Pensar el lugar del psicólogo en atención primaria de la salud no es tarea fácil, mucho menos poder llevarlo a la práctica cuando nuestra formación académica está centrada principalmente en el aspecto clínico. Es por esto que cuando somos convocados a trabajar por fuera del espacio del consultorio, aparecen más preguntas que respuestas y nos vemos enfrentados al reto de repensar nuestro lugar allí.
Este relato de experiencia da cuenta del trabajo realizado en el barrio La Rana (San Martín) por las residencias de Medicina General, Psicología y Trabajo Social del Centro de Atención Primaria de la Salud Nº 3 (CAPS 3). Consiste en un diagnóstico de situación con el objetivo de planificar intervenciones que tengan impacto en salud, construir vínculos entre el equipo de salud y las familias que favorezcan la referencia y el acceso al CAPS 3.
Existe en estos momentos a nivel mundial una serie de cuestiones que originan la existencia de nuevos colectivos humanos. Este grupo de ciudadanos precisamente aparece por fuera de la red social formal y sufren una precarización de sus derechos civiles. La existencia de este tipo de masa poblacional se debe, según el catalán: Manuel Castell a tres puntos:
A fines de Noviembre de 2007 presenté, en el Centro de Estudios Canadá – Uruguay; mi postulación a la beca ofrecida por el “Programa de Enriquecimiento Académico” del International Council for Canadian Studies... Introducción: A fines de Noviembre de 2007 presenté, en el Centro de Estudios Canadá – Uruguay; mi postulación a la beca ofrecida por el “Programa de Enriquecimiento Académico” del International Council for Canadian Studies. Se me informa del resultado positivo de mi postulación a fines de Marzo de 2008.
El trabajo en el ámbito comunitario nos sorprende, nos cuestiona, nos obliga a replantearnos nuestro quehacer, nos posibilita una nueva mirada y escucha, dado que en él se genera una complejidad diferente de la que se vive a diario dentro del consultorio. Ocasionándonos, tal como si fuera un caleidoscopio, una multiplicidad de sentidos, de atravesamientos. Ya no solo nos interesa el mundo interno para poder entender al sujeto, con su padecimiento, con sus malestares, ahora debemos atender también el afuera, su entorno, su cotidianeidad.
Es un placer para nosotras, estar compartiendo las peripecias –las nuestras y las de uds.- más allá del consultorio. Recibimos la invitación y ésta nos convocó, en tanto posibilidad de intercambiar experiencias, certezas e incertidumbres. Nos proponemos hacer hincapié en las incertidumbres, porque con ellas comenzamos a transitar los caminos de la salud, el psicoanálisis y la comunidad en interacción.
El Grupo Comunitario de Familias se ofrece como un dispositivo dentro de un enfoque de Atención Primaria y de Promoción de Salud Mental (*). Se define como un espacio abierto, al que pueden acceder familias en las que alguno de sus miembros haya pasado o esté pasando por situaciones relacionadas con el padecimiento mental severo, por ejemplo una internación psiquiátrica. Es condición necesaria para la participación en el mismo que estas personas estén actualmente en tratamiento, dado que el grupo no se presenta como dispositivo terapéutico.
El objetivo de este trabajo es relatar una experiencia clínica singular. El dispositivo ha sido construido “artesanalmente” en función de las particularidades que se nos fueron presentando y que determinaron la necesidad de adecuación del mismo al modo peculiar de hacer lazo de los consultantes. Asimismo sostenemos que la plasticidad del analista respecto de la cultura del grupo en el que ejerce su práctica es clave para que exista una posibilidad de establecimiento de la transferencia que, a su vez, lleve a producir cambios subjetivos y alivio en el sufrimiento psíquico de quienes nos consultan.
"La salud de la persona sana es anterior al tratamiento de la enferma, por eso tan sólo los necios creen que el médico es necesario únicamente en caso de enfermedad declarada "
Maimónides
Desde hace un tiempo que me vengo haciendo esta pregunta,
La historia del Sida nos trajo dos grandes significaciones de la enfermedad. La primera etapa lo caracterizó como una “enfermedad gay - peste rosa” y la segunda como una enfermedad de grupos de “alto riesgo”. En el marco de nuestra investigación, a partir de los resultados de la encuesta y la información obtenida en los talleres, puede afirmarse que la categoría “grupo de riesgo” continúa vigente en el imaginario de los jóvenes de ambas escuelas. Pero, a la significación que imaginariza al sida como una enfermedad debida a la “perversión sexual”, se superpone, a modo de capas geológicas, otro imaginario, el de una enfermedad debida al “exceso sexual”, como eran la sífilis y otras enfermedades venéreas.
De esta forma, vemos cómo el imaginario social produce efectos determinando las significaciones imaginarias que circulan en el universo adolescente.
INTRODUCCION
Que A.P.S. no existe no es quizás hoy ningún descubrimiento de una mente preclara. La estrategia rectora que guía al Sistema Sanitario según el modelo de Alma Ata ha sufrido algo más que una cruel represión y el famoso lema “salud para todos en el año 2000” ha pasado a ser, al decir propio del Secretario de Salud Dr. Lombardo “salud para todos dentro de 2000 años”.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra