He decicido contar este caso en el que estoy involucrado y que aun está en pleno desarrollo.
Tiene características de la situación actual. La pandemia infuencia nuestras vidas en lo cotidiano e inevitablemente también nuestra práctica como psicoanalistas y psicoterapeutas.
Como está tan “cerca” me cuesta camuflar lo necesario para que no sea reconocible, aprovecho que estoy en Suiza para esta publicación.
Cuando hablamos por teléfono, la médica amiga me confió que el “caso” no era fácil de entender. Ella había controlado todo lo posible, sin encontrar un diagnóstico. Físicamente Felipe está sano. Los padres quisieron presentarlo al hospital univeritario, estaba allí internado, pero tampoco allí se encontró una causa somática.
Cuando hablamos por teléfono la médica amiga me confió que el “caso” no era fácil de entender. Ella había controlado todo lo posible, sin encontrar un diagnóstico