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Los suicidios en empresas: nuevo semblante del desamparo

 

 

 “Se viven tiempos donde hay
quienes se matan para no morir”
Igor Caruso
(Psicoanalista Vienes)

 

El interés de este trabajo, surge como una suerte de investigación a raíz del impacto que me produjo, enterarme a través de los periódicos locales, y luego de otras partes del mundo siempre redactados en forma escueta, de la ola de suicidios que aparentemente comenzó en el año 2008 en la empresa France Telecom de Francia llegando en la actualidad en un número de alrededor de 65 empleados y de unas 18 tentativas frustras. En los primeros meses del 2010 se elevaba ya a 14 nuevos casos sin dar a conocer sexo, edad, ni ocupación.
El clima que generó este drama habría comenzado en el año 2006, coincidiendo con la sucesivas crisis económicas y rivalidades entre empresas que determinaron a Telecom implementar un plan macabro de reestructuración denominado Next, a través de un operativo de tipo bélico donde se planteaba que la empresa estaba en guerra y que en toda guerra hay víctimas y que consistía en expulsar lisa y llanamente a 22.000 empleados, sin recurrir al despido legal con indemnización, utilizando para llevarlo a cabo estrategias para generar situaciones agobiantes, como despidos por motivos fútiles, acoso laboral, traslados inmotivados, deslocalización de filiales, desjerarquización , humillación y un trato cruel y sádico con consecuencias previsibles como stress, cuadros psicosomáticos severos, depresión, brotes psicóticos con internación y finalmente suicidios como situación extrema del sufrimientos psíquico (1).
Las reacciones de la empresa sobre todo, de los medios, de políticos y aún de la opinión pública, han intentado minimizar, encubrir, desviar la atención atribuyendo estos desenlaces a contagios de tipo epidémico ( al modo de los suicidios de Guyana) o apelando a los nuevos modelos de la mediatización y medicalización de la existencia, poniendo la causa en problemas psíquicos individuales, encuadrados en el DSMIV con la siguiente utilización de psicofármacos y/o terapias adaptacionistas.
Un alto directivo de la empresa expresó “esto es un drama terrible, sobre el que ignoramos la causa pero que nos afecta a todos”.
Emile Durkheim, afamado sociólogo francés de fines del siglo XIX lamentablemente olvidado, desarrolló a través de su importante obra “El suicidio” conceptos fundamentales sobre este tema afirmando: “los individuos que componen una sociedad obran impulsados por una conciencia colectiva que resume los valores e ideales de su época.
De este modo, continúa, un acto aparentemente espontáneo e individual como el suicidio refleja las características de la sociedad en la que se produce. Cada sociedad tiene en cada momento de su historia una aptitud definida para el suicidio”.
También Durkheim diferencia distintos modelos, el llamado altruista, egoísta, fatalista,  y por último el anómico, que nos concierne, pues se refiere al derrumbe de los sistemas normativos y el de no poder regular las actividades sociales, y que se corresponde con nuestra sociedad ligada al Capitalismo neoliberal de Mercado.
En una obra reciente de Jacques Miller y Eric Laurent denominada “El Otro que no existe y los comités de Ética” se hace alusión a la desaparición de otro garante representado tradicionalmente por la Función Paterna, en declinación, un Estado Benefactor, regulador de la salud, educación, seguridad y de las relaciones laborales, y por último Instituciones en otros tiempos dadoras de coherencia, contención, sentido de la existencia y promotores del Lazo Social.
Todos ellos han colapsado, generando un individuo controlado, automatizado, instrumentizado y sobre todo desubjetivado, arrojado sin intermediarios a un Mercado ávido de beneficios y poder sostenido por los que Freud plantea en “3 Ensayos” como la pulsión de Dominio y apropiación cuyo objetivo es dominar al otro y eventualmente destruirlo y no solo a través de la crueldad, sino al desconocimiento de su existencia.
La Empresa, disco rígido del Mercado desde lo que Hanah Arendt llamó en su obra “Eichmann en Jerusalem”, Banalización del Mal agregaríamos “Banalización del Sufrimiento” se mueve a través de las actitudes que describimos en France Telecom como “Resortes subjetivos de dominación” y que instalan como contraparte “los Resortes subjetivos de consentimiento” de la población laboral donde frente al miedo, a la exclusión se implementan defensa de negación, desplazamiento, proyección, y de ahí a la resignación que explicaría el colapso o la sumisión del sindicalismo tradicional, la falta de movilizaciones colectivas y actitudes solidarias.
En un trabajo fundamental del año 1966, del afamado psicoanalista José Bleger “Psicoanálisis del Encuadre Psiconalítico”, diferencia este Encuadre como una variable que debe permanecer constante en cuanto a horarios, honorarios, espacios, etc. frente al llamado Proceso psicoanalítico que admitiría así todos los cambios y movimientos  inherentes al paciente y a la marcha de la terapia.
El concepto de Encuadre, Bleger lo hace extensivo a las familias, a las Instituciones, a las ideologías, etc. señalando que de esta estabilidad, de este marco, depende el desarrollo del Yo, de la identidad y de la vida en condiciones adecuadas, a través de la inmovilidad de lo que denomina el No-Yo “reliquias de las primitivas relaciones simbióticas y de los aspectos confusionales y psicóticos de la personalidad y que cuando este encuadre, llámese sociedad, empresa, política, se derrumba como lo venimos padeciendo en estos últimos 30 años a partir del Neo-Liberalismo se moviliza el No-Yo y se reinstalan las primeras representaciones de confusión y desamparo como proyección de las vivencias infantiles que fluctuaron entre la satisfacción y la frustración y que reaparecen ante un peligro, inseguridad, incertidumbre cuando lo familiar de una época lejana se ha vuelto siniestro.
Entonces frente a la falta actual de lugar, deseo, representación, se busca a un Otro inhabitable y  que no existe y que Lacan formula como la forclusión de la ley del Padre y sólo se encuentra soledad, espanto, angustia.
Freud en un artículo de 1924 “El problema económico del masoquismo” afirma que el sadismo primordial en ciertas condiciones, puede ser introyectado y se añade al masoquismo original, dando nuevas formas a la pulsión de Muerte y la vuelta contra sí mismo.
Vemos pues, que para el suicida la angustia, el espanto, el terror a la exclusión experimentado en las condiciones laborales antes expuestas no han podido ser tramitadas ni como síntomas, ni como palabras para acceder a un espacio simbólico y finalmente van a ser puestas en Acto tomando al cuerpo como destinatario y a la muerte como destino en un último intento sacrificial de alguien que intenta reclamar su condición de Sujeto.
Consideramos finalmente que el sufrimiento conmovedor de los suicidas de France Telecom, excede los límites de una empresa líder, y de un país central del primer mundo y se inscribe a partir del modelo economicista de la actualidad en una muestra de la mayor vulnerabilidad del sujeto de nuestro tiempo en el contexto de la perversión y el maltrato en el universo laboral.
Al pasar recordamos, una inscripción entre cínica y cruel que coronaba los portales de los campos de exterminio Nazi “EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES”

(1) : Suicides à France Telecom   Confessions d'un directeur général.    de la revista les INROCKUPTIBLES. N°773 del 22 de septiembre 2010

Dr.Luis Nenkies

 
Articulo publicado en
Agosto / 2011

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