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El collar del amo

 

En Australia se encuentra uno de los laboratorios donde Microsoft investiga y produce tecnología de punta. Para ese tipo de trabajo muchos de sus especialistas son reclutados en Inglaterra, India y Argentina, la razón es que se reconoce que en estos países existe la mejor mano de obra calificada para desarrollar software de alta complejidad.

El dueño del imperio de la computación ha sido hasta hace muy poco Bill Gates. En una dudosa operación, característica de estos niveles de negocios, el empresario declara haber dado un paso al costado para dedicarse a la filantropía.

A quien ingresa en la sucursal australina de Microsoft como empleado se le introduce en su tobillo, en forma subcutánea, un receptor y transmisor de señales del tamaño de un grano de arroz. Como es evidente es necesaria una pequeña intervención quirúrgica para que no exista manera de quitárselo en forma voluntaria. Tampoco de anular sus efectos.

El objetivo del sensor es seguir los movimientos del empleado dentro de la empresa, es decir un dispositivo de control por el cual se sabe siempre donde esta quien lo lleva dentro de si. Las razones dadas por la empresa para introducirse en el cuerpo de sus empleados, avasallando todos los derechos laborales y personales, es que en el laboratorio se produce tecnología sofistica y de punta, ergo: urge extremar las medidas de seguridad para evitar la fuga de la información.

De esta forma se recicla el antiguo collar del amo de la época del tráfico de esclavos. Su objetivo: evitar el robo informático que podrían realizar espías industriales contratados por empresas competidoras o estados interesados en apoderarse de programas que no están a su alcance y que la compañía, por razones políticas o estratégicas, no aceptaría vendérselos. Microsoft sabe de esto dado que ha sido acusada de realizar este tipo de operaciones en el pasado.

Te han operado

 

El sofistica adminículo es capturado y seguido por los múltiples ojos electrónicos instalados dentro de toda la organización. Como consecuencia ellos dan cuenta, todo el tiempo, de los lugares por los que transita el empleado y, sobre todo, qué hace en cada lugar que se detiene. Si ocurriese alguna fuga informática el dispositivo detectaría quién o quiénes fueron los que estuvieron por allí.

Existe la palabra del holding empresario sobre el sentido y el cómo funciona la célula informática dentro del cuerpo del empleado: la misma solo se activa en presencia de los ojos electrónicos que están dentro de Microsoft y su uso corresponde a la seguridad de la empresa pero no al control del sujeto que lo lleva. Nadie en su sano juicio puede asegurar que tamaña demostración de poder y control social no se ocupe del resto de la vida del trabajador.

Concretamente es un enigma saber qué hace ese aparato durante las largas horas del día qen que el hombre no está en la empresa, así su vida personal, conyugal, sus diversiones, lo que dice en su casa está en peligro de ser controlado y vigilado. No es ingenuo pensar que la semillita sea la avanzada del proyecto de un Gran Hermano para vigilar la vida completa de todo ser humano. Digamos que el dispositivo es seguramente un granuja mayor de lo dice la empresa que es. No es difícil señalar que “la razón de empresa” esto es su seguridad, es muy similar a la razón de estado: se debe velar por ella para garantizar el trabajo y la seguridad de todos.

 

Vigilar: hoy, mañana… siempre

Esta manera de hacer del espionaje la forma ideal de prevención y control social hace prevalecer la seguridad por encima de la libertad y la dignidad de las personas. Es que la empresa o el estado están en estado de guerra, ya organizándola y haciendo negocios con ella. Para eso es necesario ir produciendo la idea de que todos somos potenciales culpables.

Es así que esa guerra se aproxima al análisis de M. foucalutl sobre la época en que el castigo era público y el crimen un acto de reto al soberano: “Era el efecto, en los ritos punitivos, de determinada mecánica del poder: de un poder que no sólo no disimula que se ejerce directamente sobre los cuerpos, sino que se exalta y se refuerza con sus manifestaciones físicas, de un poder que se afirma como poder armado, y cuyas funciones de orden, en todo caso, no están enteramente separadas de las funciones de la guerra; de un poder que se vale delas reglas y la obligaciones como de vínculos personales cuya ruptura constituye una ofensa y pide un acto de venganza, de un poder para el cual la desobediencia es un acto de hostilidad, un comienzo de sublevación, que no es en su principio muy diferente de la guerra civil; de un poder que no tiene que demostrar por qué aplica sus leyes, sino quienes son sus enemigos y qué desencadenamiento de fuerza los amenaza” (1)

Esta descripción es de una actualidad excepcionalpor eso se debe remarcar que el hombre que acepta ser inoculado con la “semilla de la seguridad empresarial”, anterior a la incorporación del mismo ya tiene dentro de sí perdida la batalla: el adminículo no es más que un avance del nivel del sometimiento al sistema imperante de los sujetos adaptados a él. Aun así es operado en forma preventiva para impedir el acto de sublevación, de transgresión o reto.

Como ya lo había demostrado la historieta El Eternauta la dominación completa por la doble vía que va del inconciente al cuerpo y Este a la obediencia al pedido del amo. Estamos en presencia de un acto que desde siempre desvelo a los poderosos: realizar el control absoluto y completo de cada ser humano. Evitar la emancipación desde antes que ésta pueda aparecer, Leon Rozitchner nos da una acabada comprensión de cómo funciona la lógica del poder: “El derecho resulta del ejercicio previo de la fuerza y de la dominación, es decir de la guerra y se prolonga en la ley. Ya Marx había señalado también que “la guerra se ha desarrollado antes que la paz”. Es el vencedor. Luego de la lucha y el triunfo, quien plantea la existencia del derecho como otra forma, ordenada y regulada, de prolongar la dominación que alcanzó al vencer (…) y si el vencido tiene conciencia y voluntad esta paz será sólo, por su capacidad de resistencia, la de una tregua”. (2)

 

Rebelión de bajas calorías:

 

Como se comprenderá todo esto se hace bajo el velo de una campaña publicitaria enorme, que incluye actos públicos y actos secretos celosamente guardados como el que aquí comentamos. Podemos decir que fue brillante dentro de la lucha tecnológica de punta en computación presentar a Microsoft como la empresa en la que se podía ir en zapatillas y jean, es decir trataba de identificar juventud e informalidad con libertad.

Dos puntas tenía en la lucha empresarial tal propaganda: A) Comparar a Microsoft, liberal, juvenil e informal con el pesado elefante, rígido y anacrónico, de Xerox. B) También las empresas ajaponesas estaban en la mira de esta campaña debido al crecimiento que por aquél entonces realizaba Japón.

Microsoft era el jean y las zapatillas: un espejo para el mundo de los jóvenes que veían que al trabajo se le podía sacar el aco y la corbata, ergo se proponía que se sumaran a una rebeldía de bajas calorías.

Así los empleados de Microsoft de Australia han pasado de la ingenua rebelión de bajas calorías a ser la avanzada del sometimiento a tiempo completo, vistan como vistan. Cobren el dinero que cobren.

 

Gran Hermano filantrópico:

 

La ifnoracion de prensa que circuló por todo el mundo dice que Hill Gates se retiró de su empresa para dedicarse a la filantropía, una buena estrategia para intentar demostrar que los nuevos millonarios no son glotones, ni avaros. Hay algunos de ellos que dicen ser ecologistas, cuando en realidad se apropian de los recursos naturales que escasearán en no mucho tiempo.

En el caso del Hermano Bill y su esposa se han presentado como benefactores de la humanidad, en especial para paliar la terrible hambruna la expansión del sida en África. Es decir que en su empresa se vuelve a encadenar a los empleados, en una esclavitud de nuevo tipo que logra la apropiación del cuerpo del trabajador, mientras él y su mujer se transforman en un acto meiatico en los blancos buenos que ayudan a los pobres negros.

 

César Hazaki
Psicoanalista

cesar.hazaki [at] topia.com.ar

 

Notas:

 

(1)   Foucault, Michael: Vigilar y castigar. Siglo veintiuno editores, México, 1986.

(2)   Rozitchner, Leon: Perón: entre la sangre y el tiempo. Lo inconciente y la política. Tomo 1. Catálogos, Buenos Aires, 1998.

 

 

Articulo publicado en
Noviembre / 2006

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