Este tema es muy delicado, porque en nuestra cultura occidental es temido y negado. La muerte es considerada sólo un accidente inesperado que es necesario ocultar. Pero sin embargo es la que condiciona toda la vida, la creatividad, el arte, todo lo que hace soportable la circunstancia ineludible de la finitud.
Los duelos son un tema frecuente en la vida y en la clínica psicoanalítica. Desde el clásico Duelo y Melancolía de 1915, la conceptualización y la consecuente forma de trabajo con los duelos implican un problema teórico y clínico. Para ello consultamos a tres psicoanalistas para que respondan tres preguntas sobre el tema.
1- ¿Cómo conceptualiza Ud. el dolor y el duelo?
2- ¿Cómo diferencia clínicamente el duelo normal y el duelo patológico?
3- ¿Cómo trabaja clínicamente con los duelos en el tratamiento psicoanalítico? Puede ejemplificar con alguna situación clínica.
Gladys pidió tratamiento psicológico. Tiene 34 años, estatura baja, gordita, ojos brillantes y sonrisa atractiva. Habla con fluidez y sin pausas, ansiosamente describe situaciones y vivencias detalladas, generando un clima de mucha demanda. Refirió angustia, sensaciones de ahogo, dificultades para dormir con ideas de muerte inminente. Planteó deseos de pareja y de una segunda maternidad.
Continuando con lo trabajado en el número anterior (las interrupciones en el análisis) en este número nos concentramos en una situación particular que se puede producir en el tratamiento psicoanalítico: la Reacción Terapéutica Negativa.Para ello consultamos a tres psicoanalistas para trabajar el tema.
SEGUNDAS JORNADAS PROVINCIALES DE ACTUALIZACIÓN EN ADOLESCENCIA"SUBJETIVIDAD ADOLESCENTE, ESCENARIOS ACTUALES
DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS EN EDUCACIÓN, JUSTICIA Y SALUD"
GUALEGUAY – ENTRE RIOS
El objetivo de este trabajo es relatar una experiencia clínica singular. El dispositivo ha sido construido “artesanalmente” en función de las particularidades que se nos fueron presentando y que determinaron la necesidad de adecuación del mismo al modo peculiar de hacer lazo de los consultantes. Asimismo sostenemos que la plasticidad del analista respecto de la cultura del grupo en el que ejerce su práctica es clave para que exista una posibilidad de establecimiento de la transferencia que, a su vez, lleve a producir cambios subjetivos y alivio en el sufrimiento psíquico de quienes nos consultan.
Soy Alejandro Vainer. Voy a coordinar este taller sobre Nuevos Dispositivos Psicoanalíticos en Instituciones Públicas, Grupo intergeneracional en un Servicio de Adolescencia en un Hospital Público.
El 150º aniversario del nacimiento de Freud nos convoca a pensar en los cambios de la clínica psicoanalítica en este nuevo siglo. Para ello convocamos a tres psicoanalistas con tres preguntas sobre el trabajo clínico psicoanalítico hoy.
Este trabajo surge de reflexiones que compartimos las autoras sobre la clínica con niños, en el ámbito de un grupo autogestivo de supervisión.
Quienes trabajamos en el análisis de niños nos vemos enfrentados a ciertos desafíos que requieren de nosotros creatividad en el uso de nuestras herramientas. Más de una vez, los niños de nuestras consultas rechazan los modos habituales de abordaje, nos referimos, por ejemplo, a aquellos niños que no toleran escuchar interpretaciones verbales. Interpretarles dicho rechazo suele producir aún mayor rechazo y puede llevar a un callejón sin salida en el cual el tratamiento se interrumpa.
Gran parte de las adolescentes que llegan a la consulta por los llamados cuadros de trastornos alimentarios (anorexia, bulimia o combinados), que siempre incluye la enorme insatisfacción con su imagen corporal, están afectadas por problemáticas de violencia graves, dentro del ámbito familiar, silenciadas o encubiertas. Lo oculto y latente se hace manifiesto en algún momento del vínculo terapéutico con ellas.
… tales son algunos de los términos que se utilizan para designar un campo de problemáticas sumamente heterogéneo. Distinguirlos, no se trata de una simple exquisitez lingüística, sino que la forma de nominar la temática y a los sujetos que sufren un problema relacionado con el uso de drogas nos habla más de quien emite el enunciado, que del enunciado mismo.
“Ayer volvía de trabajar oyendo la radio. En el largo camino de la vuelta a casa escuché como atacaban Bagdad. Oí el relato de los periodistas. Imaginé los bombarderos. Escuché el ruido de las bombas. Mi corazón se encogía por momentos. Al llegar a casa pude ver las orillas del mítico Tigris ardiendo por la locura de los dictadores y la insensatez de los iluminados salvadores del mundo. Se ensombreció mi ánimo y recordé a Cesar Vallejo”
La invitación a participar con una Conferencia en un reciente Coloquio realizado sobre la obra de Jean Laplanche determinó en mí una exigencia: repensar y compartir las reflexiones que uno va haciendo sobre las transformaciones impresas a su propia práctica.
El objetivo de este trabajo es arrojar luz sobre algunos dispositivos, en gran parte sutiles, que sostienen el rechazo, la condena y/o la patologización de la homosexualidad y sus posibles efectos en la subjetividad de las personas homosexuales e indagar la presencia de la homofobia en la clínica psicoanalítica actual2. La relevancia de nuestro recorrido está justificada en el análisis de tres situaciones:
a. bibliografía que aún sigue considerando la homosexualidad como una patología;
b. psicoanalistas que realizamos nuestra práctica en esta sociedad y en este momento histórico, internalizando la homofobia social, con los consecuentes efectos sobre nuestras prácticas;
c. sujetos cuya elección de objeto es homosexual y, por diversos motivos, demandan un psicoanálisis.
No se puede pensar el abuso sexual de niños y niñas si no se lo ve a partir del estado de dependencia que el niño tiene respecto del adulto, y del poder que esa dependencia le otorga al mismo, en una sociedad en la cual las desigualdades sociales instituyen modelos abusivos.
Es una intrusión de parte de un adulto que abusa de ese poder habiendo desarrollado una patología en la que no está instalada la alteridad con reconocimiento del objeto. Suelen ser sujetos que sufrieron en su infancia pasivamente lo que ahora realizan activamente, aunque ésta no es condición imprescindible.
Patricio es un jovencito de poca estatura, pero con la contextura, vestimenta, peinado y actitud de “todo un hombre” Se muestra serio, más bien atemorizado.
Lo que sorprende es enterarse que tiene apenas 12 años y cursa 6º grado.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra