Introducción
Lo que sigue versa acerca de la cuestión ética en lo referente a la práctica del acompañamiento terapéutico. Dicho acercamiento voy a realizarlo mediante la puntuación de lo que he dado en llamar la serie multiplicidad – irrepetibilidad – imposibilidad. Términos que me propongo sustraer de la deriva semántica habitual para intentar comprometerlos en un sesgo específico de aproximación a la experiencia. Serie justificada por una coherencia ética que legisla abiertamente mi acción. Y para desbaratar toda injerencia presuntuosa que me acuse aquí de “conspiración metafísica”, tomaré una referencia a mi clínica como acompañante terapéutico de donde los efectos de dicha serie podrán tomarse como la calaña de sus incumbencias.