El texto que se publica es un adelanto de la próxima Revista Topía que va a aparecer en el mes de abril; en este número inauguramos una nueva sección: "Por qué la izquierda hoy". A contramano de Javier Milei y la internacional neofasista creemos que el pensamiento de izquierda sigue siendo una reserva ética y política ante la barbarie del capitalismo neolibaral. Por ello no dudamos en lanzar como consigna, en el inicio del gobierno de Milei, que "Salud Mental es luchar contra el neofascismo".
"Estarán las izquierdas actuales en condiciones de afrontar ese trabajo abrumador? Habrá que inventar otras, arrojarse a una nueva apuesta pascaliana? No podemos saberlo. De lo que si podemos estar seguros es de que, en el mundo que ha llegado a ser, es eso o la Nada"
En este breve abordaje, donde la práctica marca el paso, pero también el intento de poder deconstruir nuestros propios procesos de subjetivación, nos interesará reflexionar sobre tres ejes: (1) ¿cómo nos aproximamos a una problemática que hemos construido de qué modo? (2) ¿Qué dolores atraviesan las juventudes adolescentes y no-adolescentes? Y (3) ¿Cómo discriminar algunas presentaciones del dolor?
Quizás por este extrañamiento moderno en relación al dolor y la muerte, es que no tengamos una ley de eutanasia o de asistencia a la muerte. El resultado de que la muerte devenga clandestina quizás sea lo que determine
Este es un breve ensayo donde se realiza una revisión epistemológica de los modelos relacionales en la atención médica psiquiátrica y en particular, se ocupa de la relación Médico Psiquiatra-Paciente y sus diferencias paradigmáticas con las modalidades de encuentros terapéuticos que plantea la perspectiva de lo vincular. Pone en diálogo las lógicas del pensamiento de la clínica en psiquiatría derivada del positivismo estructuralista con la lógica de la perspectiva vincular post estructuralista, que trabaja en complejidad. Profundiza la conceptualización sobre el sujeto y la relación asistencial que se entabla con éste. Propone la idea de otros modos de asistir y conceptualizar a partir de incorporar el pensamiento complejo en el acto médico.
La noción de "Entre" desafía las identidades dadas y propone una psiquiatría que no estigmatiza, sino que trabaja con las fuerzas que actúan en el encuentro
El artículo que estamos presentando contiene –entre otras cosas- una multiplicidad de reflexiones sobre un tema complejo, como lo es el acompañamiento clínico en procesos de transición de género. Intenta dar cuenta de las múltiples y contradictorias líneas de abordaje que exige una práctica ética en toda su complejidad. Es un artículo que al mismo tiempo desnuda nuestras propias contradicciones y los rodeos que se producen en un pensamiento en construcción. Es el resultado transitorio de nuestros propios debates, de nuestros desacuerdos, nuestras dudas. Intentamos siempre localizar en la clínica el punto de partida de toda interpelación y al mismo tiempo la prioridad en el esfuerzo de despejarla o atenuar sus posibles efectos paralizantes, perimetrar la interpelación, circunscribir las preguntas -dentro de lo posible- al interior de un terreno fecundo. Nos han nutrido lecturas de múltiples autores, con todos hemos debatido y en todos nos hemos inspirado. Esta es una de las estaciones en el hilo de nuestro trabajo, seguramente no la definitiva, pero si es que algún día creemos arribar a ella, ojalá tengamos la lucidez de volver a considerarla transitoria.
Nos interesa en primer lugar poner en discusión la cuestión de la elección de un/a terapeuta con "perspectiva de género " como atributo específico”.
Vivimos con una sensación de incertidumbre, de angustia y miedo que se expresan de diferentes maneras: en el acto de hablar, en los síntomas que produce, descargándose a través del movimiento muscular y reuniendo representaciones pulsionales conjuntamente con las fantasías del sujeto. Debemos decir que el miedo lo encontramos siempre presente en nuestra civilización: en las relaciones sexuales; en el trabajo, ya sea por perderlo o por no conseguirlo; en las relaciones familiares; en las calles de las grandes ciudades; en las luchas por las reivindicaciones laborales y sociales. Este miedo es aprovechado por el poder de los sectores dominantes para someter al conjunto social. En la actualidad, este es el recurso de los sectores neofascistas.
La castración edípica es una estructura que permite en el aparato psíquico una organización en la alteridad para sostener el desvalimiento originario que nos hace humanos
No hace mucho tiempo atrás existía un dicho popular que llenaba de ilusión a los futuros padres: cada niño nacía con un pan debajo del brazo. Lamentablemente quedó muy lejos de cumplir esa ilusión un adolescente salteño que se suicidó luego de perder el sueldo de su madre haciendo apuestas en un casino online. Trataba de acertar resultados en espectáculos deportivos de todo el mundo, partidos y más partidos de los que en tiempo real conocía los resultados. Abrumado por las deudas entendió que le era imposible resolver la situación y terminó con su vida. El ejemplo vale para mostrar que las apuestas online han generado un problema difícil de enfrentar, uno más, para las crianzas y el desarrollo de las nuevas generaciones.
En la cultura cyborg en que vivimos la prótesis incorporada al cuerpo, -el celular- abre las puertas del casino global. No hay restricción de entrada, todo está facilitado para que nada, ni nadie puede obstaculizar el ingreso de un menor en las ligas de las apuestas
En la medida en que el capitalismo nos enfrenta a múltiples crisis (económicas, políticas/bélicas, sanitarias, ecológicas, entre otras) en el campo de la psicología y la salud mental encontramos niveles de padecimiento inéditos y una avanzada de tendencias reduccionistas con discursos cientificistas, particularmente biologicistas, promovidos por corporaciones económicas como la industria farmacéutica, estados y gobiernos. Desde las neurociencias mainstream hasta la psicología evolucionista (todo fenómeno mental como adaptación evolutiva biológica heredada), con el denominador de naturalizar las determinaciones históricas y culturales.
Quienes intentamos construir una ciencia psicológica que aporte a la emancipación social y subjetiva nos encontramos con varios desafíos… ¿cómo integrar los aspectos subjetivos singulares del psiquismo, tanto conscientes como inconscientes, a fenómenos sociales y políticos más amplios?
David Le Breton explora en este nuevo libro publicado por Editorial Topía la importancia y significado de los tatuajes, piercings y otras marcas corporales en la construcción de la identidad personal y social. A través de un análisis sociológico y antropológico, revela cómo estas formas de modificación corporal han sido históricamente estigmatizadas y cómo su percepción ha cambiado en la sociedad contemporánea. Nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cuerpo, la identidad y los procesos de transformación personal en un mundo cada vez más individualista. En ese camino publicamos un fragmento de la introducción.
La piel es una superficie de inscripción del significado y el vínculo, una pantalla en la que proyectamos una identidad soñada, utilizando las innumerables formas con que se escenifica la apariencia en nuestras sociedades, arraiga el sentido del yo en una carne que individualiza
Cuando a Mao Tse Tung le preguntaron qué pensaba de la Revolución Francesa contestó con un exceso de prudencia que todavía era prematuro sacar una conclusión. Es más que justificado responder lo mismo con respecto a las consecuencias de la pandemia de covid en la vida humana. Lo cierto es que la humanidad estuvo en peligro. La muerte circuló con su indiferente guadaña llevándose a alrededor de veinte millones de personas. Más que en la Primera Guerra Mundial y un poco menos que en la segunda. El General Covid mató sin piedad, sin odio, sin maldad y generó un terror colectivo que no se sabe aún qué herencia habrá dejado. Y por cuántas generaciones.
La pandemia y el crecimiento mundial y viral del fascismo han obligado a pensar una clínica del infortunio común. Una fortuna adversa que no reemplaza a lo neurótico, pero lo resignifica
Seminario organizado por Enrique Carpintero y Alejandro Vainer en el VI Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos en la Casa de las Madres de Plaza de Mayo el 16 de noviembre de 2007. En esta clase contamos con la presencia de León Rozitchner. Reproducimos este texto inédito en homenaje a los 100 años del nacimiento de Rozitchner.
Las máscaras del terror también existen en el campo psicoanalítico, esas teorías que ustedes estudian. También ahí tienen algo que ver las madres, y algo que ver también los hombres que hacen las teorías sobre las madres
Escuchar el inconsciente y sus efectos en interpelación con la cultura se inscribe en la tradición del psicoanálisis cuya aparición produce una ruptura epistemológica respecto al pensamiento del sujeto y sus padecimientos, ya que desde los inicios la escucha atañe a las personas tanto como a las cuestiones subjetivas dependientes de las contingencias socio-históricas. La separación que en ocasiones se establece dentro y fuera de la disciplina entre el Freud clínico y el pensador de la cultura no parece resultado exclusivo de la lectura de su pensamiento y algunos autores lo acreditan a la influencia de las introducciones a las obras freudianas efectivizadas por el traductor de la edición inglesa. Pinto Venegas (2021) por ejemplo, lo hace en un trabajo que “problematiza” tal división identificando las notas introductorias de Tótem y Tabú, donde Strachey señala que “las contribuciones freudianas se dirigen principalmente a lo que se entiende en términos generales como antropología social” y la correspondiente al Malestar en la Cultura, en la cual el desarrollo freudiano es considerado un “trabajo sociológico”.
El orden simbólico imperante, la sociedad patriarcal en la que Freud desarrolla el psicoanálisis, no deja de imponer sus efectos en las conceptualizaciones del autor sobre la cuestión femenina.
Un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) emplazado en un territorio en los márgenes de la ciudad de Santa Fe, en una esquina frontera entre dos barrios.
Los modos de subjetivación y sufrimientos desplegados en este rincón del mundo, tienen que ver con el paisaje que se habita. Con esto digo: la cotidianeidad barrial y laboral de la comunidad, transcurre con incrementos de exposición a episodios de enfrentamientos con armas de fuego en las calles todos los días
A partir de la construcción de la Iglesia como Institución en Occidente, primeramente en el marco del Imperio Romano, en los siglos III, IV y V de la Era Cristiana, se va generando un pensamiento Doctrinal de la Institución Apostholica que tendrá su auge en la denominada Edad Media, cuando Santo Tomasso de Aquino, Sant’Agostino y otros Filósofos Teocéntricos, elaboran y difunden sus puntos de vista, que tienen como objetivo principal la educación moral de los creyentes y a la vez una conformación de una concepción del Mundo y de la vida del hombre en el, con relación a la Divinidad.
Erasmus fue un Precursor de la Humanistica es decir de la Corriente de Análisis que estudia lo Psicológico y lo Social, combinado con lo Espiritual, las complicaciones de la Vida Civilizada del Homo Sapiens
En el presente escrito se hará un acercamiento por la consolidación de la escuela como dispositivo moderno, abriendo paso a los interrogantes que se inscriben a partir de los movimientos de transformación social y las nuevas demandas que pujan por una resignificación de su función en el entramado social, pasando por la implementación de nuevos recursos tecnológicos como estrategias inclusión y transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje
La escuela se constituye en un lugar de potencia, un espacio donde convergen distintas generaciones e ideologías, un lugar donde lo posible siempre tiene una puerta abierta
Convoca a interrogarnos acerca de esta práctica elemental en el campo de la Salud, básicamente en contextos de encierro, al enfrentarnos diariamente a la ausencia de “Programas Específicos” rectores de una práctica Ética los cuales deberían funcionar como primordial dentro del sanitar ismo institucional y en consideración a la definición que la OMS da sobre el concepto de SALUD.
Las políticas de prevención son inexistentes en este país lo que deja entrever el desencadénate social que provoca.
Esta entrevista fue realizada para la investigación del libro Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los´60 y´70 (Editorial Topía, segunda edición, 2018). La versión completa había permanecido inédita y formará parte de un libro de próxima aparición que incluirá las entrevistas allí realizadas. Aquí Rozitchner (1924-2011) rememora algunos de los momentos de su vida, entre los pioneros del psicoanálisis. Su relación con la tumultuosa vida política de esa época en la que fue construyendo una consistente teoría contra el poder desde la filosofía y el psicoanálisis; tanto, que Juan Carlos Volnovich suele definirlo como el mayor filósofo que ha dado nuestro país, si no el único. Por ello en los innumerables cruces entre Marx y Freud, que allá por los años ’60 se proyectaron mucho más allá de la mera teoría, Rozitchner supo ser la referencia obligada. Y su obra lo sigue siendo.
“Cuando volvés a encontrar todo tu pasado, toda la historia, es cuando volvés a encontrarte con la muerte”
Otra vez Milei. Otra vez es necesario alertar sobre las propuestas neofascistas del gobierno. Es que como psicoanalista y ciudadano de esta región del planeta no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada. El sujeto se constituye en la relación con el otro en la alteridad, sino no hay sujeto. De allí la necesidad de defender al sujeto como un desafío ético. Esto es lo que venimos haciendo desde nuestra página de la revista.
Como psicoanalista no puedo quedar en silencio ante un gobierno cuyas políticas generan la ruptura del lazo social. Generan el aumento de los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada
Ante el incremento de la violencia y la crueldad contra las mujeres y disidencias sexo-genéricas, en el marco del patriarcado neofascista, me interrogo si desde el Psicoanálisis tenemos algo que decir y hacer. Freud se preguntó sobre la violencia de su época, el porqué de la guerra y teorizó sobre ello. Al inaugurar su concepto de pulsión de muerte, consideró inevitable la violencia y la guerra, y parece que el tiempo le ha dado la razón. Pero no dejó de lado considerar posibles formas de amortiguarla y para ello propone apelar a Eros, a las ligazones afectivas, a las identificaciones.
La crueldad es la marca de este patriarcado neofascista, crueldad como shock para amedrentarnos, para debilitarnos, para aislarnos, para eliminarnos
Freud en El malestar en la cultura señala que las prótesis tecnológicas, pese a las dificultades de su incorporación, convertían a los hombres en semidioses. Esta observación, entiendo, ha cobrado relevancia en este proceso tecnocapitalista en que vivimos. Desde este punto arrancamos, hace ya muchos años, a pensar cómo los procesos tecnológicos van modificando a los seres humanos, insistiendo en que la hibridación entre humanos y máquinas nos ha constituido en cyborgs.
Nos encontramos ante un nuevo desafío en las crianzas de niños y adolescentes: cómo lograr desenmascarar las trampas que el consumismo capitalista ha disfrazado de juego
El traumatismo colectivo nos atraviesa hasta las entrañas. En los cuerpos, en las guardias, en las internaciones, en las calles, en los consultorios, en los diferentes espacios.
En este texto buscaré herramientas en algunos momentos de la historia, precisaré algunos conceptos, para poder llegar a la propuesta de cómo tener dispositivos clínicos a la altura de este traumatismo “generalizado” (tal como lo define Enrique Carpintero) que vivimos.
Nos enfrentamos con procesos de desubjetivación que nos exigen, como entonces, la inteligencia y la imaginación colectiva para enfrentar este “traumatismo generalizado”
El abordaje de las problemáticas psicosomáticas está hoy cada vez más presente en nuestra clínica. Este libro propone un abordaje de estas problemáticas. Aquí publicamos su rica presentación, donde la autora historiza los abordajes psicoanalíticos para llegar a la actualidad.
Este libro tiene una vocación sobre todo didáctica. Busca articular las ideas del Instituto de Psicosomática de París con las problemáticas clínicas en las cuales el sufrimiento del cuerpo prevalece, encubriendo o incluso sustituyendo al sufrimiento psíquico. Los conceptos que aquí exponemos son eminentemente freudianos, algunos de ellos revisados y ajustados a la luz de las singularidades que se revelan en el contacto de los psicoanalistas con los pacientes portadores de patologías orgánicas. Las diferentes figuras de lo traumático y su impacto en la organización psicosomática del paciente constituyen el hilo conductor.
En este artículo nos proponemos establecer una aproximación al concepto de interseccionalidad, con la finalidad de poder articularlo con la clínica psicoanalítica. Para ello, llevaremos a cabo un análisis detallado del caso de la joven homosexual de Freud, utilizando como fuente los artículos del caso freudiano Sobre la psicogénesis de la homosexualidad femenina (1920) y Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud de las biógrafas Rieder, I. & Voigt, D (2004). Sostenemos que la incorporación de este enfoque permitirá una comprensión más profunda y matizada para la escucha psicoanalítica.
A partir de los 90 ́ empieza a visibilizarse movimientos de mujeres indígenas y afrodescendientes que planteaban críticas al feminismo urbano y blanco-mestizo hegemónico hasta entonces, al señalar la necesidad de articular las relaciones de género con las relaciones de raza y colonialidad
En tiempos de abundancia siempre resulta oportuno detenernos y analizar qué tenemos entre las manos, cómo aquello cae por nuestros dedos, qué aromas y manchas nos deja. Hoy, la abundancia en ofrecimiento de supervisiones y formaciones en la materia se hacen evidentes. Nos convocan a interrogarnos, a escuchar, a tomar un posicionamiento.
No existe el Saber Supervisar. El saber queda ligado a la transmisión y ésta al acto terapéutico de la experiencia propia, de su labor como profesional
Como contrapartida de la asociación libre, Freud conceptualiza la atención flotante. Jaques Derrida trabaja el concepto de “hospitalidad” como respuesta ante la otredad. Suely Rolnik y Félix Guattari nos proponen cartografiar un territorio no explorado. Junto a estas, podríamos rastrear otras tantas elaboraciones que nos tienden la mano hacia la posibilidad de una apertura. Son bordes que señalan la brecha necesaria para la emergencia de un campo sensible.
La atención flotante no es un elemento trascendental a-histórico inmune al magma de significaciones sociales ni a las singularidades de lxs analistas.
Entre los avatares de la clínica queda de manifiesto, que el vínculo parento filial es uno de los más complejos para pensar, ya que hay todo un desarrollo teórico, conceptual y práctico que parte de la idea de un estado de inermidad inicial de cuidado absoluto hacia un sujeto que depende del otro para su subsistencia, al “éxito angustiante” que deviene de reconocer a ese otro en su alteridad y autonomía, que no depende ya de esos cuidados.
Nos enfrentamos al desafío de pensar, junto con otros, las marcas de época, por más que los deseos parentales parezcan los mismos en cuanto a la trascendencia, y al cumplimiento narcisista del deseo propio
Superficies de placer, cuerpos que anudan poderes y deseos en los pliegues del tiempo, siempre en mutación. Una práctica que transgrede el guión de género en la intersubjetividad tradicional, un cuerpo que se exhibe disidente, una estética sexual que provoca a contra pelo del modelo hegemónico, un argumento que cuestiona el modo aceptable e instituido del placer.
Un interrogante que nos guía en esta reflexión es ¿Cómo colocarnos a resguardo, ante el riesgo de moralizar el erotismo en sus fuentes primordiales?
Hemos sido socializades -por tanto, sujetes emergentes y a su vez, (re) productores- en un discurso heteropatriarcal, androcéntrico y machista, que legitima la dominación hacia la mujer, las identidades feminizadas y las identidades disidentes, por su mera condición de ser, derivando en una deshumanización, cosificación y opresión constante, en los diversos planos en donde nosotras habitamos la vida.
Es importante entender que como adultos debemos centrarnos en partir de escuchar, entender que no hay recetas, que se trata de un trabajo artesanal y es con los otros que se construirán las respuestas colectivas.
Pensar en una revista como artefacto cultural nos permite, a priori, establecer un análisis integral teniendo en cuenta sus connotaciones políticas, ideológicas, sociales y culturales. Expreso Imaginario fue una revista de música, publicada desde agosto de 1976 a enero de 1983, es decir, nació y murió con la última Dictadura Militar. Esta revista abarcó diferentes áreas artísticas y culturales que interpelaron la cosmovisión de una determinada juventud de los años setenta, dejando una impronta por su particular diseño y su innovadora composición visual.
Expreso Imaginario no eran considerados peligrosos por los militares, pero el clima de autocensura y miedo que se vivía repercutía en la revista, a tal punto de dialogar sobre si convenía o no que se publiquen algunas notas
Orientada por la pregunta apropósito del hacer del analista de niños y principalmente por los embrollos de mi posición como analista, me encontré preguntándome si los diversos modos de intervenir que utilizó en la clínica con niños y que se alejan de la estoica interpretación clásica podían sostenerse desde un marco psicoanalítico. Ya que la experiencia clínica me fue demostrando que si bien el uso y la apuesta a la palabra es la regla de cualquier espacio analítico, la utilización de la interpretación sin creces ( la verbalización de los contenidos inconscientes, el uso del equívoco y su consecuente descubrimiento del sin-sentido oculto) se presenta en ocasiones como irrupción, que interrumpe el juego (el decir infantil) haciendo obstáculo a la transferencia, impidiendo tanto el despliegue significante como la posibilidad de escucha por parte del niño.
El cuerpo del analista parece clave en su presencia, pero solo a condición que suponga fundamentalmente su ausencia. Hablo de un cuerpo otro, descontado, capaz de brindar una presencia agujereada, que se oferta en pos de que algo pueda ser dicho, jugado, escrito.
La primera vez que escuché para qué servía el psicoanálisis, la profesora habló de la cura por la palabra. El nombre con que Anna O. había bautizado lo que sucedía en esas consultas con un joven e inexperto Sigmund Freud. Me había impresionado (¿o sorprendido?) la metáfora de la limpieza de chimenea. Tal vez porque mi cabeza siempre fue un hervidero de pensares, un atolladero de palabras.
“La palabra es una flecha ardiente que llevamos clavada”, afirma Juarroz.
Los adolescentes se nos presentan a veces como la caja de Pandora, ese objeto cerrado, mítico, donde confluyen todos los fantasmas que los padres y la sociedad temen. Como en otras épocas, “esos raros peinados nuevos”, estos adolescentes como efectos, subjetivaciones epocales y de un sistema de producción expresan, sienten y reflejan lo que los va atravesando.
Los adolescentes como cualquier otredad nos sacuden con la irrupción de lo violento, con su doble carga: el descubrimiento de un otro y la subjetivación en constante despliegue de procesos de diferenciación
Podemos afirmar que hoy vivimos un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío. Este mundo es una capa que se ha adherido a nuestro cuerpo sin permiso y que produce efectos cuyos síntomas se expresan en el triunfo de la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada sobre las pulsiones de vida, el Eros.
La historia de la humanidad es la historia de la relación del sujeto con la comunidad y no la del Yo individual
“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”
Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?
En el invierno de 1990, las y los transeúntes de la Avenida Corrientes se asombraron al encontrar 32 bolsas de plástico negras, rellenas como si fuesen cadáveres, distribuidas entre la vereda y la calle. Cada una de ellas llevaba un cartel que decía Hospital Moyano.
Era la puerta del Centro Cultural Liberarte, dentro del cual se estaba llevando a cabo un recital-espectáculo de protesta. Al público que ingresaba a la sala se lo hacía formar en fila, les revisaban las uñas y la cabeza como si tuviesen piojos, y les hacían lavar las manos en un fuentón con agua helada. Luego, se les entregaba un plato de chapa con un guiso frío e incomible.1
El hospital se asemejaba cada vez más a un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial: usuarias esqueléticas deambulando por los espacios abiertos, otras recluidas en salas desmanteladas por no poder caminar y un hedor nauseabundo proveniente de los baños y la cocina
Al hacer una revisión histórica sobre el cuerpo aparece un tema recurrente, el de la desconexión cuerpo/alma o cuerpo/psique, cuando en realidad son dos entidades que nunca han existido separadas.
La dualidad cuerpo/alma se originó hace más de 24 siglos. Vislumbrada por Platón, mantenida por Aristóteles y agudizada durante la Edad media bajo el poder y la represión acérrima del cristianismo en Europa (Bertrand Russel, 1993; Vigarelo et al., 205). Esta escisión cristalizó en la concepción Cartesiana “ego-cogito” inmaterial, cognitivo, separado de la “res extensa”, de la materia. En esta visión el cuerpo fue considerado como máquina.
El cuerpo mirado y tratado como objeto está desconectado de la mente, de la naturaleza, del mundo histórico y del contexto. Esta mirada no sólo desconecta el cuerpo de la mente, sino que también a ese cuerpo de otros cuerpos y a una mente de otras mentes
En el marco de mi residencia como psicóloga en un Hospital Público General de la Provincia de Buenos Aires escribí, en una oportunidad, un ateneo sobre el acompañamiento a una adolescente en una interrupción legal del embarazo tras haber sido abusada por un compañero de curso. En aquel momento, me pregunté: ¿cómo podría llevarse a cabo un trabajo con el adolescente con conductas abusivas? aquella pregunta devino en otras más generales: ¿qué pasa con los varones que atendemos? ¿atendemos varones? ¿con qué características? ¿por qué consultan? ¿se quedan cuando consultan? ¿Cuáles son sus malestares? Es a partir de estas preguntas, del encuentro con varones en la clínica, de aquel artículo y de la lectura de tantos otros que nace este texto y su objetivo: poder explicitar algunas de las múltiples tensiones y articulaciones posibles entre psicoanálisis, masculinidades y calidad en la atención en salud de varones (cis, en esta ocasión).
Podemos pensar “las masculinidades” como construcciones simbólicas que varían cultural e históricamente y se componen por un conjunto de significaciones imaginarias, discursos y narrativas siempre cambiantes
Para hablar del conflicto en Medio Oriente entre palestinos e israelíes, es imposible dejar de lado la complejidad de los factores históricos, políticos y geopolíticos, económicos, sociales, religiosos, étnico-culturales, etcétera. Aunque a veces sea inevitable tomar partido, no se puede reducir ese drama a una mera cuestión de malos y buenos. La realidad, como siempre, no es en blanco y negro.
El mundo y nuestro país viaja hacia una nueva tentación fascista. El actual capitalismo neoliberal (con las variantes que gobiernan) multiplica desigualdades cada vez más profundas. Esto produce una fragmentación social que promueve procesos de desidentificación y desubjetivación, que fomentan -entre otras cuestiones- la tentación de nuevas formas de fascismo en el mundo. En nuestro país, en especial durante los últimos 12 años de gobiernos nacional-populistas y neoliberales generaron pobreza, exclusión y vulnerabilidad social de grandes sectores de la población que dejaron el campo fértil para que la tentación se vuelva una probabilidad. En este contexto se encarnó la figura de Javier Milei. Sus propuestas son ilusiones que sólo garantizan mayor destrucción y crueldad, tal como sucedió en la primera mitad del siglo XX.
En la década del ‘50 la “ciencia ficción” o “ficción científica”, como la denominaban algunos, se consolida como género tanto en el cine como en la literatura. En los EE.UU., profundamente conservadores y anticomunistas, se transforma en un medio para establecer un control de los miedos latentes en la sociedad ante un otro desconocido considerado un bárbaro y ante el peligro en los desarrollos tecnológicos que habían creado la bomba atómica. Los relatos reforzaban el lugar de la ciencia como medio racional para enfrentar los sombríos pensamientos sobre el fin del mundo en el contexto de la posguerra.
Lo que predomina hoy en día son los procesos de desidentificación ante la sensación de fragmentación de las relaciones sociales y una civilización atrapada en los efectos de la pulsión de muerte
Este es un adelanto exclusivo de un capítulo del libro La construcción de los varones. Contra el patriarcado y otras desigualdades que será publicado por la Editorial Topía próximamente.
La deconstrucción ha devenido parte del lenguaje cotidiano de las luchas dentro de las cuestiones de género. Alejada de sus orígenes derridianos, es una moneda de corrección política que circula. Se vuelve un mandato superyoico con límites indefinidos. Su proliferación borra la memoria de luchas contra el patriarcado.
La crisis del patriarcado implica una crisis en el aparato cultural, esto derivará necesariamente en una crisis de los varones ya que esto mueve toda la corposubjetividad
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra