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No hay dolor sin sufrimiento

La Editorial Topía publicará próximamente Experiencias del dolor. Entre la destrucción y el renacimiento, el nuevo libro de David Le Breton. Este Sociólogo y Antropólogo es autor de numerosos libros y ensayos. En este texto, continúa una línea de trabajo que comenzó en Antropología del dolor (Seix Barral, 1995), Conductas de Riesgo (Topía, 2011) y La piel y la marca (Topía, 2019). Es decir, dar cuenta del dolor, el sufrimiento y la experiencia de la propia identidad en interjuego con la propia sociedad y cultura.

Aquí adelantamos un fragmento de la introducción.

Esta obra trata sobre la experiencia del dolor, de qué manera es vivido y sentido por los individuos, sobre los comportamientos y las metamorfosis que induce. Se trata de estar lo más cerca de la persona esforzándose por comprender lo que vive a través de las herramientas de la antropología. Esta obra prolonga, de algún modo, Antropología del dolor, que insistía sobre todo en la dimensión social y cultural del dolor. A partir de la primera edición de ese libro, no sólo continué esas investigaciones en el contexto de la enfermedad o los accidentes, sino que prolongué incluso aquellas concernientes a las conductas de riesgo de los jóvenes, o en los deportes extremos, en el body art o en los ritos contemporáneos de suspensión (2003).1 Estas figuras múltiples del dolor expanden la comprensión mostrando considerables variantes de experiencias.

Si bien ciertas experiencias dolorosas destruyen a la persona, otras, a la inversa, la construyen

El sexo tecnológico y los célibes de Internet

El desarrollo tecnológico incrementa y diversifica las posibilidades de realización de lo que se denomina sexo virtual. En la avanzada de la realidad virtual el cuerpo puede emitir y recibir sensaciones eróticas de otro cuerpo que está muy lejos. Esto requiere visores 3D y sensores adosados a la piel de cada uno de los participantes. Es una actividad regida por algoritmos que produce intercambios sexuales de manera nunca vista antes.

En el maridaje de humanos y máquinas el tecnosexo promueve este erotismo solitario y al mismo tiempo en compañía virtual. Así el sexo en solitario ya no es lo que conocimos antes de las máquinas de comunicar, ha devenido en tecnosexo. Donde la extimidad1 y la hiperconectividad mandan.

El tecnosexo entusiasma por la supuesta practicidad que trae la virtualidad. Es el canto de sirenas llamando al erotismo instantáneo. Todo parece estar al alcance de un like

Para una crítica de la razón tecnocrática

La cuestión no es nueva, pero cobró notoriedad masiva entre nosotros en marzo de 2019, cuando un encuentro internacional los reunió en la ciudad de Colón, en el extremo noroeste de la provincia de Buenos Aires: sin metáfora ni mediación simbólica que lo relativice, gran cantidad de personas en todo el mundo -adultas, educadas, muchas incluso prestigiosas en sus respectivas profesiones y razonablemente inscriptas en lo que los códigos sociales dan en llamar “una vida normal”- creen que la Tierra es plana y lo sostienen con activa militancia. Se reúnen en congresos, comparten información y correspondencia, conforman un jugoso target para una literatura y un merchandising que hacen al negocio de varios y organizan pruebas públicas de contrastación empírica para “refutar”, en épico alarde de la filosofía del “hágalo usted mismo”, aquello que el conocimiento instituido tiene como una de sus mayores certezas: la esfericidad terrestre.

No fue la NASA quien probó la esfericidad terrestre sino Eratóstenes de Alejandría, quien hace 2.500 años calculó además el tamaño real del planeta

Un documental que cuestiona la organización de la Salud Mental en la Argentina

El vecino del PH. Del barrio al manicomio

(Lumière versus Méliès): la historia del cine, ese gran creador de los mitos del siglo XX, nació como una curiosidad científica, pero no como un invento, sino como un proceso. Niepce (en 1824 logró fijar la reproducción de un objeto por medios químicos, después de una exposición de doce horas), Daguerre (y la prehistoria de la fotografía), Reynaud (creador del teatro óptico), Plateau (inventor del fenaquistiscopio: un disco de figuras pintadas que producía la ilusión de movimiento continuo), Greene (en 1888 logró la proyección de imágenes en laboratorio), Edison (que en 1889 creó el kinetoscopio: una caja de madera vertical para visión individual). Incluso, la historia podría reducirse a un enfrentamiento: el de los hermanos Lumière (creadores del cinematógrafo) y el “mago” Méliès (inventor de los primeros trucos o “efectos especiales”, como se los llama hoy). Los primeros creían en el potencial del cine para dar a conocer mejor, y explicar lo real. El segundo se servía de las imágenes en movimiento para crear “otros mundos”. Los Lumière registraron (“documentaron”) para siempre, y proyectaron el 28 de diciembre de 1895 al fondo del Gran Café del boulevard de Capuchinos: La salida de los obreros de la fábrica, La llegada del tren a la estación de la Ciotat, La demolición de un muro, El estanque de las Tullerías. Lo propio de su cine fue, en definitiva, valorizar y celebrar lo real. Hacer con su apellido, luz en las sombras. Pero enseguida llegó “la magia”: Méliès; y lo fantástico. O lo que en 1902 era fantástico. Méliès no documentó lo real, en cambio adaptó las novelas de Julio Verne: Viaje a la luna, y en 1907, 20.000 leguas de viaje submarino. Estos son los dos puntos de partida: el documental y la ficción. Incluso, son los dos grandes géneros cinematográficos iniciales. Aunque como hemos “visto” antes, el origen del cine es esencialmente documentalista. Y el hecho de que Méliès haya tenido muchos más seguidores que Lumière no es obstáculo para que la corriente documentalista inaugurada por estos últimos tenga también una larga historia marcada con grandes nombres. Sin embargo, y si bien los primeros registros del cine fueron documentales, aún se estaba lejos de elaborarse el concepto de documental. Esto recién ocurrió en la segunda década del siglo XX, como consecuencia del descubrimiento del primer plano, atribuido a Griffith, y al desarrollo del montaje que llevaron a cabo los cineastas rusos. Podríamos decir que el documental empieza con el documento y termina con el argumento. Un documento no es aún el documental, y la ficción de un argumento comienza a curvar la insobornable veracidad hacia los laberintos de lo fantástico. De ahí, que los límites del documental sean difusos, problemáticos y discutibles. Pero sin “veracidad no hay documental”, como “no hay ficción sin verosimilitud”. Luego vendrá Flaherty, quizás uno de los nombres más importantes en la historia del documental.

La historia podría reducirse a un enfrentamiento: el de los hermanos Lumière (creadores del cinematógrafo) y el “mago” Méliès (inventor de los primeros trucos o “efectos especiales”)

La noche del demonio

Escritos de guardia

Se jubila la de interconsulta. Hablá con Sonsoles. Es ahora o nunca, una brecha de espacio tiempo que no va a volver a repetirse. No quiere meter a nadie más en ese equipo, andá y peleale el cargo.

 

La que envía el mensaje es Leia, mi amiga de Consultorios Externos. La única capaz de leer la Matrix hospitalaria: si ella lo dice, es información verdadera. No habrá más oportunidades como esta para salir de la guardia. El único problema es que esa salida es Sonsoles, una especie de madre de los demonios que despide azufre en la mirada.

Meses de debate interno y sufrimiento emocional llevaron a decidirme: me voy con todos los costos y peros del mundo. Así que no hay otra que enfrentar a Daemonia. Me meto un crucifijo en el bolsillo de la chaqueta, una foto del papa Francisco en el otro y un par de ajos por si todo lo demás falla.

Joven Quebrado

Pondremos la atención en los jóvenes japoneses que se encierran en su habitación por años. Una historia tan dolorosa como llena de aristas, de la que Michitaro Tada dio los primeros indicios: “La gente joven hoy parece sentirse torpe o incómoda con sus padres (…) ni bien entra el padre el joven inmediatamente se calla o sube a su habitación. A partir de eso, las cosas se ponen cada vez peor y ni siquiera sale del cuarto. Como un inquilino en una pensión, se queda siempre dentro de su espacio individual. Para la cena llama a la casa de ramen (sopa de fideos y caldo que es la comida rápida de Japón) del barrio, y se le entrega la comida ¡directamente a su cuarto!”1. Tada agrega que el samurái tenía su habitación siempre preparada para salir a campo abierto y dar batalla, es decir, que estaba organizada austeramente, un lugar de paso, lo importante pasaba lejos de ella cuando se salía de iza Kamakuna (dar batalla). “No es bueno juntar cosas y abarrotar un lugar: esta es la estética del samurái.”2 Mientras el camino del guerrero, que la sociedad japonesa anterior a la modernidad admiraba como modelo a seguir, se va diluyendo con las nuevas formas culturales, sociales y subjetivas en el Japón moderno, encontramos que la epidemia se expande a gran velocidad.

Los Hikikomori son jóvenes varones, en su mayoría primogénitos, que se encierran en sus habitaciones en la que pasan muchos años sin tomar contacto con nadie, en silencio

La ilusión de la deconstrucción de los varones

Tras las huellas de los que lucharon contra el patriarcado

En los últimos tiempos circula la nominación “varones en deconstrucción”. Una forma de ensalada mixta basada en el concepto de Jacques Derrida con ingredientes de progresismo y corrección política. No es un dato menor que la ahora popular “deconstrucción” es un método que proviene de la lectura de textos, con lo cual nos deja únicamente en la órbita del lenguaje. Los sujetos somos mucho más que lenguaje, y los varones somos sujetos. Por eso, el camino lleva a un sin salida. Se “deconstruye”… ¿y entonces qué hacemos? ¿Rearmamos el ser varón tirando las malas piezas del lego como si fuéramos muñequitos? ¿Podríamos rearmar un nuevo modelo de varón “bueno” con las mismas piezas?

Tenemos que “deconstruirnos” porque todos, sin distinción, fuimos igual de “machistas y malos” hasta hoy. No es así. Hay modelos, hay historias, hay luchas. Silenciadas

Gilbert Simondon. El cuerpo como origen de la técnica y el pensamiento

Suele pensarse en las herramientas o utensilios como prolongaciones con las que el cuerpo adquiere dominio del mundo circundante. Con la evolución tecnocientífica, estas “prótesis” ganaron complejidad y poder, hasta el punto en que parecieran volverse contra sus propios creadores. El filme 2001: Odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968) sintetiza cabalmente esta visión, remarcando incluso el carácter fálico de la tecnología en ese misterioso objeto -¿técnico o sagrado?- que parece regir los saltos evolutivos de la especie.

Todo lo que se ve en una pantalla es imagen fabricada, aun cuando represente algo que realmente existe u ocurrió, a diferencia del mundo real que el cuerpo habita

El miedo como forma de perpetuar el sometimiento

Editorial Revista Topía #86 Agosto/2019

Como venimos afirmando, los nuevos modos del fascismo en las democracias occidentales llevan a la importancia de una memoria crítica.1 Por ello debemos decir que la memoria y el olvido no representan campos neutrales, por lo contrario, son campos de batalla en los que se modela la identidad colectiva. La cultura hegemónica se apropia de la herencia simbólica del pasado componiendo un claroscuro a partir de las exigencias del presente en las que se silencian algunos hechos y se mitifican otros. De allí la necesidad de rastrear las huellas de una memoria crítica donde vamos a encontrar que, cuando el poder siente que puede estar amenazado, no duda en organizar formas de represión que terminan en masacres. Éstas quedan elididas de la historia oficial generando procesos de subjetivación colectivos donde la represión de lo siniestro genera miedo. Miedo que tiene diferentes características en cada momento histórico. Miedo cuyo objetivo es perpetuar el sometimiento a los valores dominantes.

La memoria y el olvido no representan campos neutrales, por lo contrario, son campos de batalla en los que se modela la identidad colectiva

Fascismos ¿eran los de antes?

Dícese “facho” -apócope de “fascista”-, entre nosotros, de alguien que es declaradamente reaccionario, racista, anticomunista, misógino, homofóbico, etcétera, ostente uno, varios o todos esos rasgos (que, por otra parte, suelen asociarse en diversas proporciones). Si es una mujer, correspondería “facha”, aunque ello resultaría confuso para un español, que llama facha a todo/a fascista, sea del sexo / género que sea. En cambio “facha”, entre nosotros, se usa de otro modo (derivado del italiano faccia, “cara”), en coloquialismos ajenos a la política: “Qué linda facha”, “Qué facha de culo”, y así.

Las democracias occidentales demostraron su completa inoperancia -combinada con impotencia ideológica- para contener la descomposición, hasta el grado de abyección, de lo que suele llamarse el “lazo social”

Los pasos previos

Durante la segunda guerra mundial fueron varios los países (Alemania, Japón, la URSS, Estados Unidos) que hicieron experimentos secretos y crueles sobre la población de prisioneros de guerra. Son también conocidas las atrocidades que se cometieron, en forma sistemática y ordenada, en los campos de concentración de la Alemania nazi, con el emblemático Auschwitz como ejemplo más significativo. Pero quizá no es tan conocida la historia de la Campaña de Eutanasia para exterminar a los enfermos mentales que se desarrolló entre el año 1939 y el año 1941. El plan consistía en la eliminación de aquellos componentes de la sociedad “degenerados” que contaminaban la pureza aria. El terreno estaba allanado por una serie de leyes y un clima social, no solo en Alemania, que interpretaba a los enfermos mentales como una carga social que no era admisible de tolerar para una sociedad que necesitaba crecer en forma saludable. En los Estados Unidos a comienzo del siglo XX, con el aval de la Corte Suprema de ese país, se habían llevado a cabo miles de intervenciones de “esterilización forzada” a minorías raciales, personas con malformaciones congénitas, enfermos mentales y delincuentes. En un hecho histórico casi inadvertido, el nazismo copió del mundo anglosajón las prácticas de esterilización forzada que llevaban a cabo países como Gran Bretaña y los Estados Unidos mucho antes del surgimiento del régimen. Eugenio Zaffaroni en su genial texto “La cuestión criminal” (2011) brinda ejemplos de científicos y expertos en leyes que brindaron su apoyo a la aniquilación de las “razas inferiores” porque consideraban que contribuían, de esta manera, a un bien común y al mejoramiento de la raza. En Alemania el antecedente más importante fue la sanción de la Ley de Prevención de Descendencia con Enfermedades Hereditarias (1933). Como señal premonitoria se redujo drásticamente el presupuesto de los hospitales que alojaban pacientes con problemas psiquiátricos. El régimen nazi convirtió a la esterilización en la primera aplicación de la imaginación biomédica destinada a la muerte colectiva. Cerca de 120 mil personas fueron esterilizadas, débiles mentales, trastornos bipolares, ceguera hereditaria, alcoholismo, delincuentes y homosexuales. Se establecieron “Tribunales de Salud Hereditaria”, especialmente para tomar decisiones sobre esterilización y a todos los médicos se les requería legalmente que informaran a los funcionarios de salud si encontraban pacientes con estas características. Frente a un clima hegemónico que ejercía una gran presión, fueron pocas las voces en contra de la esterilización, algunos psiquiatras de renombre como Karl Bonhoeffer, Ewald de Göttingem y funcionarios no médicos como Gerhard Braune (y su célebre “Memorándum Braune”), protagonizaron una escasa y marginal resistencia.

El nazismo copió del mundo anglosajón las prácticas de esterilización forzada que llevaban a cabo países como Gran Bretaña y los Estados Unidos mucho antes del surgimiento del régimen

Notas sobre xenofobia

Al parecer, todos los problemas humanos tienen la particularidad de confluir de un modo o de otro y en distintos grados de intolerancia a la otredad del otro, permitiéndome la redundancia. Estas diferencias, desde luego, son étnicas, nacionales, religiosas, económicas o de género. Actitudes y conductas fascistoides se dan en todo este grupo de xenofobias, que incluyen, desde luego, las homofobias.

El hecho antropológico de base es que el yo, la individualidad, la existencia misma se construye en el encuentro, sólo en la relación con un tú. Estas ideas las desarrolló también Sartre en “El ser y la nada” (1943), a propósito del surgimiento de la consciencia psicológica. La madre es la mediadora entre el niño y el mundo exterior, es decir, con lo extraño, con lo diferente, con lo amenazante o reconfortante. En esa experiencia con la madre se forja toda posibilidad de conductas abiertas, amables o conductas xenófobas. Otro mecanismo de defensa que suele estar en la base de conductas xenófobas es el de la proyección. Ejemplifiquémoslo en el caso concreto de homofobias en donde el varón no asimila sus propios componentes femeninos y los deposita en homosexuales para combatirlos y odiarlos ahí. El elemento xenofóbico de la homosexualidad masculina se dirige hacia la mujer. En el caso de la lesbiana el ingrediente xenofóbico es hacia el varón.

La xenofobia es un fenómeno de mil cabezas que va desde fenómenos inmunológicos y la angustia de los ocho meses (Spitz) hasta el más brutal racismo

El dispositivo antisemita

Helmut Dahmer es un sociólogo alemán. Estudió con Adorno y Horkheimer. Se doctoró en 1973 y desde 1974 profesor de sociología en la Universidad de Darmstadt. Fue coeditor de la revista Pshyché. A principios de los 80 denunció la política colaboracionista de las instituciones psicoanalíticas durante el nazismo. Las polémicas hicieron que perdiera su puesto en dicha revista. Fue cofundador del Hamburgian Institute for Social Research en 1984 y del Centro Psicoanálisis y Sociedad en Lima.

Tiene una importante producción escrita. Entre sus libros traducidos al castellano encontramos Libido y Sociedad. Estudios sobre Freud y la izquierda Freudiana (1983), La sociología después de un siglo de barbarie (2005). Es también el editor de las obras anotadas de León Trotski en alemán. Se han publicado ya siete volúmenes y hay otros en preparación.

El texto original de este artículo fue publicado en la revista electrónica Constelaciones. Revista de Teoría Crítica. Para este dossier el autor escribió especialmente un apartado final.

En el fondo de cualquier locura se esconde “algo de verdad histórica”

Un hereje del psicoanálisis: Wilhelm Reich

W.R. escribe en Alemania, 1932, Psicología de las masas del fascismo y en Maine, 1942, publica una nueva edición corregida con un prefacio donde dice que en Rusia se instauró el capitalismo de estado. Lo que hoy en día puede ser moneda corriente, en esos tiempos era una herejía. Su voz no tuvo lugar ni para las democracias ni para la URSS. Muertos León Trotski, Walter Benjamin y Antonio Gramsci, así como Sigmund Freud, Sandor Ferenczi y Sabina Spielrein ¿Qué oídos había en el mundo para escucharlo? Realiza una crítica de la investigación académica reaccionaria y, se puede decir sin desviarse de su razonamiento, que toda investigación académica es reaccionaria ya que separa “lo que es” de lo que “debe ser”, el conocimiento de la acción y contra ésta. Es que la academia se opone tanto al marxismo que intenta transformar y no explicar el mundo, como al psicoanálisis que es una experiencia y no una concepción del mundo.

1934 es un año clave para Europa. Se había consolidado el fascismo italiano, ya gobernaba Hitler en Alemania y en la URSS se desintegraba la revolución sexual, se restituía la familia, se consolidaba el estado, la iglesia recuperaba a las masas y se había prohibido el psicoanálisis, en consecuencia, se había instalado y consolidado el capitalismo de estado bajo el nombre personalista de Stalinismo. Si bien la propiedad dejó de ser individual, no pasó a ser común. En Asia se daba la expansión del imperialismo japonés. La voz de Reich estaba prohibida en el mundo.

El motor para que la sociedad suprima y el individuo reprima las pulsiones sexuales es la instancia del patriarcado

Las tormentas solares y la tecnología

El 2 de setiembre del año 1859 el clipper Southern Cross, uno de esos veleros de tres mástiles que en aquellos tiempos dominaban los mares, salió de una fuerte tormenta en las costas de Chile. Los avezados marineros lucharon con denuedo para que el Southern Cross pudiera atravesar la fuerte marejada. Cuando amainó la borrasca no tuvieron el alivio esperado. El mar estaba teñido de rojo y el cielo tenía variaciones en rojo y amarillo que no podían descifrar pese a larga experiencia que tenían como navegantes de alta mar. El temor a lo desconocido se hizo presente de inmediato, los más experimentados navegantes oteaban el horizonte buscando respuestas, recién lograron calmar a la tripulación cuando comprendieron que se trataba de una aurora boreal. Algo que no correspondía que ocurriera en esas latitudes pero que ahí estaba. Decidieron seguir navegando con cautela y estar preparados para enfrentar una probable borrasca.

La ecuación entre progreso y planeta sustentable hace ya mucho tiempo que ha sido denunciada como imposible bajo las condiciones económicas imperantes

Memoria y transmisión

Editorial Revista Topía Noviembre/2018

Acabamos de publicar la segunda edición corregida y aumentada de las Huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los ´60 y ´70. Tomo I (1957-1969); Tomo II (1970-1983). Esta circunstancia me lleva a retomar algunas reflexiones en relación a la memoria -realizada en otros artículos editoriales- y la importancia que tiene en la transmisión entre generaciones.1

En la teoría freudiana no existe una conceptualización acerca de una pulsión de transmisión. Sin embargo está presente en las pulsiones de vida, del Eros a partir de la inclusión del sujeto en la cultura

¿Qué futuro nos depara el presente vintage?

Un problema tan antiguo como la filosofía misma es el del cambio y la permanencia, el motor del cambio entendido como devenir con su consiguiente reflexión histórica: si todo se transforma con el paso del tiempo ¿qué es lo que permanece?; a su vez cada época habla a través de sus protagonistas, algunos se interesan por las rupturas otros por las continuidades, ponen el acento en el pasado o en el futuro para definir el presente, lo actual o lo inactual de lo que acontece ahora en el mundo contemporáneo.

Un mundo desencantado sostenido a su vez en una teoría del desencanto: nada nuevo por hacer ya que estamos en el “desván de la historia”

El sueño es al futuro lo que el azogue al espejo

“Fin de la historia”, anunció Fukuyama en los noventa. Fue como declarar el fin de los sueños. Por supuesto que esa frase, junto con la maquinaria neoliberal que renueva su propuesta, no nos los arrebató. Contra todas las políticas que buscan aniquilarlos, o domesticarlos, proponiendo espejismos, los sueños se imponen. El sueño es nuestra reserva humana por excelencia. Guardián del vivir1, propongo en mi libro, contra cualquier sistema de dominación, ya sea que esté anclado en un discurso biologicista, religioso, o neoliberal. Los sueños hacen del abismo medida humana, y del tiempo hacen historia y apertura al acontecimiento. Existe la creación porque existen los sueños y la capacidad de tenerlos. Los sueños son condición de creación (y vaya que lo son: componen la matriz de gran parte de la historia de la literatura, de la filosofía, y por supuesto del psicoanálisis), y son condición de futuro.

Contra todas las políticas que buscan aniquilarlos, o domesticarlos, proponiendo espejismos, los sueños se imponen. El sueño es nuestra reserva humana por excelencia

Masturbación Cyborg

Samuel Pepys fue un particular cronista de la Inglaterra del siglo XVII, escribió un diario íntimo entre los años 1660 y 1669. La riqueza de sus comentarios, que van desde lo íntimo a lo político, pasando por lo mundano y lo social del Londres en donde vivía, ha hecho de su obra un clásico que aún perdura. Hay ciertas particularidades del mismo que vale la pena conocer; dan una muestra de cómo la burguesía construyó la intimidad en esa Inglaterra del siglo XVII.

Aún hoy no deja de llamar la atención que haya escrito sus memorias en un lenguaje cifrado, es decir, que sin conocer la lógica oculta que imperaba en el texto, absolutamente nadie podía entender lo que en él estaba escrito. Pepys era como un agente secreto en territorio enemigo, redactó tomando toda serie de recaudos para privilegiar el secreto y para ello utilizó la tipografía encriptada que había inventado el traductor Thomas Shelton. Es imposible no relacionar el secreto con el erotismo, con la excitación que la misma escritura producía en su autor dado que el secreto tiene mucho de placer solitario, por aquello de que “no lo sepa nadie”.

Onania va a establecer que el sexo solitario es una fuente inagotable de desenfreno y lujuria... parece salido de un edicto de la Inquisición que intenta frenar los placeres con uno mismo

La piel y la marca. Acerca de las autolesiones

En 2019 Editorial Topía publicó el libro La piel y la marca. Acerca de las autolesiones de David Le Breton. Es conocida la obra de este antropólogo para los lectores de Topía. No sólo ha publicado en nuestra revista. También sus libros Conductas de riesgo (2009) y El cuerpo herido (2017). Ese mismo año estuvo invitado por Topía en nuestro país.
En este nuevo libro propone un recorrido por las distintas instancias en que las personas se autolesionan voluntariamente e indaga en sus significados. De este modo investiga estas prácticas como rituales secretos para poder controlar un sufrimiento existencial que de otro modo sería insoportable. Cambiar el cuerpo cuando no se puede cambiar el mundo. La traducción es de Carlos Trosman, reconocido especialista en la obra de Le Breton. A continuación publicamos un fragmento de la introducción del libro.

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