La complejidad del trabajo clínico con toda la gama que implica el abuso sexual es un desafío actual. Las particularidades de los abordajes con pacientes abusados, con abusadores y la articulación con el poder judicial son cuestiones que atraviesan e implican la producción de dispositivos e intervenciones específicas. Pero esta temática lleva a discusiones, debates y polémicas. Por ello mismo, luego del relato clínico, hemos incluido las repercusiones de este material cuando se expuso en dos instituciones de Salud Mental.
La clínica hospitalaria con adolescentes nos enfrenta hoy con algunas consultas que hace años atrás no recibíamos. En el marco de una sociedad con enormes desigualdades y una cultura que ha criado y albergado en su seno multiplicidad de formas de sometimiento de la subjetividad al poder centralizador del mercado, han prosperado estas problemáticas. Este eje que el mercado ha instalado alrededor del consumo, que borra toda ética de solidaridad entre los sujetos, y que lleva a un individualismo a ultranza, ofrece una ilusión de pertinencia para los que tienen acceso al mayor consumo; y una experiencia de exclusión para quienes no pueden acceder al mismo. Hay así subjetividades que se constituyen bajo el modo de SER a partir de TENER cada vez más con el consiguiente miedo a ser despojadas; y otras subjetividades que se organizan a partir de haber sido despojadas y excluidas de TENER los objetos básicos que hacen a la dignidad de un sujeto, pero lejos de reclamar ese derecho, se inscriben en la lógica del poder asumiendo el sometimiento como un destino inapelable. Resulta interesante pensar las formaciones sintomáticas actuales a la luz de una cultura del sometimiento que florece en el capitalismo mundializado.
En el mes de febrero se conoció periodísticamente un fallo de la sala H de la Cámara Nacional en lo Civil en el que se condena a una psicóloga por mala praxis a causa de “no haber advertido en tiempo y forma el abuso sexual al que estaba siendo sometida una niña en tratamiento, por parte de su padre”; luego que el juez en primera instancia rechazara la demanda. Según la noticia, la profesional lo habría detectado luego de dos años de tratamiento.
Jueves. Febrero. Ingenuamente, suelo pensar que el verano trae menos complicaciones. Error: la galaxia no duerme nunca. Por ende, nosotros, tampoco.
Cada día me convenzo más que la guardia es un portal cósmico al que llegan habitantes de planetas remotos. La única diferencia es que nosotros no somos Jedis y en lugar de Yoda, lo tenemos a Vizzolini. O sea, estamos claramente peor.
Esta es, al principio, la historia de dos galleguitos de cinco años, Nico y Mati, hermanos, mellizos y, para más señas, mis sobrinos de Barcelona. Es decir que en realidad son catalanes, pero yo les digo “mis galleguitos”, lo que además de expresar mi amor, tiene la ventaja de enojar a su padre: “Que somos Catalanes, hombre, CA-TA-LA-NES”, me dice José María en nuestra ya habitual juego-pelea.
Como ocurre con todas las familias de mellizos y gemelos que he conocido, separarse de la mamá o del hermano es aún un poco más difícil que de costumbre.
La cuestión de la compulsión a la repetición es un tema clásico en el psicoanálisis. Sin embargo los cambios en la subjetividad nos llevan a nuevos desafíos para sostener e intervenir en dichas situaciones. Las características de estos pacientes llevan al terapeuta a preguntarse una y otra vez por los instrumentos teóricos y clínicos. Esto es lo que pretendemos con cada Ateneo Clínico. “Producir inteligencia”, tal como nos enseñaba Fernando Ulloa. Para ello convocamos a tres psicoanalistas para que a partir de este apasionante relato clínico aporten sus visiones.
El número de publicaciones que hacen referencia al encuentro entre psicoanálisis y neurociencia ha crecido significativamente en los últimos años, lo que en principio impresiona como una señal auspiciosa de un posible enriquecimiento mutuo de estas disciplinas, con favorables repercusiones en el campo clínico. Entre otros, artículos como el de Pérez y el de Alonso del Campo y Bettini, dan cuenta de las posibilidades de crear un ámbito de intercambio. Sin embargo, buena parte de lo que se lee respecto de este tema está aún frecuentemente cargado de un fuerte prejuicio.
Si París en los 50, era una fiesta al decir de Hemingway, en los 60 los festejos no habían acabado. Los asistentes eran el marxismo, la fenomenología, el estructuralismo, el psicoanálisis, encarnados en miles de manifestantes que transformaban el espacio público y privado. Kristeva asistió y dejó huellas en esa confluencia.
El presente trabajo es un intento de pensar las intervenciones en clínica psicoanalítica con niños y adolescentes que muchas veces son traídos por sus padres pero no quieren venir, ni hablar, ni iniciar un tratamiento.
El presente trabajo es un intento de pensar las intervenciones en clínica psicoanalítica con niños y adolescentes que muchas veces son traídos por sus padres pero no quieren venir, ni hablar, ni iniciar un tratamiento.
El número anterior inauguramos esta nueva sección para profundizar lo que denominamos El giro del psicoanálisis. Este es producto de las transformaciones en la subjetividad y los nuevos paradigmas de nuestra cultura cuyas consecuencias no son solo nuevas manifestaciones sintomáticas sino también un escuchar diferente del sujeto en análisis. Esto conlleva también a replantear la formación y transmisión del psicoanálisis. En este sentido hoy no alcanza con el “trípode”: análisis didáctico, supervisión y seminarios.
Recibo varios mensajes en el contestador pidiendo una hora. Al devolver el llamado, Daniel me dice que necesita hacer terapia. "No puedo vivir sin tomar un lexotanil de 3mg., probé ayer y estaba desesperado por la angustia y la ansiedad. No lo puedo superar. Es por una desilusión amorosa, me siento como la mujer de Atracción Fatal". Acordamos un horario para el día siguiente.
Llega puntual. Me impresiona su presentación, luego del llamado. Viene de traje, muy alineado. Se muestra cuidadoso en sus modales a pesar de su voz y cara angustiada.
La terapia psicoanalítica de pareja: su utilidad y referencias teóricas
Las terapias psicoanalíticas de pareja se han consolidado como una alternativa terapéutica en nuestra disciplina y constituyen una herramienta de uso habitual. ¿Para qué sirven, cómo se trabaja en ellas, cuáles son sus principales referencias teóricas?
He conocido a dos pacientes Amalie y Roberto como material comunicado por sus respectivos analistas. Ambos pacientes pueden estar comprendidos en la franja que el psicoanalista-psiquiatra Cancrini llama “El océano borderline”, por la anchura de este campo en el que el Yo vacila por fijaciones narcisistas tempranas con las inconsistencias consiguientes del Yo de Realidad Definitivo.
¿Cómo trabajar en la clínica psicoanalítica el encierro narcisista? Ante esta pregunta abierta sobre una cuestión tan vasta, que ha promovido a su vez intervenciones de lo más diversas, trataremos de circunscribir algunas –pocas- generalidades que operen como referencias posibles con el objeto de establecer una comprensión conjunta sobre el asunto propuesto
La finalización del tratamiento en un grupo terapéutico (abierto) de uno de sus integrantes, nos remite inmediatamente a la elaboración de la separación/duelo no sólo de quien concluye -como sucede en los análisis individuales- sino de quienes continúan. Si bien el tema del duelo se va planteando y trabajando en ocasión de eventuales abandonos a lo largo del proceso, el alta de uno o varios integrantes permite un abordaje más sistemático.
He conocido a dos pacientes Amalie y Roberto como material comunicado por sus respectivos analistas. Ambos pacientes pueden estar comprendidos en la franja que el psicoanalista-psiquiatra Cancrini llama “El océano borderline”, por la anchura de este campo en el que el Yo vacila por fijaciones narcisistas tempranas con las inconsistencias consiguientes del Yo de Realidad Definitivo.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra