María, partió de Oruro y llegó al suburbio bonaerense, teniendo apenas cuatro años. Era la más pequeña de su mundo familiar y pueblerino.  Lucía trenzas y faldas largas, y la rodeaba la pobreza, así como una tenaz ambición de progreso.
Entonces y ahora, mujeres laboriosas guisan, lavan,  planchan y sueñan.
Los hombres, desalentados, violentos y borrachos a veces, cuando no logran volver a su casa con dinero, mitigan este vacío con sexo desenfrenado.