Artículos escritos por Juan Carlos Volnovich | Topía

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Juan Carlos Volnovich

La vergüenza de no haber sido y el dolor del ya no ser

“En los albores del tercer milenio, la humanidad se despierta, estira las extremidades y se restriega los ojos. Todavía vagan por su mente retazos de alguna pesadilla horrible… La hambruna, la peste y la guerra coparon siempre los primeros puestos de la lista. Generación tras generación, los seres humanos siguieron muriendo por millones a causa del hambre, las epidemias y la violencia. Sin embargo, en los albores del tercer milenio hemos conseguido controlar la hambruna, la peste y la guerra. No necesitamos rezar a ningún dios ni a ningún santo para que nos salve de ellos. Sabemos muy bien lo que es necesario hacer para impedir la hambruna, la peste y la guerra…, y generalmente lo hacemos con éxito. De ahí que, la humanidad puede alzar la mirada y empezar a contemplar nuevos horizontes… en un mundo saludable, próspero y armonioso.”1

El psicoanálisis, ahí, tan anacrónico, tan de otro mundo, tiene hoy en día más vigencia que nunca obligado, como está, a darle respuesta a ese interrogante que lo desafía: ¿por qué los pueblos aman a sus verdugos?

Ese reclamo indoblegable

“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”

Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?

Narcisismo ¿y/o? amor al prójimo

La popularidad adquirida por la transitada afirmación atribuida tanto a Frederick Jameson como a Slavok Zizek - “es más fácil pensar en el fin del mundo que pensar en el fin del Capitalismo”- impone reconocer el fuerte impacto de “verdad” que revela y, al mismo tiempo, la intención que oculta.

Sí. Es posible pensar en el fin del capitalismo. Lo que se hace difícil es imaginar el inicio de un mundo revolucionado, habitado y organizado en base a un sistema diferente al sistema capitalista, sea este socialista o vaya uno a saber cómo se llame.

En una sociedad como la nuestra -dominada por un proyecto de exterminio, consagrada a inmolarse para glorificar el Capital-, el discurso del “Otro” absoluto se inscribe en el inconsciente como deseo de muerte 

Un virus recorre el mundo

El fantasma que nos sobrevuela en su versión más cruel -la muerte en solitario por asfixia- nos sumerge en el desaliento (nunca mejor usado el término) (…) desaliento que va inflando el presente al punto tal que amenaza evaporar hasta el más próximo pasado para terminar bloqueando la posibilidad de avizorar el futuro.

Ese fantasma introducido por el virus, comparte con Hamlet, con el comunismo, la condición de espectro: un fenómeno sobrenatural y paradójico; la visibilidad furtiva e inaprensible de lo invisible o, mejor aún, la invisibilidad de lo vivible. Es el fantasma de la muerte individual y es, también, el fantasma de la extinción de la especie. Si acaso, el fin del mundo. Con todo, la sentencia “es más fácil imaginar el fin del mundo que concebir el fin del capitalismo” (atribuida tanto a Friedrich Jameson como a a Slavoj Zizek) se corresponde con la aceptación cínica de una realidad infinita: el realismo capitalista al que aludió Mark Fisher.

El fantasma que nos sobrevuela no es el virus, es el Sistema que produjo el virus y garantizó su expansión y es el Capitalismo que produjo una humanidad precarizada donde triunfa la pulsión de muerte

Presente continuo

Comenzaré afirmando, sin hesitar, que la Pandemia y el aislamiento han tenido dos consecuencias inmediatas y definitivas: al tiempo que se han encargado de desnudar el amplio grado de indefensión y vulnerabilidad de nuestra existencia, denuncian y descubren las características de un Sistema que, en nombre de maximizar el capital, ha ido destruyendo la naturaleza y ha precarizado hasta el límite las condiciones de vida y muerte de la humanidad.

Esta Pandemia. A veces tengo la impresión de haberme dormido en un mundo y haberme despertado en otro y desde éste, se me hace difícil recrear cómo era ese otro mundo en el que me sentía inmune y poderoso. Cómo era ese mundo en el que los cuerpos circulaban por lugares, por espacios desplegados en un tiempo cronológico. Cómo funcionaban el espacio y el tiempo en esa era pasada, tan próxima y, aún así, tan lejana.

Vivíamos en un mundo donde ya no se trataba de producir a toda velocidad, ya no se trataba de vivir a toda prisa, sino de destruir deprisa

La gran depresión

Intervención de Juan Carlos Volnovich en la presentación de la Revista Topia Abril/2020 (Realizada online a causa de la cuarentena obligatoria)

La Gran Depresión, fue una gran crisis financiera mundial que comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta y principios de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a mayor número de países en el siglo XX. Ha sido utilizada con frecuencia como ejemplo del deterioro de la economía a escala mundial.

No es depresión: es hambre

Lo incompresible por inadmisible

Los adultos, somos como niños tratando de comprender las fuerzas que sostienen el sistema que nos hace y que, muchas veces, quisiéramos ayudar a deshacer.

Somos como niños enfrentados a un mundo cuya organización económica, política y social es tan incomprensible como el equilibrio que lo sostiene.

Creo recordar que fue Jean Piaget quién afirmó que “somos como niños tratando de comprender”… comprender un mundo en el que el desarrollo más increíble de la ciencia y de la técnica -el dominio de la naturaleza en base a la informática, la genética, la robótica- coincide con la falta de seguridad, la ausencia de justicia e igualdad, la desesperanza que se adueña de la infancia y bien pudiera resumir sus condiciones de vida; o, más bien, sus condiciones de muerte.

El hambre es la causa directa del 38% de las muertes de niños menores de 1 año y del 60% de los de 1-4 años

Miguel: la masculinidad normativa como imposición traumática

De Miguel tengo presente el modo decidido de entrar al consultorio, el paso largo y elegante con el que trasponía el umbral. Cuando inició su análisis en 1987, Miguel tenía 36 años y yo 45.

El motivo de la consulta estaba referido al conflicto con las mujeres. No podría decir que Miguel amaba a su ex pareja, más bien, estaba obsesionado con ella. No tenía la menor intención de reconciliarse, pero no toleraba que ella pudiera acercarse a otro hombre. Además, estaba convencido de que las mujeres no lo deseaban.

Inevitable conclusión: deporte de riesgo, desafío al peligro, rivalidad y competencia entre varones, inmolación por la “causa”, toda una lista de estereotipos que convalidan una virilidad tradicional.

Miguel se casó en 1977 con Valeria, cuando ella tenía 31 años y él 26. En 1978 nació Marina. Antes de que Marina cumpliera los 4 años Miguel se separó de Valeria, pero no se divorció. Desde entonces, comenzó a hacer vida de soltero: muy dedicado al trabajo, amigos fiesteros, turismo aventura, mucho deporte de riesgo -“el año pasado tuve un accidente esquiando”-, encuentros amorosos fugaces, escasos, a decir verdad, e intrascendentes. Miguel presidía una empresa metalúrgica y era parte de los negocios familiares: campos, inversiones financieras, hoteles, compañías navieras. Su madre dirigía con mano férrea esos negocios y Valeria era su colaboradora y aliada incondicional. El padre de Miguel, mucho mayor que la madre, había fallecido cuando él tenía 25 años. Hombre de poco carácter y mucho apellido, había dejado una herencia cuantiosa para Miguel -único hijo- y su esposa.

Psicoanálisis: pensamiento crítico en tiempos de la posverdad

Estoy en mi escritorio. La periodista de la revista especializada hace alusión a la comunidad LGTBIQ y me interroga acerca de la intersección entre psicoanálisis y género.

-Hasta ahora los discursos psicoanalíticos sobre las diferencias sexuales han respetado el postulado de la bisexualidad original y fundaron en el interior del cuerpo, o en las ofertas identificatorias y los mandatos externos, el surgimiento de una identidad de género pensada, siempre, en plural masculino y femenino singular.

Pues bien: tal parecería que estamos llegando al fin. Si la característica del género es su construcción -y si un género no es otra cosa que la imaginería instituida e inscripta como efecto de verdad por un discurso de identidad estable y persistente en la superficie de los cuerpos- entonces los géneros no serían ni femeninos, ni masculinos. Serían, si acaso, multiplicidades inconsistentes. Eso que Alain Badiou1 llama verdades transposicionales cuando intenta acercar conceptos que aporten a la construcción de una ontología de lo múltiple.

Si la característica del género es su construcción... entonces los géneros no serían ni femeninos, ni masculinos. Serían, si acaso, multiplicidades inconsistentes

Aníbal Quijano y el pensamiento crítico latinoamericano

Columna

En los tiempos que corren, que bien podrían llamarse la era de las Ciencias Sociales, son sólo cuatro las teorías originales que pueden contabilizarse como aquello que Latinoamérica le ha legado al pensamiento mundial. La Teología de la Liberación. La Pedagogía del Oprimido, la Teoría de la Marginalidad que fractura la Teoría de la Dependencia y, más recientemente, la Perspectiva de la Colonialidad del Poder.

El psicoanálisis en la revolución de octubre

Enrique Carpintero (Compilador), Eduardo Grüner, Alejandro Vainer, Hernán Scorofitz, Juan Carlos Volnovich, Juan Duarte, Lev Vygotski, Alexander Luria

Reseñas y entrevistas:

Extracto publicado en el diario Pagina|12 | Entrevista a Enrique Carpintero en el sitio rebelion.org | Reseña en Prensa Obrera | Reseña en Lobo Suelto 

La historia oficial construyó un relato donde el Psicoanálisis y la Revolución de Octubre fueron por caminos separados. Una Revolución, que supuestamente abjuró del psicoanálisis. Un Psicoanálisis, que siguiendo las instrucciones de Freud, se opuso a cualquier encuentro con el marxismo.

Sin embargo, la historia fue otra. Este libro pone luz sobre aquellos sucesos que fueron enterrados por las hegemonías. Un conjunto de investigaciones ideadas y compiladas por Enrique Carpintero toman distintos tópicos de lo sucedido en el psicoanálisis atravesado por la Revolución de Octubre. Eduardo Grüner recorre los diferentes momentos de la revolución. Concluye con una lectura actual del fracaso revolucionario: “Y bien, el sueño revolucionario podrá ser ´infantil´. Habrá que hacerlo madurar. Pero dejar que se pierda del todo es someterse al Terror naturalizado como cotidianidad inerme. Para volver aún a Benjamin: si eso gana, ni los muertos van a estar a salvo.” Enrique Carpintero detalla el intenso desarrollo del movimiento psicoanalítico en Rusia antes y luego de la Revolución. Afirma como “en la Sociedad Psicoanalítica de Moscú se forma el primer Instituto de Psicoanálisis del país que fue el tercero en el mundo junto al de Viena y Berlín. Su originalidad estaba dada por ser la única institución mundial sostenida financieramente por el Estado ya que se consideraba que el psicoanálisis podía desempeñar un papel importante en la construcción del socialismo.” Alejandro Vainer relata los efectos de la Revolución Rusa en Europa donde rompe con el mito de la historia oficial, cuando dice que el psicoanálisis comenzó exclusivamente como una práctica para señoras burguesas de la Viena victoriana, silenciando la práctica gratuita en los llamados Policlínicos en la década del ´20. Juan Carlos Volnovich en “Sabina Spilrein. Expropiación intelectual en la historia del psicoanálisis” relata la vida de esta psicoanalista que fue la primera mujer que produjo un impacto teórico significativo en la historia del psicoanálisis, quien luego de la Revolución, vivió y trabajó en la Unión Soviética. Hernán Scorofitz plantea como Trotsky comienza a interesarse por la obra freudiana desde los años inmediatos posteriores a la Revolución de 1905 en su exilio vienés. Sin embargo, detalla cómo la devoción de Trotsky con Freud nunca fue un “amor correspondido”. En el Apéndice transcribimos el “Prólogo a la traducción rusa de Más allá del principio del placer de Freud” escrito en 1925 por Lev Vygotski y Alexander Luria. Este texto fue traducido por Juan Duarte, quien en la introducción presenta la importancia de ambos autores.

Falsedad, error y evidencia

Verdad. Mentira. Cambiante estatuto el de la verdad y la mentira para el psicoanálisis. Cambiante, aun, dentro del psicoanálisis para lxs diferentes autorxs. Porque en el análisis, cuando aparece la verdad, cuando esa verdad se revela, lo hace como mentira pretenciosa que solo aspira a ser reconocida como verdadera. De modo tal que en el reino de la mentira deberemos situarnos; dominio de las mentiras que son pretenciosas porque intentan decir lo inefable, porque se construyen con la clara intención de ayudarnos a tolerar la insoportable ausencia de palabras; la intolerable presencia de una verdad sin lenguaje; de una verdad que no tiene nombre. Si la verdad nunca se entrega del todo, nunca se obtiene plenamente, si la verdad es mentirosa; si la mentira siempre es una verdad a medias y algo del inconsciente revela, el par antitético de la verdad no es la mentira. Para el psicoanálisis el par antitético de la verdad y la mentira es el olvido. Y por olvido, aludo a aquello que cae y queda preso de la represión para hacerse visible solo como síntoma individual y social. Pero ocurre que el olvido, como par antitético de la verdad y la mentira, nos conduce irremediablemente a la memoria y, de ahí, al recuerdo, tan falaz, siempre, como la propia mentira.

Si la verdad es mentirosa; si la mentira siempre es una verdad a medias y algo del inconsciente revela, el par antitético de la verdad no es la mentira. Para el psicoanálisis el par antitético de la verdad y la mentira es el olvido

Las máquinas son sociales antes de ser técnicas*

Voy a partir de una experiencia personal:

Decido enviar un mensaje. Abro mi computadora y con solo poner la primera letra del destinatario se me aparece el nombre y la dirección completa. ¿Cómo lo supo? ¿Quién está allí espiándome? ¿Cómo sabe mi computadora antes de que yo lo escriba a quién quiero dirigirme? Peor aún: solo puse una letra y aflora la dirección y el nombre de otros a quienes debía escribirle y lo había olvidado. ¡Gracias por recordármelo! Pero…¿A quién debo agradecer? ¿Quién sabe antes de que yo lo escriba a quién iba a dirigirme, y quién sabe lo que yo he olvidado y debería recordar?

La Última Sesión y el tema del padre

El 27 de Agosto de 2016 se presentó en el Cavern Club el libro La Última Sesión y otros relatos, de César Hazaki. Editorial Topía. A continuación la intervención de Juan Carlos Volnovich

Homenaje a los 110 trabajadores de salud mental desaparecidos

El 24 de marzo de 2016 la revista Topía y el PEF (Psicólogos en Frente de los Graduados de psicología de la UBA) realizaron un homenaje en el Parque de la Memoria a los 30.000 desaparecidos por la dictadura cívico-militar recordando a los 110 trabajadores de la Salud Mental desaparecidos. Hablaron Enrique Carpintero, Juan Carlos Volnovich, Nancy Caro Hollander y Héctor Freire.

Espejos Rotos

Lo vivido y lo representable del sujeto
León Rozitchner
Reimut Reiche
Esther Díaz
Juan Carlos Volnovich
Cristián Sucksdorf (compilador)
Tapa del libro "Espejos Rotos"

Edicion Impresa

$ 18.900,00

Introducción de Cristián Sucksdorf

El sujeto en cuestión

¿Qué es el Hombre? En esta obstinada pregunta Kant veía condensarse las tres cuestiones fundamentales de la filosofía: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me es permitido esperar? La metafísica, la moral y la religión, que respectivamente respondían a cada una de estas cuestiones, dibujarían en su confluencia una antropología: cada una de ellas sería al mismo tiempo una respuesta (aunque parcial) a la pregunta por el ser del “Hombre”. Y se soñó entonces que con esta antropología se había edificado su morada definitiva.

El Inconsciente es nuestra América*

Cuando Freud llegó a los EE.UU invitado por la Clark University en septiembre de 1909, avistó la costa de New York, Estatua de la Libertad incluida, cuando desde la cubierta del “George Washington” profirió ante Jung y Ferenczi su “no saben que les traemos la peste”, mal podía anticipar que el espacio que anhelaba conquistar lo esperaba con el antídoto. La escena, puro mito, vale como punto de partida para lo que fue la difusión ampliada del psicoanálisis en el norte “revuelto y brutal”; un psicoanálisis adaptacionista, “neutral” y “apolítico”.

Presentación de El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser de Enrique Carpintero

El sábado 18 de octubre de 2014 se presentó el libro El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser de Enrique Carpintero. Los presentadores fueron el Dr. Vicente Galli y el Dr. Juan Carlos Volnovich. A continuación se transcriben las exposiciones de los panelistas y el cierre del autor.    

Presentación del libro Tratar la Locura. La Judicialización de la Salud Mental, Daniel Sans, editorial Topía

Esta vez, me toca agradecer por duplicado. Mi sincero reconocimiento va dirigido a Enrique Carpintero --y a quienes integran esta iniciativa maravillosa de Topía-- por haberme honrado con el privilegio de ser Jurado en los Concursos de Ensayo, y aliento, también, una profunda gratitud hacia Daniel Sans por haber solicitado mi participación en este evento. 

 

Sexualidad de consumo

La industria del sexo fue impulsada por los efectos de la globalización capitalista y recibió un espaldarazo definitivo con las nuevas tecnologías

¡Buenas noticias! Llega de visita mi amigo suizo. Le sugiero a Pedro1 que, para aprovechar los días que tiene previsto pasar en Buenos Aires, se procure un teléfono celular: resulta más conveniente comprarse un teléfono celular (bien barato) y activarlo aquí que ampliar el roaming del teléfono que habitualmente usa en Zürich (las llamadas locales que hace en Buenos Aires pasan por Suiza). Y allí va: al negocio de la operadora multinacional de telefonía celular. Frente al mostrador, en el preciso momento en que enciende por primera vez el celular, entran cinco mensajes.

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