La palabra “poder” viene del latín vulgar posere que deriva de “posse, potis”, que a su vez viene de una raíz indoeuropea poti (amo, dueño), que en griego dio posis, esposo. De poti derivan tanto las palabras latinas “posse, potis” (poder, potestad, déspota) como “Potens, potentis” (potente, potencia, potencial). En francés, pouvoir, no solamente es un sustantivo, sino también el verbo “ser capaz de”, lo mismo que en castellano. En inglés, la palabra “poder” se traduce como power, que también significa “potencia”, lo que indica una capacidad. En alemán, la palabra para designar “poder” es macht, cuya raíz es machen, que significa “hacer”.
En su libro Sobre el poder, el filósofo coreano Byung-Chul Han postula que “En relación con el concepto de ‘poder’ sigue reinando un caos teórico.” Y dice “El poder se asocia tanto con la libertad como con la coerción.” Y propone “Hay que hallar un concepto dinámico del poder.”
Michel Foucault ve al poder como “una compleja situación estratégica en una determinada sociedad.”1
Tomando al poder como potencia, es la acumulación de capacidades y habilidades lo que le da poder al sujeto