“Esta pandemia no es como un gran trueno en un cielo límpido”, nos decía Christophe Dejours en la charla que organizamos a fin de mayo. Por lo contrario, el cielo no estaba ni calmo ni límpido. Había mucha gente enferma y descuidada en todo el mundo. Y la pandemia lo profundizó.
Desde el cierre del último número los confinamientos abarcaron a más de la mitad del mundo. La forma en la cual se han tomado los cuidados de la población muestran los límites del capitalismo actual, que proclama protecciones, pero produce muchos descuidos. Como se suele decir: si se puede prevenir no es un accidente. Y la pandemia no lo ha sido: muestra la fragilidad del sistema social y ecológico. Con todos los desarrollos tecnológicos y científicos un virus ha mostrado el desamparo de los humanos que el sistema actual creía haber superado con el relato de una omnipotencia a la vuelta de la esquina.
El cierre de esta edición coincide con la declaración de pandemia ante el coronavirus. Esta situación llevó a tomar medidas de gran dramatismo: gente aislada en sus casas, ciudades vacías, cierres de fronteras, cancelación de vuelos. El coronavirus aparece interrumpiendo la vida cotidiana. Su resultado es que ante la conciencia de fragilidad del ser humano emerge el miedo; el pánico ante el otro. Esta no es una buena respuesta ante la emergencia sanitaria. Tampoco negar la gravedad del problema. De allí la importancia de un Estado que promueva la solidaridad: me cuido porque de esta manera cuido al otro.
Una parte de esta compleja problemática tiene raíces en las tremendas desigualdades sociales provocadas por el capitalismo que consolidan nuevas inequidades en relación al contagio y la supervivencia frente a la epidemia. Los sistemas privados no están preparados para dar atención al conjunto de la población. Por ello la necesidad de apuntalar un sistema público universal y gratuito. A la par de generar espacios de solidaridad. Espacios de subjetivación donde se tenga en cuenta al otro.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra