Este libro fue escrito en un par de meses. Se trata de un documento novelado de lo que iba ocurriendo en Argentina desde diciembre del año 2001 hasta marzo de 2002. Abarca un período histórico muy breve pero potente. En ese lapso se arremolinan conflictos de décadas pasadas y décadas por venir. Un instante de la historia argentina en la que se concentran distintas épocas, desde el triunfo de la Segunda República española en 1931, hasta el Foro Social Mundial en Porto Alegre, a comienzos del nuevo siglo.
En su momento quedó en un cajón. Pero, a veinte años de aquellos acontecimientos, tal vez merezca su lugar como huella necesaria entre tanta memoria burlada o asténica. Fue escrito en ese tiempo, y no fue modificado. Se evitó ponerlo a tono con los sucesos posteriores, sólo se realizaron inevitables e imprescindibles correcciones de escritura. Lo aquí dicho es aquello que el autor pensaba, sentía y vivía en ese momento. La mayor o menor relación, repetición, semejanza, diferencia con la historia argentina posterior, quedará a criterio del lector.
Los sentidos nuevos de algunas consignas de entonces, también.
El recurso de novelar el relato buscó, desde el comienzo, encarnar los datos provenientes de la historia grande en los detalles singulares que una familia argentina, relativamente arquetípica, heredera de épocas marcadas por el sueño de ascenso social, pudo vivir o, incluso, puede seguir viviendo ahora. Lejos está de ser una novela, si se la entiende como género donde los conflictos son los que la escritura de ficción genera al ritmo de las teclas y la imaginación. Aquí los conflictos relatados no son los productos de la fantasía del autor sino los que la constante creatividad de la propia Historia impuso e impone a una familia, ella sí imaginaria, pero no menos real.
Serán los lectores los que definan la actualidad o no de este esfuerzo realizado hace tantos años, como se dice: al calor de los contecimientos, en un país y un mundo que no dan tregua.
Del prólogo del autor