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La Permacultura en México

 
Prácticas tradicionales de sustentabilidad - Los años setenta y ochenta: años pioneros - Consolidación en los años noventa - Permacultura y Ecohabitat en el nuevo milenio -

Este articulo no está completamente terminado aun, pero creo, que ya juntamos suficiente material para publicar esta versión "preliminar". De alguna forma, se originó como una respuesta a David Holmgren y su pregunta acerca de la "historia" de la permacultura en México en relación con las tres olas del ambientalismo moderno en los países ricos, que identifica en la introducción de su libro "Permacultura- Principios y senderos más allá de la sustentabilidad". Agradezco cualquier aportación y sugerencias, ya que mi propia relación con el activismo de la sustentabilidad en México comenzó apenas en el 1993,

 

 

Prácticas tradicionales de sustentabilidad

México y Mesoamérica son tierras, donde han surgido civilizaciones complejas a través de los milenios – así también se han desarrollado un cúmulo de prácticas tradicionales sustentables, que sirven como ejemplos e inspiraciones en el contexto de la permacultura. Muchas de estos diseños han sido valoradas y reproducidas por activistas y permacultores en todo el mundo.
Elementos prehispánicos como las chinampas – sistema intensivo de producción de alimentos en mini islas artificiales, que sustentó a la civilización azteca en Tenochtitlán – o el tradicional traspatio mexicano con su bosque mixto productivo, se mencionan en muchos de los libros y textos fundamentales. México aportó el maíz, el jitomate, el chocolate, el chile, calabaza, el amaranto, entre muchísimas otras cosas a la canasta de alimentos que sustentan a la humanidad hasta el tiempo presente.
En México todavía se encuentra vivo el recuerdo de una sociedad basada en la agricultura y en la autosuficiencia, ya que hace todavía 30 años esto era la realidad para la mayoría de los mexicanos. Por esto la permacultura se realiza en México dentro de un contexto social, cultural y económico muy diferente comparado con los países del asi laamado primer mundo, donde se originó el concepto.
Durante los últimos 30 años, la sociedad mexicana ha experimentado una rápida transformación. Pasó de ser una sociedad basada en su gran mayoría en la agricultura de subsistencia a una sociedad urbanizada e industrializada, cuyos mayores ingresos como nación son el petróleo, el turismo y las remesas, que mandan los millones de refugiados económicos mexicanos que viven en el territorio de los Estados Unidos.
Dentro de este panorama de rápido cambio social, cultural, e económico, el concepto de la permacultura se ha ganado durante los últimos años un espacio cada vez más amplio dentro de las alternativas que se discuten en torno a la sustentabilidad.
Podemos ver la llegada de la permacultura como concepto en relación con tres impulsos, de conciencia ambiental en la sociedad mexicana en los últimos 25 años.

 

Los años setenta y ochenta: años pioneros

El trauma del 1968 había despojado al país de una buena parte de sus mentes más creativas, quienes se encontraban presos, en la clandestinidad o en el exilio. Las crisis petroleras de 1973 a 1979 dan impulso al desarrollo intensivo la industria petrolera en México, lo que convierte al país en uno de los más grandes exportadores de energéticos en el mundo. De esta forma se produce un efecto opuesto comparado con la conciencia creciente acerca la problemática ambiental y energética en el mundo afluente durante los años 70.
Recibiendo divisas millonarias por el petróleo, se desarrollan gobiernos fuertes, paternalistas y corruptos, que inhiben o reprimen la mayoría de las expresiones sociales o la organización ciudadana en la sociedad mexicana durante los años 70 y a principios de los años 80. En este contexto, movimientos ecologistas solo se pueden gestionar en nichos y espacios marginados.
Cuando, en 1982, se produce la bancarrota del estado mexicano, dando lugar a varios años de hiperinflación y crisis económica, esto fue también el inicio de la primera ola del ambientalismo mexicano, respondiendo a muchas inquietudes dentro de la sociedad civil relacionado con la sustentabilidad. Esto se expresa por ejemplo en iniciativas como la ecoaldea Huehuecoyotl (fundada en 1982), o el surgimiento de Organismos No Gubernamentales de base.
En 1985, las reacciones ciudadanas frente terremoto en la Ciudad de México provocan una nueva conciencia acerca de la organización social, poniendo en evidencia la ineficiencia del gobierno y las instituciones para solucionar situaciones límite, y un interés fortalecido en la búsqueda de alternativas. En este tiempo se producen los primeros cursos de permacultura en México.
El “abuelo” de la permacultura, Bill Mollison impartió varios cursos en México en los años ochenta y noventa, principalmente en el norte del país.
Carlos Caballero es probablemente el pionero de la agricultura biodinámica en México. Habiendo aprendido con el Prof. E. Pfeiffer en Estados Unidos durante los años 50, aplico a su regreso a México los conceptos de la biodinámica en su rancho en el estado de Tlaxcala. Desarrolló además a través de cinco décadas una manera singular de regeneración forestal y manejo silvícola, que ha sido finalmente premiada con el "Premio nacional del Merito Forestal", en los años 90ª. Reforestó en su rancho muchas hectáreas de bosque, y su trabajo es continuado y ampliado hoy en día por sus hijos.
La primera persona, quien comenzó de manera regular a enseñar cursos de permacultura en México, fue su hija Alejandra Caballero, apoyada por el diseñador y eco-constructor norteamericano Llanto Evans, a partir de 1986.
Durante los años ochenta y noventa, Alejandra Caballero desarrollo una manera práctica de enseñanza permacultural, compartiendo sus conocimientos principalmente con campesinos en muchos estados de la república. Sus cursos se llamaban “Permacultura Campesina”.
Adquirió mucha experiencia en el área de las Bioconstrucciones, fusionando técnicas de eco-construcción, que había conocido en sus viajes a otros países, con técnicas tradicionales de la arquitectura vernácula mexicana, para crear una forma de autoconstrucción orgánica, bioclimática, de bajo impacto, con materiales locales y naturales.
En más de 22 años de acción y enseñanza Alejandra ha desarrollado, junto con su familia y su pareja Francisco Gómez, un centro educativo y un proyecto de regeneración ubicado en Tlaxco, Edo de Tlaxcala, y una forma muy inspiradora de enseñar permacultura, eco-construcción y vida sostenible a través de la práctica y el ejemplo propio.
A finales de los años ochenta, la (para algunos) bonanza económica del salinismo promueve el sueño neoliberal primermundista, disminuyendo el interés de la sociedad en la sustentabilidad, y las expresiones alternativas entran a una fase de consolidación.

 

Consolidación durante los años 90ª

A mediados de los años 90, la crisis política -económica, el levantamiento zapatista en Chiapas y las cada vez más evidentes urgencias ambientales provocaron nuevamente un interés más notable en torno a la sustentabilidad.
Un importante generador de estas nuevas redes que se comienzan a tejer durante los años noventa son los Encuentros "Consejo de Visiones de Guardianes de la Tierra”, que se realizaron entre 1990 y 1997, con motivo de formar un enlace entre las movimientos biorregionalistas y de permacultura con representantes de las naciones y tradiciones indígenas, artistas, activistas sociales y ecologistas.
El movimiento de los "Consejos de Visiones" culminó con la convocatoria al "Primer Consejo Biorregional de las Américas" en Noviembre del 1996, en el pueblo de Tepoztlán, adonde por primera vez se reunieron un millar de representantes de las redes ecologistas, birregionales e de tradiciones espirituales de todo el continente americano y del mundo.
En este contexto, las ideas y conceptos de la permacultura han experimentado una notable difusión a través de organizaciones e individuos. En 1991 se publica por primera vez el libro “Desarrollo sustentable – un acercamiento a la permacultura”, recopilado por Alejandra Caballero y Joel Montes, presentando experiencias de sustentabilidad campesina inspirados en la idea permacultural. Con sus re-impresiones actualizadas de 1994 y 1997, esta obra es (hasta ahora) el único libro que recoge experiencias hechas en México (y Centroamérica), refiriéndose directamente a la permacultura.
A partir de 1994, el australiano Ing. Keith Burnett comienza a enseñar Cursos de Introducción al a Permacultura en al área de San Miguel de Allende/ Guanajuato. El gran interés provocado por sus talleres motiva la realización de dos cursos de certificado de diseño facilitados por el australiano Skye, en Abril/ Mayo del 1996. A partir de entonces se inicia una red informal de permacultores mexicanos, que se amplía progresivamente en los años siguientes. Entre 1996 y 2000, Skye imparte docenas de cursos introductorios, y cinco cursos de diseño, en diferentes regiones de México, construyendo y ampliando la red permacultural.
Entre 1996 y 1998, Ana Ruiz y Nelson Denman (del extinto Permaculture Drylands Institute) facilitan cursos de introducción y de diseño en el estado de Morelos, donde en 1999 se realiza en una pequeña ceremonia/ fiesta la graduación de la primera generación de activistas y estudiantes de permacultura, presentado sus diseños, proyectos y trabajos.
A partir de 1999, se comienza a promover más ampliamente el concepto de ecoaldeas en México, a partir de la creación de la Red Global de Ecoaldeas en 1995, y la posterior creación de las oficinas regionales de la "Red de Ecoaldeas de las Américas (ENA)", y la "Red de Ecoaldeas de México (REM)". Permacultura se promueve ahora muchas veces en contexto con las ecoaldeas, y forma parte integral en el proceso de su diseño

 

Permacultura y Ecohabitat en el nuevo milenio

Con los comienzos del milenio, con la entrada de un nuevo gobierno “de cambio” en México, las iniciativas relacionadas con las soluciones de sustentabilidad y permacultura entran en una nueva fase de consolidación.
La crisis progresiva de las Organizaciones No Gubernamentales provoca un cambio fundamental relacionado con la sustentabilidad económica de las iniciativas de base. Las ONG, que durante los años ochenta y noventa habían sido los pioneros en la promoción de permacultura y ecodesarrollo en México, no pueden ya cumplir con esta tarea y se transforman a iniciativas, empresas, sociedades o desaparecen.
Buscando una forma más independiente para sostenerse, surgen iniciativas como, “Proyecto San Isidro”, en Tlaxcala, “Las Cañadas”, en Veracruz, y TIERRAMOR, en Michoacán enfocadas en un desarrollo “de abajo hacia arriba” y con la intención de enseñar a través del ejemplo.
En los últimos años, la desilusión cada vez más generalizada con los sistemas políticos y económicos en México, combinada con la evidencia científica del cambio climático y el clímax en la producción de petróleo domestico, están provocando un interés renovado en la permacultura y la sustentabilidad en general. Esta tendencia se ha visto alimentado y apoyado por una creciente oferta de cursos, talleres y seminarios relacionadas con la temática, y también por la visita de varios instructores reconocidos al nivel internacional como el suizo-australiano Max Lindegger, pionero de la permacultura (impartió cursos y diplomados de diseño de ecoaldeas en México en 2005 y 2006) o los Cursos de Principios Avanzados de Permacultura” que impartió David Holmgren en Michoacán y Tlaxcala, en verano del 2007.
En 2006 se publica el Libro “ECOHABITAT”, que recopila una amplia gama de experiencias relacionadas con el ecodesarrollo, bioregionalismo, ecoaldeas, comunidades intencionales y la permacultura en México. Este libro es el reflejo de un renovado interés en sectores más amplios de la sociedad hacia propuestas de desarrollo que abren una perspectiva digna y positiva en tiempos de gran incertidumbre.
Hoy en México existen muchos proyectos y varios centros, que se relacionan con las ecoaldeas y la permacultura. Algunos de ellos están bien conocidos por su vinculación con las redes nacionales e internacionales, otros se enfocan más en la práctica y el desarrollo de sus propios sistemas (bio) regionales.
Hay que incluir en la lista de los proyectos y ejemplos de permacultura a todas las comunidades, familias e individuos, quienes principalmente en las zonas rurales y marginadas del país, practican la permacultura sin ni siquiera conocer la palabra, puesto que en México todavía se puede encontrar culturas y comunidades muy ligadas a la tierra y la autosuficiencia.
Sus conocimientos y experiencias forman parte de la herencia cultural y son un recurso fundamental para el diseño de sistemas permaculturales aptos para el futuro en descenso energético.
 

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Articulo publicado en
Noviembre / 2009

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