Tiempos difíciles en distintos lugares del mundo. Los efectos de la desubjetivación del capitalismo mundializado nos atraviesan. Pero no del mismo modo, teniendo en cuenta geografías, clases sociales, géneros y generaciones.
La identidad es un permanente proceso de construcción y reconstrucción que depende de una subjetividad creada en la relación con los otros en el interior de una cultura. El proceso de mundialización capitalista ha llevado a que estallen las identidades individuales y colectivas características de gran parte del siglo XX. En todo caso, el individuo solo, aislado y sin poder, debe encontrar la forma de sobrevivir de alguna manera.
Los caminos pueden ser diferentes. Desde identidades débiles, ambiguas o líquidas (como las llamaría Baumann) hasta identidades “fuertes” (en momentos de fundamentalismos religiosos). En nuestro dossier “Identidades en tiempos neoliberales”, decidimos abordarlas desde distintas perspectivas y disciplinas para tener un abanico de cómo se configuran las identidades en la actualidad en distintos lugares y situaciones. Mario Campuzano, desde México, trabajó la cuestión de las “Identidades Débiles”, donde afirma cómo “todos podemos ser fragilizados en nuestra identidad y convertirla en ‘débil’ mediante la manipulación regresiva vigente en la actualidad”. Víctor Korman, desde Barcelona, aborda psicoanalíticamente la cuestión de la identidad en su artículo “Identidad, exilio y Salud Mental”. La antropóloga María Carman, en “Algunas trayectorias juveniles en los dos extremos de distribución de la riqueza”, permite visualizar cómo son algunas vidas de jóvenes en la periferia de la ciudad de Buenos Aires, desde los asentamientos populares a los barrios cerrados. Juan Melero en “Una mariposa variable” usa esta figura de Roger Callois para abordar el tema de la identidad. Finalmente, César Hazaki, aborda la cuestión de los jóvenes y el suicidio en “Ballenas, adolescentes y fragilidades”.
En Topía en la Clínica tomamos la cuestión del trabajo psicoanalítico en pacientes con enfermedades orgánicas. Pedro Grosz, en “Mi caso más triste”, relata el análisis de un exiliado de la última dictadura militar con sus efectos mortíferos atravesando el cuerpo del paciente y del analista. Adriana Kaufman nos muestra el dispositivo psicoanalítico de trabajo de pacientes con cáncer de mama. Nuria Stepansky nos presenta la forma de trabajo en interconsulta en un Hospital de Niños, la forma del dispositivo psicoanalítico en las Salas del Hospital y las distintas intervenciones en los casos clínicos.
Debates en Salud Mental muestra dos experiencias diametralmente opuestas. Ángel Barraco nos pone al día de cómo el poder médico-psiquiátrico ha reconfigurado su hegemonía en los últimos años en nuestro país. No solamente informa de lo sucedido en los últimos diez años de “contrarreforma psiquiátrica”, sino también cómo ésta tiene su poder performativo en los propios trabajadores de Salud Mental. En el otro extremo, Roberto Mezzina, Director de Salud Mental de Trieste, Italia, nos ha enviado un texto especialmente para nuestra revista, donde condensa cómo trabajan en Trieste hoy, cuáles son los recursos terapéuticos y un balance de la gestión comunitaria de la Salud Mental. A partir de su lectura podemos continuar afirmando que mucho de lo sostenido por el poder psiquiátrico en Argentina se basa en el ocultamiento de experiencias e información para seguir sosteniendo su poder.
En Área Corporal, Berta Vishnivetz trabaja la cuestión del cuerpo y el movimiento, en su artículo “El cuerpo en movimiento, vivir /existir”.
La revista tiene otros textos de suma importancia: Héctor Freire revisa la cuestión del arte y la locura, en “¿Locura o arte? (Antonin Artaud, el rigor de lo desmedido)”; Eduardo Grüner con una revisión del psicoanálisis, el estructuralismo y el existencialismo en “El Ser-Yo y la Nada. Sartre y el (¿cuál?) psicoanálisis”; Laura Ormando recrea una historia de terror de salud mental en “La madre de la cuna ocho (un cuento de fantasmas y sugestión posmoderna)”.
Finalmente, el Editorial de Enrique Carpintero retoma lo expuesto en el reciente libro que ha compilado: El Psicoanálisis en la Revolución de Octubre. Hay diferentes motivos para señalar la importancia de este texto: aporta datos novedosos que contradicen la historia oficial de un psicoanálisis opuesto a la revolución, historiza aquello sucedido en la Unión Soviética y en Europa en esos años, y rescata una genealogía para quienes trabajamos a la izquierda de Freud.
Para terminar, al cierre de esta edición el jurado se expidió con el resultado del Sexto Concurso Nacional e Internacional de Libro de Ensayo de la Editorial y la Revista Topia 2017. El sábado 28 de octubre se entregaron los certificados a los premiados en el Cavern Club del Paseo La Plaza. El año que viene la editorial publicará el libro ganador.
Seguimos avanzando en dar espacio a las producciones originales. Una Topía. Un territorio de pensamiento crítico para estos tiempos difíciles.
Hasta el año que viene.
Enrique Carpintero, César Hazaki y Alejandro Vainer