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Los evangelios del celuloide

Dentro de la Historia del Cine, el “cine religioso” es una etiqueta demasiado ambigua y compleja, que se usa generalmente en forma arbitraria y superficial, para enmarcar a un determinado “género cinematográfico”, como lo es el western, el policial, o la ciencia ficción. O sea un conjunto de films cuya temática e intención es marcadamente definida de una manera convencional. Por ejemplo cuando se lo utiliza como una “estrategia conceptual y marketinera” muy eficaz, para las programaciones de “La Semana Santa”, donde invariablemente, todos los años se repiten los mismos films ortodoxos, dogmáticos y frívolos.

El psicoanálisis no es un sacerdocio

(La herejía de 1926: lego, laico, profano)

Ayer

Si hubo un texto que dividiera las aguas y que provocara un cisma (*), ese texto es sin duda “¿Pueden los legos ejercer el análisis?”.
Saber cuales son las vertientes que originaron hace 81 años esa maciza toma de posición, contra viento y marea, que lo dejó a Freud, según sus palabras, “como un general sin ejército”, nos van a permitir comprender que lo que escribió completa “El porvenir de una ilusión” en la formulación de una ética.
La manera coloquial en que nos lleva por los argumentos lo torna único, pues ni antes ni después utilizó Freud un estilo semejante.

Cerdo de Dios

Se cagó en dios. Al menos, en uno de ellos. El que multiplicó los panes y los peces. El de la abundancia. Hizo un pacto con el otro dios, el de la guerra y el exterminio. No hubo rastros de banalidad en su cobarde trayectoria. Protegido por un vicariato, mezcla de inquisición y GESTAPO, trituró anhelos y esperanzas. Fue más cruel que sus patrones, porque se escondió en la sotana reactiva, el uniforme preferido de pederastas y lameculos.

Spinoza y Freud: “compañeros de incredulidad”

Editorial

Hemos visto el círculo más elevado de poderes en espiral.Le hemos puesto de nombre a este círculo Dios. Podríamoshaberle puesto cualquier otro nombre que quisiéramos: Abismo,Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz Absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Desesperanza Última, Silencio. Pero no olvidar jamás, somos nosotros quienes le ponemos el nombre.
Nikos Kazanzakis

 

Yo sólo creo en el Dios de Spinoza                                 Einstein

LA MUERTE Y LOS DUELOS

Este tema es muy delicado, porque en nuestra cultura occidental es temido y negado. La muerte es considerada sólo un accidente inesperado que es necesario ocultar. Pero sin embargo es la que condiciona toda la vida, la creatividad, el arte, todo lo que hace soportable la circunstancia ineludible de la finitud.

El psicoanálisis es un plural

(Respuesta al Libro negro del psicoanálisis)
 Editorial

Llegamos al número 50 de nuestra revista. Esto nos lleva a recordar el número 1 que publicamos en mayo de 1991. El título del Dossier fue marcando nuestra historia: “El psicoanálisis en la crisis de nuestra cultura”.

El “dolor” de las imágenes

(Cine y Pintura)

Las relaciones entre estas dos “artes hermanas” y sus “fatales coincidencias” ante el tópico del dolor, abarca dos posibles perspectivas: la de la pintura en el cine (más relacionada con la prehistoria del cine) y la del cine en la pintura (más que ver con el arte contemporáneo).

Dolor, Venganza, Devastación

1. El dolor negado

El dolor no es noticia. No podemos decir que se ha naturalizado, porque el concepto de naturalización también se ha naturalizado. Prefiero pensar que el dolor ha sido capturado por el sentido único de la cultura represora que consiste en reprimir el deseo y sostener el mandato. Lejanos los tiempos en que María Elena Walsh cantaba “porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy”.

Dolor en el cuerpo

Históricamente se le ha dado al dolor sentidos diversos, se lo ha asociado al mal, a espíritus o demonios, a desequilibrios en el cuerpo o en el alma, a la vida, el pecado, la enfermedad y la muerte. Desde el hombre primitivo en adelante se buscaron medios para lograr su alivio, se han utilizado desde trepanaciones, calor y frío, rituales, plantas (opio, sauce blanco, cannabis), hasta iniciarse en los siglos XVIII y XIX un abordaje científico mediante el estudio fisiopatológico del dolor y el mayor conocimiento de analgésicos y anestesias.

Entre la expulsión y el desconcierto: vida cotidiana de algunos “habitantes indeseables” de Buenos Aires

La imagen social prevaleciente sobre los habitantes de terrenos o casas tomadas de nuestra ciudad capital les adjudica una naturaleza infrahumana: ellos serían salvajes, incivilizados, o portadores de una “cultura mínima” sólo orientada a resolver sus necesidades biológicas. El hecho de tomar una casa o un terreno baldío sería, además, el primer eslabón de una “cadena natural” de ilegalidades: se los acusa de ser delincuentes e inmigrantes sin papeles.

Del Programa de integración comunitaria de sujetos con padecimiento psíquico a procesos autogestivos de hábitat

Este Programa se desarrolla en el seno del MOI (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos), organización social de vivienda y hábitat que promueve el cooperativismo por autogestión y ayuda mutua en la población en situación crítica de hábitat de la Ciudad de Buenos Aires (ocupantes de edificios, inquilinos de hoteles pensión, familias subsidiadas por el G.C.B.A., y trabajadores de bajos ingresos, sindicalizados o vecinos del barrio que han visto sus condiciones de vida deterioradas en las últimas décadas) para acceder a la ciudad y a la vivienda.

La medicalización de la vida cotidiana

Editorial

En el 2007 se produce un hecho histórico: es la primera vez en la historia de la humanidad que viven más habitantes en las grandes ciudades que en zonas rurales. Sin embargo cada día se hace más difícil vivir en la ciudad del capitalismo mundializado. Paul Virilio habla de la ciudad pánico. La fragmentación social que aparece en el desarrollo urbano muestra espacialmente lo que se inscribe simbólicamente en la subjetividad de aquéllos que la habitan. Desde el poder se genera esta violencia simbólica que enmarca nuestra identidad y legitima nuestras conductas en la afirmación individual no como una posible autonomía, sino como un yo hermético, sin fronteras, en cuyo espacio no entra nadie más y su cumplimiento es el encierro narcisista. En estas circunstancias el yo-soporte es dominado porlas pulsiones destructivas y autodestructivas produciendo los síntomas característicos de nuestra época

Literatura, cine y ciudad

Nómadas versus sedentarios

El tema de la ciudad es muy antiguo, originalmente relacionado con los ritos del sacrificio, como aparece y lo justifica la mención especial, en el relato del Génesis: las ofrendas vegetales de Caín en contraposición a las animales de Abel. Y que se relacionan a su vez con el asesinato entre hermanos, como condición para la aparición de la ciudad: “toda civilización, todo orden o cosmos (ciudad) en su origen, estaría asentada sobre un asesinato en común”.

10903: La ley maldita

Los hechos de la Semana Trágica
podrían haberse evitado
“haciendo desaparecer uno por uno a los cabecillas, sin ningún arresto legal”.
 General Luis Dellepiane, 1919

 

La felicidad desde el punto de vista filosófico

La muerte de Sardanápalo

Eugène Delacroix plasmó en su lienzo una escena filosófica muy aristotélica, “La muerte de Sardanápalo” (1827-1828)1 no por describir el pensamiento del filósofo griego sino por mostrar aquello que Aristóteles atacaba en su obra: el hedonismo.“Hedonismo” significa la búsqueda de los placeres, la entrega a las pasiones carnales.
Para Aristóteles, la felicidad no consiste en conseguir los placeres, por el contrario, se es feliz cuando nuestro comportamiento se opone al placer dedicándose a la acción política y a la contemplación.

La felicidad solo puede ser dicha

A la felicidad por el estilo

Podemos leer El malestar en la cultura -ya que ahí desarrolla Freud sus reflexiones sobre la felicidad- pero lo que no dice el texto es en qué condiciones se hallaba el hombre detrás del estilo (a contramano de Buffón), pues esa década de 1920 lo encontraba agobiado por las operaciones y el uso de prótesis por el cáncer de paladar. No podía comer ni hablar sin dolor. Obviamente impedido de asistir a los seminarios y congresos que tanto le agradaban. Preocupado por la homosexualidad de su hija Anna y arrastrando el duelo por las muertes de su hija Sophia y su amado nieto Heinele, es abrumado por el suicidio de su sobrina predilecta Cecilia a lo que se le añade en esos días el deceso de W. Fliess.

De la misma manera que la ceguera potenció la visión de Tiresias, la infelicidad y la desdicha lo estimulan a no entregarse al lamento o a la desesperación sino al trabajo y produce una extraordinaria reflexión sobre la condición humana. (No solamente en la falta de fe podían darse la mano Spinoza y Freud).

El Indice de Felicidad (¡ja, ja, ja, ja!)

La Felicidad... y como medirla

Según leemos en la web:
“Una organización británica publicó una lista de naciones basada en la relación entre buena vida de los ciudadanos y respeto a la naturaleza. En América latina, Colombia está en el ápice de gloria mientras Bolivia se sitúa a medio orgasmo en el puesto 69. El Indice del Planeta Feliz, desarrollado por la organización británica New Economics Foundation, presenta unos resultados bastante llamativos: el mejor país para vivir es una pequeña isla del Pacífico Sur, Vanuatu (68, 2), que tiene 199.414 habitantes. Bolivia obtuvo una clasificación (46,2), muy por debajo de todos los países en América latina.”

Felicidad y Estado en la modernidad temprana

La legitimidad es la relación de correspondencia que se establece entre la intimidad de los juicios de la conciencia y la exterioridad objetiva de las prácticas y de las instituciones.

La tristeza del dios-prótesis

Editorial

¿En qué consiste la felicidad? ¿En obtener dinero para comprar todos los objetos que nos ofrece la publicidad? ¿En llegar al paraíso? ¿En el éxito, la belleza, el amor, la salud? ¿En conseguir todos los placeres? En todas las épocas la felicidad es una idea construida desde el poder de la cultura dominante. En la Edad Media el cristianismo la remite a “otro lugar” después de la muerte que denomina el “Paraíso”. Durante muchos siglos no hubo ninguna apología cristiana de la felicidad en la tierra.

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