser al mismo tiempo extraña y familiar.

 

En el presente podriamos comenzar a preguntarnos: ¿Qué formas toman en la pos-modernidad los acontecimientos sociales extremos y cómo se imbrican con las actuales formas institucionales y las nuevas constituciones subjetivas?

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

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• Múltiple interés del psicoanálisis. 1913

• Introducción al narcisismo. 1914

• Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. 1915

• Lo Siniestro. 1919

• El yo y el ello. 1923

• El malestar en la cultura. 1929

• Nuevas aportaciones al psicoanálisis. Una concepción del universo. 1932

• Menezes Djacir, O problema da realidade objetiva, ed. Tempo Brasileiro, INL, Rio de Janeiro, 1971.

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“En el yo y el ello” Freud se rectifica planteando que el examen de realidad es función del yo.

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Idem supra , pag. 121.

Freud Sigmund , Lo siniestro , pag 2500, tomo VII, Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, 1983.

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Djacir Menezes , O problema da realidade objetiva , cap. IV, ed. Tempo Brasileiro, INL, Rio de Janeiro, 1971.

Freud Sigmund , Introducción al Narcisismo , pág. 2018, 2019, tomoVI, Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, 1974.

 

Freud Sigmund , El Malestar en la Cultura , pág. 3022, 3023, tomoVIII, Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, 1974.

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Articulo publicado en
Septiembre / 2009

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