Para definir el espacio mental, Bion se vale de la definición geométrica de la noción de espacio, en tanto cualquier lugar en el que antes hubo algo. Es decir que para que se pueda crear espacio, algo que ocupe lugar, debe previamente salir.
Utilicemos un modelo de base kleiniana para poder entender mejor algunas implicancias de esto.
Estamos ante la rebelión de los ángeles . Estamos en la biblioteca de los Esparvieu dispuestos a destronar al tirano del universo, al Dios de la mitología judeo cristiana. Alguien falta. Una ausencia. Hay un hada que no fue invitada. Un hada excluida y, por lo tanto, bruja. También estamos ante un pacto: el acuerdo montado sobre una alianza fraterna que no pudo ser, pero que si puede poner a jugar la rebeldía del bien contra el mal.
Con DEL DIVAN AL PIQUETE, el tercer volumen del Psicoanálisis Implicado, Alfredo Grande concibe una intervención definitiva en el espacio público cuando sostiene que la subjetividad es el decantado identificatorio de la lucha de clases y cuando denuncia los tres registros con los que opera el capitalismo. A saber:
• El nivel traumático de la guerra
• El nivel perverso de la tregua
• El nivel psicótico de la paz.
Que el ser humano cambia históricamente, que la representación de sí mismo y de su realidad no se mantiene estrictamente en los términos con los que fuera pensado por el psicoanálisis de los comienzos, no hay duda. Insisto, no tan en broma, que si a las histéricas del siglo XIX se les quedaba la pierna dura por el deseo inconfesable de caminar hacia el cuñado, nuestras histéricas de hoy padecen colapsos narcisistas cuando sus cuñados no les otorgan crédito sexual.
Jacobo Fijman: ¿se siente Ud. un enfermo mental?
No. Rotundamente. No.
En primer lugar porque tengo intelecto agente y paciente.
Y mis obras prueban que no sólo soy un hombre de razón, sino de razón de gracia...
Y es mi razón la que hace que entienda fácilmente las cosas sobrenaturales.
Los médicos no entienden esas cosas. Se portan fácilmente bien.
Hace años que vengo sosteniendo que los psicoanalistas no pueden dejar de lado la dimensión política cuando hacen una práctica social. Dar cuenta de esta cuestión resuelve tanto problemas éticos como técnicos cuando un psicoanalista se involucra a operar en el campo de lo colectivo. Facilitar o asesorar en la transformación de un grupo o institución es comprometerse en la dirección de esa transformación. Eso es un compromiso político. Dar cuenta de ello es un compromiso ético. La tan mentada neutralidad del analista funcionaría como resistencia a esa transformación.
Herbert Marcuse no fue un psicoanalista que se dedicó a la práctica clínica. Sin embargo, la importancia de los aportes de este filósofo vuelve pertinente su inclusión en esta serie de autores olvidados del psicoanálisis. Alrededor de Mayo del 68 sus ideas transitaban los medios académicos y los medios de difusión. Posteriormente quedó prácticamente en el olvido.
“En Freud se trataría de explicar la estructura subjetiva como una organización racional del cuerpo pulsional por imperio de la forma social. Si cada uno de nosotros ha sido constituido por el sistema de producción histórico, es evidente que el aparato psíquico no hace sino reproducir y organizar ese ámbito individual, la propia corporeidad, como adecuado al sistema para poder vivir y ser dentro de él. Muchas de las explicaciones que desarrolla Freud se basan en modelos de las instituciones represivas sociales interiorizadas: la policía, los militares, la religión, la economía, la familia.
“Considerar la subjetividad desde el ángulo de su producción no implica ningún retorno a los tradicionales sistemas de determinación binaria, infraestructura material-superestructura ideológica. Los diferentes registros semióticos que concurren a engendrar subjetividad no mantienen relaciones jerárquicas obligadas, establecidas de una vez para siempre. Puede ocurrir, por ejemplo, que la semiotización económica se haga dependiente de factores psicológicos colectivos, según permite constatarlo la sensibilidad de los índices bursátiles a las fluctuaciones de la opinión.
En la novela Cosmópolisis de Don DeLillo un joven y arrogante millonario norteamericano viaja a través de New York recorriendo desde una punta de la ciudad a la otra para cortarse el pelo.
Como tantos otros términos de uso muy frecuente, el de subjetividad tiene tal amplitud como escasa precisión, tal como lo demuestra una somera revisión a diccionarios en general y especializados de distintas disciplinas en particular.
Dijimos que Bion parte del estudio de los hechos para realizar abstracciones. Dicho de otra manera, podríamos decir que parte de una verdad absoluta, desconocida e incognoscible para transformarla en modelos.
Bion llama O a esta verdad última y la define, según el vértice o punto de vista, como Dios, cosa-en-sí o inconsciente.
¿Sigue vigente el concepto freudiano de las perversiones sexuales?
La denominación de perversión sexual, sin connotaciones moralistas o peyorativas, es la que sigue utilizándose en psicoanálisis, ya que "perversión" es un término largamente utilizado en medicina para designar situaciones donde una función se aparta de su fin natural. En esa perspectiva, las perversiones sexuales se definen, en lo sintomático y descriptivo, por la aparición y permanencia de ciertos componentes parciales de la sexualidad pregenital que se autonomizan y adquieren predominio sobre la genitalidad adulta.
Desde la dictadura militar del 76 se profundizó en la Argentina un modelo económico que provocó la acentuación de las diferencias sociales, con aumento de la miseria y gran pauperización de la clase media.
Con cara de furor y voz amenazante, Matías, de seis años, formuló en medio de la sesión: “Si no lo hacés le voy a decir a mi papá que no vengo más y te vas a quedar sin trabajo”. ¿Cómo evitar la ola de horror, de mezcla de rabia y sorpresa, humillación y ganas de expulsarlo del consultorio, que atravesó veloz de los oídos al cerebro del analista? El round está a punto de terminar uno a cero, y uno no se recupera de la trompada asestada en medio de la mente.
Freud se refirió por primera vez a la contratransferencia en el año 1910, como algo que le ocurre al psicoanalista. Dice: “Hemos llegado ha ser conscientes de la contratransferencia que surge en él como resultado de la influencia del paciente sobre sus sentimientos inconscientes y estamos casi inclinados a insistir en que él debe reconocer esta contratransferencia en sí mismo y superarla”.
Además agrega que “… ningún psicoanalista va más allá de lo que le permiten sus propios complejos y resistencias internas…”
Hay en nuestro medio un gran número de analistas que han preferido no integrarse a las grandes instituciones psicoanalíticas, con la fantasía de que así estaban a salvo de las estructuras de poder que se dan en las mismas, habiendo alcanzado con este sistema muy buena formación y resultados profesionales.
En este artículo voy a circunscribirme exclusivamente a las alucinaciones verbales —las famosas «voces»—, dejando aparte cualquier otro fenómeno alucinatorio auditivo. En relación a las «voces», además, específicamente voy a tratar de ubicar la oposición, por lo general obvia y evidente, entre lo exterior y lo interior. Abordaré el tema desde la siguiente pregunta: ¿Las «voces» vienen de afuera y se escuchan en el oído o se escuchan directamente adentro de la cabeza?
" 'Finster in de oign', frase en idish, que significa: oscuridad en los ojos. Esta frase la escuché desde que tengo memoria. Es parte de ese inalienable idioma de la infancia. Muchas veces, mezcla del español y el idish. Un idish nunca aprendido, en muchas ocasiones usado por los adultos para que los niños no sepamos algo que no debíamos todavía conocer, y así, entonces, rápidamente entendido por nosotros.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra