El abordaje de las problemáticas psicosomáticas está hoy cada vez más presente en nuestra clínica. Este libro propone un abordaje de estas problemáticas. Aquí publicamos su rica presentación, donde la autora historiza los abordajes psicoanalíticos para llegar a la actualidad.
Este libro tiene una vocación sobre todo didáctica. Busca articular las ideas del Instituto de Psicosomática de París con las problemáticas clínicas en las cuales el sufrimiento del cuerpo prevalece, encubriendo o incluso sustituyendo al sufrimiento psíquico. Los conceptos que aquí exponemos son eminentemente freudianos, algunos de ellos revisados y ajustados a la luz de las singularidades que se revelan en el contacto de los psicoanalistas con los pacientes portadores de patologías orgánicas. Las diferentes figuras de lo traumático y su impacto en la organización psicosomática del paciente constituyen el hilo conductor.
La autora sostiene que “situar el problema de la constitución de la unidad psicosomática a partir del modelo freudiano de la pulsión, ‘concepto límite entre lo psíquico y lo somático’, se me impuso como evidencia. La concepción de energía a adoptar se volcó decididamente en la de energía pulsional.
Ya llevamos más de un año de pandemia y de distintos confinamientos alrededor del mundo. En los inicios de las cuarentenas muchos de los tratamientos continuaron a distancia con diversas tecnologías. Aunque había debates previos sobre esta modalidad de abordaje, la mayoría del mundo psi dejó dichos debates y polémicas bajo el manto de “al menos se pudo continuar”. Lo cual es cierto, para muchísimos pacientes y analistas.
La transformación en los dispositivos psi de este tiempo es la más importante desde sus inicios hace más de un siglo. No se puede avanzar sin poner a trabajar qué implican estos cambios. Es necesario rescatar el pensamiento de su adormecimiento entre las amenazas de subsistencia y el alivio de poder seguir trabajando, como sea. Este libro rescata debates previos y actuales sobre qué implica esta transformación que modifica y modificará nuestros abordajes clínicos.
En los años 90 viví una experiencia inaugural concerniente a la problemática del psicoanálisis fuera de las paredes del consultorio que me va a permitir introducir algunos elementos de reflexión a ese respecto. Yo tenía en análisis una paciente a razón de tres veces por semana en diván, cuyo investimiento transfero-contratransferencial era muy intenso. Se trataba de un caso de neurosis obsesiva clásica, comportando múltiples prácticas rituales, como por ejemplo apagar y volver a encender la luz de la habitación 40, 50 veces o hacer 10, 20 pasos a la izquierda o a la derecha, todo eso en función de la gravedad de sus pensamientos que implicaban a la vida o la muerte de sus padres (o de sus sustitutos) resultantes de los conflictos entre sus deseos y su sentimiento de culpa, a los que buscaba anular con sus actos compulsivos.
El concepto presencia al que denominé presencia comunicacional, consiste en que ambos de la dupla, cuando se comunican, sienten que están allí presentes.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra