Para comprender la real dimensión antropológica de la fiesta, y el lugar que ocupa ésta en nuestros días, como así también reflexionar sobre qué significa, que en estos casi treinta años, todavía no haya sido derogado el decreto de 1976, por el cual la genocida dictadura militar sacó el carnaval (“la fiesta popular por excelencia”) del “almanaque de los argentinos”, es necesario rastrear algunas consideraciones previas y esenciales sobre la misma. Desde las fiestas herméticas y misteriosas de la antigüedad, pasando por las populares, cómico-grotescas e irreverentes de la Edad Media y el Renacimiento, a las “no tan festivas” modernas y actuales; recreadas y registradas a lo largo de la historia de la pintura y el cine, el más masivo y popular de todas las artes.
A modo de apretada síntesis:
El erotismo literario - entendido como la exaltación del goce sensual hasta el punto de excitar el instinto voluptuoso de los lectores- incluye tal variedad de estilos, tonos, motivaciones, y tantas poéticas como el total de la literatura en su conjunto. No es solamente y "puramente comercial" como suele creerse. Muchas grandes obras de la literatura erótica costaron prisión, tormento y hasta la muerte a los autores.
En su libro Vida y muerte de la imagen (Historia de la mirada en Occidente), Régis Debray divide la historia del arte en tres edades de la mirada: “nuestra mirada fue mágica antes de ser artística. Y en la actualidad se está haciendo económica”.
Bill Gates definió a Internet con una frase publicitaria brillante:}
Dijo que es la calle comercial más larga del mundo. Yo diría
que es una calle llena de burdeles y sex shops, porque cuando
uno mira su composición se da cuenta de que el segmento más
abundante del comercio electrónico es comercio pornográfico.
Un fenómeno que no tiene equivalente en los mercados tradicionales,
como las industrias editoriales o el cine.*
Crisis-Revolución / Pintura-Cine En la historia del arte, los términos “nuevo” y “viejo”, están relacionados a los de “crisis” y “revolución”, “vanguardia” y “tradición”, “ruptura” y “clasicismo”. Y todos estos a la cuestión problemática de la memoria y el olvido, el pasado y el presente.
En el arte, lo que no es crisis es revolución. Dicha afirmación explicaría en parte el proceso del arte contemporáneo y del mundo de hoy:la oscilación que va de la crisis a la revolución.
NUDOS Y LABERINTO
Para reflexionar sobre el “nuevo” cine argentino, habría que articular el presente con el pasado, para poder así proyectarlo hacia el porvenir. Tener en cuenta de hecho la década del 80 y del 90. Y dentro de este marco temporal convendría también invertir los términos de la relación clásica entre cine e historia.
Algunas cuestiones generales:
Dada la importancia que tiene la mano que sujeta la cámara, el ojo y el cerebro que la dirigen, convendría más bien hablar de ciertos cineastas no sólo como artistas sino también como historiadores y políticos. De modo que todo acontecimiento no llega al espectador sino después de pasar por un “filtro” cinematográfico, un determinado montaje.
PODER Y DELIRIO
A través de una mirada cinematográfica que tenga en cuenta, no sólo el análisis horizontal y lineal de un solo film, sino también la sucesión vertical de algunos films del cine alemán comprendidos entre 1913 y 1933, se podrán detectar las marcas, indicios o sospechas sobre la futura concentración del poder , que comportan “delirios” y consecuencias trágicas padecidas y que aún padecemos.
En el libro de Carlo Ginzburg sobre el método empleado por el historiador de arte Giovanni Morelli, se hace mención de cómo surgió a finales del siglo XIX en el ámbito de las ciencias humanas un nuevo paradigma, al que no se ha prestado aún la atención y el interés que se merece. Se refiere al denominado paradigma indiciario, que en la práctica se ha empleado ampliamente, aunque no se ha teorizado y reflexionado en profundidad.
CONCEBIR LO INCONCEBIBLE:
En estos “autos sacramentales argentinos”, que se suceden a lo largo del último libro publicado de Zito Lema “Lengua Sucia” (escenas de poder, servidumbres y muertes), la verdad de los cuerpos que el lenguaje disfraza se torna teatro de la crueldad como clausura de la representación.
Una destrucción o una nueva manifestación de la negatividad que a pesar de todo no es el símbolo de un vacío ausente. Este teatro “poético” de Zito Lema, en realidad afirma, produce la afirmación misma de la vida en su rigor pleno y necesario.
Para el hombre ”sagrado”, en oposición al hombre “profano”, la Naturaleza -y sus manifestaciones- nunca es exclusivamente “natural”: está cargada de un valor religioso. Y esto tiene su explicación, puesto que el Cosmos es una creación divina: salido de las manos o el aliento de Dios, el Mundo queda impregnado de sacralidad. Este se presenta de tal manera que, al contemplarlo, el hombre “sagrado” descubre los múltiples modos del Ser. Ante todo, el mundo existe, está ahí, tiene una estructura: no es un Caos, sino un Cosmos; por tanto, se impone como creación, como una obra divina.
El 22 de febrero se cumplieron cien años del nacimiento del director aragonés, cuya obra cinematográfica dinamitó y dinamizó cierto orden y retórica visual burguesa existente, atravesando todas las tormentas culturales del siglo XX. Hoy después de diecisiete años de su desaparición física, todavía recordamos a ese hombre inaccesible, desconcertante, irreductible, que con su habilidad artística, supo moverse con libertad casi absoluta en los márgenes de un sistema cinematográfico capitalista cada vez más cerrado y homogéneo.
Voy a comenzar con una cita muy antigua que me parece insuperable, rescatada por Beatriz Sarlo en un artículo periodístico publicado hace tiempo, y que fue el “botón de arranque” de la presente reflexión:
“Entonces, la hermana dulcemente separó el sexo de su hermano dormido, y lo comió. Le dio, en cambio, su dulce corazón, su íntimo y rojo corazón.”
En la conferencia dictada en Buenos, en junio de 1994, realizada en el teatro Coliseo por U. Eco, llamada “UN AUTOR Y SUS INTERPRETES”, el escritor italiano, plantea algunas cuestiones importantes en cuanto a la interpretación de la obra de arte. Por ejemplo, que un artista no debe proporcionar interpretaciones de su propia obra.” Una obra es una máquina concebida para producir interpretaciones, y cuando la obra está ahí, al autor debe callar”. Un texto es un producto cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio mecanismo generativo.
Más que un “inventario de calamidades” de este milenio, que de hecho fue el más “genocida” de la historia de la humanidad, mi idea en este artículo es la de reflexionar brevemente sobre la cuestión de la mirada, como rasgo distintivo, y como acumulación de “memorias para el futuro”.
Desde aquella versión de la obra de Émile Zola que en 1902 hiciera Ferdinand Zecca para su film Víctimas del alcohol, o desde la adaptación teatralizada de la novela de Julio Verne Veinte mil leguas de viaje submarino efectuada por “el mago” George Mélies en 1907, pasando por David Griffith y Sergei Eisenstein (momento en el que el cine-invento mecánico de los Hnos. Lumiére corta las amarras con su pasado teatral, pictórico y literario) hasta las más actuales absorciones de distintas disciplinas hechas por el cine, se ha recorrido más de un siglo.
I- EL VIAJE
A partir del momento en que se supo, realmente, que la tierra era redonda, el viaje dejó de existir pues, obviamente en un círculo, abandonar un punto ya implica empezar a acercarse a él. Lo lineal adquiere una extraña curvatura, donde los polos son sólo una ficción, y lo circular es la monotonía. Comienza “el turismo”.
Si el mundo occidental vivió desde la década del 70 crisis y regresiones socioeconómicas generalizas, también los países del llamado"socialismo real", desde China a Polonia, vivieron tiempos difíciles y pródigos en conflictos. En la Unión Soviética, la lucha de los disidentes en favor del reconocimiento de derechos civiles recrudeció , como recrudeció también la represión estatal, de la que fue muestra, en el ámbito del cine,el reconocido director armenio Sergei Paradjanov, liberado en l977, tras haber sido acusado de homosexualidad, o la retención de películas por la censura.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra