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Entre líneas

 

Como le gustaba a Deleuze y a Guattari los individuos y las sociedades entre diversas líneas se traman y se recorren. Algunas bloquean y otras huyen con sus deslizamientos y zigzagueos. Entre las líneas o a partir de sus recorridos es posible mapear aventuras y viajes diversos, tensiones y conflictos, trazos de circuitos que se articulan entre comerciantes y negociaciones. Desenlaces entre contrincantes, fugas y/o deseos constituidos en determinados territorios que suelen ser obstaculizados y cortados por erguidos y férreos muros.

Preguntemos de nuevo ¿es posible abrir líneas de fuga entre esas líneas que se embrollan, entre esa línea que traza y se compone de dimensiones sociales, económicas, históricas y mundiales?

Si de líneas enmarañas se compone las zonas urbanas y rurales, los individuos y las grupalidades parece ser tarea difícil deslindar a las mismas cuando se trata de una línea en particular. Algo de su particularidad, su tramado, su recorrido, sus actores y territorialidades, sus intensidades y viajes estas líneas o este ensayo intenta reflejar.

Por ella y con ella todo un mundo de líneas se entraman, se anudan y se confunden los segmentos arborescentes y las líneas por donde se fuga de los mismos. ¿Se puede decir que en esa línea hay posibilidades de inéditas o inauditas fugas, creativas o transformadoras?

Desde glamorosos y elevados palcos hasta oscuros y apretados baños las narices las aspiran ¿En tal gesto y acción habría expresión y afirmación de vida o más bien un bloqueo de la misma? ¿Una salida posible o una enquistada y repetida pasión por la muerte exigida? Recorrer sus imbricados senderos, los negocios que tramita, los contactos que posibilita, los oscuros paisajes que recorre, nos dicen de toda una gran geografía por donde la misma transita y a la vez que lo hace se genera un agenciamiento de posibilidades para que ella se repita y se consuma en cada espacio, en cada palco, en cada mesa, en cada plato, en cada festín y en cada ennegrecida noche de algún-a solitario-a que la aspira.

En la delgada línea que toca el hocico tembloroso un mundo espeso y abyecto se actualiza. Mundo desconocido que recorre sinuosos y oscuros senderos y que, en el plato, en la mesa o en algún rápido espacio privado o público enardece, incita, acontece, suspira y hasta enaltece. El placer y el displacer, la gratificación y el sufrir recorren su pedestal.

¿Es posible trazar su recorrido o sus caminos y geografías? ¿Qué dimensiones componen las líneas que desde la planta cósmica hasta la nariz donde va a parar la misma recorre? Algunos los saben, otros disimulan no saber, entre turbios negocios los empresarios y los Estado son parte de su trazado, traslado, tramado. Traman su trazado para que llegue a sus destinos. La línea o la piedra que formarán las líneas recorre fronteras diversas, contactos furtivos, negociaciones clandestinas, bloques de Estados y empresarios. Sectores poderosos, pero también cuerpos pobres, delgados y hambrientos la llevan, la transportan, se llevan, se transpiran, se las “juegan”, recorren lo sinuosos senderos entre controles y muertes, entre policías y empresarios, entre un submundo oscuro y filoso, peligroso. Se suicidan también. O se mueren por que la línea en su interior se volvió materia mortífera. Toda esa línea que traza recorridos de oscuros trabajos clandestinos y perseguidos hasta que al fin y por fin el suspiro o mejor dicho su aspiración cruje, respira y transpira por la nariz que la aspira. “Tengo el hocico listo” decía la canción repetida, reproducida e insistida.

Preguntemos de nuevo ¿es posible abrir líneas de fuga entre esas líneas que se embrollan, entre esa línea que traza y se compone de dimensiones sociales, económicas, históricas y mundiales? ¿Es posible con esa línea o esas líneas que se aspiran en diversos e inauditos espacios sociales e individuales, hacer o trazar líneas de fuga? Artistas de diversa expresión estética la respiran y se “iluminan”. Expresan en luminosos escenarios sus cuerpos estimulados, exaltados y embriagados. Así también, por otro lado, avaros empresarios adinerados la venden y la consumen (quizás cuidadosamente) en alcobas deseadas con cuerpos excitados. También se embriagan de tanta ganancia obtenida.

Por otro lado, niños y jóvenes ricos y pobres o niños hambrientos que la prueban la vuelven una y otra vez a probar, “es una línea y otra línea y otra línea más voy cumpliendo como puedo yo trabajo acá”. Cumplir si, agacharse, condenarse a esa línea y con ella a un perverso sistema que la alimenta, la promueve, la incita, la cita, la posibilita a la vez que agota a quienes repiten en su consumo.

Cumplir con ella, disfrutarla, padecerla, glorificarla, odiarla, sentirse cargándola, cargarla. “Se ha montado en mi nariz y es para mí la mejor fruta”. La nariz montada carga los trazos duros, los duros bloques que negocian para que la misma se consuma en cada nuevo y repetido festín.

Esa línea se desterritorializa entre fronteras, articula a las naciones, pero se territorializa entre repetidas aspiraciones. Las narices que la tocan, la aspiran, vuelven una y otra vez a la misma vibración. De ser así allí no hay creación, fuga y posibles salidas sino más bien desolación, desierto aquietado de unas líneas que cruzan fronteras y narices, pero no se posibilitaría aperturas, otras sendas y recorridos, otras sensaciones.

Esa línea que se toma y aspira se trama en un duro segmento o entre varios segmentos duros constituido por jerárquicos poderes trasnacionales y locales. Segmentos que -a partir de la misma- se transan, se articulan y negocian entre el transito de fronteras abiertas, dinámicas e interactivas. Por esa línea se puede trazar extensos recorridos macro sociales, geográficos, políticos como sinuosos senderos microfísicos. La línea se trama, se negocia, se desplaza en duros segmentos/sectores estatales, transas y negociaciones empresariales/mundiales, hasta repetida y gozantes aspiraciones, solitarias e individuales. Las narices que en sus suspiros la aspiran todo un sinuoso mundo macro y micro se desliza. El gesto que la consume actualiza todo ese universo que se negocia. ¿Puede darse entre el micro gesto que la aspira y las macro negociaciones económicas que la transita desenlaces potenciales de inauditas conspiraciones? Si en la singular nariz que la consume se queda circunscrito a ese recorrido de aspiraciones, acotado a su furtivo placer, podríamos suponer que nada de aberturas, conspiraciones, estrategias o fugas creativas acontece.

Retomemos la idea, entre las frontes las naciones y sus jerarquías la desplazan en repetidas negociaciones. Por otro lado, pero trazado y conectado con ese nivel macro un micro mundo se mueve en un plato, en un baño, en las esquinas o en los barrios las narices en sus aspiraciones repetidas forman un bloque o segmento duro que parecería unir el bloque estatal y empresarial y sus extrañas y repetidas negociaciones. La verticalidad de las negociaciones y no la creatividad de las fugas podríamos suponer que es lo que prima en esa línea que desde un tirón -sinuoso y laberíntico a la misma vez- recorre el mundo y los cuerpos, las fronteras globales y los cuerpos singulares.

Por la pronunciada o delgada línea entonces se puede imaginar un posible mapeo de sus extensos recorridos geográficos como así también pensar si se expresa con ella o a través de la misma “bajada de línea” con intenciones de reproducir repetidas vidas acorraladas, insistidos gestos de tedios y aburrimiento que no hacen más que chocarse y terminar explotado en lo que Guattari-Deleuze denominaban agujeros negros. En este sentido, el contacto con esa línea incitaría acorralar las posibilidades de potenciar la vida. Dicho de otro modo, podría deslizar la vida de cada quien a incitar gestos que atentan contra la misma. En ese sentido, por esa línea se articula todo un mundo de factores e intereses que promueve y zarandea a que el actual sistema adorne una vez más la esclavitud, el cansancio, el tedio y la decepción.

¿Entre los rincones del mundo y sus relaciones esa línea potencia y exhala modos que la sociedad concibe como expresión de enfermedad que ella misma genera?

No obstante, resulta una vez más aclarar, no se trataría de concebir sus usos y contactos desde un trazado que solo visualizaría el gesto repetitivo y autómata de una inercia que mezquinamente acorrala y cercena desenlaces. Puede que en la superficie de las multiplicidades sensibles que bullen por el entramado social urbano y rural se abran en determinados márgenes fibras y fugas a sus antojos, intensidades que vibran por las fronteras de lo que el orden social indica -con otros medios- lo que es el adecuado andar, el modo permitente con el cual se debe embriagar, excitar o estimular. En este sentido podemos preguntar ¿Entre los rincones del mundo y sus relaciones esa línea potencia y exhala modos que la sociedad concibe como expresión de enfermedad que ella misma genera? Como así también ¿entre los rincones ilegales, barriales, sensuales, sensibles con ella otros desenlaces se derraman? ¿Se diseminan otros enlaces, intensidades e inauditas creaciones, articulaciones?

Las preguntas insisten y se pueden una y otra vez volver a inquietar ¿las clandestinas líneas podrían abrir desligamiento y deslizamientos creativos, estético y/o de cualquier índole? ¿tramar nuevas relaciones, agenciarse en nuevas tramas? ¿Organizar nuevos encuentros y conspiraciones? Las posibles respuestas tendrían que ser analizadas y problematizadas en situación, en cada cuerpo y su vibración, en cada geografía y su población. Lo que sí es posible y se sabe es que por esa línea se traman articulaciones que posibilita que la mismas agujere muros y fronteras, discotecas y cárceles, recorra a plena luz del día y se consuma en cada palpitante esquina. ¿Por dónde la misma transita los consumidores se multiplican?

Los cuerpos diversos por ella se agitan, se intensifican, se incitan y se incentivan. Se cruzan, se transan, se eligen, se alejan y se vuelven a rozar. La línea así traza los cuerpos y sus nervios, vibra en cada suspiro, intensifica a todos los sentidos, estimula y alarga las noches y los insomnios.

En ese mundo corporal intenso y vibrátil, en ese mundo ilegal, de transacciones económicas y empresariales se acoplarán por alguna de sus aristas las ganancias del trabajo de los profesionales de la salud. De intervenciones territoriales a especializaciones, la academia también en esa línea tendrá su interés e intensión.

A partir de esa línea por tanto toda una población con intereses distintos gana y obtienen dinero y fama, status y prestigios. Seguir los tránsitos de esa línea visualiza a diversos sectores tratando de hacer algo con la misma. Decíamos empresarios y sectores estatales, pero también frágiles vidas que portan dentro de sus cuerpos a las líneas que transitas en desesperadas y furtivas fronteras los miedos y las posibles ganancias. Asimismo, en ese embrollo de líneas la psicología y sus discursos trazarán líneas de acción, abordaje y diagnósticos. La psiquiatría (por nombrar otra de las tantas disciplinas) tramará las líneas farmacológicas más apropiada y un largo etc. de códigos, categorías y patologías.

Podemos decir entonces que desde lo profundo de la selva hasta las ocultas o disimuladas fosas nasales todo un caudal de líneas se transan, se enmarañan, se trepan, se conectan, se disipan, se negocian y se persiguen. Desde dimensiones cósmicas (se podría situar un comienzo en una planta que recibe la iluminación y energía solar), pasando por laboratorios en la selva o en la urbe, hasta los cuerpos que la portan y luego los que la consumen, un mundo entero o gran parte de él roza sus transacciones.

Se corroen y se corren millones de dólares y de vidas. Vidas corridas y perseguidas, vidas también transadas, negociadas y adineradas, hasta que al fin el plato está servido y el suspiro lo confirma.

Enmarañado de líneas que se traza o se transan entre fronteras diversas, entre generaciones y géneros, entre sectores estatales y empresariales. La línea, esa que terminará y continuará en el suspiro o mejor dicho en la aspiración agencia o se es posible por todo un mundo vibrante de peligrosos negocios. Peligros cruces constituido a partir -entre otras razones- por la ilegalidad que se generó sobre una sustancia que desencadena un ríspido laberinto de pasajes y paisajes.

Transas políticas, negociaciones económicas, emblemas y moralejas, discursos e intervenciones por la misma se tramitan.

Por otro lado, no dejará de resonar y vociferar con entonado clamor en los medios de comunicación los insistidos y preocupados discursos globales y macro políticos: “terminaremos con el narcotráfico”. Discursos que parecería ir entrelazado con diseminados controles que en su extraño o paradójico proceder posibilitan sus transacciones, agujerean las trabas que proclaman una y varias veces terminar con los negocios macro y micro espaciales.

En fin, entre la línea que se respiran y aspiran y los territorios por el cual la misma recorre y transita una vez más todo un agenciamiento agitado se posibilita.

Matias Forlani. Licenciado en psicología UNSL.
matias.forlani [at] hotmail.com
Profesor. Asignaturas: Psicología social. Psicología general. UNcuyo. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Integrante en proyecto de investigación “Procesos de producción de subjetividad de estudiantes de secundarios a partir de la visita al espacio de la memoria (EMP) Ex D2”. Secretaria de Investigación Internacional y Posgrado de la UNcuyo. (SIIP-UNcuyo). Doctorando en Ciencias Sociales. UNcuyo.

 

Bibliografía

Deleuze, G. Guattari, F. (2009). Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-texto.

Foucault, M. (1992). Microfísica del poder. Madrid: La piqueta.

Perlonguer, N. (2008). Buenos Aires: Colihue.

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Articulo publicado en
Junio / 2023

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