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¿Cómo inventamos lo que nos mantenía unidos?

Tapa Revista Topía #89 (Agosto/2020) ¿Cómo inventamos lo que nos mantenía unidos?

Artículos en esta edición

Nota de los editores: Contra la psiquiatrizacion y/o la represión en Salud Mental

Revista Topía #90 - Noviembre/2020

Este año tenía que producirse el cierre de los manicomios y su reemplazo por propuestas alternativas (hospitales de día, de noche, casas de medio camino, etc.). Nada de esto ocurrió y la situación en los servicios se agravó con la pandemia. En el número anterior denunciamos la muerte de un paciente del Hospital Borda que fue atacado por una jauría de perros mientras paseaba por los fondos del hospital. Como decíamos, una muestra tremenda de la barbarie en los manicomios. En los últimos días ocurrió otro hecho grave.

La política como producción de comunidad de las potencias

Editorial Revista Topía #90 noviembre/2020

La pandemia no vino para quedarse. Esto que vivimos, algún día para algunos quedará como una historia llena de anécdotas; para otros, la gran mayoría, tendrán una marca de la catástrofe económica o el trauma devastador de la muerte de algún ser querido. Pero la pandemia tiene una característica fundamental: ha corrido el velo de las inequidades del capitalismo tardío. Desde nuestros medios digitales miramos una realidad que antes estaba, pero no queríamos dar cuenta. La desigualdad social estaba enunciada en artículos y libros, pero hoy es una presencia que se ha vuelto obscena. La violencia de género y familiar fue potenciada por el encierro; el teletrabajo se instaló con una gran fuerza impulsando el sometimiento y la explotación; el desmantelamiento de la salud pública pone en evidencia la falta de recursos de los profesionales que es uno de los sectores más afectados por el virus.

Los sectores que defienden el capitalismo deben reinventar una estrategia de dominación. Esto no se va a dar sin conflictos internos de los sectores hegemónicos y con las luchas de los dominados

Los nietos de Freud

Columna

En el número anterior publiqué el texto “A 100 años de Más allá del principio de Placer. La muerte es la compañera del amor; juntos rigen el mundo”. Allí afirmaba que el nieto de Freud con el cual trabajó el famoso juego del Fort-Da había fallecido a los dos años de tuberculosis. Sin embargo, mi amigo Carlos Pérez, al cual agradezco, me advirtió del error: no fue Ernst el que falleció, sino su hermano Heinerle.

Oh que será…

Siete notas sobre los destinos de lo común (imaginando una pospandemia)

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común”, podría decirse que es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desigualación, y construimos un “común”. Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos, entre los cuales también se hallan el espacio, el tiempo, las certidumbres, el futuro, la salud, etc. Se conjuga en acciones, se sostiene en políticas, se decide cada día. Por ello no se saldará únicamente con la vacuna.

Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos

Planeta Cyborg recargado

Entre los eventos económicos ocurridos durante el mes de agosto señalaremos dos: Wall Street ha marcado un nuevo record de operaciones, las empresas que han salido beneficiadas en este ir y venir de ese dinero especulativo son: Microsoft, Apple, Alphabet (Google) y Facebook, según la versión impresa del diario La Nación del 19 de agosto de 2020. Las cinco empresas acaparan el 22 por ciento de ese enorme volumen de dinero. Del mismo diario extraemos dos días después otro significativo dato: “Apple duplicó su capitalización de mercado en poco más de dos años y se convirtió ayer en la primera empresa norteamericana en bolsa de superar un valor de dos billones de dólares (…) Las acciones de Apple subieron aproximadamente un 60% en lo que va del año. (…) Ahora la tecnología se ha convertido en el petróleo del siglo XXI.”1 De acuerdo a esta caracterización es imposible pensar un modelo de negocios que se sostenga por fuera de las plataformas digitales. Son ellas las que crean, organizan y tramitan el e-commerce.

Las empresas tecnológicas han dado el zarpazo final para hacerse del conjunto de la economía mundial. Para ello han recibido la sorprendente e inesperada ayuda del devastador virus

Paranoia y algoritmos

La forma en que las nuevas tecnologías impactan sobre la conducta y la subjetividad no es consecuencia inexorable del progreso técnico, sino que responde a un diseño político y económico. La ciencia ficción nos puso en guardia ante supuestos robots humanoides que se rebelarían contra sus amos; la inteligencia artificial, aunque de modos más sutiles, superó esa fantasía.

Vivimos en una fase histórica en que el capitalismo se ha transformado en un sistema global de vigilancia con poder para manipular a los usuarios y dirigir su conducta

¿En busca del tiempo perdido? o ¿cómo fabricar tiempo?

También podría empezar por otro poema de Gabriel Celaya, “¡A la calle!, que ya es hora de pasearnos a cuerpo”2, pero seguramente sería tildada de irresponsable y anticuarentena. Para luego seguir con “y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo” y sin duda me acusarían de romantizar los efectos de la pandemia.

La pandemia nos confundió, nos soldó en una ilusión de igualdad, al mismo tiempo que puso en evidencia y profundizó la enorme desigualdad en la que vivíamos

El futuro llegó hace rato. “Pospandemia” y educación universitaria

Tuve la oportunidad de publicar “Psicopatología de la vida cotidiana docente”1 durante el mes de mayo en Revista Topía, promediando poco más de un mes del inicio de la virtualidad en la vida universitaria nacional (y prácticamente en todo el mundo) y en pleno desarrollo de la pandemia y el aislamiento obligatorio en nuestro país.

A la hora de avanzar en la virtualidad que “llegó para quedarse”, queda evidenciado que no hay grieta entre decanos y rectores radicales, peronistas y kirchneristas y, menos grieta aún, entre ellos y los organismos financieros extranjeros

Del cine y la fotografía a la poesía

Esa mujer captada de espaldas, en su silencio cotidiano
desde el interior de su cuarto, espacializa la espera,
dilata y proyecta la nostalgia hacia una realidad lejana.
Hacia una suspensión emotiva que prevalece
más allá de los muros de la casa.

Afuera, la arboleda se refleja en el cristal, espejo
que se funde con su rostro enmarcado en la ventana:
el retrato de un severo anuncio que niega
definitivamente un futuro de felicidad.

Navegando la Pandemia

Cuando iniciaron los primeros casos de Covid-19 decidimos suspender los encuentros presenciales y comenzamos esta travesía con la valentía de los que se arrojan a acompañar sin un modelo previo. La experiencia que intento transmitir se da en un espacio de formación donde priorizamos la palabra, lo teórico y también el movimiento, lo expresivo con objetos y máscaras, las escenas, la danza, lo lúdico, la plástica y la escritura.

La modalidad virtual nos confrontó con percepciones recortadas, escenas en la bidimensionalidad, cuerpos del otro lado del vidrio sin olores, temperaturas, vibraciones

Tres preludios sobre la clínica psicoanalítica en la pandemia

Las crisis en los tratamientos

La pandemia que nos atraviesa hizo entrar en crisis a pacientes, analistas y los tratamientos clínicos. La continuación a través de pantallas dio lugar a algunos debates sobre la pertinencia de su uso. Muchos llegan al puerto dilemático entre tecnofóbicos y tecnofílicos. Algunos descreen que algo del psicoanálisis pueda suceder sin el encuentro presencial y otros afirman que se continuó el análisis por otro medio, en una suerte de pontificación sobre un inconsciente que no conoce frontera alguna.

Los forzados tratamientos a distancia muestran una crisis que atraviesa a analistas y pacientes

Tiempos Pandémicos: Tratamientos a distancia. Psicoanálisis, Psicoanalistas y pacientes adolescentes

Contadas con los dedos de una mano, podríamos pensar cuáles han sido las situaciones en que la experiencia analítica, quedó atravesada en su totalidad -analistas y pacientes-, por circunstancias de una coyuntura omnipresente.

Freud, algún caso clínico relatado por Winnicott en el contexto de la guerra (bombardeo de Londres); y en un salto sin escalas para una referencia local, Argentina de fines 2001/2002 son algunas de ellas.

Podríamos pensar en esas situaciones para asemejarlas con el momento actual. Todas y todos intervenidos por una situación que por magnitud y alcance nos enfrenta a un esfuerzo de pensamiento y análisis muy singular.

Nos encontramos de forma repentina con una importante cantidad de novedosa información de los pacientes: acceso a la intimidad de su casa, muchas veces la presencia y o la presentación de hijos y otros familiares que aparecen

Sobre confinamientos y placares. Diversidad sexual y pandemia

Las crisis en los tratamientos

Tener que quedarnos en casa por cierto periodo de tiempo puede hacernos sentir afortunados. Un tiempo para desconectarnos de los deberes cotidianos y disfrutar del ocio y la soledad que abren ese espacio necesario para “estar en barbecho”2, ese limbo sin presiones tan fértil para la creatividad. O también la oportunidad para el encuentro o re-encuentro amoroso en parejas con cierta estabilidad en las que esos tiempos resultan escasos o esquivos. Si bien he tenido la oportunidad de escuchar a algunas personas que han transcurrido los días de aislamiento social preventivo y obligatorio en esta clave, muchas personas, en especial adolescentes, lo han vivido como una imposición insoportable y han tenido que crear diversas estrategias para hacer frente a esta situación no esperada, ni querida y que se fue prologando a lo largo del tiempo, con los consiguientes efectos traumáticos. La ilusión claustrofílica3 de muchos adolescentes si bien en un primer momento se afianzó, devino en claustrofobia, se produjo un divorcio en el maridaje casi perfecto con su Smartphone, el encierro obligado comenzó a provocar sus efectos en la subjetividad. También en muchas parejas que tuvieron que convivir bajo el mismo techo durante veinticuatro horas diarias vienen produciéndose crisis cuando no, separaciones.

¿Cómo ha transcurrido el aislamiento preventivo a causa de la pandemia de adolescentes y jóvenes que no cumplen con los cánones de la cis-heteronormatividad?

Amanda

Miguel Matrajt es un psicoanalista argentino que se formó en la Asociación Psicoanalítica Argentina. Fue integrante de Plataforma y renunció a la APA en noviembre de 1971. También fue Secretario General de la Federación Argentina de Psiquiatras. Tuvo que exiliarse en México donde fue Director fundador de la revista Subjetividad y Cultura. Además de su tarea clínica, se especializó en cuestiones sobre la Salud Mental y el Trabajo. Entre sus libros se destacan Salud mental y trabajo (1986) y La salud mental pública (1992).

La narrativa de las dolencias sonaba como a un jardín elegante que pretendiera disfrazar un cercano bosque indomable. Palabras sin sentimientos son sólo carne de silencio… Pero los psicoanalistas también escuchamos con nuestro cuerpo

El encierro en la pandemia: cómo viven travestis y trans en las cárceles

La pandemia provocada por el Covid-19 dejó al descubierto la precariedad de la población travesti y trans. En distintos artículos fui construyendo cuál es la situación entre la realidad material y los avances legislativos en Argentina. A la vulneración de derechos y la escasa inserción en la salud y el mundo laboral, se le suma que poco importa el relevamiento dentro de las cárceles. Toda la propaganda punitiva de los últimos años demostró que de ninguna manera permite combatir lo que llaman “la inseguridad”, bajo ese mismo discurso se esconden muchos prejuicios y estigmatizaciones.

Respecto a las condiciones de salud el 73% de las detenidas en instituciones bonaerenses padece algún tipo de enfermedad

Historia de la CLU, primera cooperativa social de Europa

1980-Agosto-2020, a 40 años de la muerte de Franco Basaglia

En 1971, el psiquiatra veneciano Franco Basaglia asume la dirección del hospital provincial psiquiátrico de San Giovanni, ubicado en la ciudad de Trieste, al norte de Italia. En ese momento, en el hospital, había más de 1200 personas internadas, organizadas por patologías, sin derechos civiles de ningún tipo y en donde el eje estaba puesto en proteger a la sociedad de los internados/as, anteponiendo la custodia a la atención sanitaria en alguna de sus formas.

Según la concepción basagliana, toda persona que trabaja es un trabajador/a y por ello debía tener los derechos correspondientes a todo trabajador/a. Entonces, en el lugar de la ergoterapia, se implementaron nuevas formas de organización de los usuarios/as

Prácticas de salud mental en la pandemia. Consideraciones sobre la creación y la equidad

Mientras que las medidas de aislamiento preventivo en el escenario de pandemia demarcaron cierta detención, demora en las prácticas sociales habituales, el trabajo en salud, entre otros exceptuados, insiste de modo ininterrumpido, no sin transformaciones que la situación ha conllevado.

La transformación de dispositivos de escucha y circulación de la palabra en distintos ámbitos abrieron la interrogación que fisura la ortodoxia

El destierro

(gauchesco a medio pelo)

Pido atención un momento mi amigue, haga un alto en su faena
necesito la oreja güena que me escuche los pesares,
que nada tienen que ver con el alcohol y los barbijos,
sino con las ganas de cuchillo que le tengo al canalla
que nos ha mandado al destierro infinito.

Obituarios

Desde hace 30 años recordamos a quienes fallecieron y escribieron en nuestra revista. En estos tres últimos meses se han sumado varias pérdidas como en ningún otro momento, en este, el año de la peste.

Ángel Rodrígez Kauth (1941 - 2020)

El mes pasado se fue un amigo. Un grande. Lo conocí hace cuarenta años cuando me invitó a dar un seminario en la U.N.S.L. Luego, a pesar de la distancia, compartimos una amistad donde nos comunicábamos regularmente. Su último e-mail lo recibí unos días antes de que falleciera. Gracias a su insistencia hice mi tesis de doctorado, de la cual fue su director académico. Desde que fundé la revista colaboró con artículos, libros y diferentes propuestas de trabajo. También fue miembro del Consejo de Asesores durante estos 30 años.

Ángel egresó como Profesor de Pedagogía y Psicología de la Universidad Nacional de Cuyo, además fue Licenciado y Doctor en Psicología de la Universidad Nacional de San Luis. Ha sido Profesor Titular de Psicología Social y de Psicología Política. Fue uno de los fundadores de la Psicología Política Latinoamericana. La primera Carrera de Psicología en Argentina, en dictar Psicología Política como asignatura de grado, estuvo bajo su responsabilidad. Durante la dictadura militar de 1976 fue detenido y desaparecido. Cuando lo dejaron libre fue expulsado de la Universidad Nacional de San Luis. Al regresar la democracia le fue devuelto su cargo. Ha sido un gran defensor de los Derechos Humanos y un trabajador inagotable, coherente en su ideología y en su forma de ser. Ha sido Catedrático visitante en los cursos del Doctorado en Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid.

Dar en el blanco: El Dispositivo Pavlovsky para el tratamiento de los consumos problemáticos. Manual de trabajo

Noveduc, 2020. 250 páginas. Federico Pavlovsky (dir.)

Este libro sintetiza un abordaje original de tratamiento ambulatorio de consumos problemáticos de sustancias. Su autor ha conformado un equipo de trabajo y acumula una experiencia donde combina diferentes intervenciones y recursos. También es un conocido autor de Topía, desde varios artículos hasta su primer libro Te tengo bajo mi piel: psiquiatría y salud mental (2011). A continuación transcribimos un fragmento del prólogo de Hugo Lerner.

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