1. El fascismo, como ideología nacionalista y xenófoba y como movimiento político que busca la purificación y homogeneización de la población en los Estados-nación, existe desde hace 100 años. Su función ha sido y sigue siendo la defensa de la economía capitalista mediante la eliminación de la democracia parlamentaria (elecciones libres, competencia de partidos, división de poderes y garantías de derechos humanos) y su sustitución por un régimen "autoritario" (dictadura de partido único, fusión de legislación, gobierno y poder judicial). Este régimen no contradice la estructura oligopólica de la economía capitalista, sino que la refuerza. Aunque su función contrarrevolucionaria permanece constante, su apariencia varía.
Tanto el régimen fascista alemán como el régimen estalinista lograron suprimir la oposición interna y las poblaciones potencialmente "desleales" mediante deportaciones masivas, fusilamientos, trabajo forzado y campos de exterminio.
Hay silencios y silencios. Un silencio no es necesariamente ausencia o vacío. Hay silencios que funcionan como disparadores que hacen explotar o generan movimientos; otros, en cambio, son herramientas de exclusión, estrategias de segregación para acallar pensamientos y posturas disidentes.
Hoy lo femenino sigue siendo empujado a la periferia, lo marginal, la excepción.
La propuesta de este texto es transmitir algunas cuestiones que vengo investigando con otros colegas en el marco del Psicoanálisis Vincular, sobre la idea de las alianzas entre pares, como una posibilidad de armado de lo que llamaré colectivos abiertos, esto es, grupos que habiliten compartir la construcción de lazos de afecto solidarios que faciliten la vida en común y el sostén personal de cada uno de nosotros.
Intentaré articular estas maneras de pensar la realidad, con los nuevos modos de relacionarnos entre los sujetos -tanto en lo personal/vincular como en lo social/ naturcultural.
En el presente trabajo abordamos un caso clínico que testimonia el dolor de existir presente en la melancolía, ante la pérdida de un objeto significativo para el sujeto. Este análisis se apoya en un cuadro melancólico, comparándolo con el proceso de duelo normal, que describe Sigmund Freud en 1915, y que mantiene su vigencia.
Desde el punto de vista histórico, la psiquiatría clásica conceptualizó la melancolía y Freud trabajó con lo que la disciplina de su tiempo le presentó, asumiendo esta herencia. En primera instancia abordaremos un caso clínico de melancolía y mencionaremos el posicionamiento de algunos autores de la psiquiatría clásica.
Desde los inicios de su tratamiento el equipo pensó diferentes diagnósticos posibles, partiendo de un trastorno de la personalidad histriónica con una depresión moderada hasta una melancolía
La idea de este escrito es poder pensar qué función cumple el tejer en la estabilización de la psicosis.
Desde una mirada psicoanalítica haré una articulación teórica vinculada a un caso clínico que doy seguimiento como residente de tercer año del Hospital de Alta Complejidad SAMIC de El Calafate.
Lo que captó mi atención es la parte creativa de la paciente, en particular sus tejidos que son amigurumis, animales tejidos en lana, los cuales ella vende y tiene su emprendimiento.
El año 2020, inicio de la pandemia de Covid-19, se convirtió en un marcador en la historia de la humanidad. Durante dos años, vivimos la mayor parte del tiempo entre la angustia, el miedo y el aburrimiento, confinados en nuestras casas y organizando nuestras vidas a través de la tecnología, considerando, por supuesto, a aquellos que pudieron disfrutar de este privilegio. Al final de este periodo, nos sorprendimos al recibir en nuestra clínica a pacientes que permanecieron y aún permanecen sumergidos de manera casi absoluta en el aislamiento social y en el mundo virtual. Algunos no van a la escuela y, si van, no establecen relaciones. No les gusta bañarse, no les gusta su cuerpo ni alguna parte de él, no les gusta ver su rostro en el espejo ni escuchar su voz. Algunos jóvenes incluso extendieron el uso de la mascarilla en situaciones sociales mucho tiempo después del fin del confinamiento.
Los ejemplos que guían los desarrollos de este artículo provienen de pacientes jóvenes, entre 12 y 23 años, que recibimos en nuestra práctica de extensión universitaria que atiende a adolescentes trans y no binarios.
A veces nos olvidamos que todos y todas portamos saberes. Algunos disciplinares y disciplinados; otros, no tanto. Unos cuantos construidos colectivamente. Todos valiosos si se sustentan en principios éticos.
Por momentos, la interdisciplina deviene un ideal, un imperativo superyoico que termina por apelmazar la singularidad de los saberes y por homogeneizar las diferencias. Las cancela, las borra, las barre, en vez de tomarlas y hacerles lugar.
La interdisciplina ni es la receta para todos los males, ni es la meta de todas nuestras intervenciones
El presente trabajo se basa en una experiencia coordinando un grupo terapéutico en una Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) en el barrio de Mataderos (CABA) en el periodo 2021-2023. El funcionamiento de dicho dispositivo se enmarca en la articulación entre organizaciones sociales y políticas con la Secretaría de Políticas Integrales de Drogas (SEDRONAR), organismo estatal que subsidia a este tipo de organizaciones con el objetivo de que construyan dispositivos territoriales que brindan atención psicosocial gratuita a personas adultas que padecen consumo problemático de sustancias. A partir de dicha experiencia se elaborarán una serie de reflexiones clínicas-teóricas-políticas en torno a las potencialidades, límites y desafíos de las intervenciones grupales en un dispositivo comunitario de salud mental.
¿Cómo desactivar las lógicas de privatización del padecimiento mental? ¿Es suficiente con llevar a cabo prácticas terapéuticas grupales? ¿De qué manera promover enunciaciones colectivas en un grupo? ¿Cuál es el rol de un/a coordinador/a? ¿Qué es "colectivizar" el malestar? ¿Cuáles son sus implicancias políticas y terapéuticas?
Hoy nos preguntamos cómo pudo suceder que en una localidad de nuestro país un grupo de varones se animara a desfilar en el Carnaval portando carteles que festejaban y promocionaban la pedofilia. “Aguanten las menores”, “Dos besitos porque 3 se me para”.
Se sentían impunes, mientras desde el Poder se banaliza la violencia sexual contra infancias y adolescencias.
Cada agresión sexual tiene que ser leída como acción política conservadora de un orden en el que el Poder somete para intentar perpetuar una forma de ver el mundo a través de la cual los privilegios de los poderosos deben permanecer intactos, a cualquier precio.
Vamos a reflexionar sobre la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Solano López que nos va a permitir encontrar similitudes y diferencias con la serie que se estrenó en Netflix.
Leí la historieta El Eternauta en su versión original cuando tenía 11 años. Esperaba todas las semanas que llegaran las hojitas del suplemento Hora Cero -eran cuatro, la primera una tapa y las otras tres páginas los cuadraditos de la historieta- para saber cómo continuaba la narración. Esa aventura fascino a toda una generación; eran héroes cuyas aventuras transcurrían en la ciudad de Buenos Aires con la cual nos podíamos identificar. Los personajes representaban arquetipos de sectores sociales que atraviesan de diferentes maneras toda nuestra historia hasta el presente.
Esa aventura fascino a toda una generación; eran héroes cuyas aventuras transcurrían en la ciudad de Buenos Aires con la cual nos podíamos identificar.
La idea de que en el poder político nada sucede por casualidad y que todo depende de un grupo secreto que actúa en las sombras es propio de diferentes etapas históricas. Sin embargo, en la actualidad las llamadas fake news tienen una gran importancia debido a los efectos en los procesos de corposubjetivación de las redes sociales que circulan en el espacio virtual. Allí las teorías conspirativas adquieren la figura del sentido común que, como todos sabemos, no es el más común de los sentidos.
Podemos reconocer que cuando la realidad social y política se vuelve más oscura, algunos sujetos adoptan visiones conspirativas. Un ejemplo paradigmático en nuestra literatura son la novela Los siete locos y Los lanzallamas de Roberto Arlt
Hace unos días, en la góndola del supermercado, escuché a una mujer diciéndole a otra “se le saltó la cadena, esta vez se pasó de la raya”. Contaba que alguien había descerrajado una tanda de insultos violentos -ñoqui de mierda, zurda, vaga, hija de puta- a la médica de guardia que venía demorada. Faltó poco, agregó, para que le pegara una paliza. La frase de la mujer fue elocuente. En efecto, en medio de un clima social que se va deteriorando cada vez más, los intercambios violentos y las exteriorizaciones de odio son frecuentes. El lazo social se resquebraja y el otro no es un semejante, un conciudadano (palabra perimida hoy). El otro es un enemigo.
El lazo social se resquebraja y el otro no es un semejante, un conciudadano (palabra perimida hoy). El otro es un enemigo.
Con el correr de los siglos, los cambios de las ideologías y los contextos, modificaron el concepto y la experiencia del cuerpo. Estos factores incluyen la visión cartesiana dualista del mundo y del cuerpo tanto como el trato que le da el capitalismo, presentándolo como mercancía, consumidor y productor. Sirvieron de base a la perspectiva científica occidental, que ve al cuerpo como objeto, encapsulado, descontextualizado, delimitado dentro los confines de la piel. Esto afectó y afecta la subjetividad, la sensibilidad y la experiencia del cuerpo propio tanto como su relación con el entorno.
El avance de las nuevas tecnologías, de la biotecnología en particular, provoca transformaciones hasta hace poco inimaginables en los cuerpos humanos. Estos cambios son controvertidos; por un lado, salvan vidas y mejoran la salud, por otro lado, deshumanizan
Una paciente que hace varios años está en análisis dice: “yo no le caía bien a nadie, me rechazaban, me miraban mal, era así siempre, y yo sentía que dejaba de existir, ahora siento que sigo valiendo, existiendo. Nunca le interesé a los demás, sentía que no tengo que ser como soy…”
Esas construcciones psíquicas son modos de tornar pensables, narrables, situaciones traumáticas vividas tempranamente en la historia y que se repiten a lo largo de la vida en intentos frustros de metabolización
La editorial y la revista Topía auspician este conmovedor texto que es un libro álbum ilustrado. Es una historia desde la memoria. Tal vez el momento donde el ser que es esa pibita empieza a ser. Un día de quiebres, rupturas y desapariciones. De apariciones también, de nuevas manos y nuevos sonidos. Un día donde se puso negra la tarde aun con el sol a pleno. Y la noche se iluminó de manera intermitente pero se iluminó, como las ventanas de un tren en movimiento. Una jornada caliente, que ardió en la piel por los golpes, que quemó en los pies por el calor en la vereda y las baldosas ardiendo. Una tarde de tele en penumbras y una mesa, ni muy cálida ni muy fría, pero de espera. Sobre todas las cosas una tarde-noche donde las que estuvieron de testigos: fueron las chicharras. Las escenas y recuerdos de las niñeces traen y completan lo que se rasgó. El libro cuenta y “aparece” lo que fue silenciado. Relata un retazo de historia que adultos y niñes queremos recuperar.
La serie es conmocionante. Cada parte está filmada desde un plano secuencia (consiste en un único plano que se desarrolla con numerosos movimientos de cámara que se desplaza por varias escenas sin ser interrumpido por el montaje o por otros planos). Esta particularidad no la debemos entender como un alarde técnico, ya que se encuentra al servicio de la narración: el tiempo real en que está filmada no da respiro al espectador haciéndolo participar de cada acto, de cada gesto, de cada mirada.
El analizar algunas secuencias del relato nos van a permitir exponer determinadas conceptualizaciones del libro de Alejandro Vainer y Carlos Barzani, El malestar de los varones en tiempos de oscuridad.
Con motivo de la reciente publicación, por nuestra editorial Topía, del libro Trotsky y Freud de Helmut Dahmer, compartimos esta entrevista en la que el autor explora la relación entre las ideas de estos dos grandes pensadores con la teoría y la práctica del psicoanálisis. A lo largo de la conversación, Dahmer analiza las afinidades entre el psicoanálisis y el materialismo histórico, así como el impacto de sus críticas en la comprensión de la sociedad y la subjetividad.
"El psicoanálisis freudiano es también una psicología materialista"
Con este texto inauguramos esta separata. A contramano de Javier Milei y la internacional neofasista creemos que el pensamiento de izquierda sigue siendo una reserva ética y política ante la barbarie del capitalismo neoliberal en su actual versión neofascista. Por ello no dudamos en lanzar como consigna, en el inicio del gobierno de Milei, que “Salud Mental es luchar contra el neofascismo”. Y a partir de este número distintos pensadores e intelectuales desarrollarán la importancia y la necesidad de la izquierda como salida frente al neofascismo
"Estarán las izquierdas actuales en condiciones de afrontar ese trabajo abrumador? Habrá que inventar otras, arrojarse a una nueva apuesta pascaliana? No podemos saberlo. De lo que si podemos estar seguros es de que, en el mundo que ha llegado a ser, es eso o la Nada"
En este breve abordaje, donde la práctica marca el paso, pero también el intento de poder deconstruir nuestros propios procesos de subjetivación, nos interesará reflexionar sobre tres ejes: (1) ¿cómo nos aproximamos a una problemática que hemos construido de qué modo? (2) ¿Qué dolores atraviesan las juventudes adolescentes y no-adolescentes? Y (3) ¿Cómo discriminar algunas presentaciones del dolor?
Quizás por este extrañamiento moderno en relación al dolor y la muerte, es que no tengamos una ley de eutanasia o de asistencia a la muerte. El resultado de que la muerte devenga clandestina quizás sea lo que determine
Este es un breve ensayo donde se realiza una revisión epistemológica de los modelos relacionales en la atención médica psiquiátrica y en particular, se ocupa de la relación Médico Psiquiatra-Paciente y sus diferencias paradigmáticas con las modalidades de encuentros terapéuticos que plantea la perspectiva de lo vincular. Pone en diálogo las lógicas del pensamiento de la clínica en psiquiatría derivada del positivismo estructuralista con la lógica de la perspectiva vincular post estructuralista, que trabaja en complejidad. Profundiza la conceptualización sobre el sujeto y la relación asistencial que se entabla con éste. Propone la idea de otros modos de asistir y conceptualizar a partir de incorporar el pensamiento complejo en el acto médico.
La noción de "Entre" desafía las identidades dadas y propone una psiquiatría que no estigmatiza, sino que trabaja con las fuerzas que actúan en el encuentro
El artículo que estamos presentando contiene –entre otras cosas- una multiplicidad de reflexiones sobre un tema complejo, como lo es el acompañamiento clínico en procesos de transición de género. Intenta dar cuenta de las múltiples y contradictorias líneas de abordaje que exige una práctica ética en toda su complejidad. Es un artículo que al mismo tiempo desnuda nuestras propias contradicciones y los rodeos que se producen en un pensamiento en construcción. Es el resultado transitorio de nuestros propios debates, de nuestros desacuerdos, nuestras dudas. Intentamos siempre localizar en la clínica el punto de partida de toda interpelación y al mismo tiempo la prioridad en el esfuerzo de despejarla o atenuar sus posibles efectos paralizantes, perimetrar la interpelación, circunscribir las preguntas -dentro de lo posible- al interior de un terreno fecundo. Nos han nutrido lecturas de múltiples autores, con todos hemos debatido y en todos nos hemos inspirado. Esta es una de las estaciones en el hilo de nuestro trabajo, seguramente no la definitiva, pero si es que algún día creemos arribar a ella, ojalá tengamos la lucidez de volver a considerarla transitoria.
Nos interesa en primer lugar poner en discusión la cuestión de la elección de un/a terapeuta con "perspectiva de género " como atributo específico”.
Vivimos con una sensación de incertidumbre, de angustia y miedo que se expresan de diferentes maneras: en el acto de hablar, en los síntomas que produce, descargándose a través del movimiento muscular y reuniendo representaciones pulsionales conjuntamente con las fantasías del sujeto. Debemos decir que el miedo lo encontramos siempre presente en nuestra civilización: en las relaciones sexuales; en el trabajo, ya sea por perderlo o por no conseguirlo; en las relaciones familiares; en las calles de las grandes ciudades; en las luchas por las reivindicaciones laborales y sociales. Este miedo es aprovechado por el poder de los sectores dominantes para someter al conjunto social. En la actualidad, este es el recurso de los sectores neofascistas.
La castración edípica es una estructura que permite en el aparato psíquico una organización en la alteridad para sostener el desvalimiento originario que nos hace humanos
No hace mucho tiempo atrás existía un dicho popular que llenaba de ilusión a los futuros padres: cada niño nacía con un pan debajo del brazo. Lamentablemente quedó muy lejos de cumplir esa ilusión un adolescente salteño que se suicidó luego de perder el sueldo de su madre haciendo apuestas en un casino online. Trataba de acertar resultados en espectáculos deportivos de todo el mundo, partidos y más partidos de los que en tiempo real conocía los resultados. Abrumado por las deudas entendió que le era imposible resolver la situación y terminó con su vida. El ejemplo vale para mostrar que las apuestas online han generado un problema difícil de enfrentar, uno más, para las crianzas y el desarrollo de las nuevas generaciones.
En la cultura cyborg en que vivimos la prótesis incorporada al cuerpo, -el celular- abre las puertas del casino global. No hay restricción de entrada, todo está facilitado para que nada, ni nadie puede obstaculizar el ingreso de un menor en las ligas de las apuestas
En la medida en que el capitalismo nos enfrenta a múltiples crisis (económicas, políticas/bélicas, sanitarias, ecológicas, entre otras) en el campo de la psicología y la salud mental encontramos niveles de padecimiento inéditos y una avanzada de tendencias reduccionistas con discursos cientificistas, particularmente biologicistas, promovidos por corporaciones económicas como la industria farmacéutica, estados y gobiernos. Desde las neurociencias mainstream hasta la psicología evolucionista (todo fenómeno mental como adaptación evolutiva biológica heredada), con el denominador de naturalizar las determinaciones históricas y culturales.
Quienes intentamos construir una ciencia psicológica que aporte a la emancipación social y subjetiva nos encontramos con varios desafíos… ¿cómo integrar los aspectos subjetivos singulares del psiquismo, tanto conscientes como inconscientes, a fenómenos sociales y políticos más amplios?
David Le Breton explora en este nuevo libro publicado por Editorial Topía la importancia y significado de los tatuajes, piercings y otras marcas corporales en la construcción de la identidad personal y social. A través de un análisis sociológico y antropológico, revela cómo estas formas de modificación corporal han sido históricamente estigmatizadas y cómo su percepción ha cambiado en la sociedad contemporánea. Nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cuerpo, la identidad y los procesos de transformación personal en un mundo cada vez más individualista. En ese camino publicamos un fragmento de la introducción.
La piel es una superficie de inscripción del significado y el vínculo, una pantalla en la que proyectamos una identidad soñada, utilizando las innumerables formas con que se escenifica la apariencia en nuestras sociedades, arraiga el sentido del yo en una carne que individualiza
Cuando a Mao Tse Tung le preguntaron qué pensaba de la Revolución Francesa contestó con un exceso de prudencia que todavía era prematuro sacar una conclusión. Es más que justificado responder lo mismo con respecto a las consecuencias de la pandemia de covid en la vida humana. Lo cierto es que la humanidad estuvo en peligro. La muerte circuló con su indiferente guadaña llevándose a alrededor de veinte millones de personas. Más que en la Primera Guerra Mundial y un poco menos que en la segunda. El General Covid mató sin piedad, sin odio, sin maldad y generó un terror colectivo que no se sabe aún qué herencia habrá dejado. Y por cuántas generaciones.
La pandemia y el crecimiento mundial y viral del fascismo han obligado a pensar una clínica del infortunio común. Una fortuna adversa que no reemplaza a lo neurótico, pero lo resignifica
Seminario organizado por Enrique Carpintero y Alejandro Vainer en el VI Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos en la Casa de las Madres de Plaza de Mayo el 16 de noviembre de 2007. En esta clase contamos con la presencia de León Rozitchner. Reproducimos este texto inédito en homenaje a los 100 años del nacimiento de Rozitchner.
Las máscaras del terror también existen en el campo psicoanalítico, esas teorías que ustedes estudian. También ahí tienen algo que ver las madres, y algo que ver también los hombres que hacen las teorías sobre las madres
Escuchar el inconsciente y sus efectos en interpelación con la cultura se inscribe en la tradición del psicoanálisis cuya aparición produce una ruptura epistemológica respecto al pensamiento del sujeto y sus padecimientos, ya que desde los inicios la escucha atañe a las personas tanto como a las cuestiones subjetivas dependientes de las contingencias socio-históricas. La separación que en ocasiones se establece dentro y fuera de la disciplina entre el Freud clínico y el pensador de la cultura no parece resultado exclusivo de la lectura de su pensamiento y algunos autores lo acreditan a la influencia de las introducciones a las obras freudianas efectivizadas por el traductor de la edición inglesa. Pinto Venegas (2021) por ejemplo, lo hace en un trabajo que “problematiza” tal división identificando las notas introductorias de Tótem y Tabú, donde Strachey señala que “las contribuciones freudianas se dirigen principalmente a lo que se entiende en términos generales como antropología social” y la correspondiente al Malestar en la Cultura, en la cual el desarrollo freudiano es considerado un “trabajo sociológico”.
El orden simbólico imperante, la sociedad patriarcal en la que Freud desarrolla el psicoanálisis, no deja de imponer sus efectos en las conceptualizaciones del autor sobre la cuestión femenina.
Un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) emplazado en un territorio en los márgenes de la ciudad de Santa Fe, en una esquina frontera entre dos barrios.
Los modos de subjetivación y sufrimientos desplegados en este rincón del mundo, tienen que ver con el paisaje que se habita. Con esto digo: la cotidianeidad barrial y laboral de la comunidad, transcurre con incrementos de exposición a episodios de enfrentamientos con armas de fuego en las calles todos los días
A partir de la construcción de la Iglesia como Institución en Occidente, primeramente en el marco del Imperio Romano, en los siglos III, IV y V de la Era Cristiana, se va generando un pensamiento Doctrinal de la Institución Apostholica que tendrá su auge en la denominada Edad Media, cuando Santo Tomasso de Aquino, Sant’Agostino y otros Filósofos Teocéntricos, elaboran y difunden sus puntos de vista, que tienen como objetivo principal la educación moral de los creyentes y a la vez una conformación de una concepción del Mundo y de la vida del hombre en el, con relación a la Divinidad.
Erasmus fue un Precursor de la Humanistica es decir de la Corriente de Análisis que estudia lo Psicológico y lo Social, combinado con lo Espiritual, las complicaciones de la Vida Civilizada del Homo Sapiens
En el presente escrito se hará un acercamiento por la consolidación de la escuela como dispositivo moderno, abriendo paso a los interrogantes que se inscriben a partir de los movimientos de transformación social y las nuevas demandas que pujan por una resignificación de su función en el entramado social, pasando por la implementación de nuevos recursos tecnológicos como estrategias inclusión y transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje
La escuela se constituye en un lugar de potencia, un espacio donde convergen distintas generaciones e ideologías, un lugar donde lo posible siempre tiene una puerta abierta
Convoca a interrogarnos acerca de esta práctica elemental en el campo de la Salud, básicamente en contextos de encierro, al enfrentarnos diariamente a la ausencia de “Programas Específicos” rectores de una práctica Ética los cuales deberían funcionar como primordial dentro del sanitar ismo institucional y en consideración a la definición que la OMS da sobre el concepto de SALUD.
Las políticas de prevención son inexistentes en este país lo que deja entrever el desencadénate social que provoca.
Esta entrevista fue realizada para la investigación del libro Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los´60 y´70 (Editorial Topía, segunda edición, 2018). La versión completa había permanecido inédita y formará parte de un libro de próxima aparición que incluirá las entrevistas allí realizadas. Aquí Rozitchner (1924-2011) rememora algunos de los momentos de su vida, entre los pioneros del psicoanálisis. Su relación con la tumultuosa vida política de esa época en la que fue construyendo una consistente teoría contra el poder desde la filosofía y el psicoanálisis; tanto, que Juan Carlos Volnovich suele definirlo como el mayor filósofo que ha dado nuestro país, si no el único. Por ello en los innumerables cruces entre Marx y Freud, que allá por los años ’60 se proyectaron mucho más allá de la mera teoría, Rozitchner supo ser la referencia obligada. Y su obra lo sigue siendo.
“Cuando volvés a encontrar todo tu pasado, toda la historia, es cuando volvés a encontrarte con la muerte”
Otra vez Milei. Otra vez es necesario alertar sobre las propuestas neofascistas del gobierno. Es que como psicoanalista y ciudadano de esta región del planeta no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada. El sujeto se constituye en la relación con el otro en la alteridad, sino no hay sujeto. De allí la necesidad de defender al sujeto como un desafío ético. Esto es lo que venimos haciendo desde nuestra página de la revista.
Como psicoanalista no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada
Ante el incremento de la violencia y la crueldad contra las mujeres y disidencias sexo-genéricas, en el marco del patriarcado neofascista, me interrogo si desde el Psicoanálisis tenemos algo que decir y hacer. Freud se preguntó sobre la violencia de su época, el porqué de la guerra y teorizó sobre ello. Al inaugurar su concepto de pulsión de muerte, consideró inevitable la violencia y la guerra, y parece que el tiempo le ha dado la razón. Pero no dejó de lado considerar posibles formas de amortiguarla y para ello propone apelar a Eros, a las ligazones afectivas, a las identificaciones.
La crueldad es la marca de este patriarcado neofascista, crueldad como shock para amedrentarnos, para debilitarnos, para aislarnos, para eliminarnos
Freud en El malestar en la cultura señala que las prótesis tecnológicas, pese a las dificultades de su incorporación, convertían a los hombres en semidioses. Esta observación, entiendo, ha cobrado relevancia en este proceso tecnocapitalista en que vivimos. Desde este punto arrancamos, hace ya muchos años, a pensar cómo los procesos tecnológicos van modificando a los seres humanos, insistiendo en que la hibridación entre humanos y máquinas nos ha constituido en cyborgs.
Nos encontramos ante un nuevo desafío en las crianzas de niños y adolescentes: cómo lograr desenmascarar las trampas que el consumismo capitalista ha disfrazado de juego
El traumatismo colectivo nos atraviesa hasta las entrañas. En los cuerpos, en las guardias, en las internaciones, en las calles, en los consultorios, en los diferentes espacios.
En este texto buscaré herramientas en algunos momentos de la historia, precisaré algunos conceptos, para poder llegar a la propuesta de cómo tener dispositivos clínicos a la altura de este traumatismo “generalizado” (tal como lo define Enrique Carpintero) que vivimos.
Nos enfrentamos con procesos de desubjetivación que nos exigen, como entonces, la inteligencia y la imaginación colectiva para enfrentar este “traumatismo generalizado”
El abordaje de las problemáticas psicosomáticas está hoy cada vez más presente en nuestra clínica. Este libro propone un abordaje de estas problemáticas. Aquí publicamos su rica presentación, donde la autora historiza los abordajes psicoanalíticos para llegar a la actualidad.
Este libro tiene una vocación sobre todo didáctica. Busca articular las ideas del Instituto de Psicosomática de París con las problemáticas clínicas en las cuales el sufrimiento del cuerpo prevalece, encubriendo o incluso sustituyendo al sufrimiento psíquico. Los conceptos que aquí exponemos son eminentemente freudianos, algunos de ellos revisados y ajustados a la luz de las singularidades que se revelan en el contacto de los psicoanalistas con los pacientes portadores de patologías orgánicas. Las diferentes figuras de lo traumático y su impacto en la organización psicosomática del paciente constituyen el hilo conductor.
En este artículo nos proponemos establecer una aproximación al concepto de interseccionalidad, con la finalidad de poder articularlo con la clínica psicoanalítica. Para ello, llevaremos a cabo un análisis detallado del caso de la joven homosexual de Freud, utilizando como fuente los artículos del caso freudiano Sobre la psicogénesis de la homosexualidad femenina (1920) y Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud de las biógrafas Rieder, I. & Voigt, D (2004). Sostenemos que la incorporación de este enfoque permitirá una comprensión más profunda y matizada para la escucha psicoanalítica.
A partir de los 90 ́ empieza a visibilizarse movimientos de mujeres indígenas y afrodescendientes que planteaban críticas al feminismo urbano y blanco-mestizo hegemónico hasta entonces, al señalar la necesidad de articular las relaciones de género con las relaciones de raza y colonialidad
En tiempos de abundancia siempre resulta oportuno detenernos y analizar qué tenemos entre las manos, cómo aquello cae por nuestros dedos, qué aromas y manchas nos deja. Hoy, la abundancia en ofrecimiento de supervisiones y formaciones en la materia se hacen evidentes. Nos convocan a interrogarnos, a escuchar, a tomar un posicionamiento.
No existe el Saber Supervisar. El saber queda ligado a la transmisión y ésta al acto terapéutico de la experiencia propia, de su labor como profesional
Como contrapartida de la asociación libre, Freud conceptualiza la atención flotante. Jaques Derrida trabaja el concepto de “hospitalidad” como respuesta ante la otredad. Suely Rolnik y Félix Guattari nos proponen cartografiar un territorio no explorado. Junto a estas, podríamos rastrear otras tantas elaboraciones que nos tienden la mano hacia la posibilidad de una apertura. Son bordes que señalan la brecha necesaria para la emergencia de un campo sensible.
La atención flotante no es un elemento trascendental a-histórico inmune al magma de significaciones sociales ni a las singularidades de lxs analistas.
Entre los avatares de la clínica queda de manifiesto, que el vínculo parento filial es uno de los más complejos para pensar, ya que hay todo un desarrollo teórico, conceptual y práctico que parte de la idea de un estado de inermidad inicial de cuidado absoluto hacia un sujeto que depende del otro para su subsistencia, al “éxito angustiante” que deviene de reconocer a ese otro en su alteridad y autonomía, que no depende ya de esos cuidados.
Nos enfrentamos al desafío de pensar, junto con otros, las marcas de época, por más que los deseos parentales parezcan los mismos en cuanto a la trascendencia, y al cumplimiento narcisista del deseo propio
La intención de este apretado ensayo apunta a una práctica históricamente enquistada y actualmente insistida en el sistema educativo en general y en particular en la universidad. Refiere sobre un moderno invento que en su transcurrir entre los cuerpos los trama en reacciones afectivas por donde quedan enlazado la relación con el saber. Dicho de otra forma, conforma, el invento moderno, un proceder que no solo subjetiva a los cuerpos en una determinada forma de estar entre sí sino también con lo que se puede decir desde la práctica del estudio a partir de un libro y su escritura. Ensaya una crítica sobre la moderna forma de encontrarse entre docente, estudiante y el saber. Encuentro (quizás no sea la palabra que mejor lo nombre), que se establece cuando se intenta considerar qué sabe el estudiante. Se refiere entonces este escrito al examen.
El examen y su proceder, que afectos tan llenos de pesantes que hace del saber su inminente mutilación.
La teoría de la percepción de Mikel Dufrenne se despliega en torno a tres momentos fundamentales: presencia, representación y reflexión, cuyos elementos reconstruiremos a partir de una lectura de la obra “Figura en el lavabo” (1976) de Francis Bacon.
Toda percepción contiene en sí una significación, lo cual nos habilita el camino de la reflexión o la acción.
Según Dufrenne, percibir es descifrar un sentido más allá de las apariencias y obtener de ese conocimiento las consecuencias que nos convienen. La cuestión crucial sería, entonces ¿cómo acceder a esta significación y lograr avanzar desde el signo hacia el significado?
En este punto, la percepción comienza en lo sensible y transiciona hacia la intelección consciente que luego germinará en el plano de la representación.
El presente escrito intentará reflexionar, a partir de un caso clínico, las posibles relaciones entre la psicosis y el concepto de huellas mnémicas como parte de la constitución del psiquismo desde una perspectiva psicoanalítica.
Partiremos de reconocer que cuando un sujeto padece un brote psicótico queda en estado de perplejidad, perdiendo las coordenadas tanto de la realidad como de la orientación, cortando al mismo tiempo el vínculo con el mundo de lo objetal, situación que conlleva un intenso sufrimiento y estado de angustia.
En el caso clínico presentado podemos inferir que en el sujeto la alucinación aparece como desbordando la investidura y se da a expensas de la realidad objetiva.
Un fin de época es, ante todo, una transformación en la manera en que los seres humanos ven el mundo y se sitúan en él.
Las creencias colectivas predominantes en una época son variadas, pero todas se mantienen sobre el supuesto de ciertas creencias y actitudes básicas, que no se ponen en cuestión. Se trata de creencias ontológicas acerca de lo que se considera razonable admitir como existente en el mundo, de supuestos epistémicos, acerca de lo que debe valer como razón para justificar cualquier proposición, de adhesiones valorativas sobre lo que debe considerarse como altamente valioso. Las concepciones religiosas, filosóficas, políticas o artísticas más diversas se contraponen en una misma época, pero esa contraposición no sería posible sin el supuesto de un consenso sobre lo que puede aceptarse como razones y valores válidos.
Vivimos en un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío cuyos efectos son producir un traumatismo que toma dimensión colectiva
Helmut Dahmer es un sociólogo austríaco que estudió con Adorno y Horkheimer. Heredero de muchos de sus planteos, a principios de los 80 denunció la política colaboracionista de las instituciones psicoanalíticas durante el nazismo. Tiene una importante producción escrita. Entre sus libros traducidos al castellano encontramos el clásico Libido y Sociedad. Estudios sobre Freud y la izquierda Freudiana (1983). Ha colaborado varias veces en nuestra revista. Nuestra editorial publicará en los próximos meses su reciente libro Trotski, Freud, el psicoanálisis y la revolución de octubre. Este texto fue escrito especialmente para este número 100. Y analiza exhaustivamente el fascismo de ayer y hoy.
La función de los movimientos y regímenes fascistas era (y es) asegurar por la fuerza el mantenimiento y un mayor desarrollo de la economía capitalista después de las dos devastadoras “guerras mundiales”
Enzo Traverso es un destacado intelectual, historiador, investigador y profesor universitario. Italiano de nacimiento (1957) donde realizó sus estudios de grado y doctorado en París y actualmente catedrático en la Cornell University de Ithaca en Estados Unidos. Es uno de los pensadores de izquierda más prestigiosos del presente, con una concepción humanista de la historia. Reconocido por sus estudios acerca de las consecuencias del nazismo, de la violencia totalitaria y de las dos guerras mundiales en Europa. Autor de los libros Melancolía de izquierda. Después de las utopías (2016), Las nuevas caras de la derecha (2018) y Revolución. Una historia intelectual (2022), entre sus más recientes.
Esta entrevista, realizada en enero de este año, pretende abrir reflexión sobre el fin de una época en el mundo y en Argentina, con el avance del post fascismo, y las interrogantes que se abren respecto de si existe un posible sujeto político de cambio.
Cambiar el mundo implica coraje, desafíos, implica audacia, implica tomar medidas radicales.
La reforma universitaria del 18, hace más de un siglo, enfrentó una férrea estructura conservadora abriendo el paso a un rotundo cambio en las altas casas de estudio. A través del “Manifiesto Liminar” y los postulados reformistas, se expresaron las críticas a un régimen académico que producía el ahogo del pensamiento crítico y de la producción científica. El resultado de esta fuerte huelga y revuelta estudiantil fue la democratización del gobierno universitario con autonomía y cogobierno con participación de los profesores, estudiantes y graduados en el gobierno universitario.
Los pilares sobre los que se desarrollaron las universidades argentinas apoyados en la Reforma de 1918, autonomía -institucional y académica- y autarquía, fueron reemplazados por privatización, desregulación y supeditados a las leyes y necesidades del mercado
¿Cuándo sabemos que una época ha llegado a su fin? Cuando los instrumentos que dominamos durante años ya no nos obedecen, más aún cuando se invierte el orden de poder y quedamos casi inermes ante las nuevas tecnologías que manejan unos pocos centros de poder para lograr el dominio de enormes masas de población.
La IA no constituye una innovación más, implica un funcionamiento robotizado en tiempo real, la expectativa en el futuro es superar el funcionamiento todavía parcial, y extenderse a todos los segmentos de la vida individual y colectiva
El espejo es el paradigma de esta época. Tomó la escena del mundo en el que vivimos. La multiplicación exponencial de narcisismos espejados atraviesa nuestros días y nuestras noches. Las pantallas, esos pequeños espejitos de colores donde miramos y nos miramos, nos consumen horas y horas. Las imágenes evanescentes fluyen en un río olvidable. El mandato es tener que testimoniar la propia vida, donde no alcanza con vivir, sino que tenemos que mostrar aquello que vivimos.
A mayor cantidad de tiempo en las pantallas, mayor desvalimiento. Mientras miramos solos estos espejos oscuros, no hay otros
Pensar las transformaciones de la subjetividad es comprender como los lazos sociales van definiendo a los sujetos, es la idea de contrato narcisista que plantea Piera Aulagnier ¿Cuál es ese contrato hoy?
El endiosamiento de la adolescencia es tal que la adultez perdió su categoría, los adultos hoy imitan a los adolescentes, se comportan como tales, copian su vestimenta y generan una confusión en los jóvenes que deben confrontar con padres que se niegan a crecer
Esta exposición fue realizada por Enrique Carpintero como director de la revista Topía en la audiencia pública en defensa de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. La misma fue convocada por el bloque de diputados del Frente de Izquierda y de los trabajadores (FIT) en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación el 21 de enero de 2024.
La libertad retrocede. Escuchamos y leemos panegíricos sobre la libertad en los últimos tiempos en la Argentina. Hay quienes descalifican a los que nos oponemos “a los (supuestos) principios de la libertad”, utilizando el argumento que tenemos “miedo a la libertad” en un guiño tramposo al título de un clásico libro.
Erich Fromm publica en 1940 El miedo a la libertad. El avance de los fascismos en el mundo lo decide a publicar anticipadamente parte de sus investigaciones sobre el carácter del “hombre moderno”. Aborda una temática específica: la libertad. Su clásico estudio avanza en entender cómo el miedo a la libertad promueve el sometimiento que llevó al triunfo de los fascismos en dicho mundo. No estaba decidido el resultado de la Segunda Guerra Mundial. Y había muchas posibilidades de que el fascismo triunfe.
La libertad quedó reducida a los mercados. Con la ilusión de una autorregulación divina, que jamás existió en la tierra, donde sobrevivirán solamente los más fuertes. Los grandes capitales que decidan jugar en todos los territorios donde puedan hacer negocios
Desde su sanción en el año 2010, la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 sufrió además de la falta de implementación en todo el país, sistemáticos ataques para modificarla y derogarla. Hoy asistimos a un nuevo intento, esta vez formulado desde el entrante gobierno de Javier Milei, que mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y una Ley Ómnibus, se busca afectar al conjunto de derechos adquiridos en todos los órdenes de la vida en sociedad y entre ellos y particularmente, la protección de los derechos de las personas atravesadas por un padecimiento mental. Derechos que no sólo garantiza la ley vigente, sino que también, el conjunto de pactos y convenciones internacionales incluidos en la Constitución Nacional, sin olvidar el Código Civil y Comercial reformado en el 2014.
Este inédito mecanismo de arrasamiento de derechos, con un claro sesgo autoritario e inconstitucional para un gobierno en democracia, expresa sin ningún pudor en su objeto (art.1°): “promover la iniciativa privada, limitando toda intervención estatal”.
Superficies de placer, cuerpos que anudan poderes y deseos en los pliegues del tiempo, siempre en mutación. Una práctica que transgrede el guión de género en la intersubjetividad tradicional, un cuerpo que se exhibe disidente, una estética sexual que provoca a contra pelo del modelo hegemónico, un argumento que cuestiona el modo aceptable e instituido del placer.
Un interrogante que nos guía en esta reflexión es ¿Cómo colocarnos a resguardo, ante el riesgo de moralizar el erotismo en sus fuentes primordiales?
Algunas situaciones que tienen como protagonistas a los jóvenes que habitan las escuelas secundarias, nos interpelan desde el año 2018. Los escraches (1) en las escuelas empezaron a aparecer como modalidad de expresión y denuncia, no sin consecuencias.
Para reflexionar sobre lo que sucedió en estos dos años en las escuelas no puedo dejar de mencionar la lucha feminista, cómo las jóvenes tomaron las calles sumándose al histórico reclamo de las mujeres y el papel protagónico de las nuevas generaciones contra el patriarcado, la construcción de nuevas masculinidades, los jóvenes contra el adultocentrismo, las consignas como “mi cuerpo es mío”, “cuando digo no, es no” y la gran lucha y movilización por el aborto legal, gratuito y seguro, son el marco en el que las denuncias, llamadas escraches en las redes contra pares, suceden. El abuso y el acoso sexual, aparece en esas instancias sin discriminación, tratándose de relaciones simétricas en cuanto al poder. El lugar de los adultos e instituciones marcadas por el patriarcado agudizan la distancia generacional. Tiempos revueltos, tiempos en que los jóvenes buscan adultos que no encuentran o que no existen.
El lugar de los adultos e instituciones marcadas por el patriarcado agudizan la distancia generacional. Tiempos revueltos, tiempos en que los jóvenes buscan adultos que no encuentran o que no existen.
Hemos sido socializades -por tanto, sujetes emergentes y a su vez, (re) productores- en un discurso heteropatriarcal, androcéntrico y machista, que legitima la dominación hacia la mujer, las identidades feminizadas y las identidades disidentes, por su mera condición de ser, derivando en una deshumanización, cosificación y opresión constante, en los diversos planos en donde nosotras habitamos la vida.
Es importante entender que como adultos debemos centrarnos en partir de escuchar, entender que no hay recetas, que se trata de un trabajo artesanal y es con los otros que se construirán las respuestas colectivas.
Pensar en una revista como artefacto cultural nos permite, a priori, establecer un análisis integral teniendo en cuenta sus connotaciones políticas, ideológicas, sociales y culturales. Expreso Imaginario fue una revista de música, publicada desde agosto de 1976 a enero de 1983, es decir, nació y murió con la última Dictadura Militar. Esta revista abarcó diferentes áreas artísticas y culturales que interpelaron la cosmovisión de una determinada juventud de los años setenta, dejando una impronta por su particular diseño y su innovadora composición visual.
Expreso Imaginario no eran considerados peligrosos por los militares, pero el clima de autocensura y miedo que se vivía repercutía en la revista, a tal punto de dialogar sobre si convenía o no que se publiquen algunas notas
Orientada por la pregunta apropósito del hacer del analista de niños y principalmente por los embrollos de mi posición como analista, me encontré preguntándome si los diversos modos de intervenir que utilizó en la clínica con niños y que se alejan de la estoica interpretación clásica podían sostenerse desde un marco psicoanalítico. Ya que la experiencia clínica me fue demostrando que si bien el uso y la apuesta a la palabra es la regla de cualquier espacio analítico, la utilización de la interpretación sin creces ( la verbalización de los contenidos inconscientes, el uso del equívoco y su consecuente descubrimiento del sin-sentido oculto) se presenta en ocasiones como irrupción, que interrumpe el juego (el decir infantil) haciendo obstáculo a la transferencia, impidiendo tanto el despliegue significante como la posibilidad de escucha por parte del niño.
El cuerpo del analista parece clave en su presencia, pero solo a condición que suponga fundamentalmente su ausencia. Hablo de un cuerpo otro, descontado, capaz de brindar una presencia agujereada, que se oferta en pos de que algo pueda ser dicho, jugado, escrito.
La primera vez que escuché para qué servía el psicoanálisis, la profesora habló de la cura por la palabra. El nombre con que Anna O. había bautizado lo que sucedía en esas consultas con un joven e inexperto Sigmund Freud. Me había impresionado (¿o sorprendido?) la metáfora de la limpieza de chimenea. Tal vez porque mi cabeza siempre fue un hervidero de pensares, un atolladero de palabras.
“La palabra es una flecha ardiente que llevamos clavada”, afirma Juarroz.
Los adolescentes se nos presentan a veces como la caja de Pandora, ese objeto cerrado, mítico, donde confluyen todos los fantasmas que los padres y la sociedad temen. Como en otras épocas, “esos raros peinados nuevos”, estos adolescentes como efectos, subjetivaciones epocales y de un sistema de producción expresan, sienten y reflejan lo que los va atravesando.
Los adolescentes como cualquier otredad nos sacuden con la irrupción de lo violento, con su doble carga: el descubrimiento de un otro y la subjetivación en constante despliegue de procesos de diferenciación
Podemos afirmar que hoy vivimos un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío. Este mundo es una capa que se ha adherido a nuestro cuerpo sin permiso y que produce efectos cuyos síntomas se expresan en el triunfo de la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada sobre las pulsiones de vida, el Eros.
La historia de la humanidad es la historia de la relación del sujeto con la comunidad y no la del Yo individual
“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”
Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?
En el invierno de 1990, las y los transeúntes de la Avenida Corrientes se asombraron al encontrar 32 bolsas de plástico negras, rellenas como si fuesen cadáveres, distribuidas entre la vereda y la calle. Cada una de ellas llevaba un cartel que decía Hospital Moyano.
Era la puerta del Centro Cultural Liberarte, dentro del cual se estaba llevando a cabo un recital-espectáculo de protesta. Al público que ingresaba a la sala se lo hacía formar en fila, les revisaban las uñas y la cabeza como si tuviesen piojos, y les hacían lavar las manos en un fuentón con agua helada. Luego, se les entregaba un plato de chapa con un guiso frío e incomible.1
El hospital se asemejaba cada vez más a un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial: usuarias esqueléticas deambulando por los espacios abiertos, otras recluidas en salas desmanteladas por no poder caminar y un hedor nauseabundo proveniente de los baños y la cocina
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra