Declaración de la Revista Topía sobre el conflicto actual en Salud Mental
Los que hacemos la revista Topía hemos venido denunciando desde hace muchos años los diferentes aspectos del poder médico psiquiátrico representados por diversas organizaciones: la Asociación de Médicos Municipales (AMM), la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) y la Asociación Argentinas de Psiquiatras (AAP). Estas se opusieron desde un primer momento a la Ley Nacional de Salud Mental ya que sus intereses se aúnan al de las grandes empresas de medicina y los laboratorios para mantener la psiquiatrización del campo de Salud Mental. Por eso, sistemáticamente van en contra de la igualdad en los equipos interdisciplinarios y no aceptan que otro profesional del equipo de Salud Mental tenga funciones de jefatura. El proyecto para modificar la reglamentación de la Ley Nacional de Salud Mental conocido en estos días no es sino una escalada más de dicho avance. Escalada acorde con la defensa de la privatización de la Salud en desmedro de la Salud Pública.
La música es una parte de las luchas sociales. Desde ya, no produce revoluciones, pero es un acompañante ineludible. Las marchas y los himnos dan una fuerza que llega a derribar muros, como la conocida historia bíblica de las trompetas de Jericó. Estas siete trompetas construidas con cuernos de carneros que los sacerdotes tocaban incesantemente hicieron desplomar las murallas de dicha ciudad.
A partir del revelado de una foto tomada con mi modesta y fiel cámara, que me acompaña en mis viajes, surgió una revelación sorprendente
Hace muchos años, en los comienzos del 1972, en la cautivante provincia de La Rioja, tuve una repentina visión conmovedora.
Esto ocurrió cuando regresábamos hacia la ciudad, a media tarde, después de visitar el Valle de la Luna, recorrido que atravesaba un panorama desértico con espinillos secos e inclinados por los vientos.
Enrique Carpintero (compilador), Eduardo Grüner, Alejandro Vainer, Hernán Scorofitz, Juan Carlos Volnovich, Juan Duarte, Lev Vygotski y Alexander Luria
Un día cualquiera, hoy por ejemplo, al Negro Fontanarrosa se le ocurrirá morirse. Si, lo hará sin estridencias y con humildad en su Rosario primordial y única, viniendo del Cairo, tratando de tomarse con humor el desplazarse en silla de ruedas desde el bar hacia a su casa. Los vecinos que lo ven pasar no aplicarán ningún manto de piedad sobre su situación actual. Lo aman demasiado como para perdonarle estas flaquezas del cuerpo, la debilidad de su enfermedad, sin duda desean que el Negro dure para siempre. Como hace cualquier hinchada con su ídolo.