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Este es el listado de notas de los blogs

POESÍA GAY II*

               

Don Juan, no tengo por bueno

Que te quiera un fraile tanto,

Que eres muy lindo y él no santo,

Y te dará algún barreno.

Mucho mi suerte condeno,

Pues quiere que en celos pene

De un italiano que tiene

A tu beldad por despojo;

Que al fin le llenaste el ojo,

Y temo que te le llene.

 

                        (Anónimo del Siglo de Oro Español)

      

El ídolo y la señal de la cruz

(Televisión, deporte y religión)

“¿El deporte es sinónimo de salud? Mentira. Una hipocresía. El deporte profesional no es sano, no es limpio y, como todo trabajo, estropea el cuerpo, la salud” [1] y [2].

Este artículo se publicó en revista Def-ghi, Nº 4, pp. X-X.

 

La imagen deportiva

 

El Hain

Un mito que contradice el dogma paterno

Este artículo se pregunta sobre uno de los pilares de la teoría psicoanalítica: las ideas que Freud despliega en Tótem y Tabú. Allí fundamenta a la organización social como consecuencia del asesinato del padre de la horda. De esa alianza fraterna que acomete el parricidio Freud hilvana el inicio del sistema patriarcal, el sentimiento de culpa, el tabú del incesto y la manera en que se establece la exogamia. Para Freud los descubrimientos que hallaban, tanto él como los primeros y apasionados psicoanalistas, en sus pacientes le daba pie a las ideas del capítulo: “El retorno del totemismo en la infancia”.

Dicha articulación dio pie a innumerables desarrollos que han ayudado a sostener la cuestión del padre a nivel de un dogma incuestionable. Ante la gravedad que esta imposición dogmática impuso, e insiste en que se repita sin cuestionamientos, anima este artículo una pregunta: ¿Existe alguna posibilidad de encontrar en Argentina alguna cultura cuyos rastros permitan poner en cuestión esa hipótesis de Sigmund Freud, es decir, que muestre otra explicación de cómo se estableció el patriarcado?

Nos alienta el haber dado con una cultura que nos da otra versión de cómo y por qué se organizó el patriarcado, la misma ha dejado un mito que cuenta que no hubo parricidio, sino asesinato masivo de mujeres.

 

El hombre y sus circunstancias

Cuando llegó a la consulta se propuso ser franco, su formación como médico le indicaba que debía ofrecer una versión consistente, organizada y, de alguna manera, científica de su padecimiento. Al psicoanalista que lo entrevistaría no lo conocía, había llegado a él como parte de una insistente búsqueda, necesitaba desesperadamente encontrar a alguien en quien confiar. En las previas entrevistas no le había ido bien, por diversas razones cada consulta terminaba en una desazón que lo iba desganando, dejando en estado de astenia.

CESAR HAZAKI Y EL SEXTING

Abordaje crítico de su texto, Salvador Dalí mediante…

 

 

Por Eduardo Botero Toro

Psicoanalista

 

Sexting

  “Porque ese cielo azul que todos vemos, ni es cielo ni es azul, lástima grande que no sea verdad tanta belleza”.

Lupercio Leonardo de Argenzola (1559-1613)  

 

Desnudo provocador 

El peligro acecha

Adela y Aurora, hermanas, ambas octogenarias, viven en un amplio departamento del segundo piso de uno de los antiguos edificios que quedan en el barrio del Abasto.

Lo estrenaron sus abuelos, allá por 1910, y ellas tienen como misión fundamental en la vida garantizar que la única descendiente directa herede los valores familiares representados por este hogar con todos sus objetos.

EL PUNGA

Juan, los 20 años, la barba candado, las zapatillas de marca, la gorrita con visera, el conurbano bonaerense, el mediodía, el barro, la feria, las baratijas, los puestos, la mercadería de segunda, la muchedumbre, el tumulto, la mujer morena, el hombre tatuado, los pibes, la pelota, los perros, la tierra, el barro, la mugre, el frío, el viento, la mano, la limosna, los vendedores, los panchos, la cerveza, el olor a frito, las palomas, las voces, los gritos, las risas, los altoparlantes, la cumbia, la sonrisa desdentada, el cartel, la virgen de Luján, el vendedor, el cliente, la charla, los s

LA BARRITA DE LA CUADRA

Hace ya muchos años, en el barrio de floresta, la barrita de la cuadra estaba integrada por Pancho, Vaguito, Tati, el mono, Roli y el gordo. Tenían entre 10 y 12 años y eran vecinos de toda la vida. Algunos compartían además los estudios primarios, y otros sólo las travesuras diarias en las calles del barrio. De vez en cuando se los veía trepar el muro que daba al patio de los Garrone, donde ya eran especialistas en robar ciruelas. Verlos a todos juntos con las gomeras cazando pajaritos, o en la canchita al lado de la plaza, jugando incansablemente a la pelota, era cosa de todos los días.

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