Trotsky y el psicoanálisis | Topía

Top Menu

Titulo

Trotsky y el psicoanálisis

 

Helmut Dahmer es un sociólogo alemán que es colaborador habitual de nuestra revista. Estudió con Adorno y Horkheimer. Heredero de muchos de sus planteos, a principios de los 80 denunció la política colaboracionista de las instituciones psicoanalíticas durante el nazismo. Tiene una importante producción escrita.
Aquí presentamos Trotsky, Freud, el psicoanálisis y el terror estalinista, recientemente editado por la Editorial Topía. Un libro que, a partir de trabajar bibliografía inédita hasta este momento y un exhaustivo análisis histórico y filosófico, revela cómo ambos pensadores buscaron desentrañar no solo los enigmas de la psique humana, sino también las dinámicas sociales que moldearon sus contextos. Presentamos aquí un fragmento del capítulo 4.

 

Trotsky se refirió directamente al psicoanálisis freudiano sobre todo en tres fases de su vida político-literaria: En primer lugar, en la batalla cultural durante el Termidor ruso de 1923-26; en segundo lugar, durante su exilio turco (1929-1933) -al escribir su autobiografía y la historia de la(s) revolución(es) rusa(s) de 1917-, después, en sus diarios escritos en Francia en 1933-35 y, por último (1938), en su discusión con la reducción de la literatura y la pintura a propaganda en los regímenes totalitarios de Stalin y Hitler.

Trotsky hizo tener en cuenta a Pavlov que el psicoanálisis freudiano era también una psicología materialista, aunque trabajara con “conjeturas” (suposiciones, construcciones) en lugar de experimentos.

 

Alegatos para el psicoanálisis en el Termidor soviético

A finales de septiembre de 1923, Trotsky -que en este contexto se describía a sí mismo como un “diletante”- formuló una carta (que más tarde se supo que sólo tenía una página y media mecanografiada) al fisiólogo ruso Pavlov1, que había demostrado basándose en experimentos con animales que sus reflejos primarios (fijados genéticamente) tenían una capacidad inherente de aprendizaje. La secreción glandular asociada a la percepción de la comida y provocada directamente por ella también podría provocarse “condicionalmente” en los perros -como resultado de un proceso de aprendizaje-, es decir, por una “señal” (neutra). En la adquisición de estos nuevos hábitos y la formación de cadenas enteras de reflejos, Pavlov vio la fuerza motriz para la adquisición de capacidades superiores (hasta el “sistema de 2º señal” específico del ser humano, que permite la consciencia, el pensamiento y el lenguaje). Por ello, su reflexología no sólo se le consideró una innovación en el campo de la fisiología, sino también la base de una nueva psicología fundamentada científicamente (es decir, experimental). En el sistema científico de la Unión Soviética posrevolucionaria, la psicología natural-científica de Pavlov pronto se consideró la única compatible con el materialismo dialéctico (que la sociedad malinterpretaba como ciencia natural). Trotsky hizo tener en cuenta a Pavlov que el psicoanálisis freudiano era también una psicología materialista, aunque trabajara con “conjeturas” (suposiciones, construcciones) en lugar de experimentos. En la exploración del alma humana -comparable a un pozo profundo- el psicoanálisis forma un complemento de la reflexología.2 Trata de encontrar las fuentes pulsionales psicosomáticas (en su mayoría inconscientes) bajo la superficie de los fenómenos psíquicos, del mismo modo como la investigación de Pavlov busca avanzar desde el fondo de los reflejos somáticos hasta la comprensión de los rendimientos mentales superiores.3  Trotsky trasladó sin la menor dificultad el modelo sociológico de la relación condicional de la “base” económica y la “superestructura” ideológica a la relación de la fisiología y la psicología, es decir, de los fenómenos “inferiores” (simples) a los “superiores” (complejos), y concluyó que la reflexología “abarca” al psicoanálisis como un “caso especial”.

Trotsky trasladó sin la menor dificultad el modelo sociológico de la relación condicional de la “base” económica y la “superestructura” ideológica a la relación de la fisiología y la psicología, es decir, de los fenómenos “inferiores” (simples) a los “superiores” (complejos), y concluyó que la reflexología “abarca” al psicoanálisis como un “caso especial”

De la teoría freudiana, a la que intentó (en vano) reservar un lugar en el sistema científico soviético, continuaba diciendo que era única (“sorprendente”) porque combinaba “el realismo fisiológico con un análisis casi de las bellas letras de los fenómenos psíquicos”4, es decir, la psicosomática con un análisis casi literario. Trotsky mismo era analista literario, veía en la novela, la poesía y el teatro un fondo inagotable para el conocimiento de la sociedad existente y sus alternativas (pasadas y futuras posibles).5

Freud había caracterizado sus grandes historias de casos como novelas ejemplares de la historia de la vida y el arte como la anticipación de una “corrección de la realidad insatisfactoria”.6

Trotsky mismo era analista literario, veía en la novela, la poesía y el teatro un fondo inagotable para el conocimiento de la sociedad existente y sus alternativas (pasadas y futuras posibles)

Trotsky, él mismo un maestro de la detectivesca7, no reconoció su método dialógico de interpretación, es decir, de solución de rompecabezas, como particularidad característica del psicoanálisis (en su uso terapéutico y extraterapéutico).8 En su carta a Pavlov9, lo “literario” figura como representante del método psicoanalítico de interpretación, y en una frase se menciona también la “sublimación” como “tema favorito de la escuela freudiana”, esa peculiar alternativa a los mecanismos de defensa, en la que no se ofrece resistencia contra las excitaciones pulsionales (inconscientes), sino que se modifican las metas pulsionales. “Sublimación” significa transfiguración del deseo pulsional, y este proceso está emparentado con aquel otro que interesaba particularmente a Trotsky bajo el nombre (evitado por Freud) de “inspiración”.

A fin de “adaptar” las ciencias a las nuevas tareas del desarrollo social en la Unión Soviética, había que superar el “aislamiento” de las ciencias en su conjunto y la separación de los “gremios científicos”, es decir, las facultades y las asignaturas individuales.

La importancia que Trotsky concedía a la reflexología en su carta a Pavlov es relativizada en una conferencia que preparó cuatro semanas más tarde (el 23 de noviembre de 1923) para el “Primer Congreso Panruso de Científicos”: A fin de “adaptar” las ciencias a las nuevas tareas del desarrollo social en la Unión Soviética, había que superar el “aislamiento” de las ciencias en su conjunto y la separación de los “gremios científicos”, es decir, las facultades y las asignaturas individuales. “El socialismo necesita todas las ciencias”, también dispone de una ciencia “independiente”, a saber, la del desarrollo social (es decir, el materialismo histórico). Luego Trotsky cita a Pavlov, quien responsabiliza a las “fuerzas oscuras internas” del hombre por la “desgracia actual en el campo de las relaciones interpersonales” (guerras y revoluciones), que deben ser dominadas con la ayuda de la “ciencia natural omnipotente” (a saber, la psicofisiología). “La sociedad [sin embargo] no vive según las leyes de la conexión reflexiva en el organismo del ser humano individual”, comenta Trotsky al respecto, sino según sus propias leyes históricas, que el marxismo investiga, al igual como el darwinismo explora la historia del desarrollo de las plantas y los animales y la reflexología la de la psique. Termina con la indicación del doble carácter de todas las ciencias y técnicas, que, bajo las condiciones sociales (todavía) dadas, siempre pueden ser abusadas para dominar a los hombres (por ejemplo, a través de la “psicotecnología”) y para exterminar a los hombres (a través de la guerra del gas). ◼

 

Notas

1. Cf. “Carta de Trotsky al académico I. P. Pavlov” (fechada el 27/9/1923). Trotsky, Schriften, vol. 4.2 (texto nº 82); en preparación.
2. Las disputas de los “freudomarxistas” soviéticos -como A. R. Luria, V. B. Friedmann o T. K. Rosenthal- con los psicólogos antifreudianos y los ideólogos del partido fueron ciertamente seguidas por Trotsky, pero no las comentó. El ensayo de Wilhelm Reich “Materialismo dialéctico y psicoanálisis”, publicado en 1929 (en ruso y alemán) en la revista Unter dem Banner des Marxismus, probablemente lo conocía, así como su Massenpsychologie des Faschismus (de 1933), también sabía de las actividades Sexpol de él (en el marco del Partido Comunista de Alemania). Cf. la sección sobre Reich y Trotsky en el Cap. V.6. -Evidentemente no tenía conocimiento de las obras de otros freudomarxistas “occidentales”- como Bernfeld, Fenichel, Fromm…
3. En el marco de su conferencia de 1932 dada en Copenhague (en lengua alemana) -una especie de resumen de su gran historia de las revoluciones rusas de 1917- Trotsky volvió (esta vez sin mencionar la reflexología pavloviana) a la metáfora del pozo: “El psicoanálisis, de la mano ingeniosa de Sigmund Freud, levantó la tapa del pozo que poéticamente se llama el ‘alma’ del hombre. ¿Y qué se ha demostrado? Nuestro pensamiento consciente forma sólo una partícula en el trabajo de las fuerzas psíquicas oscuras. Buceadores doctos descienden al fondo del océano para fotografiar peces misteriosos. Al descender al fondo de su propio pozo psíquico, el pensamiento humano debe iluminar las misteriosas fuerzas motrices de la psique y someterlas a la razón y a la voluntad”. Trotsky (1932), p. 26.
4. Como ya se ha mencionado, el “realismo fisiológico” era para Freud -en forma de teoría de la pulsión- el marco (biológico) evidente de su nuevo tipo de psicología y teoría cultural. La aseguración de sus condiciones sociales previas no era de su interés.
5. Trotsky era consciente de que en el proceso histórico de cambio de uno mismo y del mundo, han surgido diferentes maneras de conocimiento del mundo, a saber, intereses de conocimiento opuestos y mutuamente complementarios: el técnico-científico, el hermenéutico-artístico y el ideológico-crítico. [Cf. Habermas (1968) y Apel (1973).] Así pues, defendió el “conocimiento artístico del mundo”, al igual que el conocimiento psicoanalítico, frente al emergente materialismo de la cosmovisión estalinista, cuya estrategia recuerda simultáneamente al neopositivismo floreciente del “Occidente” del “Círculo de Viena”, que también quería expulsar la metafísica y la poesía del templo de la empírica ciencia “unificada”.
6. El “análisis de la creación poética y artística” demostró “que el reino de la fantasía era un ‘cuidado’ que se establecía en la transición dolorosamente sentida del principio de placer al principio de realidad para permitir un sustituto de la satisfacción pulsional de la que se debía prescindir en la vida real.” El artista, al igual que el neurótico, se había retirado de la realidad insatisfactoria a este mundo de fantasía, pero a diferencia del neurótico sabía cómo encontrar el camino de vuelta para salir de él […]. Sus creaciones, las obras de arte, eran satisfacciones de fantasía de deseos inconscientes [...]”, pero “estaban calculadas en la compasión de otras personas, podían animar y satisfacer los mismos deseos inconscientes en ellas.” Freud (1925): Selbstdarstellung. Obras completas, vol. XIV, Frankfurt (Fischer) 1963, p. 90. - “El feliz nunca fantasea, sólo el insatisfecho. Los deseos insatisfechos son las fuerzas motrices de las fantasías, y cada fantasía es un deseo realizado, una corrección de la realidad insatisfactoria.” Freud (1908): “Der Dichter und das Phantasieren.” Obras completas, vol. VII, Frankfurt (Fischer) 1966, p. 216.
7. Pensemos en sus singulares análisis de las farsas judiciales de Moscú de 1936-38 contra los líderes revolucionarios de 1917 y contra la dirigencia del Ejército Rojo. En este contexto, resulta interesante una anotación de su diario (fechado el 13/7/1935) (1983, p. 140): “Leo a Edgar Allan Poe en el original y avanzo, aunque no sin esfuerzo”. Poe fue el inventor de la novela policíaca y uno de los poetólogos clásicos de la era moderna. ‘Analizar’ el efecto significa revelar retrospectivamente cómo se produjo para poder contar por fin su historia de producción y así desmitificarlo. Cf. Dahmer (1988). Trotsky había encontrado asilo en Noruega (cuatro semanas antes de leer a Poe). Los recientes acontecimientos en la Unión Soviética han sido verdaderamente inquietantes y misteriosos: Inmediatamente después del asesinato de Kirov (el 1/12/1934), unas 6.500 personas habían sido ejecutadas; en Moskau und Leningrad wurden fiktive Verschwörungszentren (unter Ägide von ehemaligen Oppositionellen wie Sinowjew und Kamenjew) für den Mord verantwortlich gemacht. Un cuarto de millón de miembros del partido fue expulsado y decenas de miles de “no fiables” o “elementos antisoviéticos” fueron deportados de las zonas fronterizas occidentales a Siberia Occidental y Kazajistán. Éstos fueron los precursores del terror masivo y de las farsas judiciales de los años siguientes.
8. Cf. Bernfeld, S. {1932): “Der Begriff der ‘Deutung’ in der Psychoanalyse” en Bernfeld (2020), Psychoanalyse-Psychologie-Sozialpsychologie. Estudios y contribuciones a las discusiones sobre su teoría y metodología (1913-1941). Obras, vol. 10; Gießen (Psychosozial-Verlag), pp. 251-306. - [1935], “Observación e influencia en el psicoanálisis y la autoobservación”, op. cit., pp. 571-623. - (1941): “The facts of observation in psychoanalysis”, op. cit., pp. 489-506.
9. Primera traducción alemana (con comentario) en Trotsky (2023/24), texto nº 84.

 

Helmut Dahmer, Psicólogo

Temas: 
 
Articulo publicado en
Noviembre / 2024

Ultimas Revistas