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Bailarines toda la vida. Danza Comunitaria*

 

Nos alegra la publicación de este texto, donde se relata y conceptualiza una experiencia comunitaria surgida en Grissinopoli, una fábrica recuperada tan cercana a la historia de los que hacemos Topía. Allí fuimos impulsores del trabajo con los obreros y la constitución del Centro de Artes y Oficios en 2002. Dicha experiencia fue relatada en las páginas de esta revista. La experiencia que relata la autora marca la importancia de los proyectos comunitarios, cuyo valor se refleja en este artículo.

Bailarines toda la Vida es un proyecto de innovación pedagógica, artístico y social que se desarrolla en la fábrica recuperada Grissinopoli desde el año 2002. Comenzó como Extensión del Departamento de Artes del Movimiento UNA, y en el año 2009 se creó la Cátedra Abierta “Danza Comunitaria” (DC), permitiendo ligar con la comunidad, el primer sentido de la educación pública y gratuita. El grupo es heterogéneo desde el nivel sociocultural, económico y etario, lo cual permite generar situaciones de soporte mutuo. Considera la danza como una herramienta fundamental para el desarrollo social, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, despojándola de su valor elitista para devolverla como un Derecho Social. La DC abreva de la Expresión Corporal en cuanto a sus técnicas y del Teatro Comunitario en cuanto a su dinámica abierta e inclusiva. Cuando alguien entra a Grissinopoli, el primer sentido que se activa es el del olfato: aroma a grisines. Subiendo al segundo piso se encuentra con un numeroso grupo de personas que se acercan, saludan, se presentan. Comienza la actividad en una ronda (porque la ronda convoca), en la cual se hace un trabajo de registro de los apoyos, elongación, postura que va encontrando su eje, coordinación motora, juego de traslado circular o de acercamiento-alejamiento… En la posterior búsqueda de un espacio personal, deviene la propuesta-consigna, de hacer foco e investigar algún contenido en relación a la sensopercepción. Es el tiempo de ojos cerrados y apertura de la investigación creadora en el que cada persona se sumerge hacia la interioridad.

La Danza Comunitaria considera la danza como una herramienta fundamental para el desarrollo social, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, despojándola de su valor elitista para devolverla como un Derecho Social

Abrir la mirada al otro, es comenzar a compartir vivencias y lenguaje de movimiento (empezar a compartir a veces cuesta). Espejarse, enlazar, encontrar un ritmo común. Conjunción de múltiples poéticas. La coordinadora o coordinador abre y se deja impregnar por lo que sucede. Va conduciendo de acuerdo al tiempo de resolución, la posibilidad de multiplicarse en otras miradas, otros códigos y acuerdos en los que no es mediadora la palabra, sino el tácito entendimiento hasta que sucede la maravilla de entender que entre mi piel y la tuya hay un “entre”, entre dos, cuatro, muchos, muchísimos como si nos hubiésemos conocido desde toda la vida. Y ésto emociona. Mucho.

Hacemos otra ronda; esta vez de reflexión sobre lo sucedido. Y así llegamos al cuarto momento del encuentro: la creación colectiva o reposición de obra coreográfica. Si nos da el tiempo, otra ronda en la que conversamos el cómo nos sentimos, contenido de la obra, pero también vestuario, punto de encuentro para la próxima presentación, quiénes van, quién lleva, quién trae, quién puede... Luego nos vamos, pero el lugar queda muy tibio... Es la tibieza del Encuentro. Como un hilo de seda en un mundo violento en el que proliferan los significantes de éxito, belleza, juventud y bienestar, cuando el tejido social se va desgastando por el aislamiento, el individualismo, la falta de disponibilidad del tiempo personal, la reducción del espacio físico. Mundo en el que los individuos pueden integrarse desde la encarnación de una subjetividad emprendedora, exitosa y mercantilizada. Cuerpo utilitario, mecanizado, dañado por la anestesia sensorial, depositario del dolor emocional. El dispositivo de Danza Comunitaria es agente de cambio. El desarrollo de una actividad artística en una fábrica recuperada permite un “salto”. Salirse del lugar de sujeto dependiente, aislado, carenciado, al lugar de sujeto creador productor de transformación individual y social. Así como hay estereotipos verbales que reafirman los discursos hegemónicos, existen modelos preestablecidos de movimiento, los cuales se van flexibilizando y ampliando en el continuo “hacer con los otros”.

Promoción de la Salud y Prevención de la enfermedad desde sus diferentes ejes:

  • Cuerpo. Registro sensible.

  • Creatividad.

  • Comunicación.

  • Elaboración coreográfica.

Cuerpo

Como antídoto a la noción mecanicista de cuerpo, trabajamos el registro sensoperceptivo personal, la integración del desarrollo artístico en la comunidad, la recuperación de los aspectos lúdicos, la importancia del establecimiento de redes comunitarias, porque “…el cuerpo es el elemento que liga la energía colectiva. A través de él, cada hombre está incluido en el grupo.”1. Cada nuevo integrante encuentra su “hilo de seda”. Se genera producción de conocimiento desde la praxis; vivencias en las que desde el movimiento expresivo, la emoción cobra palabra y se conjura el olvido. Cuando nos movemos, no movemos sólo nuestro cuerpo físico, sino también un cuerpo de representaciones, y es así que el movimiento permite la emergencia de un algo retenido, censurado u olvidado. El trabajo sensoperceptivo favorece la construcción de la propia imagen, cuando al soltar el control racional para conectar con la interioridad, se da una manera diferente de relación con la propia corporeidad y con la realidad externa.

Creatividad

El Arte es transformador, facilitador del acceso a la cultura en la reconstrucción de la memoria y de la identidad. Poder investigar e improvisar a partir de una consigna dada, permite la búsqueda personal, la posibilidad de salirse de gestos heredados y modelos incorporados. Salirse de los límites y entrar en otras dimensiones en las que cuerpo espacio tiempo y energía dan cuenta de la propia subjetividad. La creatividad se entrena, se busca hasta encontrar “el hilo”. Muchas veces hay “otro/a” que ayuda, y lo que era una línea lisa, empieza a tener volumen, belleza del movimiento compartido, transmitido, apropiado, sentido.

Todo intérprete que emerge de un contexto histórico - social, es agente multiplicador para recrear y transformar tanto la realidad externa como la interna, accionando el conflicto como motor de la creatividad. Cuando el individuo tiene la oportunidad de expresarse a través del lenguaje de la danza, comienza a reconocerse a sí mismo, a descubrir posibles soluciones a los conflictos, a sentir que está haciendo un aporte importante que lo lleva a trascender a través de un hecho artístico.

Comunicación

Desde la DC, hacemos foco en una práctica fortalecedora de la empatía. La anticipación del movimiento y el entonamiento afectivo van creando un tejido relacional, fuerte red sustentadora para nuestras vidas y para la de los demás. Ir reconociendo los códigos de movimiento desde lo individual hasta lo grupal, establece la confianza porque cuando el movimiento circula, todo sucede entre yo y los otros; como en la génesis humana, nada es individual, todo es con, por y a través de los otros. Trabajar en un espacio no convencional, con un código de no censura y horizontalidad, donde desde las consignas y el trabajo creativo se ponen en acción valores de solidaridad, responsabilidad social, ejercitación de los roles de liderazgo, aprendizaje para ceder el rol o resignificar un espacio democráticamente compartido, genera confianza, respeto mutuo y reconocimiento del valor de la integración social como dispositivo de cultura en la comunidad.

Elaboración colectiva coreográfica

Cada improvisación grupal es un bien común, resultado del “estar siendo” con los otros.

Posibilidad de llegar a los acuerdos tácitos que permiten micro resoluciones coreográficas. Síntesis de lo humanamente afectivo y estabilizador.

Cuando nos movemos, no movemos sólo nuestro cuerpo físico, sino también un cuerpo de representaciones, y es así que el movimiento permite la emergencia de un algo retenido, censurado u olvidado

Se puede identificar lo comunitario como un espacio en el que la interacción entre las personas posibilita la colaboración y participación en mayor o menor grado, en tareas de gestión o quehacer artístico. No hay apropiación de roles o funciones. Se van cediendo o asumiendo de acuerdo a la demanda interna. Esto marca un cambio entre lo que sería la sumatoria de acciones respecto a la dinámica de interacción de las personas con sus respectivas representaciones complementando e integrando los recursos técnicos, expresivos y organizacionales. Llegar a la creación colectiva de obra exigió la innovación pedagógica en cuanto a la metodología para componer coreográficamente. Se trata de un elenco de más de cincuenta personas, inclusivo y abierto, en el que nunca sabemos quiénes llegarán en cada encuentro, si una madre vendrá con sus niños o una abuela con sus nietos. En estas circunstancias es fundamental la función estabilizadora de los integrantes con más experiencia en el grupo para la actualización de la información, transmisión de saberes e inclusión en la trama coreográfica de los nuevos participantes. Y por parte de los coordinadores la plasticidad psíquica para salirse de lo programado y/o establecido para adecuarse a la situación emergente. Transgredir lo instituido en la práctica pedagógica para crear con un elenco móvil, es dar lugar a que la imaginación colectiva entre en acción para llegar a resoluciones inmediatas frente a lo imprevisto. Partimos de improvisaciones grupales desde consignas dadas por la persona a cargo de la coordinación y la selección de lo producido en ese “laboratorio dancístico”, va a ser el material constitutivo de la obra. Cada intérprete se compromete como totalidad, no solo desde sus habilidades dancísticas. La puesta en juego de la subjetividad lleva a que los temas abordados coreográficamente encuentren correlato en el mundo interno. Así, la creación de obra da lugar a la elaboración de duelos tanto de grandes traumas sociales como de situaciones individuales. La particularidad de elenco móvil, hace que la obra no se cristalice de una vez y para siempre, sino que se vaya cultivando y cargando de sentido  con nuevas intervenciones, pero sin perder su esencia. Aún la repetición durante el ensayo no responde a una concepción mecanicista. Está en juego la conciencia social y la apropiación del contenido de la obra. Los integrantes del grupo viven la experiencia de participar como hacedores de la cultura, transformadores de la realidad, recreadores del buen trato, el miramiento y la empatía. Ante un proyecto político-social hegemónico que hace a la producción sistemática de soledades, se genera una inclusión de los cuerpos desaparecidos en un dispositivo que recupera y les devuelve el sentido de su existencia y la visibilidad sustraídas.

Para terminar, quisiera decir que en cualquier situación de crisis, es el arte y la posibilidad de crear en comunidad, lo que nos va a salvar de caer en el aislamiento, la globalización y la anestesia sensorial para encontrarnos con los valores fundamentales de solidaridad, amor y encuentro con los otros. Esos otros en los que nos espejamos, nos contienen y con los cuales podemos recorrer juntos, de la mano, un camino hacia el descubrimiento de nuevas realidades enlazando “hilos de seda” red matriz del bien común.

Bibliografía

Bidegain, Marcela: Teatro Comunitario. Resistencia y Transformación Social. Biblioteca de Historia del Teatro Occidental. Siglo XX. Atuel. 2007.

Bordelois, Ivonne: La palabra amenazada. Libros del Zorzal. Buenos Aires. 2005.

Bleichmar, Silvia. Dolor País. Libros del Zorzal. Buenos Aires. 2002

Chillemi, Aurelia Danza Comunitaria y Desarrollo Social. Movimiento poético del encuentro. Artes Escénicas. Bs. As. 2015.

Dubatti, Jorge y Pansera Claudio: Cuando el Arte da respuestas. 43 proyectos de cultura para el desarrollo social. Ediciones Artes Escénicas. Buenos Aires. 2006.

Fernández, Ana María: Las lógicas colectivas. Editorial Biblos. Buenos Aires. 2007.

Le Breton, David: El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires. 2009.

Saforcada, Enrique: El factor humano en la salud pública. Editorial Proa XXI. Buenos Aires 2003.

Wolfberg, Elsa (Compiladora): Prevención en Salud Mental. Escenarios Actuales. Lugar Editorial. Buenos Aires. 2002.

* Taller abierto a la comunidad. Se realiza los viernes de 18 a 21hs. en Charlone 55

** Profesora Titular de la Cátedra Abierta Danza Comunitaria (creación). Línea de investigación para la maestría en DMT: Danza Movimiento Terapia Comunitaria. Departamento Artes del Movimiento UNA.

Nota

1. Le Bretón, David. La sociología del cuerpo, 2008, p. 32.

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Articulo publicado en
Agosto / 2017

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