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Topía en la Clínica

Madre no hay una sola

En el año 1991 se publicó el libro Adopción y silencios1, pudiéndose leer en su presentación “…aquello de lo cual no se habla, lo omitido y silenciado; aquello que se torna invisible pretendiendo que no ocupe un lugar en las preocupaciones o decisiones, aquello que quizás sea temido o deseado por adoptantes, adoptivos y por algunos que trabajamos con ellos, ha sido el hilo conductor de esta publicación”.

Silencios y vacíos retornan como una constante histórica en los procesos adoptivos.

Desde el Equipo de Vinculaciones y Adopción de un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires hemos decidido no sólo nombrar, sino poner en escena a aquél sujeto vaciado y silenciado: las madres de los niños que serán adoptados.2 Sin embargo, no se trata de cualquier puesta en escena: lejos de una mirada moral respecto del ejercicio de la función materna, nuestra propuesta es escucharlas en el punto donde se dicen imposibilitadas, para no insistir ni empujar en nombre del “deber ser”, allí donde no hay un margen para habitar esa función.

El dispositivo que inventamos apunta a producir como efecto la restitución de la infancia; instalando o recuperando lugares en acto: lugar de niño, de adulto, de la palabra, del juego, de cuidado, de afecto y de confianza

Adolescencia y poder: “escraches” en escuelas secundarias

Hasta hace no mucho tiempo, las escuelas secundarias parecían haberse transformado en instituciones en desuso, devaluadas, y parecía haber pocos adolescentes que les reconocieran algún valor simbólico a lo que allí sucedía y se transmitía. Adolescentes, muchos de ellos, con dificultades para opinar, elegir, decidir, y sobre todo confrontar. Algunos evitaban la escuela, y recurrían a las pantallas como forma alternativa de acceder al conocimiento, encerrados en sus casas.

Lo que sucede en varias escuelas hace eco con un fenómeno que atraviesa a toda la sociedad: rápidamente se tilda de abuso sexual a situaciones que no lo son

¿Soy o no soy transexual?

Alan -un joven de 18 años asignado como varón al momento de su nacimiento- se presenta a la consulta pidiendo comenzar una psicoterapia: “tengo la duda de si soy transexual1, a veces siento que me incomoda mi cuerpo.”(...) “Hace dos años hice tratamiento, pero no pude ir más por problemas de horario.” En aquel momento refiere haber trabajado su independencia y su autonomía, pero que tuvo que interrumpir porque su madre se enfermó de un cuadro de demencia presenil y no podía quedarse sola, así que la cuidaban entre él, el padre y su abuela.

Desde una perspectiva psicoanalítica la identidad es efecto de la identificación que es el mecanismo fundante y estructurante de nuestro psiquismo

Papá, quiero contarte que soy gay

José tiene 45 años: “Lo consulto porque hace dos meses mi hijo -Sebastián- de 16 años me contó que es gay y desde ese momento no puedo pensar en otra cosa y tampoco sé cómo ayudarlo.” Sebastián es su único hijo. José cuenta que se separó de Paula -la madre de aquél- cuando estaba comenzando la escuela primaria. Agrega que lo estuvo hablando con Beatriz -con quien está en pareja desde hace seis años- “Bea tiene un primo gay así que es bastante abierta con el tema... charlamos mucho con ella, pero por más que racionalmente entienda que es la elección de mi hijo, no me lo puedo sacar de la cabeza. Pienso todo el tiempo en eso, no puedo pensar en otra cosa.”

Durante los últimos años han aparecido más frecuentemente este tipo de consultas donde un padre o una madre acude a la entrevista a cuestionar su propia dificultad en aceptar a su hijo gay o hija lesbiana que a plantear querer cambiarlo/a

Transidentidades, transexualidades, transgéneros: Una lectura sintomática de la clínica psicoanalítica

Giros copernicanos y cierres ptolemaicos signan los procesos históricos tanto como nuestra comprensión de los seres humanos y sus malestares. En el vaivén entre movimientos de apertura y de clausura se inscriben y procesan las transformaciones en los imaginarios sociales que demandan al psiquismo nuevas exigencias de trabajo. Exigencias similares se nos imponen en la clínica para operar sobre las condiciones de sufrimiento psíquico: necesidad de deconstruir las formulaciones devenidas en dogma, desafío de remover los prejuicios infiltrados en las concepciones canónicas, ocasión de revisar nuestras intervenciones para superar los obstáculos (epistemológicos, éticos y políticos) que empobrecen el alcance de nuestra praxis.

Para quienes acompañamos a personas trans o intersex en sus análisis, no resulta infrecuente recoger los efectos de prácticas pretendidamente analíticas o psicoterapéuticas que reproducen las significaciones hegemónicas cisnormativas y heterosexistas

Salud Mental y niñez: Un contexto de tensiones, contradicciones y paradojas

A partir de la Ley Nacional de Salud Mental N°26657 y su reglamentación en el año 2013, en consonancia con la Convención Internacional de Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes N° 26.061, sancionada en 2005, se inició un proceso de adecuación a los estándares en materia de derechos humanos y de salud mental que obligan al Estado a asumir la responsabilidad de la ejecución de políticas públicas relativas al campo de la salud mental. Si bien era esperable que estas impulsaran la modificación y adecuación de las prácticas de atención y cuidados vigentes hacia la conformación de una red de servicios comunitarios con base territorial, diversas investigaciones realizadas en distintas provincias de nuestro país evidencian que las políticas implementadas no tuvieron un impacto significativo en el campo de la salud mental infantil, y paradojalmente muchos niños y niñas encuentran sus derechos vulnerados. Éstas también permitieron visibilizar las desigualdades en la provisión de cuidados en salud mental entre las diferentes provincias y en sus distritos (entre otros Parra, 2016; Barcala y Luciani Conde, 2015; Barcala et al., 2017ª; CELS, 2015; Faraone et al., 2013; Heredia y Barcala, 2016; Poverene, 2015; Torricelli y López, 2014).

Proliferan multiplicidad de instancias diagnósticas, pero no se brindan respuestas a sus necesidades y problemáticas

La psicofarmacología clínica en el trabajo interdisciplinario en Salud Mental

En tiempos de inmediatez generalizada, de demandas de satisfacción “aquí y ahora” y la necesidad de resolver los problemas “ya”, no es raro que la misma velocidad se aplique a dar por ciertos los mitos y prejuicios sobre los psicofármacos. Con la misma liviandad y celeridad está aquel que cree, imagina, dice que sabe, que la pastilla resolverá completamente el problema, así como el que, en sentido opuesto, está convencido que “esa porquería” no sirve para nada. Ambas posiciones en los extremos de ese espectro contribuyen al fracaso de una herramienta potencialmente útil. En el primer caso porque el apuro, la urgencia por medicar o ser medicado no suelen ser buenos consejeros y contribuyen a utilizaciones no acertadas de los fármacos y en el segundo caso quizás por el rechazo de plano y la pérdida de una oportunidad de una intervención adecuada para un sujeto en determinada situación y momento.

La psicofarmacología como disciplina es sumamente joven y pese a ello ha experimentado numerosos cambios vertiginosamente

Mi caso más triste

Agradezco a Topía la idea de relatar un caso grave, visto y tratado desde una perspectiva psicoanalítica.

El caso que hoy presento, es muy grave. No solo por su enfermedad. Tuvo una vida penosa, ligada, apresada, amarrada a un pasado de condiciones amargamente hirientes y envenenadas. Chocó con situaciones a las que no les encuentro adjetivos. No encuentro palabras lo bastante siniestras, horribles y amargas, para describir lo que vivió.

Tratar con Beto me fue muy penoso. Influyó tanto en mí que con una supervisión no fue suficiente. Tuve que recurrir a la ayuda de una psicoterapia personal 

Trabajo psicoanalítico con pacientes con cáncer de mama

En este escrito me propongo identificar algunas de las particularidades del trabajo con pacientes con cáncer de mama, las características del proceso durante la experiencia del diagnóstico, tratamiento y la recuperación, así como también desarrollar una serie de conceptos que permiten pensar y acercarse con mayor precisión a las vicisitudes del proceso analítico con dichas pacientes.

El psicoanalista entre médicos: Avatares de la interconsulta en el Hospital de Niños R. Gutierrez

El trabajo en interconsulta en salud mental en un hospital pediátrico nos confronta con la difícil tarea de transitar por situaciones clínicas muy complejas y allí donde la ciencia médica parece no alcanzar, somos convocados como psicoanalistas para trabajar con la enfermedad crónica, la muerte en la infancia y adolescencia.

Nuestro trabajo en las salas del hospital se enfrenta muchas veces con la angustia que genera lo imposible de tolerar de la enfermedad, el dolor y la muerte de un niño

Niñez y Tecnologías

Notas e interrogantes sobre un entrecruzamiento posible entre construcción del psiquismo y nuevas tecnologías

A pesar de la fuerza con la que fue irrumpiendo la tecnología en las últimas décadas, resulta muy asimétrica la relación con el escaso trabajo de investigación realizado en el cruce de lo que ofrecen desde el interior de la sociología los estudios CTS -desde la perspectiva socio / tecnológica- por un lado; y los aportes que -fundamentalmente desde el psicoanálisis- se tienen acerca del lugar que ocupan las nuevas tecnologías en la constitución del psiquismo.

Hay una clara necesidad de análisis e interpretación sobre este entrecruzamiento. Esto arrojaría desde nuevas lecturas posibles a la luz de fenómenos actualmente vigentes -a los que asistimos de modo permanente en el trabajo con niños2 en el consultorio- y sus posibles determinaciones en la construcción de subjetividad; hasta de modo más específico, nuevas herramientas para ampliar el conocimiento del complejo proceso que supone la fundación y constitución del psiquismo.

A partir del trabajo de supervisión e intercambio con Silvia Bleichmar, comencé a incorporar tímidamente -en el consultorio- a la computadora como un elemento dentro de la caja de juegos

La adolescencia frente a las nuevas tecnologías: ¿herramienta, droga o escudo de protección?

El acompañamiento de adolescentes en nuestra época es un gran desafío. Estamos embarcados con ellos en la travesía de una experiencia que conocemos poco y mal: ser adolescente en una época de plena expansión tecnológica es una vivencia que nos es completamente extranjera. Al mismo tiempo, los desafíos, atravesamientos y dificultades de la adolescencia son universales y comunes a todas las épocas.

Aunque muchos adultos seamos totalmente inútiles tecnológicamente, seguimos siendo los garantes, los iniciadores de la cultura, de la ley y del tejido de las relaciones

Muerte de Eros, muerte de la rebelión

Ejerzamos la zoilez que Charles Baudelaire (1999) invitaba a practicar: la crítica violenta, hasta maliciosa en el sentido intelectual, aunque no por eso se pierde del todo la idea de aporrear a quienes -como dice Baudelaire- son cómplices del error, cómplices de la estafa. Hablamos entonces de los actores capaces de ejercer la rebelión en contra de la cultura de la simulación, los jóvenes y que, sin embargo, no lo hacen.

Los jóvenes viven ensimismados en los nuevos medios tecnológicos, lo que impide, en gran medida, que levanten la voz

¿Quién es el enfermo y de qué padece?*

Subjetividad en tiempos de malestar social

Nancy Caro Hollander es una psicoanalista e historiadora residente en Los Ángeles, California. Es miembro del Centro Psicoanalítico de California y presidente electa de la sección de “Psicoanálisis para la responsabilidad social” de la Asociación Norteamericana de Psicología. Es profesora de historia de la Universidad de California. Ha publicado artículos sobre diversos temas como el capitalismo patriarcal y las mujeres en América Latina, la historia del psicoanálisis en la Argentina y la vida y obra de Marie Langer. Milita en diferentes organizaciones comunitarias de EEUU. Entre 1969 y 1974 vivió en Buenos Aires y recorrió el resto de Latinoamérica. Escribió un libro donde relata los procesos sociales y políticos y su relación con el psicoanálisis en la Argentina y Latinoamérica durante las décadas del 60’ y el 70’: El amor en los tiempos del odio. Psicología de la liberación en América Latina (2000).

Considero que podemos expandir los horizontes del tratamiento psicológico en nuestro trabajo clínico cuando buscamos localizar dónde y cómo los patrones neoliberales de responsabilidad, privatización, marketing y negación del otro se manifiestan

Jóvenes con problemas de adicción: el acto de escribir como herramienta subjetivante

El objetivo de este artículo es transmitir una experiencia clínica en la que la escritura ha tenido una función específica en el transcurso de la cura. El uso de esta herramienta resulta de suma utilidad en el trabajo con adolescentes y jóvenes que tienen dificultades para expresarse verbalmente. Asimismo, como puente entre sesión y sesión, pensando al proceso de escritura como un fenómeno transicional. Aquí me referiré específicamente al trabajo con pacientes con problemas de adicción en el último tramo del tratamiento, que es ambulatorio.

Cuando un sujeto escribe sobre una experiencia vivida, encara el armado del rompecabezas de sí mismo y de su propia historia, se enfrenta con los propios dolores y padecimientos, y con la expectativa de superarlos

Tiempo de zombis

El tiempo en la clínica psicoanalítica

En Cien años de soledad de Gabriel García Márquez se puede leer la siguiente frase: “el tiempo ya no viene como antes”. Se la puede entender de distintos modos. Uno es el remanido “todo tiempo pasado fue mejor”. Otro modo de leerse es que todo tiempo pasado fue distinto. El tiempo victoriano de Freud en Viena con el ritmo de carretas, trenes, valses, no es el nuestro. Freud nació apenas 67 años después de la Revolución Francesa. La vida era más corta, la vejez llegaba antes, la madurez también. Recordemos que Freud no recomendaba tratamientos a gente de más de cincuenta años. Los consideraba ya muy mayores. El tiempo subjetivo en la época de Freud era más lento y menos simultáneo. Un ejemplo es la comunicación por carta. Un género hoy en desuso que se nutría de la demora y de la ausencia. Cuando uno escribía, el que leía no estaba. Cuando uno leía, el que escribió ya no estaba. Escritura y lectura se dan en dos momentos separados de tiempo. Cada una se ejerce sin interrupción. Sin las dos rayitas azules del chat, que apuradas le avisan al que escribe que el que lee está leyendo, mientras el que escribe no terminó de escribir. El tiempo simultáneo del chat mató el tiempo sucesivo de la carta. Se inventó una nueva temporalidad. O mejor: nuevas temporalidades. Como dice el Premio Nobel de Química Ilya Prigogine: “cinco minutos de rotación terrestre no equivalen a cinco minutos de Beethoven”.

Actuaciones en la clínica

El concepto de actuación en psicoanálisis supone un curso de acción impulsivo, con características de descarga, claramente identificable, que repite situaciones infantiles de modo inconsciente y expresa el deseo de forma simbólica y distorsionada.

Surge en la transferencia -eventualmente a efectos de desconocerla-, puede manifestarse fuera o dentro de la terapia e incluso intentar destruirla, funcionando como defensa ante el deseo inconsciente.

Sobre los niños actuadores

Ya hace muchos años, exactamente hace 34 años, publicamos junto a David Liberman, Ruth Podetti e Irene Miravent un manual de Psicopatología infantil, que se diferenciaba agudamente de los manuales clásicos, porque tomaba como base el desarrollo de la conducta del niño en la sesión Psicoanalítica, a semejanza del maravilloso libro de David que apareció bajo el título de La Comunicación en Terapéutica Psicoanalítica (1962). El nuestro tomó el título Semiótica y análisis de niños (1983) porque habíamos aplicado al juego la famosa tripartición de Pierce que divide la semiótica en tres áreas. A saber: las áreas sintáctica, semántica y pragmática. De la preeminencia de la distorsión en alguna de esas tres áreas se derivaba una construcción psicopatológica. A raíz de la gentil invitación de Topía, publicación a la que me une un lazo de profundo respeto, de presentar un escrito clínico sobre la actuación, me decidí a releer con temor “aquello” que habíamos escrito ya hace tanto tiempo sobre el tema. Y fue para mí una gran sorpresa que “eso” no estaba nada mal, más bien todo lo contrario. Muchísimas observaciones clínicas ya daban cuenta de la gran cantidad de experiencia que habíamos acumulado en el psicoanálisis de niños, un análisis, por decirlo así pre lacaniano. Quiero trasladar a este escrito las observaciones generales que hicimos sobre los niños actuadores en su modo de manifestarse en la sesión de “juego”. Es decir, su estilo. Comentábamos que encontrábamos un nexo entre algunos niños que veíamos en la clínica y los pacientes adultos que habían sido estudiados y descriptos en la clínica psicoanalítica sobre neurosis impulsivas y perversas -como por ejemplo- lo hecho por O. Fenichel (1945), B. Joseph (1960), P. Greencare (1945), H. Rosenfeld (1965) y por los trabajos dedicados a neurosis impulsivas y perversiones de Liberman y Maldavsky en 1962 y en 1964. Como observarán, ya había un gran trabajo previo a la impronta que luego dejó Lacan y que tememos puede haberse perdido ante su enorme influencia. Este pequeño escrito clínico es en parte un homenaje a esa época.

El giro del psicoanálisis IV La contratransferencia-transferencia*

El análisis es una experiencia. Esta experiencia se llama transferencia, donde no solo está el cuerpo del paciente, sino también el del terapeuta que lo implica en la contratransferencia. De esta manera se constituye la situación analítica ya que se instaura un espacio virtual de la cura que permite soportar la emergencia de lo pulsional. Esto que llamo espacio-soporte tiene un orden de realidad peculiar que debe ser entendido, desde una doble inscripción, como metafórica y al mismo tiempo libidinal y se configura a partir del establecimiento de un marco de referencia (encuadre). Este permite el funcionamiento del dispositivo analítico en el cual la relación terapéutica se define como relación cuerpo a cuerpo. Allí se deja hablar al cuerpo donde éste no habla de sí mismo, y el terapeuta habla también desde un cuerpo atravesado por la red de significaciones que se juegan en la contratransferencia-transferencia.

La transferencia se manifiesta tardíamente en la obra de Freud y lo hace en el desarrollo de una teoría y una técnica ya constituidas. Pero no sólo en la historia del psicoanálisis la transferencia está en segundo lugar, sino también en el tratamiento analítico.

Interrupción por Contratransferencia

Muchas veces cuando me invitan a escribir un caso, me piden que se trate de la “Contratransferencia”.

Este término es complicado, porque está compuesto de dos movimientos psíquicos:

1) Es una transferencia. O sea el individuo transporta experiencias, emociones, expectativas, de una relación anterior a otra relación más actual, más presente. Los ejemplos más conocidos son, por ejemplo, el psicoanalista es percibido por el paciente como el padre o la madre. Suelo contarle a mis alumnos una situación divertida como ejemplo de Transferencia:

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