El mes pasado se fue un amigo. Un grande. Lo conocí hace cuarenta años cuando me invitó a dar un seminario en la U.N.S.L. Luego, a pesar de la distancia, compartimos una amistad donde nos comunicábamos regularmente. Su último e-mail lo recibí unos días antes de que falleciera. Gracias a su insistencia hice mi tesis de doctorado, de la cual fue su director académico. Desde que fundé la revista colaboró con artículos, libros y diferentes propuestas de trabajo. También fue miembro del Consejo de Asesores durante estos 30 años.
Ángel egresó como Profesor de Pedagogía y Psicología de la Universidad Nacional de Cuyo, además fue Licenciado y Doctor en Psicología de la Universidad Nacional de San Luis. Ha sido Profesor Titular de Psicología Social y de Psicología Política. Fue uno de los fundadores de la Psicología Política Latinoamericana. La primera Carrera de Psicología en Argentina, en dictar Psicología Política como asignatura de grado, estuvo bajo su responsabilidad. Durante la dictadura militar de 1976 fue detenido y desaparecido. Cuando lo dejaron libre fue expulsado de la Universidad Nacional de San Luis. Al regresar la democracia le fue devuelto su cargo. Ha sido un gran defensor de los Derechos Humanos y un trabajador inagotable, coherente en su ideología y en su forma de ser. Ha sido Catedrático visitante en los cursos del Doctorado en Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid.
Durante más de 20 años dirigió el Proyecto de Investigación «Psicología Política». Fue creador y director de la Revista IDEA de la Facultad de Ciencias Humanas. Ha escrito 50 libros y unas 300 publicaciones sobre Psicología Social y Política. Entre los libros que publicamos en nuestra editorial podemos citar: La Tolerancia -con Mabel Falcón, su esposa durante 50 años- (1996); Elementos de economía para trabajadores de la salud mental (2004); ¿El crimen perfecto?, novela de descarga libre en e-book (2013); 350 días en la maldita Milicia, de descarga libre en e-book (2016). Uno de sus últimos libros que publicamos fue ¿Por qué dios? La necesidad del ateísmo, (2013). En la introducción relata varias circunstancias de su vida en las que, aunque tuvo que pasar situaciones límites, nunca renunció a ser ateo.
Por ello vamos a recordar un párrafo: “Quiero hacer mía para cuando la guadaña comience a andar dando vueltas a mi alrededor la poesía del extraordinario escritor Enrique Santos Discépolo con su tango ´Cómo abrazado a un rencor´: Yo quiero morir conmigo / sin confesión y sin Dios, / crucificao en mis penas / como abrazado a un rencor.
El texto finaliza con una propuesta sobre el derecho a la apostasía. Cómo ateo militante, el dios de Spinoza lo tuvo entre sus discípulos. Lo vamos a extrañar.
Su extensa obra nos permitirá seguir recordando su presencia.
Enrique Carpintero