Este Programa se desarrolla en el seno del MOI (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos), organización social de vivienda y hábitat que promueve el cooperativismo por autogestión y ayuda mutua en la población en situación crítica de hábitat de la Ciudad de Buenos Aires (ocupantes de edificios, inquilinos de hoteles pensión, familias subsidiadas por el G.C.B.A., y trabajadores de bajos ingresos, sindicalizados o vecinos del barrio que han visto sus condiciones de vida deterioradas en las últimas décadas) para acceder a la ciudad y a la vivienda.
En el 2007 se produce un hecho histórico: es la primera vez en la historia de la humanidad que viven más habitantes en las grandes ciudades que en zonas rurales. Sin embargo cada día se hace más difícil vivir en la ciudad del capitalismo mundializado. Paul Virilio habla de la ciudad pánico. La fragmentación social que aparece en el desarrollo urbano muestra espacialmente lo que se inscribe simbólicamente en la subjetividad de aquéllos que la habitan. Desde el poder se genera esta violencia simbólica que enmarca nuestra identidad y legitima nuestras conductas en la afirmación individual no como una posible autonomía, sino como un yo hermético, sin fronteras, en cuyo espacio no entra nadie más y su cumplimiento es el encierro narcisista. En estas circunstancias el yo-soporte es dominado porlas pulsiones destructivas y autodestructivas produciendo los síntomas característicos de nuestra época
El tema de la ciudad es muy antiguo, originalmente relacionado con los ritos del sacrificio, como aparece y lo justifica la mención especial, en el relato del Génesis: las ofrendas vegetales de Caín en contraposición a las animales de Abel. Y que se relacionan a su vez con el asesinato entre hermanos, como condición para la aparición de la ciudad: “toda civilización, todo orden o cosmos (ciudad) en su origen, estaría asentada sobre un asesinato en común”.
Los hechos de la Semana Trágica
podrían haberse evitado
“haciendo desaparecer uno por uno a los cabecillas, sin ningún arresto legal”.
General Luis Dellepiane, 1919
Eugène Delacroix plasmó en su lienzo una escena filosófica muy aristotélica, “La muerte de Sardanápalo” (1827-1828)1 no por describir el pensamiento del filósofo griego sino por mostrar aquello que Aristóteles atacaba en su obra: el hedonismo.“Hedonismo” significa la búsqueda de los placeres, la entrega a las pasiones carnales.
Para Aristóteles, la felicidad no consiste en conseguir los placeres, por el contrario, se es feliz cuando nuestro comportamiento se opone al placer dedicándose a la acción política y a la contemplación.
Podemos leer El malestar en la cultura -ya que ahí desarrolla Freud sus reflexiones sobre la felicidad- pero lo que no dice el texto es en qué condiciones se hallaba el hombre detrás del estilo (a contramano de Buffón), pues esa década de 1920 lo encontraba agobiado por las operaciones y el uso de prótesis por el cáncer de paladar. No podía comer ni hablar sin dolor. Obviamente impedido de asistir a los seminarios y congresos que tanto le agradaban. Preocupado por la homosexualidad de su hija Anna y arrastrando el duelo por las muertes de su hija Sophia y su amado nieto Heinele, es abrumado por el suicidio de su sobrina predilecta Cecilia a lo que se le añade en esos días el deceso de W. Fliess.
De la misma manera que la ceguera potenció la visión de Tiresias, la infelicidad y la desdicha lo estimulan a no entregarse al lamento o a la desesperación sino al trabajo y produce una extraordinaria reflexión sobre la condición humana. (No solamente en la falta de fe podían darse la mano Spinoza y Freud).
Según leemos en la web:
“Una organización británica publicó una lista de naciones basada en la relación entre buena vida de los ciudadanos y respeto a la naturaleza. En América latina, Colombia está en el ápice de gloria mientras Bolivia se sitúa a medio orgasmo en el puesto 69. El Indice del Planeta Feliz, desarrollado por la organización británica New Economics Foundation, presenta unos resultados bastante llamativos: el mejor país para vivir es una pequeña isla del Pacífico Sur, Vanuatu (68, 2), que tiene 199.414 habitantes. Bolivia obtuvo una clasificación (46,2), muy por debajo de todos los países en América latina.”
La legitimidad es la relación de correspondencia que se establece entre la intimidad de los juicios de la conciencia y la exterioridad objetiva de las prácticas y de las instituciones.
¿En qué consiste la felicidad? ¿En obtener dinero para comprar todos los objetos que nos ofrece la publicidad? ¿En llegar al paraíso? ¿En el éxito, la belleza, el amor, la salud? ¿En conseguir todos los placeres? En todas las épocas la felicidad es una idea construida desde el poder de la cultura dominante. En la Edad Media el cristianismo la remite a “otro lugar” después de la muerte que denomina el “Paraíso”. Durante muchos siglos no hubo ninguna apología cristiana de la felicidad en la tierra.
El gran pensador Walter Benjamin sugería, como estrategia de análisis y reflexión sobre un determinado fenómeno, no un enfoque directo, “de frente”, sino una “mirada al sesgo”. La lectura de los temas más “serios” y profundos, a través del género policial o las novelas de ciencia ficción. Lacan desde la cultura popular y el cine de Alfred Hitchcock, Buñuel o Fellini. Shakespeare desde los productos kitsch. Kafka desde el poder burocrático y totalitario. Freud junto a Morelli y al detective Sherlock Holmes. Las pinturas del británico Francis Bacon a partir de los dibujos animados de Walt Disney. La lectura de los “subversivos” textos del Marques de Sade desde el misticismo de San Ignacio de Loyola. La poesía de Mishima y Pasolini en la iconografía cristiana de San Sebastián. “La felicidad” propuesta por el capitalismo, desde el humor de Groucho Marx.
El psicoanálisis tiene asegurado su lugar en el siglo que recién comienza porque aún no han sido respondidas las preguntas que le dieron existencia.
Entre tantas otras(2):
• El por qué de la guerra.
• Por qué los pueblos adoran a sus verdugos (por qué los pobres contribuyen a perpetuar el capitalismo).
Para los 150 años del nacimiento de Freud decidimos hacerle una entrevista a Fernando Ulloa, quien desde hace tiempo trabaja en distintas situaciones clínicas y con la numerosidad social. Varias preguntas hicimos y otras quedaron en el camino tratando de pensar cómo el psicoanálisis, en vez de repetirse pueda recordar y elaborar para estar a la altura de las demandas que nos plantea la actualidad de nuestra cultura.
El 100º aniversario del nacimiento de Freud permitió a J.-B. Pontalis reflexionar en un texto llamado “Vigencia de Sigmund Freud”. Allí repasaba cómo el aniversario había atraído “desde las revistas de actualidad a las revistas filosóficas”. Pero el camino propuesto por Pontalis era no sólo rememorar, sino encontrar “lo más vivo del descubrimiento freudiano”.
Escribir sobre un tema necesariamente lleva a un recorte que implica al autor. Este artículo no es una excepción. En este sentido, al referirnos al 150º aniversario del nacimiento de Freud, queremos señalar algunos aspectos de su vida que consideramos necesarios para la actualidad de una obra que sigue abierta a nuevas interpretaciones y desarrollos.
La cuestión acerca de si enfrentamos nuevas formas de subjetividad y las respuestas posibles al respecto se manifiestan, de forma abierta o larvada en nuestros intercambios, cuando nos preguntamos si las herramientas que hemos adquirido en nuestros años de formación y el legado que recibimos de más de un siglo de psicoanálisis, son fecundos para encarar nuestra práctica actual.
La creación plástica tiene muchas facetas, conviven expresiones que ya forman parte de la tradición artística con otras poco difundidas en las que se mezclan el espíritu creativo artístico con formas que rompen con los valores establecidos. Orlan nos plantea una obra hecha con su propio cuerpo utilizando cirugías y cirugías estéticas. De esta manera el cuerpo es usado como resistencia donde a través de él puede investigar y tratar críticamente problemas políticos, sociales e ideológicos.
Robert Castel es un filósofo y sociólogo francés que se ocupa de estudiar el funcionamiento de las sociedades modernas. Sus primeros trabajos lo ubican cerca de problemáticas cercanas a sus colegas Michel Foucault y Gilles Deleuze, en especial la psiquiatría y el psicoanálisis. Más recientemente ha estudiado la noción de riesgo y desafiliación. Actualmente es Director de Estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París). Junto a Michel Foucault y Pierre Bordieu participó en la creación de la carrera de Sociología de París.
Como afirmábamos en anteriores editoriales el poder no se agota en los aparatos de funcionamiento del Estado, los partidos políticos y los grupos económicos sino fundamentalmente se encuentra en cómo se relacionan los sujetos en la sociedad. En este sentido la fortaleza del poder no está solamente afuera ya que también la encontramos en nosotros mismos organizando nuestra subjetividad en identidades adecuadas a las formas de las clases dominantes. Por ello, como plantea León Rozitchner,
Las instituciones de la democracia argentina exhiben, con toda nitidez, las severas limitaciones -y, desde mi punto de vista, incurables- de la democracia capitalista y los obstáculos formidables que, en un país de la periferia como la Argentina conspiran para impedir el pleno desarrollo de un proyecto democrático.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra