Lógica de un pasaje: Freud con Marx en Córdoba (1968-1975) | Topía

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Lógica de un pasaje: Freud con Marx en Córdoba (1968-1975)

 

El presente trabajo se enmarca dentro del grupo de investigación “Cien años de discurso psicopatológico en Córdoba” dirigido por Juan Argañaraz (UNC) Ya en otros grupos habíamos rastreado las conexiones entre las obras de Freud y Marx en Córdoba, pero no habíamos abordado en profundidad uno de los libros cruciales en nuestra ciudad acerca de esta articulación: Psicología: ideología y ciencia, editado en 1975 por Siglo XXI (México) Allí se construye un riguroso intento de enlace entre la teorías freudiana y discursos de corte marxista. Este libro, es producto de las enseñanzas de sus autores en la cátedra de Psicología General en la Escuela de Psicología (UNC) entre 1973 y 1974.

Para que ello aconteciera fue necesaria una coyuntura de eventos históricos que trataremos de delimitar. Entre ellos la presencia en Córdoba de las enseñanzas del filósofo Raúl Sciarretta a fines de los 60, cobra un relieve y magnitud esencial. Este aconteciendo crucial, sumado a otros no menores, hicieron que los autores del libro pasaran de ser médicos críticos de la obra de Freud  en los sesenta a sostener un discurso analítico y marxista a la vez, a principios de los setenta.

Mimi Langer escribe un prologo                          

En mayo de 1975, cuando se prefiguraba el horror de los años de plomo en la Argentina, Marie Langer, psicoanalista y militante de  Izquierda, prefaciaba un libro cuya producción tenía como epicentro la ciudad de Córdoba. El libro se titula: Psicología: Ideología y ciencia. Los textos del mismo datan de 1973. Pero su gestación la podemos remontar a unos años antes, cuando sus autores sienten el impacto de la llegada a nuestro país de los epistemólogos franceses Canguilhem, Bachelard, y Althusser. En relación a este último,  Langer escribe:

 

“En el campo teórico fue Althusser quien sentó las bases para nuestro reconocimiento al ubicar a nuestra ciencia , epistemológicamente , dentro del materialismo histórico.”

 

Los autores  son cuatro profesores de  “Psicología General”, materia de la carrera de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Un libro que según Langer “nos hacía falta”. Podríamos agregar: “a nosotros: analistas y militantes de Izquierda”.  

Dentro de los círculos psicoanalíticos, desde fines de los 60 se empezaba a cuestionar la reclusión de los analistas  en su consultorio privado y su neutralidad perpetua en materia de política. El Hospital y la Universidad aparecerán como firmes bastiones del pensamiento de Izquierda para atacar dicho encierro y abstención. El impacto del fenómeno social conocido como el “Cordobazo” sacudirá la  calma despolitizada de la Asociación Psicoanalítica Argentina. “Annus horribilis” (la expresión es de Plotkin) para dicha asociación es 1971. El poder hegemónico de la APA se quiebra surgiendo dos Grupos: Plataforma, que se propone politizar la APA y Documento que pretende democratizar la institución. En este contexto, los autores de Psicología, ideología y ciencia, realizan un viraje que trataremos de entender abordando la coyuntura histórica  en que se produjo.

 

 Mutación subjetiva: De Médicos antifreudianos a Psicoanalistas marxistas

 

Corría el año 1968, el mayo francés conmocionaba los discursos universitarios de Europa. En Córdoba, el doctor Ricardo Podio es el titular de “Patología médica” de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC. En ese año la cátedra publica “Elementos de Psicopatología de la práctica médica”, elaborado por el Equipo de Psicopatología de la materia (entre otros figuran como autores los Doctores Braunstein, Pasternac, Moscovich y Saal) Esa misma cátedra, había creado un tiempo antes el Servicio de Psicopatología del Hospital General de Clínicas, uno de los primeros de su tipo en Córdoba.

Para el manual el psicoanálisis introduce conceptos confusos e indemostrables como  la idea de un psiquismo constituido por partes (ello, yo, superyó) y la universalización de  conceptos extraídos de la vida familiar de las clases acomodadas de Europa (Edipo, Castración, Represión) Esto pensaban este grupo de médicos militantes antes del Cordobazo y de la llegada de los grandes nombres de la epistemología francesa. Es decir, sostenían una medicina marxista sin Freud. Después del impacto de estas nuevas lecturas a fines de los sesenta y principios de los setenta,[i] los autores, ya instalados en Psicología, a partir del 73 comenzaban a hablar de la revolución freudiana en consonancia con las teorías marxistas.

 Harari y Plotkin  nos alertaron sobre  la figura de Raúl Sciarreta, quien  adquirirá  una relevancia capital en la conversión de los médicos antifreudianos. De lo confuso e indemostrable de la teoría de un aparato psíquico escindido de 1968, a la idea de 1973 de que tal aparato es el objeto teórico de la ciencia psicoanalítica, se produjo entre otras cosas el “acontecimiento Sciarretta”.

 

Raul Sciarreta: Socrates enseña en Córdoba

 

Emilio de Ipola en su artículo “Mi amigo León” pinta el siguiente cuadro del filósofo- maestro de los autores cordobeses:

 

“Hacia fines del 58 aproximadamente, hizo aparición entre nosotros el filósofo Raúl Sciarreta (…) Dictó para nosotros (…) un curso sobre Heidegger. Era un excelente expositor. Por entonces, no escatimaba las críticas más acerbas a los filósofos franceses de inspiración fenomenológica. Sartre, a quien admirábamos, pero también Merleau Ponty, eran sus blancos preferidos. Comparados con Heiddegger, decía, no son más que aficionados, sobre todo Sartre”

 

Roberto Molero, hace mención a la participación de Sciarretta en el “Grupo de Epistemología” de la institución psicoanalítica Grupo Cero. En particular, a Molero lo deslumbra la nueva lectura (epistemológica) que el filósofo hace de La interpretación de los sueños. Según Molero, Bachelard es revelado por Sciarreta a los miembros de Grupo Cero.

Roberto Harari a un mes de la muerte del filósofo escribe en Página 12 una semblanza de su  maestro titulada “Socrates vivió en Buenos Aires”. Allí expresa que “muchos analistas de nuestro país realizaron tal recorrido: llegaron a Lacan, de modo inorgánico y asistemático, vía Althusser, y guiados por las puntuaciones de un no analista: Raúl Sciarreta”.

El filosofo Tomas Abraham puso en boca de Sciarretta que los hombres más importantes del siglo XX habían sido Jacques Lacan y Ernesto Guevara Linch.

Tenemos en Sciarreta un pintoresco abanico: Heiddegger, Bachelard, Althusser, Lacan y  Ernesto Guevara.  A diferencia de los primeros textos de Massotta, Raúl atacaba sin piedad a Sartre. Pero junto a Massotta y a la socióloga chilena Marta Harnecher (alumna de Althusser)[ii] fueron hasta donde sabemos  los primeros lectores e introductores del pensamiento del francés en estas tierras.

 

En el prólogo de los autores de Psicología: ideologia y ciencia, se habla  de maestros y de deudas intelectuales de la obra. Entre ellos se menciona a Raúl Sciarretta. Tal acto es entendible, si tomamos en consideración que el filósofo fue quien les reveló en sus cursos de fines de los 60 los  cimientos de  una articulación posible entre Freud y Marx. 

 

 

Del Clínicas a Psicología

 

Así como el servicio de Goldemberg fue un hito para la introducción del discurso psicoanalítico en el Hospital General en Buenos Aires, en Córdoba  hubo un Servicio de Psicopatología que revistió un carácter casi tan mitológico como el del Lanús: el  llamado Grupo del Clínicas.

El Servicio se crea en el marco de la cátedra de Podio,  años antes del manual de Psicopatología del 68. Allí trabajan entre otros los autores de Psicología: ideología y ciencia.

Desde 1965 el Dr. Paulino Moscovich,  dicta en Psicología su seminario de “Psicoterapia”. Por aquellos años era común que  prestigiosos psicoanalistas de la APA dictaran en Psicología cursos intensivos de Psicoanálisis, para un público que incluía a  estudiantes de Medicina de los últimos años y médicos en general. García Baradaco, Langer, Usandivaras, se inmiscuían en el campo médico y el ámbito “psi” de Córdoba, para determinar en muchos casos el comienzo de un camino sin retorno hacia el psicoanálisis. El  reformista Jorge Orgaz, quien desde muy temprano se servía de Freud en su práctica médica,  fue ese puente entre Medicina y Psicología. Fue uno de los primeros en enseñar Psicopatología en Psicología. El Doctor Podio, muy cercano a Orgaz, antes de la creación del Servicio de Psicopatologia en el Hospital de Clinicas, realizaba ateneos con psicoanalistas destinado a médicos y estudiantes (Argañaraz, 2007: 186)

  En la década del 50 y por efecto de los organismos internacionales, el término de “salud mental” comenzaba a reemplazar al de “higiene mental”. Entre 1954 y 1956 se realizan los primeros congresos latinoamericanos de Salud Mental. Un año después se crea el Instituto Nacional de Salud Mental, por lo que “jóvenes profesionales creaban un movimiento que promovía a los psicoanalistas y, al menos marginalmente, los retiraba de la reclusión en sus consultorios y en la APA” (Balan, 1991: 153)

Luego de la caída de Perón, fueron creados los servicios psicopatológicos en hospitales generales. El Lanús funcionó desde 1956 hasta la década del 70 donde fue cerrado por los militares. Plotkin (2003: 207) reconoce el lugar de su fundador:

 

“Goldemberg tiene el mérito de haber modernizado el sistema de salud mental en la Argentina y, mas importante aun para un país como el nuestro, lo hizo a través de la introducción del psicoanálisis en los hospitales públicos”

 

Para Vezzetti, (2006) el servicio de Goldemberg tenía dos frentes de ataque: la psiquiatría tradicional asilar y el psicoanálisis de la APA cuyo único montaje era el diván. En este servicio hizo su formación psiquiátrica José Rafael Paz,  fundador de centros de estudios psicoanalíticos en los 70 en Rosario y en Córdoba. Los autores de nuestra obra reconocen las enseñanzas de Paz en teoría psicoanalítica, por lo que resta investigar acerca de la posible transmisión  de su experiencia en el Lanús a quienes constituirían el Servicio de Psicopatología del Clínicas.

En relación a  Moscovich, Braunstein en una entrevista que le hicieran en el año 2007 lo considera su primer maestro en Psiquiatría y Psicoanálisis.[iii] Sitúa su primeros encuentros con Lacan en grupos de lectura alrededor de Moscovich. Entre  el 62 y 63 leen en francés “Acerca de la causalidad psiquica”. Unos años más tarde aparece A. Green con “El inconsciente freudiano y el psicoanálisis francés contemporáneo” y finalmente las lecturas de Althusser. Pero el pasaje de la medicina al psicoanálisis tardó en producirse a pesar de esas tempranas lecturas. Prueba de ello es el manual del 68. 1971, parece ser el punto de quiebre definitivo donde el Grupo del Clínicas comienza a “denunciar los excesos de la psiquiatría soviética y la psiquiatría latinoamericana” por ser exclusivamente represiva y manicomial. Después de esta fractura, la carrera de Psicología les sirvió para testimoniar, ahora partidarios del psicoanálisis, sobre una articulación posible entre Freud y Marx, bajo la “euforia althusseriana”[iv] de entonces.

 Pasternac (2002) señala que en el Clinicas eran reflexo-freudianos. Freud representaba la escucha y Pavlov era el encargado de ver qué no funcionaba a nivel corteza o subcorteza, para administrar el fármaco correcto. Ahora bien, Pavlov ya es un desaparecido en Psicología, ideología y ciencia, por lo que el pasaje puede quedar constituido como sigue: de una medicina marxista (gratis, para el pueblo) a un segundo momento de apropiación de Freud con Pavlov (como sabemos el psicólogo que debían leer los militantes del PC) para culminar en una articulación althusseriana de Freud y Marx, donde toda referencia a Pavlov queda excluida.

 

Llamado Psicología: ideología y ciencia. Un libro

 

Entre 1973 y 1974 se dicta Psicología General, materia representativa de la “pesada epistemología”, al decir de Manzur (Argañaraz: 2007: 193). Un enfoque que combinaba la Introducción crítica de la economía política de Marx (1857) con Freud y Lacan y el prefacio de Para leer el capital de Althusser; sumado a los trabajos epistemológicos de Bachelard, el celebre Que es la psicologia? de Canguilhem; La psicología, mito científico de Didier Deleule y finalmente un articulo aparecido en los “Cahiers pour l´analyse” de Thomas Herbert sobre psicología social.[v]

 Analizaremos por razones de extensión tres de los 17 capítulos del  libro. En ellos se condensan, a nuestro modo de ver, las problemáticas generales que plantea la obra. 

Desde el prólogo se explicita un objetivo claro: constituir  “un aporte más en esa dirección crítica indicada por una brújula que inscribe dos nombres propios en su norte: Marx- Freud.”

En el capítulo primero (“Como se constituye una ciencia”) Braunstein parte  de La formación del espiritu cientifico de Bachelard[vi] presentando  los tres caminos epistemológicos dominantes ( el empirismo o continuismo; en segundo lugar el discontinuismo idealista y en tercer lugar la practica teórica o discontinuismo materialista)

 Dirá con Bachelard que el conocimiento objetivo se constituye después de una ruptura  con el conocimiento sensible de los objetos. Al conocimiento científico llegamos entonces por una “crítica de las apariencias”.  Bachelard es alineado junto a Machery y Althusser, puesto que el conocimiento científico es una crítica de la ideología representada por el saber precientífico, fuente de desconocimiento de la estructura que produce la apariencia. Acto seguido entra a escena el creador de El Capital :

 

“Marx demostró que, en realidad, hay que buscar la anatomía de la sociedad civil en la economía política”

 

 Freud aparece al final del artículo para  señalar que él también partió de evidencias, pero que en la construcción de su ciencia produjo una “teoría del proceso de constitución de sujetos” que rompió con todas las evidencias de la psicología de la conciencia.  Entre  Marx y Freud existe para el autor una “Confluencia teórica” dado que el psicoanálisis, ciencia del proceso de sujetación, “da cuenta de la reproducción de las relaciones de producción” estudiadas por el materialismo histórico.

Concluye manifestando su oposición y denuncia hacia las ideologías de las clases dominantes que se autodenominan como ciencia. Para desenmascararlas debemos acudir al binomio Marx- Freud porque él ha develado el secreto de la sujetación de los seres humanos.

En el capítulo quinto (“Introducción al problema de los métodos en psicología”)  Pasternac pretende  mostrar que la fundación de una ciencia constituye una revolución teórica que, partiendo de una práctica precientífica /ideológica (en sentido epistemológico) produce una problemática nueva y abierta a un desarrollo ulterior. Comienza por aclarar algunos usos:

 

“En sentido epistemológico, el que aquí usamos, ideológico se opone a científico, como la representación o apariencia se opone al conocimiento” (Pasternac, 1975:109)

  

Es interesante ver en el desarrollo del texto cómo en una misma nota al pie aparecen los nombres de Pierre Bourdieu y de Raúul Sciarreta. Ello ocurre cuando Pasternac comenta acerca de la dificultad en el campo de la psicología y de la sociología de poner distancia respecto al objeto de conocimiento. Luego de reconocer que en ese punto toma las elaboraciones de Bourdie[vii]  manifiesta:

 

“Expresamos asimismo nuestra deuda con las enseñanzas de Raul Sciarreta en un seminario que dictara en Córdoba sobre la Introducción general de la crítica de la economía politica de 1857 de Marx. A él se debe lo esencial del esquema del proceso del conocimiento que aquí desarrollamos.” (Ibid:114)

 

El Marx, de la Introducción es celebrado por su distinción ente lo que llama “concreto de pensamiento” y “concreto aparente”,  A su vez, aclara que el concreto de pensamiento si bien da acceso al conocimiento del concreto real, “no es el concreto real”. El psicoanálisis es una práctica que pone en movimiento estos conceptos:

 

“El concreto de pensamiento teoría de los síntomas no se confunde con un síntoma dado pero nos da acceso a la realidad concreta de los síntomas, explicando por que se presentan del modo en que lo hacen en las representaciones que de ellos tenemos.” (Ibid, 118-119)

 

 La diferencia marxista entre objetos empíricos, objetos de conocimiento y objetos teóricos es ilustrada a partir de la clínica psicoanalítica. Un paciente tiene celos injustificados – objeto empírico- a lo que designamos como “síntoma neurótico” – objeto de conocimiento - siendo el instrumento para trabajar sobre ese objeto (es decir la teoría de los síntomas)  el objeto teórico. Esta parece ser la lógica de la ligazón Marx-Freud: categorías de la epistemología marxista aplicadas a la praxis del psicoanálisis.

En el capítulo 17  Gloria Benedicto,  escribe sobre los  roles posibles del psicólogo.  Un epígrafe de Franco Basaglia alude al poder, la violencia y los excluidos por la “sociedad llamada del bienestar y la abundancia”. La cita es de La Institución negada, edición de 1972 en castellano (Barral, Barcelona), libro que Pasternac  lee en francés en 1970, según confiesa en un articulo de 1994. La Editorial Seuil, publica por ese entonces una colección dirigida por Lacan (“Champ freudien”) donde se traducen al francés Psiquiatría y antipsiquiatría de David Cooper y “L´ institution en négation”, obra del equipo antipsiquiátrico de Basaglia en Gorizia (Italia). En ese clima ideológico, Pasternac afirma, que ellos (lectores nuevos de Lacan) creían que esas ideas eran compartidas por la École Freudiene de Paris. Una confusión total dirá tiempo después.

Gloria Benedito, empezaba la argumentación  a partir de Canguilhem y su clásico texto Qu´est ce que la psychologie?.  La referencia es de 1965 y en francés, cuando ve la luz en Cahiers pour l´Analyse. Al psicólogo, aseguraba Canguilhem, en la medida en que no responda exactamente sobre lo que él es, se le hará difícil responder por lo que hace.

Cuando Benedito conceptualiza la práctica técnica aparecen en escena Jacques Miller y Thomas Herbert,[viii] Para estos autores en el campo de las ciencias sociales son indispensables tres cosas: materia prima, instrumentos y productos. Para la autora  estos elementos en psicología serían:

  • Materia prima: discursos, conductas y relaciones sociales de los sujetos.
  •  Instrumentos: según la ideología teórica pueden ser tests mentales, técnicas de grupos, técnicas de readaptación.
  • Producto: discursos y conductas adaptados al medio; relaciones sociales que reproducen las relaciones de producción imperantes.

Mas adelante,  criticará el desconocimiento de la psicología de la “causalidad estructural”. Para Canguilhem como para Benedito, los psicólogos olvidan las circunstancias históricas y el medio social dentro de los cuales proponen sus métodos y técnicas. Se trata en definitiva del desconocimiento de los “aparatos represivos del estado”, en clara sintonía con Althusser.

El concepto de eficacia en psicología también es puesto en tela de juicio, puesto que  “siempre se es eficaz por algo, para algo y para alguien”. Eficacia y poder van de la mano, razón por la cual vuelve a citar  Basaglia, quien ha tratado esta cuestión de modo brillante para la autora.

Benedito se cuestiona finalmente acerca de cómo se puede posibilitar una praxis diferente sin “violencia técnica”. A partir de Gramsci, dirá que la función del psicólogo, como la de cualquier intelectual, es una función de clase. Frente a ella las conclusiones no tardan en llegar. La teoría psicoanalítica descentra el discurso ideológico de la psicología académica al dar cuenta del proceso que nos ha producido como sujetos de la ideología. El psicoanálisis, práctica transformadora, científica, deberá desterrar  la conservadora psicología académica.

 

Consideraciones finales

 

  • Antipsiquiatría italiana, marxismo, sociología parisina, epistemología francesa postbachelardiana, psicoanálisis, alguna que otra referencia a Bleger, la mención casi anecdótica a Gramsci. El nombre de Lacan que apenas asoma. La omnipresencia de Alhusser y Bachelard, sumados a Canguilhem.  Lecturas todas ellas atravesadas por la militancia en el PC.  La política y la epistemología, vías de entrada  al psicoanálisis y  punto de viraje desde un convencido antifreudismo a la filiación a una practica analítica, transformadora y revolucionaria. En medio de ello, el registro oral de las clases de un Plotkin, mariano Ben, Freud en las pampas, Bs. As., Sudamericana, 2003

filósofo porteño que quizá alguna vez lleguen a nuestras manos. Esperemos que pronto. 

 

 

Referencias bibliograficas

  • Althusser, Louis, Ideología y aparatos ideológicos del estado. Freud y Lacan, Bs. As., Nueva Visión, 1992.
  • Argañaraz, Juan y cols, El freudismo reformista (1926-1976). En la literatura y la medicina, la política y la psicología, Córdoba, Brujas, 2007.
  • Balán, Jorge, Cuéntame tu vida. Una biografía colectiva del psicoanálisis argentino, Bs. As., Planeta, 1991.
  • Benedito, Gloria, (1975) “El rol del psicólogo” en Psicología: ideología y ciencia, México, Siglo XXI, 1982.
  • Braunstein, Néstor, (1975), “¿Cómo se constituye una ciencia?” en Psicología: ideología y ciencia, México Siglo XXI, 1982.
  • Braunstein, N., Pasternac, M., Benedito, G., Saal, F., Psicología: ideología y ciencia, (8ª ed.), México, Siglo XXI, 1982
  • Carpintero, H., Vainer, Historia de la desaparecida Federación Argentina de Psiquiatras (FAP), Revista Topía en www.topía.com.ar.
  • Cueto, Emilia, Entrevista a Nestor Braunstein en www.elsigma.com, 2007
  • Cueto; Emilia, Entrevista a Roberto Harari en www.elsigma.com, 2004.
  • Ferrari, N., Pietra G., Sauval M., Reportaje a Marcelo Pasternac, Revista Acheronta Nº 19, 2002.
  • Gómez, John James, Orejuela, Jhonny Javier, Entrevista a Néstor Braunstein, Revista Científica Guillermo de Ockham, Cali, 2007.
  • Harari, Roberto, Sócrates vivió en Buenos Aires en www.página12.com.ar, 1999.
  • Molero, Roberto, La formación de Grupo Cero, Revista Extensión Universitaria Nº 69, Bs As., 2004.
  • Langer, Marie, (1975), “Prólogo” en Psicología: ideología y ciencia, México, Siglo XXI, 1982.
  • Pasternac, Marcelo,“Freud y Lacan de Althusser, un cuarto de siglo después” en La función del duelo, Revista Litoral Nº 17, Córdoba, Edelp, 1994.
  • Pasternac, Marcelo, (1975), “Introducción al problema de los métodos en Psicología” en Psicología: ideología y ciencia, México, Siglo XXI, 1982.
  • Plotkin, Mariano Ben, Freud en las pampas, Bs. As., Sudamericana, 2003
  • Vezzetti, Hugo, El desmanicomializador del Lanús en www.página12.com.ar, 2006.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas

 

[i] El orden de llegada a la Argentina de estos autores traducidos al castellano es el siguiente:

1968: Para leer El Capital de Althusser y Balibar (México, Siglo XXI)

1969: La revolución teórica de Marx de Althusser  (México, Siglo XXI)

1970: Freud y Lacan de Althusser, en Estructuralsimo y Psicoanálisis (Bs. As, Nueva Visión)

1971: Lo normal y lo patológico de Georges Canguilhem (Bs. As., Siglo XXI)

1972: La formación del espíritu científico de Bachelard. (Bs. As., Siglo XXI)

1973: La Filosofía del no de Gastón Bachelard (Bs. As, Amorrortu)

[ii] El libro de la chilena Conceptos elementales del materialismo histórico tuvo una venta masiva y fue objeto de varias reediciones en Argentina y América Latina. (Plotkin, 2003,  322) Harnecker  tradujo y presentó al castellano los libros de Althusser La revolución teórica de Marx (Siglo XXI, 1969) y Para leer el capital (México, SXXI, 1968)

[iii] Entrevista a Nestor Braunstein  realizada por John James Gómez y Jhonny Javier, aparecida en la Revista científica Guillermo de Ockham, Nº 2, Cali, 2007.

[iv] La expresión es de Raimundo Salgado. Véase su artículo “Oscar Masotta y la fundación de la Escuela Freudiana” en www.elsigma.com

[v] De estos cinco nombres el único que parece más alejado de la participación política activa fue Bachelard. Althusser, militante del PC francés trabajó gran parte de su vida en pos de una renovación del marxismo con los textos de Marx como base. Canguilhem, teórico de la normatividad y los poderes que la regulan, fue miembro activo de la Resistencia Francesa mientras ejercía como médico en Avernia. Deleule, parte de Marcusse, para atacar a la ciencia y la tecnología como formas de dominación propias de la sociedad contemporánea. Herbert, publica en Cahiers pour l´analyse, revista donde los tópicos psicoanálisis y  marxismo aparecían como articulables.

[vi] La edición citada es la de Nueva Visión, que aparece en 1972 en las estanterías porteñas.

[vii] El libro citado en francés es Le methier de sociologie, (Mouton, Paris, 1968), escrito por Bourdieau en colaboración.

[viii] Se trata del trabajo Ciencias sociales: ideología y conocimiento, Bs. As.,Siglo XXI, 1971

 

 
Articulo publicado en
Agosto / 2013

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