Vivimos con una sensación de incertidumbre, de angustia y miedo que se expresan de diferentes maneras: en el acto de hablar, en los síntomas que produce, descargándose a través del movimiento muscular y reuniendo representaciones pulsionales conjuntamente con las fantasías del sujeto. Debemos decir que el miedo lo encontramos siempre presente en nuestra civilización: en las relaciones sexuales; en el trabajo, ya sea por perderlo o por no conseguirlo; en las relaciones familiares; en las calles de las grandes ciudades; en las luchas por las reivindicaciones laborales y sociales. Este miedo es aprovechado por el poder de los sectores dominantes para someter al conjunto social. En la actualidad, este es el recurso de los sectores neofascistas.
La castración edípica es una estructura que permite en el aparato psíquico una organización en la alteridad para sostener el desvalimiento originario que nos hace humanos
No hace mucho tiempo atrás existía un dicho popular que llenaba de ilusión a los futuros padres: cada niño nacía con un pan debajo del brazo. Lamentablemente quedó muy lejos de cumplir esa ilusión un adolescente salteño que se suicidó luego de perder el sueldo de su madre haciendo apuestas en un casino online. Trataba de acertar resultados en espectáculos deportivos de todo el mundo, partidos y más partidos de los que en tiempo real conocía los resultados. Abrumado por las deudas entendió que le era imposible resolver la situación y terminó con su vida. El ejemplo vale para mostrar que las apuestas online han generado un problema difícil de enfrentar, uno más, para las crianzas y el desarrollo de las nuevas generaciones.
En la cultura cyborg en que vivimos la prótesis incorporada al cuerpo, -el celular- abre las puertas del casino global. No hay restricción de entrada, todo está facilitado para que nada, ni nadie puede obstaculizar el ingreso de un menor en las ligas de las apuestas
En la medida en que el capitalismo nos enfrenta a múltiples crisis (económicas, políticas/bélicas, sanitarias, ecológicas, entre otras) en el campo de la psicología y la salud mental encontramos niveles de padecimiento inéditos y una avanzada de tendencias reduccionistas con discursos cientificistas, particularmente biologicistas, promovidos por corporaciones económicas como la industria farmacéutica, estados y gobiernos. Desde las neurociencias mainstream hasta la psicología evolucionista (todo fenómeno mental como adaptación evolutiva biológica heredada), con el denominador de naturalizar las determinaciones históricas y culturales.
Quienes intentamos construir una ciencia psicológica que aporte a la emancipación social y subjetiva nos encontramos con varios desafíos… ¿cómo integrar los aspectos subjetivos singulares del psiquismo, tanto conscientes como inconscientes, a fenómenos sociales y políticos más amplios?
David Le Breton explora en este nuevo libro publicado por Editorial Topía la importancia y significado de los tatuajes, piercings y otras marcas corporales en la construcción de la identidad personal y social. A través de un análisis sociológico y antropológico, revela cómo estas formas de modificación corporal han sido históricamente estigmatizadas y cómo su percepción ha cambiado en la sociedad contemporánea. Nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cuerpo, la identidad y los procesos de transformación personal en un mundo cada vez más individualista. En ese camino publicamos un fragmento de la introducción.
La piel es una superficie de inscripción del significado y el vínculo, una pantalla en la que proyectamos una identidad soñada, utilizando las innumerables formas con que se escenifica la apariencia en nuestras sociedades, arraiga el sentido del yo en una carne que individualiza
Cuando a Mao Tse Tung le preguntaron qué pensaba de la Revolución Francesa contestó con un exceso de prudencia que todavía era prematuro sacar una conclusión. Es más que justificado responder lo mismo con respecto a las consecuencias de la pandemia de covid en la vida humana. Lo cierto es que la humanidad estuvo en peligro. La muerte circuló con su indiferente guadaña llevándose a alrededor de veinte millones de personas. Más que en la Primera Guerra Mundial y un poco menos que en la segunda. El General Covid mató sin piedad, sin odio, sin maldad y generó un terror colectivo que no se sabe aún qué herencia habrá dejado. Y por cuántas generaciones.
La pandemia y el crecimiento mundial y viral del fascismo han obligado a pensar una clínica del infortunio común. Una fortuna adversa que no reemplaza a lo neurótico, pero lo resignifica
Seminario organizado por Enrique Carpintero y Alejandro Vainer en el VI Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos en la Casa de las Madres de Plaza de Mayo el 16 de noviembre de 2007. En esta clase contamos con la presencia de León Rozitchner. Reproducimos este texto inédito en homenaje a los 100 años del nacimiento de Rozitchner.
Las máscaras del terror también existen en el campo psicoanalítico, esas teorías que ustedes estudian. También ahí tienen algo que ver las madres, y algo que ver también los hombres que hacen las teorías sobre las madres
Escuchar el inconsciente y sus efectos en interpelación con la cultura se inscribe en la tradición del psicoanálisis cuya aparición produce una ruptura epistemológica respecto al pensamiento del sujeto y sus padecimientos, ya que desde los inicios la escucha atañe a las personas tanto como a las cuestiones subjetivas dependientes de las contingencias socio-históricas. La separación que en ocasiones se establece dentro y fuera de la disciplina entre el Freud clínico y el pensador de la cultura no parece resultado exclusivo de la lectura de su pensamiento y algunos autores lo acreditan a la influencia de las introducciones a las obras freudianas efectivizadas por el traductor de la edición inglesa. Pinto Venegas (2021) por ejemplo, lo hace en un trabajo que “problematiza” tal división identificando las notas introductorias de Tótem y Tabú, donde Strachey señala que “las contribuciones freudianas se dirigen principalmente a lo que se entiende en términos generales como antropología social” y la correspondiente al Malestar en la Cultura, en la cual el desarrollo freudiano es considerado un “trabajo sociológico”.
El orden simbólico imperante, la sociedad patriarcal en la que Freud desarrolla el psicoanálisis, no deja de imponer sus efectos en las conceptualizaciones del autor sobre la cuestión femenina.
Un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) emplazado en un territorio en los márgenes de la ciudad de Santa Fe, en una esquina frontera entre dos barrios.
Los modos de subjetivación y sufrimientos desplegados en este rincón del mundo, tienen que ver con el paisaje que se habita. Con esto digo: la cotidianeidad barrial y laboral de la comunidad, transcurre con incrementos de exposición a episodios de enfrentamientos con armas de fuego en las calles todos los días
A partir de la construcción de la Iglesia como Institución en Occidente, primeramente en el marco del Imperio Romano, en los siglos III, IV y V de la Era Cristiana, se va generando un pensamiento Doctrinal de la Institución Apostholica que tendrá su auge en la denominada Edad Media, cuando Santo Tomasso de Aquino, Sant’Agostino y otros Filósofos Teocéntricos, elaboran y difunden sus puntos de vista, que tienen como objetivo principal la educación moral de los creyentes y a la vez una conformación de una concepción del Mundo y de la vida del hombre en el, con relación a la Divinidad.
Erasmus fue un Precursor de la Humanistica es decir de la Corriente de Análisis que estudia lo Psicológico y lo Social, combinado con lo Espiritual, las complicaciones de la Vida Civilizada del Homo Sapiens
En el presente escrito se hará un acercamiento por la consolidación de la escuela como dispositivo moderno, abriendo paso a los interrogantes que se inscriben a partir de los movimientos de transformación social y las nuevas demandas que pujan por una resignificación de su función en el entramado social, pasando por la implementación de nuevos recursos tecnológicos como estrategias inclusión y transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje
La escuela se constituye en un lugar de potencia, un espacio donde convergen distintas generaciones e ideologías, un lugar donde lo posible siempre tiene una puerta abierta
Convoca a interrogarnos acerca de esta práctica elemental en el campo de la Salud, básicamente en contextos de encierro, al enfrentarnos diariamente a la ausencia de “Programas Específicos” rectores de una práctica Ética los cuales deberían funcionar como primordial dentro del sanitar ismo institucional y en consideración a la definición que la OMS da sobre el concepto de SALUD.
Las políticas de prevención son inexistentes en este país lo que deja entrever el desencadénate social que provoca.
Esta entrevista fue realizada para la investigación del libro Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los´60 y´70 (Editorial Topía, segunda edición, 2018). La versión completa había permanecido inédita y formará parte de un libro de próxima aparición que incluirá las entrevistas allí realizadas. Aquí Rozitchner (1924-2011) rememora algunos de los momentos de su vida, entre los pioneros del psicoanálisis. Su relación con la tumultuosa vida política de esa época en la que fue construyendo una consistente teoría contra el poder desde la filosofía y el psicoanálisis; tanto, que Juan Carlos Volnovich suele definirlo como el mayor filósofo que ha dado nuestro país, si no el único. Por ello en los innumerables cruces entre Marx y Freud, que allá por los años ’60 se proyectaron mucho más allá de la mera teoría, Rozitchner supo ser la referencia obligada. Y su obra lo sigue siendo.
“Cuando volvés a encontrar todo tu pasado, toda la historia, es cuando volvés a encontrarte con la muerte”
Otra vez Milei. Otra vez es necesario alertar sobre las propuestas neofascistas del gobierno. Es que como psicoanalista y ciudadano de esta región del planeta no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada. El sujeto se constituye en la relación con el otro en la alteridad, sino no hay sujeto. De allí la necesidad de defender al sujeto como un desafío ético. Esto es lo que venimos haciendo desde nuestra página de la revista.
Como psicoanalista no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada
Ante el incremento de la violencia y la crueldad contra las mujeres y disidencias sexo-genéricas, en el marco del patriarcado neofascista, me interrogo si desde el Psicoanálisis tenemos algo que decir y hacer. Freud se preguntó sobre la violencia de su época, el porqué de la guerra y teorizó sobre ello. Al inaugurar su concepto de pulsión de muerte, consideró inevitable la violencia y la guerra, y parece que el tiempo le ha dado la razón. Pero no dejó de lado considerar posibles formas de amortiguarla y para ello propone apelar a Eros, a las ligazones afectivas, a las identificaciones.
La crueldad es la marca de este patriarcado neofascista, crueldad como shock para amedrentarnos, para debilitarnos, para aislarnos, para eliminarnos
Freud en El malestar en la cultura señala que las prótesis tecnológicas, pese a las dificultades de su incorporación, convertían a los hombres en semidioses. Esta observación, entiendo, ha cobrado relevancia en este proceso tecnocapitalista en que vivimos. Desde este punto arrancamos, hace ya muchos años, a pensar cómo los procesos tecnológicos van modificando a los seres humanos, insistiendo en que la hibridación entre humanos y máquinas nos ha constituido en cyborgs.
Nos encontramos ante un nuevo desafío en las crianzas de niños y adolescentes: cómo lograr desenmascarar las trampas que el consumismo capitalista ha disfrazado de juego
El traumatismo colectivo nos atraviesa hasta las entrañas. En los cuerpos, en las guardias, en las internaciones, en las calles, en los consultorios, en los diferentes espacios.
En este texto buscaré herramientas en algunos momentos de la historia, precisaré algunos conceptos, para poder llegar a la propuesta de cómo tener dispositivos clínicos a la altura de este traumatismo “generalizado” (tal como lo define Enrique Carpintero) que vivimos.
Nos enfrentamos con procesos de desubjetivación que nos exigen, como entonces, la inteligencia y la imaginación colectiva para enfrentar este “traumatismo generalizado”
El abordaje de las problemáticas psicosomáticas está hoy cada vez más presente en nuestra clínica. Este libro propone un abordaje de estas problemáticas. Aquí publicamos su rica presentación, donde la autora historiza los abordajes psicoanalíticos para llegar a la actualidad.
Este libro tiene una vocación sobre todo didáctica. Busca articular las ideas del Instituto de Psicosomática de París con las problemáticas clínicas en las cuales el sufrimiento del cuerpo prevalece, encubriendo o incluso sustituyendo al sufrimiento psíquico. Los conceptos que aquí exponemos son eminentemente freudianos, algunos de ellos revisados y ajustados a la luz de las singularidades que se revelan en el contacto de los psicoanalistas con los pacientes portadores de patologías orgánicas. Las diferentes figuras de lo traumático y su impacto en la organización psicosomática del paciente constituyen el hilo conductor.
En este artículo nos proponemos establecer una aproximación al concepto de interseccionalidad, con la finalidad de poder articularlo con la clínica psicoanalítica. Para ello, llevaremos a cabo un análisis detallado del caso de la joven homosexual de Freud, utilizando como fuente los artículos del caso freudiano Sobre la psicogénesis de la homosexualidad femenina (1920) y Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud de las biógrafas Rieder, I. & Voigt, D (2004). Sostenemos que la incorporación de este enfoque permitirá una comprensión más profunda y matizada para la escucha psicoanalítica.
A partir de los 90 ́ empieza a visibilizarse movimientos de mujeres indígenas y afrodescendientes que planteaban críticas al feminismo urbano y blanco-mestizo hegemónico hasta entonces, al señalar la necesidad de articular las relaciones de género con las relaciones de raza y colonialidad
En tiempos de abundancia siempre resulta oportuno detenernos y analizar qué tenemos entre las manos, cómo aquello cae por nuestros dedos, qué aromas y manchas nos deja. Hoy, la abundancia en ofrecimiento de supervisiones y formaciones en la materia se hacen evidentes. Nos convocan a interrogarnos, a escuchar, a tomar un posicionamiento.
No existe el Saber Supervisar. El saber queda ligado a la transmisión y ésta al acto terapéutico de la experiencia propia, de su labor como profesional
Como contrapartida de la asociación libre, Freud conceptualiza la atención flotante. Jaques Derrida trabaja el concepto de “hospitalidad” como respuesta ante la otredad. Suely Rolnik y Félix Guattari nos proponen cartografiar un territorio no explorado. Junto a estas, podríamos rastrear otras tantas elaboraciones que nos tienden la mano hacia la posibilidad de una apertura. Son bordes que señalan la brecha necesaria para la emergencia de un campo sensible.
La atención flotante no es un elemento trascendental a-histórico inmune al magma de significaciones sociales ni a las singularidades de lxs analistas.
Entre los avatares de la clínica queda de manifiesto, que el vínculo parento filial es uno de los más complejos para pensar, ya que hay todo un desarrollo teórico, conceptual y práctico que parte de la idea de un estado de inermidad inicial de cuidado absoluto hacia un sujeto que depende del otro para su subsistencia, al “éxito angustiante” que deviene de reconocer a ese otro en su alteridad y autonomía, que no depende ya de esos cuidados.
Nos enfrentamos al desafío de pensar, junto con otros, las marcas de época, por más que los deseos parentales parezcan los mismos en cuanto a la trascendencia, y al cumplimiento narcisista del deseo propio
La intención de este apretado ensayo apunta a una práctica históricamente enquistada y actualmente insistida en el sistema educativo en general y en particular en la universidad. Refiere sobre un moderno invento que en su transcurrir entre los cuerpos los trama en reacciones afectivas por donde quedan enlazado la relación con el saber. Dicho de otra forma, conforma, el invento moderno, un proceder que no solo subjetiva a los cuerpos en una determinada forma de estar entre sí sino también con lo que se puede decir desde la práctica del estudio a partir de un libro y su escritura. Ensaya una crítica sobre la moderna forma de encontrarse entre docente, estudiante y el saber. Encuentro (quizás no sea la palabra que mejor lo nombre), que se establece cuando se intenta considerar qué sabe el estudiante. Se refiere entonces este escrito al examen.
El examen y su proceder, que afectos tan llenos de pesantes que hace del saber su inminente mutilación.
La teoría de la percepción de Mikel Dufrenne se despliega en torno a tres momentos fundamentales: presencia, representación y reflexión, cuyos elementos reconstruiremos a partir de una lectura de la obra “Figura en el lavabo” (1976) de Francis Bacon.
Toda percepción contiene en sí una significación, lo cual nos habilita el camino de la reflexión o la acción.
Según Dufrenne, percibir es descifrar un sentido más allá de las apariencias y obtener de ese conocimiento las consecuencias que nos convienen. La cuestión crucial sería, entonces ¿cómo acceder a esta significación y lograr avanzar desde el signo hacia el significado?
En este punto, la percepción comienza en lo sensible y transiciona hacia la intelección consciente que luego germinará en el plano de la representación.
El presente escrito intentará reflexionar, a partir de un caso clínico, las posibles relaciones entre la psicosis y el concepto de huellas mnémicas como parte de la constitución del psiquismo desde una perspectiva psicoanalítica.
Partiremos de reconocer que cuando un sujeto padece un brote psicótico queda en estado de perplejidad, perdiendo las coordenadas tanto de la realidad como de la orientación, cortando al mismo tiempo el vínculo con el mundo de lo objetal, situación que conlleva un intenso sufrimiento y estado de angustia.
En el caso clínico presentado podemos inferir que en el sujeto la alucinación aparece como desbordando la investidura y se da a expensas de la realidad objetiva.
Un fin de época es, ante todo, una transformación en la manera en que los seres humanos ven el mundo y se sitúan en él.
Las creencias colectivas predominantes en una época son variadas, pero todas se mantienen sobre el supuesto de ciertas creencias y actitudes básicas, que no se ponen en cuestión. Se trata de creencias ontológicas acerca de lo que se considera razonable admitir como existente en el mundo, de supuestos epistémicos, acerca de lo que debe valer como razón para justificar cualquier proposición, de adhesiones valorativas sobre lo que debe considerarse como altamente valioso. Las concepciones religiosas, filosóficas, políticas o artísticas más diversas se contraponen en una misma época, pero esa contraposición no sería posible sin el supuesto de un consenso sobre lo que puede aceptarse como razones y valores válidos.
Vivimos en un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío cuyos efectos son producir un traumatismo que toma dimensión colectiva
Helmut Dahmer es un sociólogo austríaco que estudió con Adorno y Horkheimer. Heredero de muchos de sus planteos, a principios de los 80 denunció la política colaboracionista de las instituciones psicoanalíticas durante el nazismo. Tiene una importante producción escrita. Entre sus libros traducidos al castellano encontramos el clásico Libido y Sociedad. Estudios sobre Freud y la izquierda Freudiana (1983). Ha colaborado varias veces en nuestra revista. Nuestra editorial publicará en los próximos meses su reciente libro Trotski, Freud, el psicoanálisis y la revolución de octubre. Este texto fue escrito especialmente para este número 100. Y analiza exhaustivamente el fascismo de ayer y hoy.
La función de los movimientos y regímenes fascistas era (y es) asegurar por la fuerza el mantenimiento y un mayor desarrollo de la economía capitalista después de las dos devastadoras “guerras mundiales”
Enzo Traverso es un destacado intelectual, historiador, investigador y profesor universitario. Italiano de nacimiento (1957) donde realizó sus estudios de grado y doctorado en París y actualmente catedrático en la Cornell University de Ithaca en Estados Unidos. Es uno de los pensadores de izquierda más prestigiosos del presente, con una concepción humanista de la historia. Reconocido por sus estudios acerca de las consecuencias del nazismo, de la violencia totalitaria y de las dos guerras mundiales en Europa. Autor de los libros Melancolía de izquierda. Después de las utopías (2016), Las nuevas caras de la derecha (2018) y Revolución. Una historia intelectual (2022), entre sus más recientes.
Esta entrevista, realizada en enero de este año, pretende abrir reflexión sobre el fin de una época en el mundo y en Argentina, con el avance del post fascismo, y las interrogantes que se abren respecto de si existe un posible sujeto político de cambio.
Cambiar el mundo implica coraje, desafíos, implica audacia, implica tomar medidas radicales.
La reforma universitaria del 18, hace más de un siglo, enfrentó una férrea estructura conservadora abriendo el paso a un rotundo cambio en las altas casas de estudio. A través del “Manifiesto Liminar” y los postulados reformistas, se expresaron las críticas a un régimen académico que producía el ahogo del pensamiento crítico y de la producción científica. El resultado de esta fuerte huelga y revuelta estudiantil fue la democratización del gobierno universitario con autonomía y cogobierno con participación de los profesores, estudiantes y graduados en el gobierno universitario.
Los pilares sobre los que se desarrollaron las universidades argentinas apoyados en la Reforma de 1918, autonomía -institucional y académica- y autarquía, fueron reemplazados por privatización, desregulación y supeditados a las leyes y necesidades del mercado
¿Cuándo sabemos que una época ha llegado a su fin? Cuando los instrumentos que dominamos durante años ya no nos obedecen, más aún cuando se invierte el orden de poder y quedamos casi inermes ante las nuevas tecnologías que manejan unos pocos centros de poder para lograr el dominio de enormes masas de población.
La IA no constituye una innovación más, implica un funcionamiento robotizado en tiempo real, la expectativa en el futuro es superar el funcionamiento todavía parcial, y extenderse a todos los segmentos de la vida individual y colectiva
El espejo es el paradigma de esta época. Tomó la escena del mundo en el que vivimos. La multiplicación exponencial de narcisismos espejados atraviesa nuestros días y nuestras noches. Las pantallas, esos pequeños espejitos de colores donde miramos y nos miramos, nos consumen horas y horas. Las imágenes evanescentes fluyen en un río olvidable. El mandato es tener que testimoniar la propia vida, donde no alcanza con vivir, sino que tenemos que mostrar aquello que vivimos.
A mayor cantidad de tiempo en las pantallas, mayor desvalimiento. Mientras miramos solos estos espejos oscuros, no hay otros
Pensar las transformaciones de la subjetividad es comprender como los lazos sociales van definiendo a los sujetos, es la idea de contrato narcisista que plantea Piera Aulagnier ¿Cuál es ese contrato hoy?
El endiosamiento de la adolescencia es tal que la adultez perdió su categoría, los adultos hoy imitan a los adolescentes, se comportan como tales, copian su vestimenta y generan una confusión en los jóvenes que deben confrontar con padres que se niegan a crecer
Esta exposición fue realizada por Enrique Carpintero como director de la revista Topía en la audiencia pública en defensa de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. La misma fue convocada por el bloque de diputados del Frente de Izquierda y de los trabajadores (FIT) en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación el 21 de enero de 2024.
La libertad retrocede. Escuchamos y leemos panegíricos sobre la libertad en los últimos tiempos en la Argentina. Hay quienes descalifican a los que nos oponemos “a los (supuestos) principios de la libertad”, utilizando el argumento que tenemos “miedo a la libertad” en un guiño tramposo al título de un clásico libro.
Erich Fromm publica en 1940 El miedo a la libertad. El avance de los fascismos en el mundo lo decide a publicar anticipadamente parte de sus investigaciones sobre el carácter del “hombre moderno”. Aborda una temática específica: la libertad. Su clásico estudio avanza en entender cómo el miedo a la libertad promueve el sometimiento que llevó al triunfo de los fascismos en dicho mundo. No estaba decidido el resultado de la Segunda Guerra Mundial. Y había muchas posibilidades de que el fascismo triunfe.
La libertad quedó reducida a los mercados. Con la ilusión de una autorregulación divina, que jamás existió en la tierra, donde sobrevivirán solamente los más fuertes. Los grandes capitales que decidan jugar en todos los territorios donde puedan hacer negocios
Desde su sanción en el año 2010, la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 sufrió además de la falta de implementación en todo el país, sistemáticos ataques para modificarla y derogarla. Hoy asistimos a un nuevo intento, esta vez formulado desde el entrante gobierno de Javier Milei, que mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y una Ley Ómnibus, se busca afectar al conjunto de derechos adquiridos en todos los órdenes de la vida en sociedad y entre ellos y particularmente, la protección de los derechos de las personas atravesadas por un padecimiento mental. Derechos que no sólo garantiza la ley vigente, sino que también, el conjunto de pactos y convenciones internacionales incluidos en la Constitución Nacional, sin olvidar el Código Civil y Comercial reformado en el 2014.
Este inédito mecanismo de arrasamiento de derechos, con un claro sesgo autoritario e inconstitucional para un gobierno en democracia, expresa sin ningún pudor en su objeto (art.1°): “promover la iniciativa privada, limitando toda intervención estatal”.
Algunas situaciones que tienen como protagonistas a los jóvenes que habitan las escuelas secundarias, nos interpelan desde el año 2018. Los escraches (1) en las escuelas empezaron a aparecer como modalidad de expresión y denuncia, no sin consecuencias.
Para reflexionar sobre lo que sucedió en estos dos años en las escuelas no puedo dejar de mencionar la lucha feminista, cómo las jóvenes tomaron las calles sumándose al histórico reclamo de las mujeres y el papel protagónico de las nuevas generaciones contra el patriarcado, la construcción de nuevas masculinidades, los jóvenes contra el adultocentrismo, las consignas como “mi cuerpo es mío”, “cuando digo no, es no” y la gran lucha y movilización por el aborto legal, gratuito y seguro, son el marco en el que las denuncias, llamadas escraches en las redes contra pares, suceden. El abuso y el acoso sexual, aparece en esas instancias sin discriminación, tratándose de relaciones simétricas en cuanto al poder. El lugar de los adultos e instituciones marcadas por el patriarcado agudizan la distancia generacional. Tiempos revueltos, tiempos en que los jóvenes buscan adultos que no encuentran o que no existen.
El lugar de los adultos e instituciones marcadas por el patriarcado agudizan la distancia generacional. Tiempos revueltos, tiempos en que los jóvenes buscan adultos que no encuentran o que no existen.
Superficies de placer, cuerpos que anudan poderes y deseos en los pliegues del tiempo, siempre en mutación. Una práctica que transgrede el guión de género en la intersubjetividad tradicional, un cuerpo que se exhibe disidente, una estética sexual que provoca a contra pelo del modelo hegemónico, un argumento que cuestiona el modo aceptable e instituido del placer.
Un interrogante que nos guía en esta reflexión es ¿Cómo colocarnos a resguardo, ante el riesgo de moralizar el erotismo en sus fuentes primordiales?
Hemos sido socializades -por tanto, sujetes emergentes y a su vez, (re) productores- en un discurso heteropatriarcal, androcéntrico y machista, que legitima la dominación hacia la mujer, las identidades feminizadas y las identidades disidentes, por su mera condición de ser, derivando en una deshumanización, cosificación y opresión constante, en los diversos planos en donde nosotras habitamos la vida.
Es importante entender que como adultos debemos centrarnos en partir de escuchar, entender que no hay recetas, que se trata de un trabajo artesanal y es con los otros que se construirán las respuestas colectivas.
Pensar en una revista como artefacto cultural nos permite, a priori, establecer un análisis integral teniendo en cuenta sus connotaciones políticas, ideológicas, sociales y culturales. Expreso Imaginario fue una revista de música, publicada desde agosto de 1976 a enero de 1983, es decir, nació y murió con la última Dictadura Militar. Esta revista abarcó diferentes áreas artísticas y culturales que interpelaron la cosmovisión de una determinada juventud de los años setenta, dejando una impronta por su particular diseño y su innovadora composición visual.
Expreso Imaginario no eran considerados peligrosos por los militares, pero el clima de autocensura y miedo que se vivía repercutía en la revista, a tal punto de dialogar sobre si convenía o no que se publiquen algunas notas
Orientada por la pregunta apropósito del hacer del analista de niños y principalmente por los embrollos de mi posición como analista, me encontré preguntándome si los diversos modos de intervenir que utilizó en la clínica con niños y que se alejan de la estoica interpretación clásica podían sostenerse desde un marco psicoanalítico. Ya que la experiencia clínica me fue demostrando que si bien el uso y la apuesta a la palabra es la regla de cualquier espacio analítico, la utilización de la interpretación sin creces ( la verbalización de los contenidos inconscientes, el uso del equívoco y su consecuente descubrimiento del sin-sentido oculto) se presenta en ocasiones como irrupción, que interrumpe el juego (el decir infantil) haciendo obstáculo a la transferencia, impidiendo tanto el despliegue significante como la posibilidad de escucha por parte del niño.
El cuerpo del analista parece clave en su presencia, pero solo a condición que suponga fundamentalmente su ausencia. Hablo de un cuerpo otro, descontado, capaz de brindar una presencia agujereada, que se oferta en pos de que algo pueda ser dicho, jugado, escrito.
La primera vez que escuché para qué servía el psicoanálisis, la profesora habló de la cura por la palabra. El nombre con que Anna O. había bautizado lo que sucedía en esas consultas con un joven e inexperto Sigmund Freud. Me había impresionado (¿o sorprendido?) la metáfora de la limpieza de chimenea. Tal vez porque mi cabeza siempre fue un hervidero de pensares, un atolladero de palabras.
“La palabra es una flecha ardiente que llevamos clavada”, afirma Juarroz.
Los adolescentes se nos presentan a veces como la caja de Pandora, ese objeto cerrado, mítico, donde confluyen todos los fantasmas que los padres y la sociedad temen. Como en otras épocas, “esos raros peinados nuevos”, estos adolescentes como efectos, subjetivaciones epocales y de un sistema de producción expresan, sienten y reflejan lo que los va atravesando.
Los adolescentes como cualquier otredad nos sacuden con la irrupción de lo violento, con su doble carga: el descubrimiento de un otro y la subjetivación en constante despliegue de procesos de diferenciación
Podemos afirmar que hoy vivimos un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío. Este mundo es una capa que se ha adherido a nuestro cuerpo sin permiso y que produce efectos cuyos síntomas se expresan en el triunfo de la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada sobre las pulsiones de vida, el Eros.
La historia de la humanidad es la historia de la relación del sujeto con la comunidad y no la del Yo individual
“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”
Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?
En el invierno de 1990, las y los transeúntes de la Avenida Corrientes se asombraron al encontrar 32 bolsas de plástico negras, rellenas como si fuesen cadáveres, distribuidas entre la vereda y la calle. Cada una de ellas llevaba un cartel que decía Hospital Moyano.
Era la puerta del Centro Cultural Liberarte, dentro del cual se estaba llevando a cabo un recital-espectáculo de protesta. Al público que ingresaba a la sala se lo hacía formar en fila, les revisaban las uñas y la cabeza como si tuviesen piojos, y les hacían lavar las manos en un fuentón con agua helada. Luego, se les entregaba un plato de chapa con un guiso frío e incomible.1
El hospital se asemejaba cada vez más a un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial: usuarias esqueléticas deambulando por los espacios abiertos, otras recluidas en salas desmanteladas por no poder caminar y un hedor nauseabundo proveniente de los baños y la cocina
Al hacer una revisión histórica sobre el cuerpo aparece un tema recurrente, el de la desconexión cuerpo/alma o cuerpo/psique, cuando en realidad son dos entidades que nunca han existido separadas.
La dualidad cuerpo/alma se originó hace más de 24 siglos. Vislumbrada por Platón, mantenida por Aristóteles y agudizada durante la Edad media bajo el poder y la represión acérrima del cristianismo en Europa (Bertrand Russel, 1993; Vigarelo et al., 205). Esta escisión cristalizó en la concepción Cartesiana “ego-cogito” inmaterial, cognitivo, separado de la “res extensa”, de la materia. En esta visión el cuerpo fue considerado como máquina.
El cuerpo mirado y tratado como objeto está desconectado de la mente, de la naturaleza, del mundo histórico y del contexto. Esta mirada no sólo desconecta el cuerpo de la mente, sino que también a ese cuerpo de otros cuerpos y a una mente de otras mentes
En el marco de mi residencia como psicóloga en un Hospital Público General de la Provincia de Buenos Aires escribí, en una oportunidad, un ateneo sobre el acompañamiento a una adolescente en una interrupción legal del embarazo tras haber sido abusada por un compañero de curso. En aquel momento, me pregunté: ¿cómo podría llevarse a cabo un trabajo con el adolescente con conductas abusivas? aquella pregunta devino en otras más generales: ¿qué pasa con los varones que atendemos? ¿atendemos varones? ¿con qué características? ¿por qué consultan? ¿se quedan cuando consultan? ¿Cuáles son sus malestares? Es a partir de estas preguntas, del encuentro con varones en la clínica, de aquel artículo y de la lectura de tantos otros que nace este texto y su objetivo: poder explicitar algunas de las múltiples tensiones y articulaciones posibles entre psicoanálisis, masculinidades y calidad en la atención en salud de varones (cis, en esta ocasión).
Podemos pensar “las masculinidades” como construcciones simbólicas que varían cultural e históricamente y se componen por un conjunto de significaciones imaginarias, discursos y narrativas siempre cambiantes
Para hablar del conflicto en Medio Oriente entre palestinos e israelíes, es imposible dejar de lado la complejidad de los factores históricos, políticos y geopolíticos, económicos, sociales, religiosos, étnico-culturales, etcétera. Aunque a veces sea inevitable tomar partido, no se puede reducir ese drama a una mera cuestión de malos y buenos. La realidad, como siempre, no es en blanco y negro.
El mundo y nuestro país viaja hacia una nueva tentación fascista. El actual capitalismo neoliberal (con las variantes que gobiernan) multiplica desigualdades cada vez más profundas. Esto produce una fragmentación social que promueve procesos de desidentificación y desubjetivación, que fomentan -entre otras cuestiones- la tentación de nuevas formas de fascismo en el mundo. En nuestro país, en especial durante los últimos 12 años de gobiernos nacional-populistas y neoliberales generaron pobreza, exclusión y vulnerabilidad social de grandes sectores de la población que dejaron el campo fértil para que la tentación se vuelva una probabilidad. En este contexto se encarnó la figura de Javier Milei. Sus propuestas son ilusiones que sólo garantizan mayor destrucción y crueldad, tal como sucedió en la primera mitad del siglo XX.
En la década del ‘50 la “ciencia ficción” o “ficción científica”, como la denominaban algunos, se consolida como género tanto en el cine como en la literatura. En los EE.UU., profundamente conservadores y anticomunistas, se transforma en un medio para establecer un control de los miedos latentes en la sociedad ante un otro desconocido considerado un bárbaro y ante el peligro en los desarrollos tecnológicos que habían creado la bomba atómica. Los relatos reforzaban el lugar de la ciencia como medio racional para enfrentar los sombríos pensamientos sobre el fin del mundo en el contexto de la posguerra.
Lo que predomina hoy en día son los procesos de desidentificación ante la sensación de fragmentación de las relaciones sociales y una civilización atrapada en los efectos de la pulsión de muerte
Este es un adelanto exclusivo de un capítulo del libro La construcción de los varones. Contra el patriarcado y otras desigualdades que será publicado por la Editorial Topía próximamente.
La deconstrucción ha devenido parte del lenguaje cotidiano de las luchas dentro de las cuestiones de género. Alejada de sus orígenes derridianos, es una moneda de corrección política que circula. Se vuelve un mandato superyoico con límites indefinidos. Su proliferación borra la memoria de luchas contra el patriarcado.
La crisis del patriarcado implica una crisis en el aparato cultural, esto derivará necesariamente en una crisis de los varones ya que esto mueve toda la corposubjetividad
A comienzos del año 2023 surge el recuerdo de aquel otro año 23, de crisis hace cien años, en el que abruptamente se hacen reconocibles alternativas políticas contrarias para el posterior desarrollo de la república alemana de posguerra. Después del fracaso del aislado “levantamiento de Hamburgo” de los comunistas y la destitución del gobierno del frente de unidad del PCA y PSA en Sajonia a manos de las fuerzas armadas en las últimas semanas de octubre, fracasa también en Múnich, el 8 y 9 de noviembre de 1923, el intento de Hitler y Ludendorff de tomar el poder en Bavaria y (según el modelo de Mussolini) organizar una “marcha a Berlín”. Una década después, el PCA estaba prohibido y Hitler, junto con sus unidades paramilitares (la SA y la SS), con apoyo de las fuerzas armadas y la industria y la bendición de los partidos burgueses, estaba en el poder desde finales de enero.
La historia del año 1923 en Alemania es de particular interés, porque en ese momento otra vez, por un par de semanas o meses, fulguró (y se perdió) la posibilidad de un desarrollo completamente diferente para Alemania, Rusia y Europa.
A partir de las entrevistas realizadas a tres profesionales psicólogos que se encuentran trabajando con la problemática del suicidio adolescente en distintas localidades de la Provincia de Buenos Aires, hemos podido detectar como común denominador: la carencia de estadísticas fidedignas; el aumento de los intentos de suicidio desde 2011, y en especial luego de la pandemia covid-19; el fenómeno de la identificación-propagación o efecto dominó a partir del manejo de la información; la más que evidente relación con las autolesiones, la violencia familiar y las adicciones; considerar la universalidad de la crisis adolescente sumada a las de la institución familiar y del contexto social, económico, político y cultural; el predominio de la carencia de un proyecto vital esperanzador tanto para jóvenes como para adultos, en medio de un mundo globalizado expulsivo y de exclusión.
Pocos se quieren matar si aman y recibieron amor, y si hay solidaridad, confianza, voluntad, pasión, memoria, optimismo y gratitud
A partir del encargo de Topía acerca de indagar en la silenciosa epidemia de suicidios adolescentes tan candente en los últimos años, nos propusimos a entrevistar a tres profesionales que se encuentran trabajando específicamente con esta problemática y con este sector de la población en distintos puntos de la Pcia. de Buenos Aires, a saber: el Partido de la Costa, Dolores y Mar del Plata. La primera pregunta refirió a los aspectos fenoménicos: 1) Cómo se manifiesta la problemática del suicidio adolescente en tu práctica profesional? La segunda al posible origen: 2) Cuáles serían a tu criterio las causas centrales? La tercera tuvo que ver con el abordaje: 3) Qué dispositivos se están implementando y qué considerás que se debiera hacer que no se está haciendo?
El título hace honor a un libro de Ana María Fernández, “Jóvenes de vidas grises” (2013) en el que daba cuenta de una condición anímica de lxs jóvenes que trascendía su clase social, signo de la pertenencia a una época que imprimió e imprime la coloratura gris a las existencias jóvenes. El gris es el color de la desvitalización, del aletargamiento en un estado en el que no se termina de precipitar en las oscuridades de lo negro, ni tampoco se puede -o no están dadas las condiciones para- asomar la cabeza a la claridad.
La escena en la que me encuentro -o me re-encuentro, mujeres que, ante la coyuntura de poder irse de alta, alcanzar una externación institucional, se niegan rotunda y sostenidamente.
La aparición de la actriz española Ana Obregón con una bebé le dio mayor visibilidad a un tema que es controversial, de acuerdo al abordaje desde dónde se lo enfoque. Obregón subrogó un vientre y de esa gestación nació una niña, su nieta, fecundada con espermatozoides congelados de su hijo, un joven que había fallecido un tiempo atrás. “Gestación subrogada”; “alquiler de vientres”, “subrogación de vientres” son algunos de los nombres con los que se denomina a esta práctica que, desde hace un tiempo, ha tomado protagonismo entre los posibles accesos económicos a los que puede aspirar una pareja o una familia.
Es evidente la intención de un sector interesado al asociar la subrogación con el altruismo, la bondad, la solidaridad y dejando por fuera la discusión de la transacción económica. En este punto es dónde muchos y muchas se confunden
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra