Artículos escritos por Marina Rizzani | Topía

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Marina Rizzani

Acerca de la perspectiva de género, la autopercepción y los procesos de transición en nuestra clínica

Debates abiertos en psicoanálisis y cuestiones de género

El artículo que estamos presentando contiene –entre otras cosas- una multiplicidad de reflexiones sobre un tema complejo, como lo es el acompañamiento clínico en procesos de transición de género. Intenta dar cuenta de las múltiples y contradictorias líneas de abordaje que exige una práctica ética en toda su complejidad. Es un artículo que al mismo tiempo desnuda nuestras propias contradicciones y los rodeos que se producen en un pensamiento en construcción. Es el resultado transitorio de nuestros propios debates, de nuestros desacuerdos, nuestras dudas. Intentamos siempre localizar en la clínica el punto de partida de toda interpelación y al mismo tiempo la prioridad en el esfuerzo de despejarla o atenuar sus posibles efectos paralizantes, perimetrar la interpelación, circunscribir las preguntas -dentro de lo posible- al interior de un terreno fecundo. Nos han nutrido lecturas de múltiples autores, con todos hemos debatido y en todos nos hemos inspirado. Esta es una de las estaciones en el hilo de nuestro trabajo, seguramente no la definitiva, pero si es que algún día creemos arribar a ella, ojalá tengamos la lucidez de volver a considerarla transitoria.

Nos interesa en primer lugar poner en discusión la cuestión de la elección de un/a terapeuta con "perspectiva de género " como atributo específico”.

Contigo a la distancia. La clínica psi en tiempos de pandemia.

Alejandro Vainer (compilador)
Carlos Alberto Barzani
Ricardo Carlino
Enrique Carpintero
Christophe Dejours
Silvia Di Biasi
Silvia Gomel
Eduardo Müller
Marina Rizzani
Diana Tabacof
Susana Toporosi
Martín Vul

Ya llevamos más de un año de pandemia y de distintos confinamientos alrededor del mundo. En los inicios de las cuarentenas muchos de los tratamientos continuaron a distancia con diversas tecnologías. Aunque había debates previos sobre esta modalidad de abordaje, la mayoría del mundo psi dejó dichos debates y polémicas bajo el manto de “al menos se pudo continuar”. Lo cual es cierto, para muchísimos pacientes y analistas.

La transformación en los dispositivos psi de este tiempo es la más importante desde sus inicios hace más de un siglo. No se puede avanzar sin poner a trabajar qué implican estos cambios. Es necesario rescatar el pensamiento de su adormecimiento entre las amenazas de subsistencia y el alivio de poder seguir trabajando, como sea. Este libro rescata debates previos y actuales sobre qué implica esta transformación que modifica y modificará nuestros abordajes clínicos.

Un “buen” miedo en cuarentena

La familia de Axel estaba particularmente preocupada cuando se declaró la cuarentena, ya que la convivencia con el niño solía ser insoportable aún en condiciones normales. Decían “es un chico imposible”.

Un año y medio atrás, cuando tenía 9 años, la escuela a la que concurrió desde jardín maternal, sugirió un cambio de institución debido a los permanentes conflictos con sus maestros y pares.

​No era fácil alojar a estos padres, en cuyo discurso aparecía un “no niño” de 9 años, maleducado y despótico, que parecía no tenerle miedo a nada

La interpretación en el análisis con niños: cuando la palabra no es posible

Este trabajo surge de reflexiones que compartimos las autoras sobre la clínica con niños, en el ámbito de un grupo autogestivo de supervisión.
Quienes trabajamos en el análisis de niños nos vemos enfrentados a ciertos desafíos que requieren de nosotros creatividad en el uso de nuestras herramientas. Más de una vez, los niños de nuestras consultas rechazan los modos habituales de abordaje, nos referimos, por ejemplo, a aquellos niños que no toleran escuchar interpretaciones verbales. Interpretarles dicho rechazo suele producir aún mayor rechazo y puede llevar a un callejón sin salida en el cual el tratamiento se interrumpa.

“Tato” el títere que estuvo en la nada

Conocí a Carlitos en el mes de abril de 2001, llegó cabizbajo y medio escondido detrás de su madre. Tenía entonces 3 años y medio.
A pesar de su corta edad, entró solo al consultorio. Era un niño muy inexpresivo y apagado que parecía vivir en un mundo que no despertaba ningún atractivo para él. Levantaba los juguetes mecánicamente, los colocaba en algún sitio y ahí quedaban. Hacía rodar los autitos pero luego, cuando éstos quedaban fuera de su vista no los buscaba, parecía que ese contacto efímero alcanzaba sólo el momento del encuentro material con el objeto.

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