Esta es una carta personal a Topía, subjetiva, nada científica; ¡gracias por aceptar esta forma de responder a la invitación de escribir algo sobre LA PANDEMIA EN SUIZA, mi país natal! Aquí vivo ahora una mitad del año, la otra mitad estoy desde hace 40 años viviendo en Costa Rica y América Central, parte también en Uruguay, realizando mis proyectos profesionales como psicoanalista, sobre todo con psicodrama. Mi corazón está también en ambos mundos, a veces atormentado y a veces feliz en esta doble vida, batiendo para EL SUR de cualquier manera.
El abismo entre el mundo POBRE y el RICO, nunca estaba tan dividido como ahora: el VIRUS no tiene fronteras, la VACUNA sí lo tiene
Desde donde yo puedo verlo, el abismo entre el mundo POBRE y el RICO, nunca estaba tan dividido como ahora: el VIRUS no tiene fronteras, la VACUNA sí lo tiene. De modo criminal y perverso veo como aquí en Suiza se botan vacunas porque están vencidas, o la gente no quiere vacunarse, mientras que en Centroamérica faltan; es igual con la comida y la calidad de vida. Aquí sobran posibilidades y materiales, allá en América Central aumenta la pobreza, el hambre, la violencia y la desesperación. Aquí la gente se aburre o entra en pleito en la discusión si vacunarse o no, mientras al otro lado la clase media trata de irse a los EEUU para vacunarse allá, la gente pobre espera, espera, espera. El negocio que se desarrolla alrededor de la pandemia enriquece aquí sobre todo a la industria química, y toda la economía nacional crece y se levanta. Gran parte de la población suiza -en lugar de viajar al extranjero- gastan su dinero en el turismo nacional, donde una noche en un cuarto doble de un hotel medianamente bueno cuesta mínimo 180 francos (USD 200).
El turismo en Costa Rica colapsó, hoteles y restaurantes pequeños no pueden sobrevivir y cerraron para siempre; la gente que conoce el mundo digital busca algún trabajo en el sector IT, en los Call Centers. ¡Las/los que no tienen computadoras e Internet, están excluidas/os!
Las empresas norteamericanas y transnacionales llevan la riqueza del país fuera; bananos, ananás, café, carne, flores; la ganancia de la UNITED FRUIT COMPANY no bajó durante la pandemia, dado que tiene los privilegios negociados en el pasado con la alianza de gobiernos entregados a la súper potencia y casi no paga impuestos; tampoco las empresas coreanas en la zona franca.
Es decir, también en la “Suiza centroamericana” hay un mundo rico y un mundo pobre, quienes sufren son la población humilde y la clase media, que se pauperiza.
Aquí en Suiza cualquier obrero que pierde su trabajo tiene el derecho a recibir su salario durante dos años, aunque no trabaja; nada más tiene que presentarse regularmente; ¡algunos lo hacen en su propio auto! Las empresas pequeñas recibieron del gobierno durante más de un año durante la pandemia una recompensa por su pérdida de ingreso, y por lo tanto, la mayor parte pudo mantenerse y abre ahora de nuevo.
En Suiza el trabajo pesado y sucio: construcción, servicios de aguas negras, basura, servicio doméstico y gastronómico etc. lo hacen personas del “tercer mundo” de piel oscura
En Costa Rica hubo un modesto aporte del gobierno como ayuda social para las pequeñas empresas durante el lockdown (3 meses) como PRÉSTAMO, no regalado; es decir, “después” tendrán que devolver este dinero, aparte de los impuestos. ¿Cuándo habrá un “DESPUÉS”? ¡Volverá la normalidad de antes, que siempre fue una lucha de clases en Costa Rica, mientras en Suiza la gente se ríe cuando yo hablo de la lucha de clases y de imperialismo, me consideran una dinosauria del 68!
En Suiza el trabajo pesado y sucio: construcción, servicios de aguas negras, basura, servicio doméstico y gastronómico etc. lo hacen personas del “tercer mundo” de piel oscura, los/las suizos/as blancas/os son empleados/as especializadas/os, intelectuales, maestras/os y ganan un mínimo de 5.000 francos; es una sociedad de apartheid en el campo laboral, como en la mayor parte de los países europeos, con el trasfondo colonialista.
La violencia contra las mujeres y niñas/os aumentó tanto en Costa Rica, que los femicidios durante la pandemia lamentablemente ya cuentan el doble que años anteriores, y también aumentan los suicidios de jóvenes
Costa Rica es un estado con buenas leyes laborales y de seguro social que invierte en la educación y en el sistema de salud, gracias a que se abolió en 1948 el ejército, que suele ser el mayor gasto del presupuesto nacional; y considerando la miseria en los otros países centroamericanos, el salario mínimo de USD 400 es alto. Se dice: pero en Suiza los alquileres y el costo de la vida son mucho más caros, es cierto, pero no tanto; ahora la canasta básica en Costa Rica y los impuestos para la población humilde son tan altos, que muchas familias no saben de qué vivir, aunque habrá múltiples personas en una familia que buscan trabajo para aportar algo.
La violencia contra las mujeres y niñas/os aumentó tanto en Costa Rica, que los femicidios durante la pandemia lamentablemente ya cuentan el doble que años anteriores, y también aumentan los suicidios de jóvenes; mientras que en Suiza por fin se habla más de los problemas psicológicos, y se establecen centros de psicoterapias, pagados por el Estado; se invierte en la prevención. Ahora el gobierno suizo considera a nivel nacional que los test de covid tendrán que ser pagados, hasta ahora son gratuitos; la reacción de mucha gente es indignación y protesta, pero no quieren vacunarse.
Es decir, en los países pobres la frustración, la desesperación, la agresión no tiene otra canalización que el “acting out”, sea de matar a otra persona, casi siempre mujeres y niñas o suicidarse a sí mismo/a. “NO HAY FUTURO”, es el mensaje de la pandemia, excepto para los ricos y quienes se salven gracias a familiares, amistades, redes sociales que les ayudan. En Costa Rica el gobierno se llama PAC (Partido Acción Ciudadana) y quería ser socialdemócrata de izquierda; sin embargo, nunca ni cuestionó la deuda externa ni la situación de impuestos para las empresas y personas multimillonarias, y se mueve durante la pandemia hacia la derecha, cortando derechos sociales y aumentando los costos de la vida de la clase trabajadora. SOMOS “EL TRASERO DE LOS ESTADOS UNIDOS”, la doctrina Monroe se quiere lograr utilizando la catástrofe del VIRUS por sus afines políticos.
En Suiza se puede defender la soberanía y la diversidad socio-cultural en los 26 cantones, gracias a la riqueza del país. Un suizo “normal” que no es politizado piensa que esta riqueza nos pertenece porque somos un pueblo muy trabajador, honesto, los políticos no corruptos, y que hemos ganado la gallina de oro gracias a nuestros propios esfuerzos. No quieren saber nada de la complicidad durante la etapa de colonización europea de los continentes desde el este al oeste, Latinoamérica incluida; ¡ni piensan acerca del porqué los Bancos suizos constituyen uno de los centros del capital financiero mundial, aparte que den la posibilidad del secreto de Banco, el anonimato de las cuentas de personas que depositan millones de dólares, un capital que muchas veces es robado a los pueblos, también suponemos -entre otros- por los dictadores latinoamericanos! Excepto una minoría de personas de izquierda y una juventud implicada en la lucha contra el CAOS CLIMÁTICO, que son una oposición al salvaje capitalismo y consumismo, no hay una oposición mayor a la mentira de la “neutralidad” de Suiza. ¡En la última votación popular al respecto de la compra de 36 aviones ultra modernos de guerra de los Estados Unidos, la oposición perdimos! Igualmente, Suiza compra drones de Israel a un precio altísimo.
El síntoma del abismo y la continua explotación del colonialismo actual son los miles de refugiadas/os, que piden asilo político en Suiza, y solamente pocas/os lo logran. Cómo definir una persona “REFUGIAD” es una discusión actual; ¿Quién tiene derecho a quedarse en Suiza? Como si la explotación económica, las guerras (que son una perversa industria financiera) y la búsqueda de la hegemonía mundial por los países imperialistas; la pobreza y miseria, el hambre y la desesperación no fueran razones suficientes para exigir asilo político. ES EL FLASHBACK DE LA COLONIZACIÓN lo que vive Europa, incluyendo a Suiza.
En estos días que escribo mis reflexiones, la Suiza quería expulsar a 180 personas de Afganistán, ¡declarando que allá no había guerra!, ¿No había peligro para ellas/os? No es humor negro, más bien es macabro y vergonzoso para la Suiza humanitaria que ahora solamente, porque el presidente Biden manda otros 3000 soldados de los EEUU a Afganistán para salvar a su personal de las embajadas en Kabul, acepta las 180 personas como refugiadas/os y toda Europa siente el peligro de los Talibanes.
Mientras que Suiza vive una situación casi normal de verano, abrió los locales, permite las fiestas y levanta prácticamente todas las reglas que impone la pandemia, a pesar que la nueva “ola” Delta contagia otra vez más gente, confía en los buenos servicios de salud y el dinero que hay en las cajas de seguro social; en la “Suiza centroamericana” colapsan los hospitales, falta personal de salud, hay decenas de miles de desempleadas/os que no encuentran trabajo, excepto si son jóvenes que conocen bien el mundo virtual.
La línea aérea EDELWEISS de Suiza tiene otra vez 3 vuelos semanales directos de Zúrich a San José, todos ocupados; los suizos pueden volar al paraíso tropical para vacacionar, mientras que la Suiza de Centroamérica se hunde tristemente hacia un país “subdesarrollado”, como sus vecinos. Ojalá hubiera una parte buena en este proceso catastrófico, que sería la consciencia de una mayor unión y la mirada hacia Centroamérica, y no como “ideal” de una Suiza inalcanzable.
Recientemente participé en el festival de cine en Locarno (ciudad en el cantón Ticino), un evento anual que logró realizarse después de la interrupción por la pandemia. De las muchas películas hubo algunas muy comprometidas, sobretodo del Medio Oriente, de Asia y de África; el próximo año prometen retomar Latinoamérica. Durante el Foro con la delegada de ACNUR, que fue invitada como huésped de honor, para hablar del problema de los/las refugiados/as y la situación de cientos de miles de personas que buscan el camino hacia Europa, la coordinadora de la discusión preguntó a Gillian Triggs: ¿Qué piensa usted, por qué salen estas personas de sus países y toman todos los riesgos de perder la vida en el largo camino? Yo pensé irritada, que solamente una persona suiza puede preguntar esto, que no tiene idea de la miseria del mundo pobre, ocupado y en guerras. Poca gente asistió a este Foro, pero por lo menos fue una discusión más allá del consumismo de películas, tocamos la realidad y la problemática política, cultural y social. Una compañera de una ONG habló de la lucha de los Saharauris, yo tematicé la situación de Palestina ocupada, en especial de Gaza, y se desarrolló una discusión comprometida que creó nuevos contactos enfocando la resistencia.
Por último, quiero hablar de mis sentimientos: ¿Dónde me siento mejor: aquí o allá? ¿Si tengo el privilegio de vivir en ambos mundos donde tengo mi casita y mi gente querida, donde está mi corazón?
Mientras que escucho la gente hablando en Costa Rica, las veo con risas y alegrías, a pesar de la pandemia que les golpea fuerte; me causa vergüenza y rabia ver que, en Suiza, con tanta riqueza y privilegios, se oyen más quejas y lamentos que allá. No se dan cuenta de su historia, ni de las razones de su riqueza, solamente temen tener que compartir con extranjeras/os este privilegio. La derecha crece, en toda Europa, aumenta la violencia contra personas y lugares de refugiados, el miedo al covid instrumentalizado perversamente por sectores del gobierno en un falso nombre de la salud, pone en lugar de solidaridad y empatía los sentimientos de odio y rechazo. Otro/a que quiere entrar. Dicen: ¡Solamente causan problemas, ahora traen el virus! Pero en la cancha de futbol la selección nacional de Suiza cuenta con más de la mitad de jugadores con orígenes de países de África y del Oeste; bienvenidos entonces, si aportan la gloria (¡y dinero!) a la Suiza, no importa el color de la piel ni la historia del hombre! ¡La subjetividad no existe, solamente el objeto de valor!
Nuestra esperanza es la fuerza de la resistencia en los pueblos del SUR, blancos, indígenas, mujeres y hombres; y la lucha internacional solidaria que nos une y no conoce fronteras
Mi escrito habla de mi enojo, de la injusticia, de la impotencia y mi propia desesperación, ¿QUÉ HACER?
Es increíble pensar, que gran actualidad tienen las palabras del CHE GUEVARA durante su visita a Suiza cuando habló en 1964 durante la reunión de la UNCTAD - ONU en Ginebra (se puede escuchar la conferencia en youtube, vale la pena). Después de la conferencia él respondió a compañeras/os de la izquierda suiza quienes le preguntaban: ¿qué podemos hacer aquí en Suiza? El CHE dijo: ¡Aquí es la cabeza del MONSTRUO, busquen como destruirlo!
Un mensaje claro, pero ¿CÓMO? Parece que este monstruo tiene muchas cabezas, y el capitalismo encuentra siempre nuevas soluciones de conflictos y está lejos de destruirse a sí mismo. Sin embargo, nuestra esperanza es la fuerza de la resistencia en los pueblos del SUR, blancos, indígenas, mujeres y hombres; y la lucha internacional solidaria que nos une y no conoce fronteras. En fin: en ambas suizas y muchos más países del SUR y del NORTE hay compañeras y compañeros que formamos puentes sobre los abismos, damos importancia a la memoria colectiva y el trabajo psicoanalítico y psicosocial, y porque compartimos nuestra utopía de un mundo mejor, con justicia social para todas y todos, sin exclusión.
Úrsula Hauser Grieco
Psicoanalista y Psicodramatista
ursonio [at] hotmail.com