Diciembre de 1983. ¡Retorno de la democracia! ¿Retorno? ¡Democracia!
En estas líneas me propongo mesurar un poco el entusiasmo que suscita en muchas personas la fecha de los “festejos” por estas cuatro décadas transcurridas desde el fin de la última dictadura, así como revalorizar el recorrido que como pueblo hemos realizado, ya que cualquier camino de búsqueda por construir otro tipo de sociedad (ese que en un libro reciente he denominado “la larga marcha hacia la emancipación”1), requiere de luchas, de protagonismos masivos, así como del ejercicio crítico de un tipo de pensamiento que pueda dar cuenta tanto de las conquistas obtenidas, de los avances, como de los retrocesos y, sobre todo, del marco en el que se produjeron.
La democracia argentina que comienza en 1983 (y no, entonces, la que se reanuda) es una democracia restringida, “procedimental”, que emerge tras la represión que condenó al silencio y ahogó en sangre el grito de revolución en todo el Cono Sur