La Ley N° 26.743 -mejor conocida como la Ley de Identidad de Género- fue sancionada en 2012. Se trata de una ley modelo y una de las más progresivas a nivel internacional, debido a que no patologiza a las identidades. Sin embargo, en materia de salud, la realidad material de las personas travestis y trans en el país dista mucho de ser ideal. Es por ello que en este artículo intento abordar y ejemplificar la desigualdad social que aún tiene esta población.
Es clara la evidencia del grado de falta de políticas públicas cuando se siguen usando censos y encuestas que datan de más de cinco años atrás
Frente al acontecer de lo contemporáneo se hace factible la aceptación y visibilización de lo que muchos consideran “nuevas” o “modernas” presentaciones identitarias. Estas formas de autopercepción nada tienen que ver con lo nuevo o lo moderno, las mismas se dan en el interjuego contextual que va posibilitando que determinados sectores de la sociedad, denominados históricamente como minorías, vayan teniendo un reconocimiento social que se corre del modelo hegemónico heteronormado que ha oprimido todo lo que esté por fuera de la norma de manera sistemática y cultural a través de los tiempos.
Alan -un joven de 18 años asignado como varón al momento de su nacimiento- se presenta a la consulta pidiendo comenzar una psicoterapia: “tengo la duda de si soy transexual1, a veces siento que me incomoda mi cuerpo.”(...) “Hace dos años hice tratamiento, pero no pude ir más por problemas de horario.” En aquel momento refiere haber trabajado su independencia y su autonomía, pero que tuvo que interrumpir porque su madre se enfermó de un cuadro de demencia presenil y no podía quedarse sola, así que la cuidaban entre él, el padre y su abuela.
Desde una perspectiva psicoanalítica la identidad es efecto de la identificación que es el mecanismo fundante y estructurante de nuestro psiquismo
Desde el comienzo de mi práctica como analista he tenido la oportunidad de acompañar y analizar personas trans. Digo acompañar, no solo desde la clínica sino también desde espacios políticos y sociales. Como analista y como persona, participo de la vida social de la comunidad donde desarrollo mi práctica, sin por ello perder neutralidad analítica. Quiero decir que tengo una posición ética y política que atraviesa mi ejercicio. Aporto desde mi lugar para el avance y respeto de los derechos de las personas trans, como así también de otras poblaciones que han sido vulneradas y discriminadas históricamente. De esta manera, también, soy testigo de las conquistas de derechos de la comunidad trans y una de ellas, en particular, el derecho a la identidad de género (Ley 26.743) ha impactado en la clínica que desarrollo. Ante lo cual, no son pocas las consultas que en principio se presentan como pedidos de acompañamiento a procesos de reasignación y luego de las entrevistas preliminares han derivado en la posibilidad o la apertura de análisis.
Su pregunta no giraba en torno a ¿quién soy? sino en relación con el modo de estar siendo con ese cuerpo
DOSSIER: El derecho a la Salud
Tom Máscolo / Hernán Scorofitz / Allen Frances / Héctor Freire / Laura Ormando / César Hazaki / Alejandro Vainer / Marcelo Rodríguez
Área corporal: Gimnasia Consciente y Arte. Leandro Dibarboure
TOPÍA EN LA CLÍNICA:
Rafael Sibils / Ariel Wainer / Ricardo Silva / Carlos Alberto Barzani / Susana de la Sovera
Dar en el blanco: Cuerpos Internados, Poesía Libre. Darío Cavacini
Contratapa Nota de los editores: El Moyano es un manicomio