Se difundió en el pasado mes de marzo la noticia de que se cumplían cien años del descubrimiento y comercialización de la aspirina (el ácido acetil salicílico sintetizado por Hoffman en Alemania) coincidentemente, Freud, en Viena escribía Las primeras aportaciones a la teoría de las neurosis (1892-1899)1; La Histeria: “El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos”, “Historiales Clínicos” y “Psicoterapia de la Histeria” (1895)2.
La heterogeneidad reinante en el campo clínico de las psicosis, los insuficientes conocimientos que aún poseemos acerca de las mismas, la diversidad de posicionamientos teóricos existentes- tributarios, indudablemente, de la dificultad que plantea como entidad gnoseológica -, los impares resultados obtenidos mediante los tratamientos psicoanalíticos, me autorizan a adelantar que lo que sigue debe ser tomado como los comentarios sobre las posibilidades de curación que se abren en algunos casos de psicosis, y algunas sugerencias y puntualizaciones acerca del modo de conducir los tratamientos
Pongámonos rápidamente de acuerdo sobre lo que debe entenderse por esa actividad (se refiere al concepto de “actividad” del analista de Ferenczi). Acotamos nuestra tarea terapéutica por medio de estos dos contenidos: hacer conciente lo reprimido y poner en descubierto las resistencias. Por cierto que en ello somos bastantes activos. Pero ¿Debemos dejar luego al enfermo librado a sí mismo, que se arregle solo con las resistencias que le hemos mostrado? ¿No podemos prestarle ningún otro auxilio que el que experimenta por la impulsión de la transferencia?
¿Qué ideas tenían los argentinos, al final de la década del cincuenta, acerca de la Salud mental? ¿Esta era una de sus preocupaciones? ¿Qué prejuicios tenían acerca de la enfermedad mental?, ¿Qué información disponían acerca de los distintos tratamientos psiquiátricos?
En la ciudad de Buenos Aires, cerca de un 6% de los niños en edad escolar están medicados con ritalina.
Supuestamente presentan trastornos en la atención e hiperactividad. Niños de características psíquicas muy diversas: desde los que presentan fallas estructurales hasta los que atraviesan situaciones de duelo, por mencionar sólo dos ejemplos. Todos son englobados bajo un mismo diagnóstico y terapéutica.
Este trabajo desarrolla los fecundes aportes que el psicoanálisis puede realizar para operar eficazmente singularizando situaciones y sujetos.
El psicoanálisis cura y, en algunas ocasiones, permite prevenir enfermedades. Esta se realiza a través del acto de palabra evitando las actuaciones y racionalizaciones que se establecen en una relación imaginaria donde el análisis se transforma en interminable. En sus primeros escritos Freud enunció que un análisis es interminable, lo que finaliza es un tratamiento.
El título de Topía en la clínica es “El psicoanálisis cura”, lo cual me lleva a comentar algunas vicisitudes que se presentan con algunos pacientes en el inicio del tratamiento. Como se trata de varones jóvenes, con dificultades para establecer un acuerdo de trabajo terapéutico, quisiera mostrar dos observables que se plantean en las primeras entrevistas y que permiten desarrollar ideas diagnósticas, para el trabajo analítico posterior. Me refiero a la agresividad de algunos varones, como así también a las características de lo que denominaré juegos de solitario.
La vieja pulseada entre la razón y la emoción Desde Descartes hacia aquí, hace más de trescientos años, la cultura occidental ha hecho una apología cada vez mayor de la razón y lo racional, con un alarde que declama sus orígenes en la Grecia clásica, veinticinco siglos atrás.
Poder discurrir por la propuesta de Topía Revista, me exige construir un “espacio soporte categorial” para que podamos construir un dispositivo de intercambio conceptual con los eventuales lectores del trabajo.
Introducción
En estas líneas me ocupo de aspectos que considero centrales en la clínica psicoanalítica: la actitud clínica, la relación entre la heterogeneidad y la unicidad del sujeto, la relación entre la práctica y la teoría, el entrecruzamiento entre las singularidades de la sesión, las ideas generales y lo institucional, etc. Describiré para ello algunas situaciones clínicas.
El presente artículo está basado en un capítulo del libro que editó Topía editorial, REGISTROS DE LO NEGATIVO. El cuerpo como lugar del inconsciente, el paciente límite y el dispositivo topicoanalítico.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra