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El día que Lacan recomendó los trabajos de un psicoanalista nazi

 
Homosexualidad y Psicoanálisis

Ese día fue el 13 de mayo de 1959 durante el seminario El deseo y su interpretación. Catorce años después de haber finalizado la segunda guerra mundial y la maquinaria nazi para segregar y matar, y a cinco meses de fallecido ese personaje.

Lacan en este seminario viene trabajando la cuestión del objeto de deseo, la fórmula del fantasma, la castración y su objeto: “el falo”. Para dar un “descanso” dice que se referirá a la experiencia concreta y elige para ello, la homosexualidad. Ya algunas clases antes se había referido a la homosexualidad como una “problemática” en la que a pesar de afirmar que es de “una complejidad mucho mayor que la exigencia pura y simple, sumaria, de la presencia del falo en el objeto”, supone en estos sujetos un “desvío del complejo de Edipo”.1

Lacan no se refiere ni a Ferenczi, ni a Sadger, ni a Rank, otros psicoanalistas con publicaciones y experiencia en la atención de personas homosexuales, elige nada menos que a Boehm

Pero vayamos a la recomendación en cuestión:

“Nuestra experiencia de la homosexualidad no se definió más que a partir del momento en que se empezó a analizar a los homosexuales. En un primer tiempo, no se los analizaba. Por no poder avanzar más en esa época -1905-, el profesor Freud nos dice en los Tres ensayos de teoría sexual que la homosexualidad masculina se basa en la exigencia narcisista de que el objeto no esté desprovisto del atributo fálico, por cuanto el sujeto lo considera esencial.

Luego comenzamos a analizar a los homosexuales. Al respecto, les ruego remitirse a los trabajos muy ejemplares de Félix Boehm, uno de los primeros en interesarse en ello. Comienzan en los años 1920 y prosiguen hasta 1933 y más allá. (...) me remito muy especialmente a sus trabajos, que son muy ilustrativos y confirmados por una copiosa experiencia.”2 (resaltado mío)

Lacan no se refiere ni a Ferenczi, ni a Sadger, ni a Rank3, otros psicoanalistas con publicaciones y experiencia en la atención de personas homosexuales, elige nada menos que a Boehm.
 

Ideas ejemplares e ilustrativas para analizar homosexuales

En primer lugar uno se pregunta cuáles son esos trabajos tan ejemplares y qué ideas tan ilustrativas dibuja respecto de la homosexualidad este psicoanalista recomendado por Jacques Lacan. El texto más citado de Félix Boehm es uno de 1926 -mucho antes de la toma del poder por parte del nazismo-, “Homosexualidad y complejo de Edipo”. Si bien solo hay versión en alemán, es citado varias veces por Melanie Klein en su texto de 1933, donde además resume sus tesis más importantes. Boehm subraya la importancia de la fantasía de que el pene del padre haya sido retenido por la madre después de la relación sexual y esté oculto dentro de su vagina. Sus trabajos “ejemplares” hablan de penes femeninos ocultos que ejercen una influencia patológica en virtud del hecho de que se ponen en una relación inconsciente con la idea de un pene grande y temido, perteneciente al padre, que está oculto en el interior de la madre. Dicho sea de paso a la psicoanalista inglesa no le parece muy original esta afirmación ya que señala que es de mención frecuente en la literatura psicoanalítica.4 Para Lacan no se trataría del falo paterno que residiría en la vagina de la madre sino de “una evaginación, la extraposición del interior del órgano vaginal. En ese fantasma (…) el apéndice fálico aparece como constituido por la exteriorización del interior.”5

 

Prosigamos con las concepciones de Boehm sobre la homosexualidad. Subraya el aspecto del complejo de Edipo que consiste en el odio del niño hacia su padre y sus deseos de muerte y castración en su contra. Para Boehm el impulso de atacar al pene dentro de la vagina de la madre y la represión de ese impulso agresivo son importantes factores para la génesis de la homosexualidad masculina.6 En la realización de los actos homosexuales, el varón “muy frecuentemente” tiene dos propósitos: 1) hacer impotente a su partener para el acto heterosexual, en cuyo caso es, sobre todo, una mera cuestión de mantenerlo alejado de las mujeres, y 2) castrarlo, en cuyo caso él quiere tomar posesión del pene de su pareja para aumentar su propio poder sexual con las mujeres.7 En definitiva tanto para Boehm como para Klein el homosexual en su fantasía desea castrar a su padre para conseguir su pene y ser potente en la relación sexual con la madre. En este sentido la homosexualidad es una “patología psicológica curable” mediante el influjo psicoanalítico. Esto permitirá que en los primeros años del régimen nazi los psicoanalistas alemanes se postulen como quienes podrían curar a los homosexuales y así evitar medios más radicales para “rehabilitarlos”. Vale recordar que el 14 de julio de 1933 se aprobó una ley “para prevenir a los descendientes afectados por enfermedades hereditarias” (Gesetz zur Verhütung erbkranken Nachwuchses) y entró en vigencia el 1 de enero de 1934. Entre 1934 y 1945, 200,000 hombres y 200,000 mujeres fueron esterilizados oficialmente. Miles de ellos murieron a raíz de la operación. No está claro cuántas fueron las víctimas de intentos de esterilización en los campos de concentración, ni cuántas de ellas fueron homosexuales. A esta ley se suma la opción de “castración voluntaria” a partir de una enmienda a la ley “para prevenir a los descendientes afectados por enfermedades hereditarias” del 26 de junio de 1935.8 A no dudar que las ambiciones profesionales, especialmente durante el Tercer Reich, fortalecieron esta propensión médica general a ofrecer soluciones a tales “problemas”.
 

Boehm y su peculiar lugar en la Alemania nazi

Hasta aquí podríamos decir que la práctica del psicoanalista “ejemplar” Boehm no se diferencia demasiado de la mayoría de los psicoanalistas de su época. Nuestra visión irá cambiando si nos situamos en los acontecimientos que fueron sucediéndose a partir de 1933.

Bernd Nitzschke denuncia la complicidad de la dirigencia de la IPA (con Ernest Jones a la cabeza) en lo que terminó siendo la liquidación de la Asociación Psicoanalítica Alemana (DPG -sus siglas en alemán-). Destaca como analizador, dos hechos en el período comprendido entre los años 1933 y 1936 en el que algunos miembros “abandonaron” las instituciones: el primero ocurre en el verano de 1933 y es la salida acordada, aunque en un primer momento secreta, de Wilhelm Reich de la DPG con lo que se vio excluido también de una posición legítima dentro de la IPA (International Psychoanalytical Association). El segundo tiene lugar en el verano de 1936 con la entrada de la DPG en el Instituto Alemán de Investigación en Psicología y en Psicoterapia, conocido como el Instituto Göring (por Matthias Heinrich Göring, primo del mariscal del Reich Hermann Göring). Dos años más tarde, en 1938, se produjo la autodisolución de la DPG solicitada por los nazis y se llamaría de allí en más “Grupo de trabajo A”, dentro de la dirección del Instituto Alemán.9

La “historia oficial” cuenta que el movimiento psicoanalítico fue aniquilado en Alemania durante el nazismo, pero varias investigaciones a partir de los años 80 demuestran una “integración” con un costo muy alto

La “historia oficial” cuenta que el movimiento psicoanalítico fue aniquilado en Alemania durante el nazismo, pero varias investigaciones a partir de los años 80 demuestran una “integración” con un costo muy alto; a expensas de los psicoanalistas judíos y con la anuencia -en un principio- del mismo Freud. Frente a la Ley de Arianización de 1933, la IPA con Jones en la presidencia y con el apoyo del mismo Freud, decidió salvar a la DPG, empezando por dejar la dirección en manos de una dupla de “arios puros”, Felix Boehm y Karl Müller-Braunschweig, y continuando con la “expulsión-renuncia” de todos los miembros judíos en 1935, en una sesión presidida por Ernest Jones. La idea era “defender la causa del psicoanálisis”.10

Esto nos cuenta Jones en su biografía de Freud:

“El problema inmediato era la reciente orden en el sentido de que ningún judío podía formar parte de un consejo científico. En opinión de Freud el simple cambio de personas, en esto, no impediría de ningún modo que el gobierno terminara por proscribir el psicoanálisis en Alemania. Así y todo, no consideraba prudente el darles el pretexto que significaría el abstenerse de realizar el cambio ordenado y fue así como consintió en que Eitingon fuera reemplazado por Boehm en la Comisión”.11 Y agrega más adelante: “El 19 de julio de 1936 me reuní en Basilea con Göring, Boehm y Müller-Braunschweig. También fue Brill. Encontré en Göring una persona sumamente amable y dúctil, pero resultó después que no estaba en condiciones de cumplir las cosas que me prometió acerca del grado de libertad de que gozaría el grupo psicoanalítico.”12

En 1944, Johannes Heinrich Schultz, subdirector del Instituto Alemán, afirmó que para 1939 el Instituto Göring había logrado la curación de 500 homosexuales

Tras la entrada en vigor de las Leyes raciales de Núremberg, se celebró una reunión en la DPG en 1935 presidida por Ernest Jones, Boehm escribe en 1951 que “los pocos judíos que quedaron en Alemania, tomaron la decisión de renunciar a la DPG”.

Estos “pocos” analistas judíos eran nada menos que la mitad de todos los asociados en ese momento. El relato de Boehm tenía la intención de dar la impresión de que los judíos en ese momento tenían el derecho de elegir renunciar espontáneamente o estar vinculados a la sociedad científica. Sin embargo, según advierte Käthe Dräger, el informe se vuelve totalmente cuestionable si tenemos en mente otro hecho ocurrido en la misma reunión, el analista alemán Dr. Kamm, que no era judío, renunció en protesta por la renuncia de otros judíos y, como ellos, emigró de Alemania.13 Según el informe de Boehm, se alcanzó un consenso general con respecto a la exclusión de los asociados judíos, en una reunión a la que asistieron Anna Freud, Jones y el propio Boehm. Anna Freud, sin embargo, entrevistada en febrero de 1982, afirmó que no había tal acuerdo proclamado. De hecho, ella le había preguntado a Boehm si Freud también sería excluido si fuera miembro de la DPG, lo cual aquél le confirmó sin dudarlo.14 Todo lo que siguió a partir de entonces se convirtió, para ella, en un tema exclusivo de los alemanes. Tanto ella como su padre ya no querían relacionarse con ellos.

A pesar de la gran “abstinencia” política por parte de la dirigencia de la IPA, llama más aun la atención la encendida defensa que hace Jones de los alemanes no judíos -en especial de Boehm- en el Congreso de Lucerna de 1934 cuando existían varias evidencias de su “simpatía” con las ideas nacional-socialistas. Una de ellas es la carta que el psicoanalista Johan H. W. van Ophuijsen - uno de los fundadores de la Sociedad psicoanalítca holandesa y, en ese entonces, tesorero de la IPA- le escribió a Jones el 21 de septiembre de 1933 afirmando que “tanto Boehm como Müller-Braunschweig eran nazis confirmados”.15 Asimismo la relación de algunos analistas de Viena con él tampoco fue la mejor. Ernst Federn cuenta que cuando Boehm, su esposa y Jeckels le hicieron una visita, “hubo una discusión violenta dado que la esposa de aquél estaba muy identificada con las ideas del partido nazi.” (Jeckels, era judío y conocido por su posición comunista y Paul Federn se consideraba un “socialdemócrata comprometido”).16

En los primeros años del régimen nazi los psicoanalistas alemanes se postulan como quienes podrían curar a los homosexuales y así evitar medios más radicales para “rehabilitarlos”

Una vez absorbida la DPG por el Instituto Göring como Grupo de Trabajo A, el mismo Göring fue su director y Boehm su secretario, asimismo, se desempeñó como docente del instituto y formó parte de una investigación sobre la homosexualidad. A principios de 1938, una encuesta del instituto realizada por Boehm anunció que desde 1923 unos 60 psicoterapeutas que trabajaban en el Instituto Göring habían tratado o aconsejado ampliamente a 510 pacientes homosexuales. Reclamaba una tasa de éxito del 70 por ciento, ya que de estos, informó que 341 habían sido curados, es decir, habían adquirido un cambio duradero en su preferencia sexual. En 1944, Johannes Heinrich Schultz, subdirector del Instituto Alemán, afirmó que para 1939 el Instituto Göring había logrado en el ámbito del consultorio privado y de la clínica la curación de 500 homosexuales. Era evidente que aspiraban a tener un lugar destacado en cuanto a la cura de la homosexualidad, a tal punto que el instituto estableció un programa en tal sentido para colaborar con la Luftwaffe.17

En 1942 el Göring pasa a ser financiado por el Instituto de Investigaciones del Reich, para pasar en 1944 a formar parte directamente del Consejo de Investigaciones del Reich, es decir, adquiere rango oficial. El proceso que culmina con el paso de la psicoterapia al status gubernamental, lo lleva al apogeo de su desarrollo profesional. Desde su cargo desarrolló propuestas para el “examen de casos penales por fornicación antinatural”, en el que los soldados homosexuales se equiparaban con delincuentes.18 Según el psicoanalista e investigador alemán Bernd Nitzschke “entre 1941 y 1945 Boehm ocupó el cargo de perito en el enjuiciamiento de los soldados homosexuales. Allí tuvo al principio una posición liberal, pero sobre el final adoptó el punto de vista del nacionalsocialismo. A partir de entonces (1944) condenó al campo de concentración a los homosexuales.”19
 

Algunas reflexiones

Se alcanzó un consenso general con respecto a la exclusión de los asociados judíos, en una reunión a la que asistieron Anna Freud, Jones y el propio Boehm

Jorge Reitter se pregunta irónicamente si el Dr. Lacan sabía a quién estaba recomendando, la respuesta es evidente, el psicoanalista francés no se caracteriza por citas ingenuas. Lo que nos lleva a hacernos otras preguntas. ¿Qué hace que un psicoanalista que hizo estallar la explicación teleológica y “evolutiva” de la sexualidad y que no ha tenido reparo en criticar a los más diversos psicoanalistas, recomiende textos que propugnan la cura de la homosexualidad como objetivo, sin siquiera cuestionarlo? Sabiendo que Lacan “odiaba el nazismo”20, ¿por qué además no hace mención del infausto contexto de esa “copiosa experiencia” y el papel de este personaje en el destino de quien sabe cuántos homosexuales? ¿Será que el “Lacan cristiano” -al decir de Rozitchner-21 insiste y lo habla desde el punto ciego que implica la heteronormatividad occidental y cristiana? No cabe duda que el efecto de prescindir de la implicación social y política (la pretendida neutralidad) del mismo modo que la institución psicoanalítica oficial, retorna en teorizaciones supuestamente neutras, pero cargadas de los ideales del socio-histórico vigente (heterosexismo patriarcal).22 No olvidemos que cuando hablamos de implicación social y política también debemos considerar el efecto de “pertenencia grupal/institucional” en este caso la comunidad psicoanalítica. Y en este sentido, desestimar las determinaciones socio-históricas, políticas e institucionales en las teorizaciones, se traduce en escotomas que neutralizan/derogan la potencialidad revolucionaria del psicoanálisis, expresados en este caso en axiomas heteronormativos que no pueden ser registrados como tales.

Bibliografía

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 (1957-1958)

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Peglau, Andreas (2019), Psychoanalyse im Nationalsozialismus, versión abreviada: https://andreas-peglau-psychoanalyse.de/wp-content/uploads/2019/06/Andre...

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Notas

1. Lacan, Jacques (1958-1959), p. 120-1. Ya en el seminario del año anterior (V) se había referido a la homosexualidad como una perversión “íntimamente ligada a la terminación del complejo de Edipo” (Lacan, Jaques, 1957-1958, p. 204). Debemos tener presente, como bien lo señalara Jaime Stubrin en 1993 que “La palabra perverso ha adquirido en nuestra jerga psicoanalítica un contenido peyorativo apenas comparable con la de un psicópata. Decir de alguien que es perverso es absolutamente degradante y humillante.”, p. 27.

2. Lacan, Jacques (1958-1959), p. 408.

3. En una respuesta conjunta de Freud y Otto Rank ante la decisión de no aceptar a un homosexual como candidato a psicoanalista, le respondieron a Jones: “Su pregunta, estimado Ernest, concerniente a la posible calidad de miembros homosexuales, ha sido considerada por nosotros y discrepamos con usted. En efecto, no podemos excluir tales personas sin tener otras razones suficientes, así como no estamos de acuerdo con su persecución legal. Sentimos que en tales casos una decisión debería depender de un cuidadoso examen de otras cualidades del candidato.” (Abelove, 1993, pp.171-2) Cuando afirman estar en contra de la “persecución legal” se refieren al artículo 175 del código penal alemán, heredada del derecho prusiano, que penalizaba las relaciones sexuales entre hombres. En cuanto a la posibilidad de que los homosexuales pudieran ejercer como analistas, salvo Freud, Rank y Sadger el común de los psicoanalistas de la época y por varias décadas, estaban en contra.

4. Klein, Melanie (1932), p. 194, nota 8; p. 259, nota 28 y p. 366-7, nota 12.

5. Lacan, op. cit. p. 408

6. Klein, Melanie op. cit. p. 366-7, nota 12

7. Klein, Melanie, op. cit. p. 377.

8. Tamagne, Florence (2000), p. 385-6.

9. Nitzschke, Bernd (2003)

10. Cf Caeiro, Alfredo (1998). En este artículo el autor postula la idea de una dinámica de la institución psicoanalítica equivalente a la religiosa donde Freud es el líder. “La estructura libidinosa, donde la palabra del líder conserva semejante fuerza, sustenta una transferencia donde el sujeto se coloca en una posición de goce masoquista (Psicología de las Masas y Análisis del Yo) y la red libidinal que sustentaba la causa tenía que ver con la fe, la obediencia y los que osaban disentir eran excomulgados.” No será sino hasta su exilio de Viena que en su obra póstuma Freud, “advierte que la posición de Moisés como padre y legislador del pueblo judío, no coincide con la de Dios-Creador (iconoclastía) y que además Moisés es un extranjero en su cultura. Es en ese lugar de outsider que él no se puede colocar frente a su organización, quedando sobre-implicado en la misma. No puede sacar a su pueblo psicoanalítico del cautiverio de los nazis.”, p. 22.

11. Jones, Ernest (1953), p. 534.

12. Ídem, p. 535.

13. Dräger, Käthe, “Observacöes sobre a conjuntura e o destino da Psicanálise e da Psicoterapia na Alemanha entre 1933 e 1949” en Katz, Chain Samuel (1985), p. 14. También Brainin, Elisabeth y Kaminer, Isidor, “Psicanálise e Nazismo” en Ibídem p. 26. También Roudinesco (1993), p. 132.

14. Brainin y Kaminer, op. cit., p. 26.

15. Goggin, James y Brockman Goggin, Eileen, Death of a “Jewish Science”. Psychoanalysis in the Third Reich, Purdue University Press, West Lafayette, 2001, p. 97.

16. Brainin y Kaminer, op. cit., p. 25.

17. Tamagne, Florence (2000), p. 385.

18. Documentado en Brecht et al. 1985, p. 156.

19. Nitzschke, Bernd comunicación personal a través de Leandro Levi, a quien agradezco el contacto con el investigador y su traducción al español.

20. Cf. Roudinesco, Élisabeth, 1993. “Odiando todo lo que se parecía al fascismo, al nazismo y al antisemitismo… tuvo poca simpatía por la Resistencia. Tenía horror de la opresión, pero el heroísmo le inspiraba desprecio.”, p. 236.

21. Rozitchner, León (2006). En este texto el autor plantea que hay “dos formas de comprender la teoría psicoanalítica cuya creación todos reconocemos en Freud: su descubrimiento, que sigue siendo judaico por su origen cultural, religioso o mitológico, y una interpretación de su obra, la de Lacan, que se desplaza de ella y la suplanta con una racionalidad y una concepción del sujeto cuya base cultural se halla, creo, en el origen católico, religioso o mitológico, de su propio pensamiento.”, p. 13.

22. Por ejemplo, afirmar que el Edipo “positivo” es el que se presenta con el progenitor de sexo opuesto, y “negativo” con el del mismo sexo. Esto ya es todo una intromisión ideológica en la teoría.

 

 
Articulo publicado en
Abril / 2020