La mentira, como su hermana menor la hipocresía, son fenómenos que viven ocultos, encerrados, ahogados en una conciencia que no quiere ser reflexiva o simplemente en aquel oscuro inconsciente de quién actúa tales actos. La experiencia nos hace creer estar en condiciones de afirmar que esto -por lo general- no es tan así. Tanto el mentiroso como el hipócrita tienen la obligación -o la necesidad- interior de contar, de alguna manera, sus actuaciones que en muchas oportunidades se las concibe hasta como heroicas.
“El Partido os decía que negaseis la evidencia de vuestros ojos y oídos.
Ésta era su orden esencial”.
George Orwell, 1948
Podríamos recurrir a la vieja metáfora del extranjero y su mirada ecuánime, para atribuirle la impresión de que en nuestro país se asiste a una ominosa celebración del doble discurso. Pero esta versión de la metáfora adolece de, al menos, dos falencias de representación.
En mi larga trayectoria con el psicoanálisis he podido recorrer un extenso camino, que es el que lleva de mi casa al consultorio de mi analista primero (ya que gran parte de esa trayectoria la hice como paciente), y luego, el que va de la puerta de mi propio consultorio al sillón.
*: el uso del asterisco esta implementado para evitar usar el genérico masculino. La @ tampoco es conveniente en estos términos, ya que implica una derogada dualidad genérica y además es difícil leer por programas utilizados por personas ciegas o ambliopes........
Numerosos cambios se han producido en nuestra sociedad los últimos veinte años, tomaré como analizadores dos hechos que se relacionan con el enfoque referido a la diversidad sexual, dos momentos que involucran a la institución donde me formé como psicólogo, la Facultad de Psicología de la UBA.
El día 1 de julio la revista Topía estuvo presente en el evento organizado por la FALGBT en el salón “Eva Perón” del Senado de la Nación con el fin de apoyar la aprobación de la Ley de matrimonio para personas del mismo sexo. Allí estuvieron presentes investigadores del Conicet, psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras y profesionales de diversas disciplinas e instituciones explicando y argumentando los motivos por los cuales resulta un avance en la salud mental de nuestra sociedad.
La familia patriarcal no es el único modelo que representa a la “familia” y al “padre”. Esta es una figura histórica cuyo ocaso da lugar a otras combinaciones entre los sexos y las formas de poder. No es que las formas de dominación como la explotación dejen de existir, estas se renuevan pero el patriarcado esta desapareciendo como norma exclusiva de la organización familiar.
El Patriarcado puede ser considerado como un sistema, y en tanto tal, tiende a reestructurarse a través de las mutaciones social-históricas, manteniendo sus características básicas. Esta denominación que proviene del campo histórico, ha sido reflotada por el feminismo académico de la década del ’70 (Firestone, S; 1970; Millett, K; 1975; Delphy, Ch; 1980), para referirse a lo que, más adelante Pierre Bourdieu (1998) caracterizó como “la dominación masculina”.
Las ideas de 1) abandono del niño remite a alguien que abandona, es decir, un sujeto activo que produce un abandono de otra persona; existe entonces un sujeto abandonante. Por otra parte encontramos 2) el niño abandonado, sujeto de abandono que se caracteriza por la pasivizacion conductual: no puede hacer otra cosa como no sea dejarse abandonar (si exceptuamos el marasmo que conduce a la muerte). Ambas ideas de abandono se conjugan alternando dos niveles de análisis.
Uno de los aspectos del doble discurso en la sociedad y en política, se enfatiza cuando usos y costumbres pueden legitimar situaciones, hechos, actos no contemplados en una norma legal. Dicho de otro modo, hablamos del momento o tiempo para la práctica habitual de una cosa que ha adquirido fuerza de uso, que autentica como cierta y/o verdadera la realización de algo, emanado de la voluntad y razón: produce.
Patrick Coupechoux es periodista, colaborador de Le Monde Diplomatique. Su último artículo publicado allí fue “Francia estigmatiza a sus enfermos mentales: acerca del tratamiento por la seguridad social de la locura” (diciembre del 2009).
Es autor de varios libros sobre la temática de la locura en Francia. Entre ellos se destacan Un mundo de locos, acerca de como nuestra sociedad maltrata a sus enfermos mentales (Seuil, 2006) y La depresión de los oprimidos, investigación sobre el sufrimiento psíquico en Francia (Seuil, 2009).
El 28 de diciembre de 2009 se realizó el Tribunal Ético convocado por Familiares, Sobrevivientes y Amigos de las Víctimas de Cromañón. El autor fue Jurado de dicho Tribunal y redactó el siguiente texto para dicha ocasión.
Éste -el mío- es un alegato que no pretende objetividad alguna y que, abrazando argumentos éticos, se ha nutrido de la indignación y del dolor.
Tiempo ha, la Psiquiatría consideraba la homosexualidad masculina como un problema hormonal: inyectaban a sus pacientes importantes dosis de Testosterona. Obviamente el lesbianismo estaba invisibilizado. La falta de seguimiento de este tratamiento y sus consecuencias nos enfatiza como conclusión indubitable que partía el/la profesional, no de un supuesto científico sino de una creencia, un dogma. Provocaba un aumento en el erotismo del paciente pero ninguna modificación en su Orientación Sexual.
Desde hace unas décadas, un conjunto de situaciones vividas en las escuelas ha pasado a ser definido como expresión de la denominada violencia escolar. Los medios masivos de comunicación y los expertos -a veces utilizando los mismos medios; otras veces, como parte de publicaciones académicas y culturales- han jugado un rol fundamental en la instalación de la violencia escolarcomo prioridad entre los problemas educativos que se estudian y debaten.
Hace años hacíamos, en la clínica de las psicosis, distinciones con las locuras: “sólo se trata de una vacilación en la estructura del fantasma” o “estamos ante una forclusión parcial de un significante que no es el del Nombre del Padre” o “no es lo mismo estar ante un fenómeno que habla que ante una estructura que huye espantada”.
Es posible abordar la cuestión de las diferencias entre las psicosis desde los balizamientos que ofrecen las diversas nosografías, los aportes de que provienen de las intervenciones clínicas referidas a tales “cuadros”, las posibilidades de explicar sus devenires en las dimensiones topolológicas y “económicas”, ubicarnos ante ellas estableciendo los “mecanismos” psíquicos que operaron en su “génesis”, reconstruir la constitución del narcisismo/atravesamiento por los tiempos del Edipo, destacar la forclusión (total o parcial) del Significante del Nombre del Padre tanto como la preeminencia d
Comenzaré por una aproximación lexicológica que habilite algunas disquisiciones relativas a los dos términos del título. Contra lo que podría suponerse, la etimología de “loco” poco aporta a la raíz del concepto; según el diccionario de Corominas, es una palabra propia del castellano y del portugués louco, procedente de laucu, de origen indeterminable, quizá se remonte al árabe, donde láuca, láuq -femenino y plural del adjetivo alwaq- se emplea para aplicarle a alguien el mote de tonto... o loco.
EDITORIAL: Un fin de época atravesado por claroscuros del que surgen monstruos. Enrique Carpintero
DOSSIER: EL FIN DE UNA ÉPOCA. Eduardo Grüner / Helmut Dahmer / Susana de la Sovera / Juan Carlos Volnovich / Josefina Martínez / Hernán Scorofitz / Ileana Celotto / Juan Duarte / César Hazaki / Alicia R. Levin
ÁREA CORPORAL:Caminar en paz. David Le Breton // El Cuerpo y el Mercado: el aplanamiento de los cuerpos. Carlos Trosman //
TOPÍA EN LA CLÍNICA: Alejandro Vainer / Ricardo Carlino / Susana Toporosi / María Casariego de Gainza / Carlos Barzani / Tom Máscolo
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra