Estamos atravesando un momento bisagra en nuestra cultura. En este “fin de época en el mundo” hay un “antes”, un “después” y un “mientras tanto, espacio de transición éste asociado a un compás de espera, lo que no resulta así en esta ocasión. Este “entreacto” epocal día a día nos sorprende. Las percepciones, valoraciones y razonamientos con los que veníamos operando lo cotidiano ya no resultan tan adecuados, pudiendo incluso, distorsionar la percepción, la elaboración y el procesamiento de lo percibido. Estamos en un momento de transformación de nuestra “lógica de base”.
El analista no es un maestro que enseña su saber al analizante, sino que ambos, cada uno desde su rol, son sujetos de elaboración de la actual transformacion de la lógica de base y de los valores para intercambiar con los otros conciudadanos
Ya llevamos más de un año de pandemia y de distintos confinamientos alrededor del mundo. En los inicios de las cuarentenas muchos de los tratamientos continuaron a distancia con diversas tecnologías. Aunque había debates previos sobre esta modalidad de abordaje, la mayoría del mundo psi dejó dichos debates y polémicas bajo el manto de “al menos se pudo continuar”. Lo cual es cierto, para muchísimos pacientes y analistas.
La transformación en los dispositivos psi de este tiempo es la más importante desde sus inicios hace más de un siglo. No se puede avanzar sin poner a trabajar qué implican estos cambios. Es necesario rescatar el pensamiento de su adormecimiento entre las amenazas de subsistencia y el alivio de poder seguir trabajando, como sea. Este libro rescata debates previos y actuales sobre qué implica esta transformación que modifica y modificará nuestros abordajes clínicos.
El “Psicoanálisis a distancia” adquirió esta denominación en función de que no era costumbre realizarlo fuera de un consultorio. En su momento constituyó una nueva y diferente forma de implementación clínica. Luego de alrededor de dos décadas de una asidua y sostenida práctica, este método fue adquiriendo una identidad propia por lo que aquella inicial denominación deja de tener actualidad, resultando más adecuado otorgarle un nombre propio:“cyberanálisis”.
Comencé a atender por vía telefónica en 2003 a un ex paciente que se hallaba viviendo en otro continente. Aquello implicó un desafío profesional que fui abordando con actitud de psicoanalista y de investigador clínico. En cierto momento evolutivo de esta práctica decidí escribir lo conceptualizado y presentarlo ante colegas de Argentina (APdeBA y SAP) (Carlino, 2005), en paneles de varios congresos latinoamericanos e internacionales y en dos publicaciones como libro, (Carlino 2010, 2011).
El concepto presencia al que denominé presencia comunicacional, consiste en que ambos de la dupla, cuando se comunican, sienten que están allí presentes.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra