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El Abuso Sexual en la infancia y la intervención institucional en la época actual

 

Al abordar el abuso sexual en la infancia en la institución pública se hace necesario poner de manifiesto las características de la época actual como contexto que atraviesa las diferentes instituciones. ¿Cuáles son las características de las instituciones actuales?; ¿qué implicancias tiene la época en el ámbito privado de lo familiar en su paso hacia la instancia pública?; ¿qué efectos de lo legal-institucional en el sujeto?; ¿cómo situar al niño abusado sexualmente en el contexto de la institución?; ¿qué lugar para el psicoanálisis aquí?

El presente trabajo tiene por objetivo reflexionar sobre estos interrogantes a partir de la experiencia obtenida en la labor que desde el año 2009 desempeñamos en una institución pública de nuestro país, dedicada específicamente a la atención de niñas/os, adolescentes y mujeres víctimas de abuso sexual.

La modernidad líquida es la época de la instantaneidad y la individualización ya que todo aquello es consumido individualmente.

Pensar nuestra época

 

En su libro Modernidad Líquida (2000), Zigmund Bauman analiza las características de nuestra época, describiéndola como una modernidad líquida. Para el autorcaída en lo social y en las estructuras familiares de cierta función de regulación, lo que guiaba al sujeto inmerso en los diversos discursos del Otro social, del Otro de la cultura. Una modernidad caracterizada porlo importante es la satisfacción en el mismo instante en que aparece la búsqueda de placer, un tiempo sin lugar para el deseo. No se trata del plus de goce como efecto de pérdida sino más bien como efecto de producción, tal como lo expresa Trobas G. (2009), una tendencia adictiva. Por esto, la modernidad líquida es la época de y la individualización ya que todo aquello es consumido individualmente. Hoy visiblemente el encuentro del sujeto es cada vez más sin posibilidad de lazo al otro, el autoerotismo del encuentro en el goce mismo de la palabra y el cuerpo.

 

 

Incidencia de la época en las instituciones: ¿qué lugar para el sujeto?

 

Lo social actualmente implica la satisfacción individual con el objeto en una ficción de plenitud y completud. Este constituye el principal malestar de la civilización actual.

¿Pueden escucharse en el sujeto los efectos de esta modernidad que a la vez de insertar en el espacio público cuestiones del ámbito más privado, produce nuevos significantes que ingresan a la vida del sujeto según su marca particular de goce, para continuar en su tendencia hacia el goce en producción?

En nuestra experiencia, la institución atravesada por un orden jurídico viene a alojar el malestar y sufrimiento subjetivo de los que asisten por un abuso sexual, “para todos, Uno”. Universalización de lo particular en un significante que nombra al sujeto en ese para todos, que agrega un sentido al sin-sentido de su malestar particular.  

La intervención institucional, abre a su vez la posibilidad de poner freno a lo desmesurado del goce y poder responsabilizar al sujeto en relación a su propio goce.

El asesoramiento legal permite, por ejemplo, en el contexto de la institución pública, indicar qué debería o no debería hacer el sujeto respecto a la problemática que lo convoca; qué responsabilidades, desde el orden jurídico, se ponen en juego para él desde lo particular de su caso; elemento del cual podrá hacer uso el psicoanalista inserto en la misma.

La intervención institucional, abre a su vez la posibilidad de poner freno a lo desmesurado del goce y poder responsabilizar al sujeto en relación a su propio goce, por ejemplo, en casos de incesto, donde la denuncia permite conmover algo del funcionamiento habitual de lo familiar, que funciona en bloque en lo desmesurado de un padecimiento que deja librado al niño a un gran sufrimiento.

La intervención institucional sin lo legal interviniendo, puede plasmarse también en los Talleres Creativos para niños, en tanto dispositivo que posibilita al sujeto a hacer lazo con otros y el grupo de madres de niños y niñas víctimas como modo del sujeto de agruparse con otras personas por experiencias o características similares, o por haber padecido, el mismo sufrimiento, sin un Otro que los convoque más que en este caso, la institución misma. Esto, según Bauman, se da porque “hay mucha más gente que se siente desdichada que gente capaz de identificar y nombrar las causas de su desdicha” (Bauman, Z. 2007, Pg. 72).  Nombrar lo innombrable, dar nombre a lo que sólo se nombra desde lo particular del sujeto, quizá es una de las funciones de la institución en la época.

 

El Abuso Sexual en el contexto institucional.

 

¿Qué tiene para decir el sujeto de manera que el analista inserto en la institución pueda hacer uso del orden de lo jurídico?

Si tomamos al discurso jurídico, puede pensarse en una universalización en tanto se plantea un “para todos”, en este caso, “para todos los abusados sexualmente”, que generaliza sin tener en cuenta lo particular de cada sujeto, anulando así la diferencia.

Si se produce la extracción de la letra, el corte del significante a-b-uso sexual, puede pensarse, desde el psicoanálisis y siguiendo los aportes de P. Lacadeé (1999), que el niño abusado sexualmente queda allí tomado como objeto de uso, de un uso excesivo. Introducir algo de un orden Otro en relación al niño y su posición respecto a lo intrusivo del Otro, implica introducir la posibilidad de una pulsión de vida que procure al sujeto hacer más soportable, más vivible su mundo y su entorno y, en la práctica, esto puede implicar la introducción de un orden no sólo para el niño sino también para el sujeto adulto.

De allí en adelante, quedará al analista la tarea de realizar una lectura sobre qué estatuto para el AS en cada caso particular, ubicándolo del lado del trauma o del lado del traumatismo; qué posición ocupa el sujeto en relación al Otro, para así orientarse en la cura.

​La institución permite nombrar lo real del goce, crear nuevas ficciones, ir a contrapelo de la pulsión mortífera que empuja al sujeto de la época en tanto goce desenfrenado.

 

Efectos de la intervención institucional en el niño abusado sexualmente

 

Podemos diferenciar tres formas en las que la intervención legal-institucional puede tener efectos según cómo se sitúe el AS para el niño; esto teniendo siempre en cuenta lo particular del caso:

 

  • Intervención institucional a partir del AS como traumático para el sujeto. En este caso, y a partir del acontecimiento del AS, se produce la intrusión en la vida del sujeto de algo indecible, algo del orden de lo real que deja al sujeto traumatizado por encontrarse fuera de sentido. La institución viene a funcionar aquí como la que da un sentido al sin-sentido del trauma.

 

  • Intervención institucional a partir del AS como traumatismo. Es lo que puede leerse en los casos en los que algo de la introducción del significante traumatiza al sujeto, una insistencia por la vía del lenguaje, del discurso del Otro. Esta es la vía del traumatismo en tanto el lenguaje mismo es traumático para el sujeto.

 

  • Intervención institucional ante la ausencia de un orden Otro. Cuando la función paterna no se encuentra mediatizada para el niño en tanto ingrese algo de la ley. Entonces la apuesta es posibilitar la entrada de la función paterna, de un orden Otro, valiéndose o sirviéndose de una intervención institucional que posibilite frenar el empuje a la satisfacción introduciendo una falta, un no-todo para el niño y la madre o su entorno familiar.

Apuntar a que el sujeto pueda no sólo reconocer sus derechos, sino su pleno deber ante la situación, es decir que el sujeto pueda responsabilizarse e implicarse en la situación particular del AS de su hijo, insinuar un orden que venga a poner fin a la situación desbordante, evaluar y poner nombre a las acciones que dieron lugar a este exceso, todo esto ya nos habla de una responsabilidad, una implicación a nivel del adulto que consulta en la situación del niño abusado sexualmente permite situar los efectos en la relación de la madre con la situación de su hijo abusado sexualmente.

 

Conclusiones

 

La institución permite nombrar lo real del goce, crear nuevas ficciones, ir a contrapelo de la pulsión mortífera que empuja al sujeto de la época en tanto goce desenfrenado, abriendo la vía del encadenamiento significante como vía del principio de placer y procurando cierta pulsión de vida en el sujeto. La institución como ficción creada por el lenguaje, un mundo de semblantes, permitirá al analista inserto en ella hacer uso de los discursos que la atraviesan. 

Se trata de escuchar en cada caso singular qué posición ocupa el niño en relación al Otro para orientar la cura y para hacer uso de una intervención institucional en tanto posibilidad de introducir un orden Otro allí donde no lo hay, introducir algo de una pulsión de vida que haga más soportable el sufrimiento.

 

Bibliografía:

 

Bauman, Z.(2007): Modernidad Líquida. Ed. Fondo de Cultura Económica, México.

Trobas G. (2009): La pareja fundada en el amor. Emergencias, dominancias y efectos patológicos. Ed. Universitas. Córdoba.

 

Florencia Zarazaga es Psicóloga. Técnica en el equipo de atención interdisciplinaria para víctimas de delitos contra la integridad sexual. Polo de la Mujer. Minist. De Justicia y DDHH. Gob. De la Prov. De Córdoba.

 

Sabrina E. Sosa es Psicóloga.  Técnica en el equipo de atención interdisciplinaria para víctimas de delitos contra la integridad sexual. Polo de la Mujer. Minist. De Justicia y DDHH. Gob. De la Prov. De Córdoba. Colaboradora del Proy. De Investigación “Subjetivaciones y Malestares en el escenario clínico- educativo”. CyT. Facultad de Psicología. UNSL.

Ilustración: Simón Prades. bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 3.0 Unported

 

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Articulo publicado en
Octubre / 2019

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