Artículos escritos por Patricia Porchat | Topía

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Patricia Porchat

Cuerpo, género y el otro: la clínica del exceso en el contexto virtual

El año 2020, inicio de la pandemia de Covid-19, se convirtió en un marcador en la historia de la humanidad. Durante dos años, vivimos la mayor parte del tiempo entre la angustia, el miedo y el aburrimiento, confinados en nuestras casas y organizando nuestras vidas a través de la tecnología, considerando, por supuesto, a aquellos que pudieron disfrutar de este privilegio. Al final de este periodo, nos sorprendimos al recibir en nuestra clínica a pacientes que permanecieron y aún permanecen sumergidos de manera casi absoluta en el aislamiento social y en el mundo virtual. Algunos no van a la escuela y, si van, no establecen relaciones. No les gusta bañarse, no les gusta su cuerpo ni alguna parte de él, no les gusta ver su rostro en el espejo ni escuchar su voz. Algunos jóvenes incluso extendieron el uso de la mascarilla en situaciones sociales mucho tiempo después del fin del confinamiento.

Los ejemplos que guían los desarrollos de este artículo provienen de pacientes jóvenes, entre 12 y 23 años, que recibimos en nuestra práctica de extensión universitaria que atiende a adolescentes trans y no binarios.

Elementos para reflexionar acerca del trabajo psicoanalítico con familias que “salen del armario”

Nuevas configuraciones familiares ocupan la escena de quienes trabajan con parejas, niños y adolescentes en el mundo occidental contemporáneo. La familia recompuesta a partir de la separación de cada uno de los miembros de la nueva pareja, con los hijos del primer matrimonio de cada uno, tal vez fue la primera de una serie. Tenemos la familia homoparental, familias que apelan a diferentes formas de procreación, proporcionando al niño una madre genética, una madre “de vientre”, un padre “donante” de esperma. Entre tantas otras, podemos ahora introducir una más: la familia en la que uno de los miembros de la pareja es transexual. De hecho, aparentemente, la estructura familiar tradicional no se altera tanto. Tenemos dos adultos y niños. Si los adultos son del mismo género, tendríamos una semejanza con la familia en la que la pareja es homosexual. La diferencia entre esta última y la familia con personas transexuales es que el cambio de género en uno de los miembros genera situaciones inusitadas: por ejemplo, un padre puede quedar embarazado, la madre puede ser un hombre, el padre que antes era hombre ahora se convirtió en mujer. En fin, cambios de género que arrojan nuevos desafíos a nuestra comprensión y a nuestra práctica.

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