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La Salud Mental de Chile

 

 

…los países se valoran por la calidad de sus habitantes
…antes de que por sus disponibilidades materiales,
…se requiere de una población sana capaz de producir
y hacer florecer el desarrollo industrial y económico.
Esta es la misión del capital humano.

Dr. Salvador Allende. “La Realidad Médico Social Chilena”, 1939.

 

A partir de 1990, durante el Gobierno Democrático que sucedió a la dictadura militar, el Ministerio de Salud de Chile, comienza a desarrollar acciones dirigidas a reformar el modelo de atención en Salud Mental de la población. Es de esta manera, como en el año 2000 se inicia el proceso de implementación del Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría.

Este plan tiene como propósito fundamental el contribuir a que, tanto las personas afectadas por una enfermedad mental, como sus familias y las comunidades, alcancen y mantengan la mayor capacidad posible para interactuar entre sí, y con el medio ambiente.

Mediante el mismo, se impulsa el bienestar subjetivo, el desarrollo y el uso óptimo de las potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas y relacionales, de las personas, así como el logro de sus metas individuales y colectivas.
Tomando como punto de partida el concepto de que la Salud (y en especial la Salud Mental), tal como lo define la O.M.S, dependen, no solo de factores biológicos inherentes a las personas y grupos, sino también de las condiciones en que ellos viven, las acciones que favorezcan la Salud Mental serán entonces, todas aquellas que promuevan y mejoren las condiciones psicosociales, fundamentalmente en el ámbito de la familia, del barrio, de la escuela y del trabajo.

Las acciones para la rehabilitación y la reinserción social y laboral forman parte de la atención integral y requieren, en forma especial, del protagonismo de las familias, los pacientes y las organizaciones sociales, con el apoyo técnico y financiamiento de los programas de salud y de otros servicios sociales.

Este modelo de atención se caracteriza por privilegiar la atención ambulatoria (por sobre la atención cerrada), y lo más cercana al domicilio de las personas y familias; con el fin de evitar el desarraigo y la desintegración. De esta forma se aprovechan los recursos propios de la comunidad, y se fortalece el compromiso de la familia y del propio usuario en el proceso de atención en salud mental.
Otras características importantes de mencionar son: el énfasis puesto en la promoción de estilos de vidas saludables, la prevención de problemas y enfermedades de Salud Mental, así como el hecho de ofrecer una atención integral e integrada en una red de dispositivos articulados que aseguren la continuidad y la calidad de los cuidados.

Entre los dispositivos ofrecidos por este plan, se pueden indicar: Nuevas Unidades de Hospitalización de Corta Estadía insertas en Hospitales Generales, Unidades de Mediana Estadía, Unidades Forenses, Hospitales de Día, Equipos de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria, Hogares y Residencias Protegidas, Clubes de Integración Social, Centros de Rehabilitación Psicosocial y Talleres Laborales Protegidos.

Algunos de estos dispositivos, como los Hogares Protegidos, y los Hospitales de Día, están regidos por una reglamentación particular; de modo de poder guiar su funcionamiento en concordancia con los lineamientos propuestos por el Plan Nacional.

Hogares Protegidos:

Según el Plan Nacional, un Hogar Protegido, se define como “una instancia residencial alternativa, para personas afectadas por una enfermedad mental, que no tienen las habilidades para vivir en forma independiente, y no cuentan con el apoyo de sus familias” .

El objetivo de los hogares, sería entonces el de integrar las necesidades habitacionales con las necesidades de apoyo y seguridad que requieren sus residentes, contribuyendo además al proceso de entrenamiento de las habilidades que se relacionan con su desempeño en el hogar. De este modo, el Hogar Protegido debe tender a favorecer la autonomía.

Estos hogares deben garantizar una dinámica de funcionamiento que tienda a asemejarse, lo más posible, a las relaciones que se establecen en cualquier grupo humano de adultos que habitan una residencia común, es decir, fomentar la participación (promoviendo la expresión de afectos, ideas y opiniones), el respeto, la tolerancia y las relaciones afectivas.

El proceso de selección de los residentes se realiza conjuntamente entre el equipo técnico y propios beneficiarios (residentes y postulantes) y sus familias, en caso que sea posible. Entre los criterios de selección se considera que los postulantes:

 

  • Hayan sido diagnosticados con una enfermedad de causa psíquica.
  • No tengan las habilidades necesarias para vivir en forma independiente
  • No cuenten con el apoyo de sus familias para vivir con ellas.
  • Estén compensado psicopatológicamente
  • No presenten problemas asociados al consumo actual de alcohol y otras drogas.

De acuerdo al grado de cuidado y autonomía que tengan los usuarios de los hogares, éstos contarán con distintos tipos de apoyo:

  • Apoyo permanente (24 hs) o Apoyo nocturno: El cuidador permanece en el hogar durante todo el día o solamente por las noches. Actúa como sostén de los residentes en lo que se refiere a conductas de autocuidado, en la estructuración de su rutina y en la administración de medicamentos.
  • Apoyo algunas horas al día o algunas horas a la semana: El cuidador apoya aquellos aspectos más débiles de los residentes en días y horarios establecidos de común acuerdo.

Esta organización debe ser flexible, de modo de poder adaptarse a las variaciones en las necesidades de cuidados de los residentes. En ningún caso podrá trasladarse a un residente de un Hogar a otro, por el hecho de que sus necesidades de cuidados varíen, ya sea que éstas aumenten o disminuyan. En dichos casos deberán adecuarse los cuidados a las necesidades de las personas.

Para el funcionamiento de los Hogares Protegidos se requiere de un soporte organizacional que oriente y facilite la concreción de los objetivos de esta instancia residencial. Este soporte organizacional debe estar compuesto por un Equipo Técnico Multidisciplinario (compuesto por representantes de la Red Asistencial, de la Unidad de Salud Mental, de Agrupaciones de Familiares, de Agrupaciones de Personas discapacitadas de causa psíquica y de Organizaciones Administradoras de Hogares) y los Administradores (responsables de la administración de los Hogares Protegidos, a nivel financiero y de gestión).

Otros datos a tener en cuenta en cuanto a la organización de los hogares:
El número de residentes por Hogar debe ser igual o inferior a 8 personas.
El número máximo de residentes por habitación será de 2 personas.
En el Hogar Protegido se deberá disponer de una sala de baño por cada 4 residentes.
En la casa - habitación se deberá disponer de los espacios habituales de un hogar (sala de estar, cocina, dormitorios, baños y comedor).
Los residentes dispondrán de libre acceso a la casa - habitación y a las dependencias de uso común.
Los residentes podrán salir y entrar del Hogar sin más restricciones que las acordadas por ellos mismos.
Los residentes podrán tener invitados, respetando los acuerdos establecidos entre los propios residentes.
La habilitación e implementación de la casa-habitación se hará tomando en cuenta las preferencias de los residentes, garantizando niveles mínimos de comodidad y bienestar.

 

Hospitales de día:

En el Plan Nacional, el Hospital de Día es definido "como una alternativa terapéutica a la hospitalización, para pacientes con enfermedades psiquiátricas graves y que cuentan con red social de apoyo, y como postalta para acortar el tiempo de internación” .

Los usuarios de los Hospitales de Día son aquellas personas portadoras de una patología psiquiátrica severa, que cursan un período de agudización de su problemática. Requieren de un tratamiento clínico intensivo, con un abordaje integral, que tendrá en consideración no sólo los aspectos disfuncionales de la persona, sino la totalidad de los factores individuales, familiares y contextuales.

El carácter ambulatorio del Hospital de Día exige que los usuarios, estén en condiciones de concurrir a éste diariamente o en días definidos conjuntamente entre los profesionales del equipo y el paciente, por un período que va desde algunas semanas hasta cuatro meses, considerando la realidad local y las necesidades del usuario.

A través de estos dispositivos se intenta contribuir a reducir el estigma social que tienen las personas con trastornos psiquiátricos severos, a través de la continuidad del tratamiento en el ámbito comunitario.

Los objetivos clínicos propuestos por los hospitales de día son: Mejorar la resolutividad de episodios agudos, prevenir recaídas, disminuir el número y el tiempo de hospitalizaciones cerradas, mejorar la dinámica familiar y/o ambiental susceptible de desestabilizar a la persona en tratamiento, mejorar la adherencia a tratamiento, favorecer la prevención y resolución de problemas de salud general no atendidos previamente (muchos de los cuales pudieran actuar eventualmente como causa de descompensación y hospitalización psiquiátrica) y favorecer la incorporación de los familiares al proceso terapéutico

Las funciones específicas del Hospital de Día, según su reglamentación particular son:

  • Atender en forma ambulatoria a personas afectadas por enfermedades psiquiátricas severas y funcionar como una alternativa a la hospitalización cerrada.
  • Entregar tratamiento especializado psicológico, farmacológico y social.
  • Permitir la continuidad del proceso de estabilización clínica en el marco de
  • Brindar hospitalizaciones de corta estadía, ofreciendo un tratamiento más intensivo del que es posible entregar en la atención ambulatoria especializada (Equipo de Salud Mental y Psiquiatría ambulatoria).
  • Ofrecer un plan integral de rehabilitación psicosocial, a través de la evaluación del funcionamiento social y el grado de discapacidad.
  • Proveer un tratamiento de soporte, evitando las interrupciones en el período postalta desde la hospitalización cerrada.
  • Mejorar la adherencia al tratamiento.
  • Proveer talleres de psicoeducación a usuarios, familiares y cuidadores.

Por último, es necesario remarcar que para el buen funcionamiento de estos dispositivos, se requiere el trabajo de un equipo multidisciplinario que pueda actuar coordinadamente sobre los distintos aspectos de la vida de la persona. También se hace imprescindible el trabajo en conjunto con las familias para lograr un verdadero ajuste e integración a la vida social de las personas afectadas por enfermedades psiquiátricas.

 

Bibliografía

  • Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría, Unidad de Salud Mental, Ministerio Salud, Gobierno de Chile, 2000.
  • Orientaciones técnicas para el funcionamiento de los Hospitales de Día en Psiquiatría, Unidad de Salud Mental, Ministerio de Salud, Gobierno de Chile, 2000.
  • Norma técnica para los Hogares Protegidos, Unidad de Salud Mental, Ministerio de Salud, Gobierno de Chile, 2000.
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Darío Cavacini
Estudiante de Psicología
Universidad de Buenos Aires
L.U.:296759590

 

 

 
Articulo publicado en
Noviembre / 2009

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