Hasta hace no mucho tiempo, las escuelas secundarias parecían haberse transformado en instituciones en desuso, devaluadas, y parecía haber pocos adolescentes que les reconocieran algún valor simbólico a lo que allí sucedía y se transmitía. Adolescentes, muchos de ellos, con dificultades para opinar, elegir, decidir, y sobre todo confrontar. Algunos evitaban la escuela, y recurrían a las pantallas como forma alternativa de acceder al conocimiento, encerrados en sus casas.
Lo que sucede en varias escuelas hace eco con un fenómeno que atraviesa a toda la sociedad: rápidamente se tilda de abuso sexual a situaciones que no lo son
La división sexual del trabajo es la parte de las relaciones sociales que articula la producción y la reproducción. Se expresa en un proceso contradictorio entre las clases y los sexos. Forma parte de la división social del trabajo.
La sociedad patriarcal estableció los roles que deben asumir las mujeres en el seno de la familia y estas relaciones de género preexistentes son incorporadas y recompuestas en la relación capital-trabajo.
¿El patriarcado está en retroceso? Desde muchos lugares se toman los avances en la igualdad de las mujeres y homosexuales como síntomas de su lenta desaparición. Y suponen que al final de este largo y sinuoso camino terminará la dominación patriarcal en el seno del capitalismo.
Este texto corresponde a un capítulo del libro El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser.[1] Allí tratamos de responder al reto que tiene el psicoanálisis para dar cuenta conceptual de nuestra época. Esto nos lleva a rescatar nociones que definen la particularidad de su práctica; pero también, modificar otras a partir de los nuevos paradigmas de nuestra época. Esta propone nuevos procesos de subjetivación que ponen en cuestionamiento la sexualidad heteronormativa y patriarcal. En este sentido vivimos en un momento de transición donde el patriarcado sigue siendo la estructura familiar dominante pese a que han surgido nuevas formas de familia que ha provocado su crisis: monoparentales, monoparentales extendidas, homoparentales, unipersonales, familias ensambladas, etc. Por otro lado, las teorías e investigaciones ligadas al género y la sexualidad, la importancia de la imagen en la construcción de subjetividad plantean nuevos desarrollos en la teoría.
Con la intención de observar algunos aspectos de la actual niñez digital, la nacida dentro de la sociedad del espectáculo, bucearemos en la historia de la infancia. En leyendas, mitos, religión y relatos históricos podemos ver cómo los niños fueron realzados o ignorados en diversos períodos históricos. Nos servirán para comprender lo que promueve la sociedad del espectáculo, ver cómo el entramado de entretenimiento, por vía de la imagen, y el control social va modificando lo que entendemos por infancia.
“Nos presentamos al mundo como una ciudad amigable de cara al segmento gay. Sabemos que se trata de un público con buen nivel adquisitivo y cultural, con alto nivel de compras, y nos parece un interesante nicho a captar a nivel turístico.”
De esta forma se expresaba Rodrigo Herrera Bravo, director ejecutivo del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2009 en la introducción de “BA Gay, La guía total de Buenos Aires 2008-09”. Estas palabras resultan aun más sugestivas si advertimos que la mayoría de los legisladores del partido político del que forma parte este funcionario votó en contra de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo e incluso tuvo entre sus filas a algunos de sus más fervientes detractores como son las actuales senadora Gabriela Michetti y diputada Silvia Majdalani.
El Seminario II se caracteriza por un espectacular movimiento de erección de lo simbólico. Como se sabe, esta operación se efectúa en el teórico Lacan atravesando, superando diversas objeciones que le son presentadas por los interlocutores psicoanalistas u otros y tienden a relativizar el carácter incisivo de la supremacía de la autonomía de lo simbólico como tal. Lo que asombró primero al oyente y luego al lector es el estilo en el que se desarrolla esta transcendentización de lo simbólico.
Para empezar, haré dos observaciones acerca del título de la mesa redonda: "El padre en la cultura".
Primero: en el campo social, el psicoanálisis se articula con las demás figuras que asume el "padre". Por un lado están los roles sociales del padre, por el otro sus figuras psicoanalíticas. Se ubican sobre dos planos diferentes, pero ambos necesariamente están unidos y además son históricos.
Del lado de la historia de los padres, el retroceso de la autoridad patriarcal por vía legal, iniciado en el siglo XVII, no ha dejado de hacerse más marcado. Asistimos, en el derecho, la justicia, el trabajo social, los servicios a la primera infancia, al avance de las cuestiones que conciernen a la implicación del padre en los cuidados y en el desarrollo psíquico: un rol paterno muy diferente a las atribuciones del pater familias.
“Bienvenida al mundo-machista”. Así tituló la versión online del célebre semanario alemán Der Spiegel (31/01/14) la participación de la titular del Ministerio de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, en la conferencia de seguridad de Múnich. Y agregaba expectante: “Una mujer con mando en el machista cosmos militar es algo aún inexplorado”. Pero esta novedad no aparece, por decirlo con palabras célebres, como un rayo caído de un cielo sereno: Angela Merkel, una mujer también, dirige desde hace casi una década ese país. Y por no ser menos: entre nosotros Nilda Garré ya había mandado en ese cosmos machista desde 2005 hasta 2010. Tampoco puede olvidarse que desde hace tiempo muchas mujeres ocupan los más altos cargos políticos; apenas mirando al costado encontramos a Dilma Rouseff o a Michelle Bachelet, y todavía más cerca a Cristina Fernández, hoy sin duda la figura más relevante de la política nacional.
Tanto el cuento Patrón de Abelardo Castillo, como el film homónimo de Jorge Rocca, son una lectura metafórica sobre el patriarcado, y donde su consecuente autoritarismo es llevado a extremos de crueldad.
Las tramas de ambas narraciones, permiten además, ser leídas en clave histórico-político-económico-social. La analogía entre el personaje del patrón de estancia y las figuras autoritarias de los regímenes dictatoriales del país, son más que evidentes.
Dentro de este contexto particular, y de su ubicación histórico-geográfica, el patriarcado podría definirse como la manifestación y la institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y los niños, y la aplicación de ese dominio en la sociedad en general. Ello implica que los varones tienen el poder en las instituciones importantes de la sociedad, privando a las mujeres de acceder a él. Un sistema de estructuras sociales basado en la subordinación de las mujeres por los hombres.
Vivimos en medio de avances y retrocesos en la visibilización de las distintas formas de violencia ejercida sobre niños, niñas, adolescentes y mujeres adultas en su mayoría pobres, bajo las formas de trata de personas, violencia sexista, abuso sexual, maltrato infantil, etc. Diversos formatos en los que se reproduce la crueldad de la cultura del sometimiento que brota y florece en el capitalismo mundializado.
A principios del siglo XIX, el socialista Charles Fourier, decía que el progreso de una sociedad podía medirse en función del desarrollo que alcanzaran las mujeres. Flora Tristán se hizo eco de este criterio, que luego también utilizaron Marx y Engels. Transcurrida ya una década del siglo XXI, cuando la democracia capitalista constituye el régimen político más extendido del globo, ¿es posible “medir” el desarrollo alcanzado por las mujeres y definir, a partir de ello, el progreso social? ¿Hemos avanzado en minimizar las crueles consecuencias de la opresión patriarcal o, por el contrario, el patriarcado ha sido reforzado por la explotación y la opresión propias del sistema capitalista?
El campo interdisciplinario de los Estudios de Género, se articula con las teorías y prácticas psicoanalíticas para generar percepciones e intervenciones alternativas en la tarea clínica.
"Un acto de resistencia" por Cheryl Clarke. La afronorteamericana Cheryl Clarke ha sido una editora de Conditions, una revista feminista de Nueva York. Autora de dos libros de poesía: Narratives y Poems in the Tradition of Black Women (Narrativas, Poemas en la tradición de las negras; New York: Kitchen Talbe/Women of Color Press, 1983) y Livian as a Lesbian (Viviendo como lesbiana, Ithaca, NY: Firebrand Books, 1986). Recientemente ha terminado un libro de poemas narrativos titulado, Scarred Rocks (Rocas cicatrizadas). Actualmente es profesora en la Universidad de Rutgers, New Jersey.
La familia patriarcal no es el único modelo que representa a la “familia” y al “padre”. Esta es una figura histórica cuyo ocaso da lugar a otras combinaciones entre los sexos y las formas de poder. No es que las formas de dominación como la explotación dejen de existir, estas se renuevan pero el patriarcado esta desapareciendo como norma exclusiva de la organización familiar.
El Patriarcado puede ser considerado como un sistema, y en tanto tal, tiende a reestructurarse a través de las mutaciones social-históricas, manteniendo sus características básicas. Esta denominación que proviene del campo histórico, ha sido reflotada por el feminismo académico de la década del ’70 (Firestone, S; 1970; Millett, K; 1975; Delphy, Ch; 1980), para referirse a lo que, más adelante Pierre Bourdieu (1998) caracterizó como “la dominación masculina”.
En relación a la hipótesis de Freud del origen de la sociedad patriarcal, según la cual los hijos cometen parricidio para apropiarse de las mujeres que el padre sometía bajo su poder absoluto, Gregory Zilboorg[1] considera que “las palabras de Freud se ajustan más a un acto de violación que al asesinato del padre” (...) “el hecho primordial no tiene relación con la paternidad,(...) el acto no surgía del amor o de la anticipación de la paternidad, tampoco de la tierna solicitud...era un asalto...un acto fálico y sádico”. (…) La idea de la familia nació originalmente de la fuerza de la explotación económica,(…) sus esposas asarían su carne y atenderían todas sus demás necesidades”.
¿Hasta dónde el ejercicio de la sexualidad es una elección o un hecho meramente biológico, cultural? ¿Quiénes deciden realmente: nosotros o los cánones económicos y sociopolíticos imperantes?
La diputada Diana Maffía e Irene Meler, psicoanalista especializada en temas de género, responden algunos interrogantes para desentrañar los hilos de una trama tan vasta y tan compleja como lo es la sexualidad contemporánea.
“De la nada, nada viene” enseñaba Pasteur. El psicoanálisis implicado vino de algo. Y ese algo fue la formulación que realizara hace varios años Roberto Castel1. Y del profundo análisis que León Rozitchner realizara de la obra de Freud confrontándola con el individualismo burgués2. Por eso la primaria tarea teórica y política del psicoanálisis implicado fue pensar si el denominado psicoanalismo era un instituido inmanente a la invención freudiana. Y si los límites que todo individualismo plantea, quizá el burgués con trazos más gruesos, podían pensarse apenas como limitaciones de la cultura represora.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra