La enfermedad causada por SARS-COV-2 afecta desde 2019 a todo el planeta y genera estrés en múltiples ámbitos que influyen en la salud mental. El virus es una amenaza real, con frecuencia amplificada por cierta prensa y enfoques políticos que buscan réditos de modo espurio, así como por falacias que -mezcladas con verdades- se replican en las redes sociales agregando al tema notas agobiantes y sesgos de negatividad.
Las sensaciones de incertidumbre, temor, desconcierto, extrañeza e incapacidad para controlar el entorno son inevitables y confluyen en angustia. Esta compleja emoción conlleva expresiones y repercusiones psíquicas y orgánicas
En la aproximación a los trastornos de personalidad, las perspectivas categoriales conllevan escaso ajuste entre prototipos y pacientes reales, superponen criterios, tienen baja fiabilidad y son poco útiles para diseñar la terapéutica.
Progresivamente se usan más las dimensionales. Permiten definir a un individuo en función de su combinación de rasgos y no de descripciones rígidas, objetivan la continuidad entre trastorno y normalidad, son más acordes a la complejidad clínica y consideran el contexto sociocultural. En esencia, dan cuenta de la realidad con más lógica que las categoriales -que todavía priman- y orientan hacia intervenciones individualizadas con sustento teórico sólido. Coinciden con los postulados de las psicoterapias y flexibilizan el enfoque clínico: importan más la persona y el funcionamiento mental en conjunto -evaluando vulnerabilidades y potencialidades- que el diagnóstico, por contraposición a las clasificaciones rígidas que describen/definen el fenómeno sin profundizar.
Hay cientos de psicoterapias efectivas y se sostiene que lo operativo es el “vínculo”; sin embargo nadie sabe con precisión qué se entiende por tal
El concepto de actuación en psicoanálisis supone un curso de acción impulsivo, con características de descarga, claramente identificable, que repite situaciones infantiles de modo inconsciente y expresa el deseo de forma simbólica y distorsionada.
Surge en la transferencia -eventualmente a efectos de desconocerla-, puede manifestarse fuera o dentro de la terapia e incluso intentar destruirla, funcionando como defensa ante el deseo inconsciente.
El trabajo psicoanalítico es una experiencia transformadora de la subjetividad. Muchas veces los diagnósticos psiquiátricos situacionales, como el hoy clásico “ataque de pánico”, encubren situaciones que sólo son accesibles mediante el dispositivo psicoanalítico. En el siguiente caso la cuestión es cómo a partir de un síntoma de época, el trabajo analítico avanza dando cuenta tanto del motivo de consulta como del despliegue de la historia que se da en la transferencia-contratransferencia.
¿Cómo trabajar en la clínica psicoanalítica el encierro narcisista? Ante esta pregunta abierta sobre una cuestión tan vasta, que ha promovido a su vez intervenciones de lo más diversas, trataremos de circunscribir algunas –pocas- generalidades que operen como referencias posibles con el objeto de establecer una comprensión conjunta sobre el asunto propuesto
Para abordar uno de los puntos centrales de las intervenciones clínicas del analista convocamos a tres psicoanalistas para responder a tres interrogantes sobre la temática.
1-¿Cómo usa la interpretación con pacientes neuróticos?
2-¿Cuál es la diferencia, si la hubiera, en su intervención con pacientes límites o psicóticos?
3-Ejemplique lo anterior con algunas viñetas clínicas.
La interpretación supone evidenciar y hacer llegar al paciente aspectos de sus propios contenidos inconscientes y de las consecuencias que ellos tienen. Contenidos del inconsciente reprimido (si resultan de mecanismos defensivos más avanzados, llevando entonces el sello del conflicto) o del llamado inconsciente escindido si se originan en traumas ontogénicamente arcaicos, signados por la ausencia, el trauma masivo, el terror y los mecanismos primitivos.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra