Publicado en Clepios, una revista de residentes de Salud Mental, Número 28, Junio 2002.
La historia es implacable. Lo no elaborado siempre retorna. Las cuentas pendientes de una sociedad no pueden olvidarse. Es necesario enfrentar los duelos. Nunca faltan ocasiones para hacerlo. Lo encontramos a la vuelta de página de cualquier revista.
El terreno de los sentimientos tiene una primera presencia ante nosotros, en la que se manifiestan bajo un velo indiferenciado. Ahí son los sentimientos, sin más. Lo son, sin que atinemos a decir cuáles. Una canción popular lo intenta decir de un modo contundente: "es un sentimiento, no puedo parar". Es el cántico de las hinchadas, ese orfeón que entona sus aleluyas como una voz coadyuvante, siempre presente y siempre representando "los sentimientos". Sentimientos incesantes, que no pueden parar.
En el año 1930 se quiebra la Bolsa de Valores de New York dando comienzo a la “Gran Depresión”. En ese año Freud publica El Malestar en la cultura. Allí trata de entender las transformaciones que se están produciendo en la civilización y sus consecuencias en la subjetividad. Es así como plantea que la cultura 1 está atravesada por un malestar que es propio de la constitución del sujeto: la muerte como pulsión. En esa época Hitler ya empieza a proyectar su sombra sobre Alemania.
Siempre experimenté hacia el sentido común una simpatía mayor de la que me sentía autorizada a experimentar.
Si yo utilizo el sentido común en la clínica, ¿de qué manera lo hago?¿cuál es el lugar legítimo que el sentido común adquiere en mi práctica?.
Estamos evidentemente frente a un concepto complejo, definible de múltiples maneras, y que se piensa en oposición a algunos conceptos igualmente complejos.
Si toda sociedad crea significaciones específicas que estructuran las representaciones del mundo1, representaciones que constituyen el marco en el cual se designan los fines de la acción y se definen los tipos de los afectos característicos, es inevitable que una sociedad inestable, atravesada por acontecimientos históricos aún no metabolizados y cuyo movimiento no garantiza que se encuentre en tránsito hacia lugar previsible alguno, no pueda homogéneamente determinar el marco representacional en el cual se inserten las generaciones que acceden a la Historia.
El importante incremento de la desocupación y la precarización laboral son productores de efectos en la subjetividad colectiva: moldean y remodelan a las personas y sus vínculos.
Desde el poder se ponen en marcha políticas destinadas a producir cambios drásticos en el tejido social que apuntan a la fragmentación de la red social.
En su momento, Aristóteles había afrontado el problema del miedo y había dado ya una primera definición, aún hoy más o menos válida: "Decimos que temor es un dolor o una turbación proveniente de la imaginación de un mal che puede sobrevenir, portador de destrucción o dolor" (Retórica, 1382 a 20). El "miedo" en griego se dice φοβο, que significa también "fuga" y, en efecto, a menudo pensamos el miedo en relación con la fuga para evitar la "turbación" o el "dolor" de que habla Aristóteles.
Recuerdo cuando uno tenía que disfrazar su ocupación (estudios de mercado) con términos obtusos como “indagación de necesidades de consumo de la población” o “detección de demandas latentes de la población”. Es que marketing, mercado, consumo eran- o son- malas palabras, que remiten a intentos de los monopolios para inducirnos a comprar cosas inútiles y caras, apelando a técnicas de manipulación publicitaria.
El 5 de diciembre de 2000, los medios difundieron la noticia de que el Intendente de La Matanza, municipio del conurbano bonaerense, había hecho llegar a la representante del FMI, Sra. Teresa Ter Minassian, un vídeo en el cual se trataba de testimoniar algo de la situación de miseria extrema que vive un importante sector de esa región de nuestro país, situación que se replica insistentemente a lo largo y ancho del mismo.
Introducción
El aspecto más sorprendente de los sistemas electorales occidentales es la brecha entre el acto del sufragio y el ejercicio del poder político. En los últimos 20 años, a pesar de realizar elecciones periódicamente, los gobiernos han sancionado leyes que transfieren la propiedad pública a los monopolios privados, han facilitado el crecimiento de vastas desigualdades socioeconómicas entre el capital y la mano de obra, han cambiado de la tributación progresiva a la regresiva, han eliminado programas de bienestar social y aumentado los subsidios gubernamentales al capital.
Una verdadera partida de ajedrez
Cómo es eso?
Llegamos a convivir doce años juntos.
Doce años?
Cuando nos peleábamos ella me ofendía. Aclaro que no es difícil ofenderme pero generalmente sabía utilizar la palabra exacta que lograba desequilibrarme. Era un latigazo justo sabía donde pegaba.
Y usted no le decía nada?
Este texto fue extraído de Perón: entre la sangre y el tiempo. Lo inconsciente y la política. Del duelo a la política: Freud y Clausewitz. Tomo I. Pag.40 Editorial Catálogos. Argentina. 1998
¿Por qué este retorno al complejo de Edipo? La psicología se halla tan distante de la política y de la vida, se dirá. La respuesta es simple: cuando Freud se plantea este problema en realidad está preguntándose por otro más fundamental: cómo la cultura alcanzó a dominar a los hombres, y a qué métodos tuvo que recurrir para lograrlo.
Hay entre los psicoanalistas un discurso que reduce la cuestión del poder -y la dominación- al malestar en la cultura, banalizando todos los términos, y confundiendo lo que es el malestar inevitable para todo sujeto, producido por las renuncias que implica la vida en sociedad, con lo que es un agregado a dicho malestar. Confunde lo que es el malestar en la cultura con el más allá de éste1 y suele "olvidar" que también existe el bien-estar en la cultura.
El dedo que dispara el cambio de canales del televisor detiene su movimiento convulsivo, en la pantalla se asoma el primer plano de una mujer joven, viste un inconfundible atuendo de tenista; levanta en sus brazos una copa de dimensiones hiperbólicas, que finalmente aparece adecuada a la circunstancia porque al lado de la indudable triunfadora un hombre de anteojos, que acompaña con sonrisa aduladora la ceremonia, exhibe una especie de cartel que representa un cheque ampliado tantas veces como la fotografía de “Las babas del diablo”; el torneo ha concluido, la ganadora recibe los premios, l
El far west: desde hace pocos años un nuevo tema viene recorriendo las aulas del primer mundo: la violencia escolar y los niños que matan niños. Hechos donde uno o dos jóvenes o niños entran a las escuelas y disparan a sus compañeros y profesores en forma indiscriminada y serial en distintos lugares de Estado Unidos. Tal es la gravedad del problema que en los jardines de infantes de Miami, los padres firman un reglamento donde explícitamente se prohibe que los niños lleven armas a la escuela, tanto de verdad, como de juguete.
Que el lenguaje no cumple simplemente una función descriptiva de la realidad existente, sino que es capaz de crear realidades a partir de los modos de ordenamiento con los cuales la articula, constituye una afirmación más o menos conocida. Lo que es más trabajoso, tal vez, es darse cuenta de qué manera, en razón de que estamos inmersos en esa realidad misma, esas formas de expresión se van apoderando de nosotros hasta constituirnos en agentes discursivos de las propuestas ideológicas que las sostienen.
Soy un individuo. Así soy considerado por las filosofías políticas y las apelaciones culturales contemporáneas. Cuando se me concita a entregar un voto, cuando se me alude como consumidor de un producto, cuando se me señala como aspirante a una mejora existencial o cuando se me anoticia que soy poseedor de derechos, es en mi calidad de individuo que se me convoca.
Sesenta segundos. Es el año 1954 en un restaurante francés, en la calle 53, dónde sino en Manhattan. El director de la agencia de publicidad Ted Bates and Company, Rosser Reeves, está haciendo historia. Diseñando, creando, y proponiendo el primer spot comercial de la televisión mundial, es el primero que toma los sesenta segundos como unidad de medida. El mismo se realiza para un producto medicinal: Anacin, un analgésico contra el dolor de cabeza. Este spot, revolucionará la relación entre la publicidad y la gente.
Relataré dos sucesos. El primero de ellos transcurre en Alemania. En los diarios aparece una información que relata la apertura de una discoteca en el almacén de ropas y cabellos de las prisiones de Auschwitz. Este hecho, en su siniestra realidad, nos habla de la levedad y frivolidad de nuestra época. Unos empresarios decidieron, según el “totalitarismo de mercado”, transformar ese almacén de la muerte en un lugar para bailar y divertirse. Es imposible imaginar que a alguien se le haya ocurrido semejante iniciativa. Sin embargo ocurrió.
Las nuevas elaboraciones teóricas a las que recurrimos ante las consultas que comprometen la intención (deseo-anhelo y necesidad) de adoptar y/o ensayar la fertilización asistida, son las que permiten priorizar como relevantes determinadas variables que intervienen en las actuales organizaciones familiares. Una de esas variables remite a los criterios clínicos: psicoterapéuticos o preventivos, o bien psicoanalíticos que se utilizan en el trato con estas familias.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra