1. Todos los años, en nuestro país, alrededor de 500.000 mujeres resuelven la crisis subjetiva provocada por un embarazo que no pudieron evitar y que no están en condiciones objetivas o subjetivas de llevar a término, mediante su interrupción voluntaria. Son los embarazos que llamamos no deseados, involuntarios, inesperados, no planificados, inoportunos, insostenibles. Llamémoslos como los llamemos, la constante es el prefijo “in” o el adverbio “no” que niegan su posibilidad de continuar el proceso que los conduciría hasta ser otra cosa que un embarazo.
Cuerpos sexuados, modalidades deseantes, elección de objetos, descargas pulsionales que exceden, estallan y no se aprisionan en los moldes que el binarismo: femenino – masculino encierra. Prácticas de encarnar el deseo, la pasión y la identidad que requieren ser reconceptualizadas para que las teorías que pretenden describirlas y ayudarlas en sus sufrimientos no las continúen violentando a través de una imposición de sentido psicopatológico que, a diferencia de nuestro imperativo ético que nos obliga a trabajar con el sufrimiento humano, nos deja inermes en nuestra tarea tanto clínica como teórica.
Agradezco la invitación[2] porque me interesa compartir con Uds. algunos debates que considero de actualidad en torno a la subjetividad sexuada y la clínica psicoanalítica.
En ese sentido, agradezco que me permitan acercarles los aportes en los que puede colaborar la articulación entre los Psicoanálisis y los Estudios de género a varios de los desafíos que se nos presenta en la clínica psicoanalítica en la actualidad.
"Un acto de resistencia" por Cheryl Clarke. La afronorteamericana Cheryl Clarke ha sido una editora de Conditions, una revista feminista de Nueva York. Autora de dos libros de poesía: Narratives y Poems in the Tradition of Black Women (Narrativas, Poemas en la tradición de las negras; New York: Kitchen Talbe/Women of Color Press, 1983) y Livian as a Lesbian (Viviendo como lesbiana, Ithaca, NY: Firebrand Books, 1986). Recientemente ha terminado un libro de poemas narrativos titulado, Scarred Rocks (Rocas cicatrizadas). Actualmente es profesora en la Universidad de Rutgers, New Jersey.
El día 1 de julio la revista Topía estuvo presente en el evento organizado por la FALGBT en el salón “Eva Perón” del Senado de la Nación con el fin de apoyar la aprobación de la Ley de matrimonio para personas del mismo sexo. Allí estuvieron presentes investigadores del Conicet, psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras y profesionales de diversas disciplinas e instituciones explicando y argumentando los motivos por los cuales resulta un avance en la salud mental de nuestra sociedad.
El Patriarcado puede ser considerado como un sistema, y en tanto tal, tiende a reestructurarse a través de las mutaciones social-históricas, manteniendo sus características básicas. Esta denominación que proviene del campo histórico, ha sido reflotada por el feminismo académico de la década del ’70 (Firestone, S; 1970; Millett, K; 1975; Delphy, Ch; 1980), para referirse a lo que, más adelante Pierre Bourdieu (1998) caracterizó como “la dominación masculina”.
Ante la imposibilidad e inconveniencia de fijar definiciones específicas, de límites impermeables, fijos, cuando hablamos de identidades sexuales, el libro que compila el Lic. Jorge Raíces Montero Un cuerpo, mil sexos: Intersexualidades de editorial Topía, nos brinda la posibilidad de conocer, o aproximarnos a una comprensión de la problemática social, jurídica y médica en torno a la idea de otras sexualidades que exceden, deconstruyen y deslocalizan el binomio hombre/mujer: las intersexualidades.
La sociedad zapoteca agrega otro rasgo peculiar a su organización dicotómica: no parece existir estigma y marginación social del homosexual que en zapoteco es llamado muxe . Al contrario parece haber una aceptación e integración del muxe en la organización genérica de la sociedad y en el universo cultural étnico poco usuales en nuestra sociedad occidental. Dice Macario Matus, escritor zapoteco: "En Juchitán la homosexualidad se toma como una gracia y una virtud que proviene de la naturaleza" .
En relación a la hipótesis de Freud del origen de la sociedad patriarcal, según la cual los hijos cometen parricidio para apropiarse de las mujeres que el padre sometía bajo su poder absoluto, Gregory Zilboorg[1] considera que “las palabras de Freud se ajustan más a un acto de violación que al asesinato del padre” (...) “el hecho primordial no tiene relación con la paternidad,(...) el acto no surgía del amor o de la anticipación de la paternidad, tampoco de la tierna solicitud...era un asalto...un acto fálico y sádico”. (…) La idea de la familia nació originalmente de la fuerza de la explotación económica,(…) sus esposas asarían su carne y atenderían todas sus demás necesidades”.
Podría pensarse que la familia, en tanto institución social y por tanto histórica, y en tanto red de relaciones sociales estructuradas en torno de un núcleo organizado por el parentesco, se ha convertido en la contemporaneidad en un constructo bio-político por antonomasia. Hay ciertamente pocas figuras que evoquen la perspectiva foucaultiana sobre las modalidades positivas en las que se transfigura el poder de forma tan acabada, y aun ejemplar, como la institución de la familia liberal que hoy nos resulta tan natural. En efecto, la familia no ha sido siempre lo que hoy es.
En los últimos años se habla cada vez con mayor asiduidad de las así llamadas “nuevas sexualidades”, ¿qué se quiere significar con tal denominación?, ¿se trata de cambios profundos en la sexualidad de esta época o sólo de nuevos modos de presentación? Recordemos que ya en 1905, Freud postula en sus “Tres ensayos de teoría sexual” que la pulsión sexual no viene abrochada a ningún objeto adecuado para su satisfacción y que incluso, ni siquiera el interés sexual del hombre por la mujer es algo obvio, sino un problema que requiere esclarecimiento.
¿Hasta dónde el ejercicio de la sexualidad es una elección o un hecho meramente biológico, cultural? ¿Quiénes deciden realmente: nosotros o los cánones económicos y sociopolíticos imperantes?
La diputada Diana Maffía e Irene Meler, psicoanalista especializada en temas de género, responden algunos interrogantes para desentrañar los hilos de una trama tan vasta y tan compleja como lo es la sexualidad contemporánea.
Los criterios de salud mental son ideológicos, en tanto lo que es considerado saludable o patológico se vincula con los usos, costumbres y valores característicos de cada cultura. Por ese motivo he planteado un nexo significativo entre salud mental y reproducción social (Meler, 1994). Este concepto se refiere a la tendencia que existe en las sociedades humanas a reproducir a través de las generaciones, sus ordenamientos prácticos y simbólicos. Por ejemplo, un mismo sujeto puede ser considerado como un héroe guerrero en una sociedad y un psicópata criminal en otra, según sean los intereses que ataque o defienda.
En calidad de mujer –feminista y filósofa– no puedo dejar de asombrarme y hasta de sonreír ante esta suerte de «literatura angelical», que pretende descubrir en la mujer el paradigma de la pureza inmaculada y en la maternidad el emblema de la redención universal. Como lo sugiere en su artículo Jorge Majfud, este tipo de feminismo corre el riesgo de convertirse en una nueva religión secular, condenada al mismo fracaso al cual han sido condenados los grandes relatos modernos: positivistas, marxistas y capitalistas.
La relación entre género y clase es muy compleja, y tomando en cuenta que la teorización sobre masculinidad es relativamente reciente y todavía inestable, es evidente que emprender el análisis de la relación entre masculinidad y clase social es una tarea de una enorme magnitud. En este trabajo me propongo solo esbozar algunas de las posibles relaciones que se pueden abordar en el estudio de la masculinidad y su relación con otras dimensiones de ordenación social, en este caso particular con la clase.
La relectura, esa práctica imposible dado que uno nunca vuelve a un texto: uno siempre va en su búsqueda (y, para colmo, tampoco es uno mismo el que va)…
Los cien años, esa cifra que invita a la reflexión, que incita a la evaluación de una teoría que, basada en la sexualidad, se ha visto permanentemente expuesta a la castración…
Mientras cursaba la escuela secundaria visité por primera vez, junto con una profesora y un grupo de compañeras, el hospicio de mujeres de Lomas de Zamora. En un momento dado, me entretuve hablando con algunas de las internas y, cuando quise volver a reunirme con mi grupo, ellas me señalaron un atajo. Así me encontré atravesando lo que después supe era el pabellón de mujeres que habían estado en situación de prostitución. Me llamó la atención la gran cantidad de mujeres que había en ese pabellón.
La novedad de este trabajo sobre la clínica de personas transgénero nos permite pensar por fuera de la mirada clásica, que las trataría dentro del amplio espectro de las perversiones. El desafío, tal como señala la autora, implica “incluir múltiples perspectivas” en sus abordajes teóricos y clínicos para avanzar en nuestro conocimiento.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra